Estuve un rato así, en silencio, pero afuera si se escuchaba un alboroto, el cual decidí no escuchar.
Lentamente la puerta de mi cuarto se abrió y sentí que mi cama se hundía a mi lado.
-¿Bella?- preguntó Alice
-Siento ser tan llorona Alice, me puse sentimental luego de hablar con mi mamá- mentí muy mal.
-No me mientas Bells- dijo Alice mientras pasaba una de sus manos por mi cabello- no te sale bien- dijo riendo.
Me senté en la cama y encaré a Alice, ella tenía una sonrisa en sus ojos y se veía totalmente feliz.
-Lo sé- dije mientras me secaba por donde habían bajado mis lágrimas.
-Edward puede ser muy cabeza dura, pero está diferente desde ésta tarde- dijo con un brillo en sus ojos.
-No sé Alice, te va a sonar extraño, pero cuando me dijo “me caes bien” sentí que se me caía el mundo encima- dije conteniendo con mucho esfuerzo unas lágrimas que amenazaban con salir de nuevo.
-Te entiendo amiga- dijo Alice mientras me abrazaba- ¿pero tomarías el riesgo?- me preguntó Alice mientras me abrazaba
-¿Cuál riesgo?- pregunté entre sollozos.
-Enamorarte- dijo y me solté de su abrazo.
-En Venezuela nadie se fijó en mí, ¿porqué ahora sería diferente?- le dije seria
-Porque sé que mi hermano se fijó en ti. Bella, Edward NUNCA sonríe, te lo juro, NUNCA. Y hoy desde que te vio no ha dejado de sonreír, sé que tú le gustas.- dijo Alice muy segura.
-No lo sé. No sé nada de él, no sé nada de su vida. Lo único que sé es que su color favorito es el marrón- dije desesperada
-Qué raro, su color favorito era el azul- dijo Alice viéndome a los ojos- ¡Oh, ya se!- dijo.
-¿Qué sabes?- le pregunté un poco más calmada.
-Es tu color de ojos- dijo sonriéndome.
-No te entiendo, ¿pero sabes qué?, mejor lo dejamos así, de verdad que ya me quiero dormir- dije intentado cambiar el tema, ya no quería seguir pensando en Edward, por lo menos por esta noche…
-Está bien- dijo Alice con un brillo en sus ojos- mañana tendemos todo el día para hablar de tu amor a primera vista con mi hermanito- dijo levantándose de mi cama- ¡Buenas noches Bella!- gritó mientras salía de mi cuarto.
Decidí obviar lo que dijo Alice y ponerme mi pijama. Agarré unos shorts de monitos que iban con una camiseta con el mismo mono en el centro y me metí al baño, me cepille los dientes y salí del baño.
Me acosté en la cama y el sueño comenzó a apoderarse de mí. Sentí como si alguien se sentara en mi cama, pero no podía decir si era verdad o estaba soñando.
-Siento mucho haberte hecho llorar Bella- escuché que alguien decía, pero el sueño ya estaba haciendo de las suyas en mi cabeza y no lograba identificar aquella voz – Ojalá supieras que has hecho que mi mundo tenga color de nuevo, no voy a dejar que llores otra vez por mi- dijo esa hermosa voz- lo juro- terminó y besó mi mejilla…
-Edward…-fue lo único que logré decir antes que el sueño me ganara la batalla.
A la mañana siguiente me desperté por un aroma muy exquisito que provenía de afuera de mi habitación. Me metí al baño, cepillé mis dientes e intenté desenredar mi cabello, pero como no pude hacer mucho, lo recogí en una cola alta y salí del cuarto en pijama… Como todavía estaba medio dormida no me fije por donde caminaba, así que volví a tropezar con la mesita de té, la cual estaba comenzando a parecerme muy atravesada. Fue raro que no me cayera, por lo que decidí terminar de despertarme. Unas manos estaban ceñidas a mi cintura, impidiendo de nuevo mi caída. Abrí mis ojos de golpe y ahí estaban aquellos ojos verdes que me volvieron loca en apenas unas horas.
-Deberías evitar caminar dormida- dijo sonriéndome-¿monitos?- preguntó mientras me soltaba y me recorría con la mirada. En ese momento lamenté no haberme cambiado de ropa, ya que me di cuenta que todos estaban en la sala.
-Ehhh… Buenos días- dije mientras sentía como mi cara comenzaba a ponerse totalmente roja como un tomate – Me gustan los monitos en mi pijama, ¿acaso no te gustan los animales?- dije en tono de burla y todos rieron.
-¡GENIAL!- gritó Emmett- ya no soy el único con muñequitos en su pijama- terminó riendo.
-Emmett, Bob Esponja en tus bóxers no cuenta como pijama, los usas todos los días- dijo Jasper mientras se reía.
-Pero es una esponja, ¿acaso eso no es un animal también?- dijo intentando sonar serio, pero el tema de Bob Esponja en la ropa interior no se podía considerar serio en ningún lugar del mundo, por lo que terminé doblada de la risa en mitad de la sala.
-Bueno, ¡el desayuno está listo!- dijo Rosalie sobre mis risas.
-¿Cocinas?- pregunté mientras intentaba relajarme luego de mi ataque de risas.
-Solo los domingos- dijo sonriéndome- Ya, ven a comer Bella- dijo haciéndome señas para que me acercara a la mesa donde habían montones de muffins y otras cosas deliciosas para desayunar.
-¿hiciste todo esto tu sola?- le pregunté entusiasmada a Rosalie, quien no había dejado de sonreír y no lograba entender por qué.
-En realidad hoy me ayudaron- dijo.
-El que te haya ayudado es genial- dije muy fuerte mientras me sentaba y comenzaba a devorarme uno de los muffins con chispitas de chocolate que había en la mesa- ¡Esto está genial!- dije después del primer mordisco.
-Escuchaste Edward- dijo Rosalie mientras tomaba algo de su café. Inmediatamente me volteé a ver a Edward, quien también estaba comiendo un muffin, pero sus ojos estaban clavados en el suelo y su cara estaba un poco rosada.
-¿éstos los hiciste tu?- le pregunté
-Si- dijo mientras levantaba su rostro y me sonría.
-¡Están buenísimos!- le dije mientras seguía comiendo.
-Ya sabes que le gustan los muffins Eddy- dijo Alice sonriéndole a Edward y guiñándome un ojo a mí.
Inmediatamente me volteé y seguí probando las cosas que había en la mesa. El desayuno siguió con comentarios dirigidos a Edward acerca de todo lo que yo iba probando y yo cada vez me iba poniendo más roja, así que decidí cambiar el tema de conversación.
-¿Siempre desayunan juntos?- pregunté haciendo que todos dejaran de fastidiar a Edward y se giraran a verme.
-Los fines de semana, pero tratamos de almorzar juntos de vez en cuando- me dijo Jasper.
-Ahhh…- dije- ¿Y tú que estás estudiando Jasper?- pregunté, no sabía nada de Jasper.
-Historia- dijo- y también educación- terminó sonriendo.
-Wow- fue lo único que dije. Estar haciendo dos carreras y aún así tener tiempo para tus amigos y para tu novia debe ser complicado.- ¿y tu Rosalie?- pregunté sonriendo.
-Administración de empresas- dijo sonriendo también- Bella, por favor, dime Rose; Rosalie me hace sentir vieja- terminó haciendo puchero.
-Ok- dije.
El resto del día lo pasamos en el apartamento, hablando de las cosas que nos gustaban a cada uno y lo que no nos gustaba; aunque creo que la única que hablaba era yo, ya que parecía que todos tenían alguna pregunta para mí. Cada vez que hablaba, Edward parecía prestar mucha atención a lo que decía, como si intentara grabarse todo lo que iba diciendo.
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