—Aquí estamos—dijo Jacob,encendiendo la cafetera—.El café estará listo en unos pocos minutos.Mientras tanto,voy a ponerme mis pantalones para correr.Estos pantalones de vestir son demasiado ajustados.—
—De acuerdo—le dijo Edward,con la mitad de su cabeza dentro del refrigerador,intentando conseguir comida.Se había cambiado,había visto que Aro estuviera bien y encontró al hombre herido acostado,quieto en la cama y a Mike cabeceando en su silla al lado de la cama.Dejándolos en paz había bajado,sorprendido de haber llegado antes que Bella.
—¿Puedes traerme una bolsa de sangre mientras estás ahí,Edward,por favor?—preguntó su madre.
—Claro—Edward sacó la bolsa y se enderezó a tiempo para ver a Jacob saliendo del cuarto y entonces deslizó su mirada hacía su madre—¿En un vaso o de la bolsa?—
—La bolsa estará bien,gracias—murmuró Esme.
Le llevó la bolsa,se la entregó,tomó asiento y sacudió su cabeza.
—¿Qué ocurre?—le preguntó Esme,llamando su atención.
—Sólo estaba pensando.He tenido esta casa por casi diez años y ni una sola vez había usado la cocina hasta la semana pasada,más o menos y ahora parece que la usamos todo el tiempo.—
Esme sonrió ligeramente.
—Esa no es la única cosa que ha cambiado desde que Bella llegó aquí.—
Edward asintió para mostrar su conformidad,su mirada moviéndose alrededor de la acogedora estancia.Siempre le había parecido,de alguna manera,funcional y fría antes de que Bella y Jacob llegaran.Ellos la habían llenado con sonido,calidez y un delicioso olor a comida cocinándose.De alguna manera,ellos habían convertido esa casa en un hogar.
—¿Has tratado de leer a Bella?—le preguntó Esme de repente.
—Sí,intenté leerla esta noche y no pude—admitió suavemente y entonces bajó su mirada a sus manos unidas sobre la mesa.Su mente estaba confusa.
A Edward le gustaba Bella y disfrutaba de su compañía.A él,incluso algunas veces,le gustaba que fuera tan mandona.Y luego lo de esta noche,cuando ellos habían bailado...Edward nunca se había sentido tan en paz en su vida.Se había sentido como quien ha encontrado su lugar,su hogar.
En cuanto a lo que había sentido cuando la había besado...¡Dios!No había sentido tal pasión en siglos.Su anterior falta de interés en el sexo había desaparecido definitivamente esta noche.De hecho,si tenía que ser honesto consigo mismo,tendría que admitir que había revivido mucho antes de esta noche.Desde el día en su oficina,cuando él se había deslizado en los sueños de ella,Edward se había pasado horas de cada mañana antes de poder dormir,imaginándose desnudarla,acostándola en varias superficies planas y deleitándose con cada centimetro de su cuerpo.
Pero todo parecía estar pasando tan rápido.Él había tardado en tratar de leer a Bella y averiguar si ella era realmente su compañera de vida,para permitirse a sí mismo habituarse a la posibilidad de que finalmente hubiera encontrado a su compañera,tanto como para darle tiempo a ella de conocerlo.Los inmortales sabían que cuando encontraban a la persona correcta,no podían leerla.Ellos lo aceptaban muy fácilmente.Para los mortales,era algo diferente,generalmente necesitaban tiempo para acostumbrarse.Su deseo estaba ahí y el enlace ocurría,pero la parte lógica de su mente insistía en un cortejo.
Desafortunadamente,la demora de Edward le había hecho perder cualquier oportunidad con Bella.Él no podría convertirla ahora.Si no hubiera sido tan cobarde y no hubiera tardado tanto,si la hubiera convertido de inmediato...
Edward sacudió su cabeza.Si hubiera hecho eso,Aro estaría muerto,aunque no estaba seguro de que el hombre no pudiera morir.Se enfadó consigo mismo,preguntándose por qué el hombre no había despertado aún.Estaban todos comenzando a preocuparse terriblemente.
—Bella no tiene familia,nada que la retenga en el mundo mortal—dijo Esme súbitamente,trayendo su atención de nuevo el tema a la mano—.Ella lo haría muy bien como una de nosotros,Edward.Será una buena compañera de vida para ti.Te complementa perfectamente.—
—Ella no será mi compañera—dijo Edward suavemente.
—Es tu compañera de vida,Edward.Tu mitad faltante.—
Él se puso tenso con la irritación y le gritó la verdad que no había querido revelar antes.
—No puedo convertirla.—
—Pero yo sí puedo—le señaló.
—Tú—Edward se detuvo abruptamente y miró a la puerta cuando ésta se abría,no quería que Bella oyera lo que estaban hablando.Sin embargo,no era Bella la que entró.Él miró con la expresión inescrutable al hombre que estaba parado en la puerta de la cocina.Alto,al menos de su propio peso o más,el hombre tenía el cabello largo,atado en una cola de caballo.Estaba vestido de negro y lo observaba con los ojos fríos y tensos.
—¿Quién demonios eres?—le preguntó Edward,poniéndose de pie.
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