La Sustituta

Autor: Akemi
Género: Romance
Fecha Creación: 26/10/2013
Fecha Actualización: 24/03/2014
Finalizado: NO
Votos: 10
Comentarios: 51
Visitas: 27016
Capítulos: 11

Isabella Swan vive sola y trata de salir adelante desde hacia cinco años. Escapó de casa siendo una adolescente porque estaba harta de la clase alta y la vida que llevaba, la preferencia que sus padres sentían hacia Kristen, su hermana gemela y el desprecio. Bella no encajaba en ese mundo lleno de hipocresias y de gente superficial. 

 

Su vida cambia cuando de repente se ve obligada a volver a ver a sus padres tras la muerte de su hermana gemela, quien es asesinada dos días antes de casarse con Edward Cullen, un heredero. Cuando se da el primer encuentro entre Isabella y Edward, él sufre una confusión porque cree que se trata de su amada. Al poco tiempo se da cuenta de su error... Ella no es Kristen, pero aun así, no quiere sacar a Isabella de su vida tras ese encuentro. Poco a poco la atracción que siente se convertirá en un inmenso amor el cual Isabella no desea aceptar porque siente que para Edward y para su familia solo es... Una Sustituta. 

 

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Espero que les guste esta historia :D Es una idea loca que se formó en mi cabeza y finalmente me animé a publicar. 

Sachiko065

Gracias a KEIT por ayudarme con cosas referentes a esta historia y a otras que ya tengo, también porque ella realizó la portada de este fic. Te quiero muchooo! Sin ti no sabría que hacer en ciertas ocasiones. 

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Capítulo 6: Acepto

Capítulo 6: Acepto

 

Bella POV:

 

Cuando salgo del trabajo  no me topo con nadie lo cual es un alivio hasta que suena mi teléfono. En la pantalla veo que es Edward. Con un suspiro de frustración contesto.

 

-¿Vas a aparecerte en mi vida de nuevo?- le pregunto.

 

-Isabella…- dice. Lo noto muy serio-. Hoy no voy a poder pasar por ti, ni aparecer en tu vida, me ha surgido algo

 

-¿Qué ocurre Edward?- por alguna razón estoy preocupada-. No suenas bien

 

-Estoy preocupado por ti, quiero que te cuides, sobre todo de ese tipo de anoche

 

-Sabré controlarlo, no te preocupes- me rio, para tratar de calmarlo. No me gusta oírle así de angustiado. No lo soporto. Quiero al Edward burlón por mucho que me irrite-. Puedo correr también

 

-Sí, si te creo capaz- trata de sonar bromista, pero no lo logra.

 

-Dime que ocurre, Edward

 

-Mi hermana ha sido operada- confiesa-. Tengo que viajar a Chicago para ir a verla

 

-Lo siento mucho Edward- le digo apenada.

 

-No te preocupes, no es de gravedad… Tuvo un bebé,  estoy así porque no quiero dejarte aquí en Seattle, desprotegida… Me angustia mucho

 

-No te preocupes- le gruño-. Me sé defender…

 

-Espero que no sea necesario que te defiendas- suspira.

 

-Edward, si tu hermana no está grave, ¿Me harías un bendito favor? ¡Deja de hablar así!

 

-¿Así como?

 

-Como si algo malo estuviera sucediendo, no me gusta oírte así… Me desespera

 

-¿Estás preocupada por mí?- al fin puedo oír su tono de creído y de burla.

 

-No te creas tan importante- respondo entre risas de alivio-. Pero lo admito, me preocupa… Tú eres un creído, no alguien deprimido

 

-Tengo razones para estar deprimido, tu hermana, por ejemplo- dice con amargura-. La amé demasiado y no sé si me vuelva a recuperar de aquello

 

-Edward, no digas eso porque si no la próxima vez que te vea, te patearé el trasero

 

-O mejor puedes acariciarlo- dice recuperando su tono bromista.

 

-¡Vete al infierno!- exclamo-. No sé qué hago preocupándome por ti, eres un cerdo

 

Edward se carcajea lo cual me hace feliz por unos instantes. Si peleando consigo que deje de pensar en cosas tristes, lo haré. Además, nada me cuesta discutir con él. Es muy irritante el maldito.

 

-Cuídate Isabella- me advierte.

 

-¡Qué sí!

 

Se ríe.

 

-Bueno, está bien, confiaré en ti…

 

-Exacto, bueno… ahí viene el autobús, nos vemos luego

 

-Cuídate

 

-Tú también, suerte- murmuro antes de colgar y subirme al autobús.

 

En el camino observo el teléfono y trato de aprender a usarlo. Cuando llego a mi casa ya se hacer algunas cosas con él… Sobre todo los juegos. Son muy divertidos; Ya tengo con que entretenerme de camino al trabajo.

 

Al encerrarme en mi pequeña casa solo me cambio, me cepillo los dientes y me acuesto a dormir sin cenar. Antes de dormirme, noto un ligero ardor de garganta pero no le hago caso.

 

A la mañana siguiente lo lamento demasiado. La garganta me duele como nunca y estoy ronca… ¿Qué hice para merecer esto? Ah, sí… Ayer me cayó agua encima y no me sequé.  La cabeza me da vueltas, mi nariz está tapada y tengo fiebre, para colmo también me ha venido el periodo… ¿Puedo estar peor? No lo creo.

 

Ese día me quedo en mi casa. Billy me va a despedir seguramente pero no puedo salir así… Estoy jodidamente enferma.

 

Edward me llama a mediodía. Le contesto con la poca voz que me queda.

 

-¿Qué te ocurre, Isabella?- pregunta riéndose de mi voz.

 

-Solo te voy a decir una cosa: ¡Muérete!

 

-Deja de pelear y dime que te ocurre- dice serio ahora.

 

-Edward, es más que obvio que estoy enferma y en mi casa, mi jefe me va a despedir…

 

-¿Enferma?- parece preocupado.

 

-Sí, nada grave

 

-Pero te oyes fatal…

 

-Mañana estaré mejor, no te preocupes

 

-¿En serio? A mí no me parece que vayas a mejorar mañana, regresaré entonces

 

-Ni se te ocurra, te recibiré con una- toso-. Patada… No tengo buen aspecto, me veo fatal

 

Se carcajea.

 

-Entonces estás bien, solo es un resfriado

 

-Sí…

 

-Aun así te llamaré para saber cómo estás… Bueno, Bella, te dejo…

 

-¿Bella?- pregunto confundida.

 

-Sí, es un apodo para ti, espero no te moleste…

 

-Me gusta- admito. Bella… No se oye mal, suena lindo de hecho.

 

-Qué bueno, porque iba a llamarte así…

 

-Bueno Edward, creo que debo colgar, voy a descansar ¿Sí?

 

-Duerme Bella, y toma una medicina

 

-Sí, ya he comprado una- miento. Por fortuna sueno creíble-. Y me meteré a la cama después de que la tome

 

-Perfecto, descansa y duerme ¿Entendido?

 

-Sí- suspiro-. Suerte en Chicago- le digo antes de colgar.

 

Gruño antes de acostarme de nuevo en mi cama. Me acurruco y me quedo completamente dormida y despierto hasta que oscurece. Mi casa está en tinieblas y me levantó mareada. Creo que no he comido en dos días y mi estómago gruñe.

 

Enciendo la luz y voy a la cocina. Miro el pequeño refrigerador y me enojo. No hay absolutamente nada allí. Necesito ir a comprar algo urgentemente pero me siento mal… Tal vez mañana lo haga.

 

Al día siguiente me levanto temprano y voy a ver si puedo salvar mi trabajo. Tengo el presentimiento de que Billy me va a despedir.

 

Pero… Para mi sorpresa, no lo hace. Me recibe como si no hubiese faltado el día de ayer. Extrañada por su comportamiento entro al restaurante y trabajo de manera normal. A la hora del almuerzo devoro todo y regreso al trabajo.

 

 Cuando el día está por terminar Billy de repente me pide que vaya con él a su oficina. Mi corazón se acelera por el miedo… ¿Me despedirá? Pues no parece enojado… Pero, nunca se sabe.

 

-¿Qué ocurre?- le pregunto cuando me siento frente a su escritorio. Billy me mira sonriente.

 

-Quiero informarte sobre algo, querida Isabella

 

-¿Sobre qué?- le pregunto con cautela.

 

-Cómo has de suponer, mi hijo Jacob, está interesado en ti… Nunca lo había visto así, no ha venido a verte porque tiene unos asuntos que atender, pero... Desde que te conoció, no deja de hablar de ti

 

Me siento incómoda… ¿Qué quiere Billy de mí?

 

-¿Por qué me dice eso?- suelto sin pensar pero es buena pregunta.

 

-A ti te ha gustado mi hijo, ¿No es cierto? Además, que yo sepa… Estás soltera y sin compromisos

 

-¿Por qué supone que me gusta su hijo?- intento no perder la calma, pero quiero gritarle.

 

-Tu nerviosismo el día en que hablaste con él…

 

-Eso no significa nada… Además, yo…

 

-Oh, vamos Isabella, no lo niegues

 

-Lo niego, porque de ninguna manera es verdad… Su hijo es agradable, sí… Pero no me interesa

 

-¿Qué dices?- pregunta perplejo-. Pero si mi hijo es un buen partido, un empresario, es apuesto…

 

-Con el debido respeto, eso no me importa, a mí no me interesa su hijo para algo más que amistad

 

-¡Pero serás tonta!- exclama enfurecido. Se levanta bruscamente de su silla.

 

-No sé enoje, señor Black- le ruego asustada-. Yo solo…

 

-¡Cállate, tú no sabes nada! Mi hijo es el mejor hombre… ¿Por qué lo rechazas? Él puede darte todo lo que quieras

 

-Eso no me interesa, señor Black, además estoy ya comprometida- miento.

 

-¡¿Qué?! ¿Con quién?

 

-Se llama Edward Cullen

 

Me mira boquiabierto. Veo como la piel de su rostro comienza a tornarse púrpura del coraje. Por un momento temo lo peor. Y si pasa lo peor… Pronuncia aquellas palabras que tanto he temido.

 

-¡Estás despedida!

 

-¿Por qué?

 

-Si estás con ese bastardo no puedo tenerte aquí… Los Cullen son mis peores enemigos

 

-¿Qué? No entiendo nada…

 

-Esa familia es horrible, por favor Isabella, si sabes lo que te conviene aléjate de ellos y acepta a mi hijo

 

Pongo los ojos en blanco. Edward podrá ser un cabrón… Pero no es malo; yo lo sé.

 

-No voy a hacer tal cosa- afirmo-. Yo no estaré con su hijo a la fuerza… Se lo diré, Jacob me asusta, no digo que sea malo sino que… Parece posesivo

 

Me siento bien de confesarle esto. Billy parece tranquilizarse.

 

-Mira, hay una razón para eso… Su esposa lo engañó y dejó… Desde entonces cuando tiene una relación, se vuelve un obsesivo… Pero, no es malo…

 

-La obsesión es algo malo- digo seria. Yo no sé de asuntos del amor… Solo imité una frase de una telenovela que hace meses veía.

 

-Sí, pero… Mi hijo es un excelente hombre

 

Suspiro. Quiero decirle a Billy que si piensa eso de su hijo que él se quede con Jacob pero me abstengo. Tengo una posibilidad de recuperar mi trabajo.

 

-Eso no lo dudo- explico calmada-. Pero eso no hará que me interese por él, no tiene por qué despedirme por eso…

 

-Pero eres prometida de Cullen ¿No?

 

Tengo que negarlo para recuperar mi trabajo, pero eso significa que van a seguir molestándome con Jacob y no deseo eso. Maldita sea.

 

-Sí, si soy su prometida, muy pronto me casaré con él

 

-Entonces, lo siento mucho Isabella, no puedes continuar trabajando para mí, cuando te revuelcas con uno de los hijos de mi peor enemigo

 

-¡No tiene ningún derecho a meterse en mi vida!- le grito-. Además no diga mentiras, yo no me revuelco con nadie

 

-Ahora que lo pienso, me pareció verte en la portada de una revista con ese tipo… Tú no estás comprometida con él, tienes una hermana gemela, por cierto muy famosa… Kristen Swan

 

-Pues ahora la prometida soy yo- le gruño-. Me casaré con Edward Cullen, y no con su hijo

 

-Eso quiero verlo- se ríe-. Te apuesto a que terminarás estando casada con mi hijo...

 

Me rio. Ya no me importa si pierdo el trabajo.

 

-¿Con su hijo? ¡Jamás en la vida!

 

-¿Ah, no? Quiero ver que te casas con Edward Cullen, solo hasta entonces, mi hijo dejará de molestarte y yo de insistir

 

-Yo no me voy a casar cuando usted diga

 

-Sí que lo harás… Además, solo eres una maldita empleada… Siempre te mando

 

Siento que mi cuerpo arde por la rabia. Tengo que decirle sus verdades al tipo.

 

-¡Yo no voy a seguir siendo su empleada! Además, yo vengo de una familia adinerada y con más clase que usted, hasta usted podría ser mi empleado

 

-¿Ah, sí? ¡Demuéstralo!

 

Sí, se lo voy a demostrar y voy a humillarlo. Tengo que aceptar esa maldita herencia aunque no me guste… Cuando me ponen retos, me gusta cumplirlos.

 

Billy y yo nos sonreímos. El reto había empezado.

 

-Entonces, ya no trabajo aquí ¿Verdad?- pregunto.

 

-Eso es más que obvio

 

Se sienta y hace un cheque el cual me entrega. Lo tomo y sonrió antes de romperlo y lanzárselo a la cara.

 

-Yo ya no voy a necesitar eso… Tengo eso multiplicado por millones

 

Billy se carcajea mientras yo salgo de su oficina. No reacciono hasta que salgo a la calle… ¿Pero qué mierda acabo de hacer? Necesitaba ese cheque. No me quiero casar con Edward Cullen.

 

-¿Qué voy a hacer?- me pregunto mientras camino hacia la parada. Estornudo por milésima vez en el día. La garganta ya no me molesta pero… Sigo resfriada. 

 

Para empeorar las cosas me llega una llamada de mi “Prometido”. Contesto

 

-¿Qué quieres?- pregunto de mal humor. Edward se ríe. Maldito…

 

-Suenas mejor, pero enojada como siempre... ¿Ahora que te hice?

 

-Hiciste que me despidieran- murmuro.

 

-¿Qué? ¡Pero estoy en Chicago!- aún se ríe. Voy a matarlo.

 

-¿Qué crees? Le dije a Billy Black que nos casaremos, ¿Puedes creerlo?

 

-¿Hiciste qué?- está impresionado.

 

-Fue un error… Lo reté, Edward, le dije que era más rica que él y que hasta podía ser mi empleado… Todo por librarme de su hijo

 

-¿Te ha hecho algo?- pregunta tenso.

 

-No, no lo he visto, pero me mandó unas flores diciéndome estupideces… Le tengo miedo y el hecho de que aún no aparezca es lo peor…

 

-Tengo que regresar…

 

-Normalmente te diría que nunca volvieras, pero como está la situación, creo que es lo más conveniente… Necesito arreglar esto… Hacer una boda falsa o algo para que Billy crea que…

 

-¿Por qué no nos casamos de verdad?- propone.

 

-¡Ni loca! No me casaría contigo ni aunque estuviese borracha

 

-No lo puedes saber, eres demasiado pobre como para poder emborracharte

 

-¡Hijo de…!

 

-Hey, tranquila Bella…- me interrumpe. Está riéndose de nuevo y eso me molesta.

 

-¿Cómo me pides eso? ¡Me acaban de despedir! He roto el cheque que Billy me dio y no tengo dinero para comer… ¿Qué rayos haré ahora?

 

-Casarte conmigo, Isabella…

 

-¿Te pido un favor? En unos días recoge mi cadáver, cremalo y esparce mis cenizas en el mar- le digo con amargura.

 

-¿Qué?

 

-Porque me moriré de hambre, primero muerta antes que casada contigo…

 

-No digas eso Isabella, no quiero que estés muerta… No lo soportaría

 

Comienzo a sentirme emocionada por aquella frase. No… No le debo creer.

 

-Deja tus cursilerías ¿Quieres? Edward… Tengo la mierda hasta el cuello- sollozo.

 

-Interesante forma de describir tu situación…

 

-Hablo en serio… Me voy a hundir

 

-Pues la solución sería qué…

 

-¿Cuantas veces te tengo que repetir que no me casaré contigo?

 

-Pero como tú ya dijiste, tienes la mierda hasta el cuello

 

-Y me hundiré en ella si no hago algo… Desde mañana empiezo a buscar trabajo

 

-Isabella- gruñe-. Tú no tienes necesidad…

 

-Si la tengo, ah… Ya sé que puedes darme ¡El dinero de la apuesta!

 

¿Cómo no se me ocurrió antes?

 

-Isabella, sabes que no puedo darte el dinero de la apuesta

 

-Ambos sabemos que no me voy a enamorar de ti, así que puedes dármelo de una buena vez… Diez mil dólares no me vienen mal en este momento

 

-¿No te vas a enamorar de mí? ¡Ja!... Eso es lo que tú dices

 

-Estoy completamente segura de lo que digo

 

-¿Por qué no mejor te propongo un trato?

 

-No confío en ti, pero te escucho

 

-Cásate conmigo… Así resolverás tus problemas…

 

-Ya te dije que…

 

-Escúchame… No te pido que te enamores de mi ni que tengamos intimidad, de hecho hasta puedes seguir viviendo en tu cuartito, pero al ser mi esposa recibirás una buena cantidad para que puedas vivir cómodamente, también tendrás un empleo

 

-Suena interesante- reconozco.

 

-Siempre y cuando me des algo… Un hijo

 

-¡¿Qué mierda has dicho?!

 

-No necesitamos acostarnos, tranquila…

 

-¿Entonces?

 

-Inseminación artificial

 

-No, me niego rotundamente a eso… Yo quiero tener un hijo por amor, no por salvar mi trasero… Rechazo tu oferta

 

-Pero amarás a ese niño…

 

-No me cabe la menor duda de que lo amaré, pero…  Quiero tener un hijo con alguien que ame, casada por amor

 

-Puede que con el tiempo…

 

-No Edward, nunca te amaré… Eso es un hecho… No sé por qué, pero siento que quieres casarte conmigo solo porque no pudiste con Kristen…

 

-Sí quisiera reemplazarla, no te ofrecería esto, te trataría de enamorar y te hubiese pedido que te entregaras a mí, pero no es así… Yo no te tocaré porque tú no lo deseas… Nuestro matrimonio será de conveniencia, tú me das un heredero y yo haré que tengas una buena vida, además de que podrás estar con nuestro hijo, nunca me voy a sentir dueño de él

 

-No sé, Edward... No quiero aceptar eso… Yo no quiero traer un hijo al mundo de esa manera, entiéndelo…

 

-Por favor Isabella… Solo tendrás que estar casada conmigo en lo que dura tu embarazo, luego de eso… Podremos divorciarnos

 

-No suena tan mal- acepto-. Pero no, para el bebé sería un trauma

 

-Bella- gruñe-. Hay millones de niños con padres divorciados en el mundo, además nunca le faltará el amor de ambos

 

-Tengo que pensarlo- le digo muy seria-. Ya te dije que no estoy de acuerdo en traer a un hijo al mundo de esta manera

 

-Isabella, solo piénsalo, imagina que te casas por amor como tú dices, pero tu economía no es buena… ¿Qué vas a ofrecerle a esa criatura? Nuestro hijo tendrá una buena vida y amor

 

“Nuestro hijo” rayos. Suena demasiado hermoso pronunciado por su voz. Por un momento me imagino a un pequeño niño de cabello cobrizo y ojos azules. Sería hermoso. Muy en el fondo quiero tener un hijo de Edward, saber cómo será… Tal vez al tener a ese bebé, encuentre esa clase de amor que yo necesito y ya nunca más volveré a estar sola.

 

-Mira, déjame pensarlo, te juro que voy a pensarlo muy seriamente- le prometo-. Solo déjame por ahora ¿Quieres?

 

-Está bien, Bella… Mañana iré a tu casa y hablaremos de esto con calma

 

-Perfecto, ahora adiós- cuelgo.

 

Camino por la calle, todavía pensando en aquello. De repente me topo con una joven pidiendo dinero. Tiene a un pequeño bebé en sus brazos. Se me forma un nudo en la garganta.

 

En ese momento comprendo que no puedo quejarme de mi vida… Ella está en peor situación que yo y además tiene un bebé que alimentar. Me acerco a ella y le entrego casi lo último de dinero que me queda, el que utilizaría para comprar mi cena. Solo guardo lo que necesito para el autobús de hoy y mañana. Aunque mañana no tenga trabajo…

 

La chica me mira emocionada. Seguramente le he dado más de lo que la gente suele darle. Pobre mujer.

 

-Muchísimas gracias señorita- dice con lágrimas en los ojos. Sus bellas y delicadas facciones me recuerdan a alguien pero no logro acordarme completamente-. Es usted muy bondadosa

 

-No- suelto una pequeña risa-. Solo quiero ayudar…

 

-Espero algún día volver a verla y poder devolverle este favor… Me llamo Ángela y ¿Usted?

 

-Isabella- le sonrío y miro a su bebé. Tengo que ayudarlos más… Siento la necesidad de hacerlo. El destino los puso en mi camino por algo-. ¿Es tu hijo?

 

Ella asiente.

 

-Sí… Mi pobre niño se me está muriendo… No tengo a donde ir

 

-¿No tienes una casa?

 

-No… Mis padres me corrieron cuando les dije que estaba embarazada, el padre de mi hijo no se quiso hacer cargo, desde entonces me he mantenido pidiendo dinero, pero no puedo seguir así

 

-Mira, yo… Tengo un pequeño cuarto, puedes quedarte conmigo esta noche, digo… Si quieres

 

-¿Qué? No, no pienso molestarla

 

-No es ninguna molestia, yo me siento muy sola y necesito compañía

 

-No tiene que hacer esto por mí, señorita Isabella… Se lo agradezco pero…

 

-Basta ya, tienes que venir conmigo, quiero ayudarte, siento esa necesidad, además piensa en tu bebé, hazlo por él

 

Ella mira al pequeño y solloza. Me vuelve a mirar.

 

-Está bien, pero solo con una condición, que me deje algún día pagarle todo esto que está haciendo por mí

 

-Sí, ya sé cómo me ayudarás- sonrió. Ella me puede ayudar a decidir qué hacer. Es perfecto.- Bueno, vámonos… Tenemos que tomar el autobús

 

-Dios santo, pero tengo un aspecto asqueroso… No van a querer subirme

 

-No te preocupes,  algo inventaremos, además solo estás un poco sucia, no es para tanto

 

-Está bien, le haré caso

 

-Ángela, no me hables de usted, es incómodo, solo tengo veintitrés

 

-Yo diecinueve- dice tímida.

 

-Eres muy chica- murmuro sorprendida-. Bueno, no importa, vámonos ya y tienes que tutearme

 

-Eh… Está bien

 

Las dos caminamos hacia la parada. El autobús llega diez minutos después y por fortuna está vacío. El conductor no dice nada por la apariencia de Ángela.

 

Durante el camino, le pido a Ángela que me muestre a su bebé. Sin duda es hermoso. La piel es un poco morena y el cabello muy oscuro… Su rostro me recuerda a alguien.

 

-Mi hijo no tendría que pasar todas estas necesidades- dice Ángela con amargura-. Su padre es millonario

 

-¿En serio? – pregunto perpleja-. ¿Quién es?

 

-Me da asco pronunciar su nombre, pero te diré quién es… Jacob Black, ese maldito me usó y me embarazó, siempre lo odiaré

 

Me quedo boquiabierta.

 

-¿Jacob Black?

 

-¿Lo conoces?

 

-No te voy a mentir… Sí, lo conozco… Es un maldito acosador, me ha mandado flores y solo lo he visto una vez

 

-Isabella, por favor… No le hagas caso- me suplica-. No te lo digo por celos porque a ese hombre no lo amo, te lo digo por tu seguridad, él es una bestia

 

-Sí, eso supongo- suspiro-. Mejor en casa hablamos de esto con más calma y cuéntame, ¿Cuántos meses tiene tu niño?

 

-Tres- contesta-. Se llama Ben… Es lo mejor que me ha pasado en esta vida, él es el motivo por el que lucho cada día y me mantengo viva… Al menos algo bueno me ha dejado ese desgraciado

 

-Sí… Pero tu hijo no tiene por qué sufrir así… Necesita un hogar… ¿Cómo rayos has sobrevivido?

 

-Hasta yo misma me lo pregunto- esboza una pequeña sonrisa-. Yo… he tenido que robar para poder sacar adelante a mi bebé… Pedir limosna, meterme a lugares que no debo a pasar la noche, una vez me quedé en un supermercado

 

Me rio.

 

-¿Cómo en la película?

 

-Sí- contesta riendo-. Como en esa película, solo que mi bebé ya había nacido

 

Seguimos platicando cosas referentes a Ben. El hecho de que él es hijo de Jacob no cambia las cosas; de hecho… Los ayudo con más gusto. Ese maldito bastardo algún día va a arrepentirse de lo que hizo con su propio hijo. De paso me voy a vengar de Billy Black y le demostraré que soy mil veces mejor que él.

 

Cuando entramos a mi pequeño departamento a Ángela se le iluminan los ojos.

 

-Dios mío, esto es hermoso, y es muy cálido…

 

Me encojo de hombros.

 

-Pues esta es mi humilde casa, no es tan bonita, pero sirve… Ahora quiero que te des una ducha, pero tengo que advertirte algo… El agua está fría

 

-No te preocupes, yo solo quiero bañarme, no me importa como…

 

-Después bañaremos al niño

 

Ángela me mira seria.

 

-Muchas gracias por lo que estás haciendo por mí, de verdad eres un ángel

 

Me sonrojo.

 

-No, claro que no…

 

-Lo eres… ¿Sabes? Si tú tuvieras mucho dinero estoy segura de que ayudarías a muchísima gente que está en mi situación, eso sería bueno

 

-¿Qué?

 

-Perdón, solo digo estupideces- se ríe nerviosa-. Disculpa

 

-No, no has dicho ninguna estupidez… Ángela, me has dado una excelente idea

 

-¿Qué quieres decir?

 

-Deja a tu bebé sobre la cama, necesito contarte algo… Sé que te conozco desde hace media hora pero algo me hace confiar en ti

 

Ángela sonríe y deja al bebé sobre mi cama. Le pone unas almohadas para que no se caiga.

 

-Mira, yo tengo la posibilidad de tener mucho dinero,  provengo de una familia adinerada, la familia Swan

 

-¡¿Qué?!- grita-. ¿Isabella Swan? ¿Eres hermana de Kris…?

 

-Kristen Swan, soy su gemela

 

-Pensé que solo eras igual a ella, pero nunca se me pasó por la mente que…

 

-Lo sé… Yo escapé de casa cuando tenía tu edad, bueno… Tenía dieciocho… Estaba harta de la vida tan falsa que llevaba pero esa es otra historia… El caso es que, cuando mi hermana se murió, volví a ver a mis padres y estos me han ofrecido una herencia la cual no he aceptado

 

-Puedo entenderlo, algo debieron hacerte tus padres

 

-Eso es algo que luego te contaré, el caso es que… Ahora quiero aceptar esa herencia… Tengo que vengarme de alguien y de paso salir de esta situación de mierda en la que me encuentro… ¿Sabes con quien trabajaba?

 

-¿Con quién?

 

-Billy Black, el padre de Jacob… Él me despidió porque no quería estar con su hijo y que yo estaba comprometida

 

Ángela me mira boquiabierta.

 

-Ahora que me has dicho lo que te hizo Jacob, tengo un motivo más para humillarlo

 

-Por algo el destino quiso que nos encontráramos- dice con voz de adivina. Me echo a reír histéricamente. Tengo ansiedad por lo que tengo pensado hacer.  

 

-Sí... Tengo que aceptar esa herencia aunque… Eso implica algo que no quiero

 

-¿Qué?

 

-Casarme con Edward Cullen

 

-¡¿Edward Cullen?! Dios mío… Edward Cullen es un dios griego, ¿Por qué no te quieres casar con él? Además serías rica por partida doble… Tengo entendido que él es heredero

 

-Es el tipo más irritante que puede haber en este planeta- la miro con los ojos entrecerrados.

 

-Algo me dice que te gusta- me mira con burla y le gruño.

 

-Por Dios, ¿Cómo va a gustarme?- estoy más sonrojada que nunca y miro hacia el suelo para evitar el contacto visual con Ángela-. Él era el prometido de mi hermana, que en paz descanse

 

-Ah, ya entiendo que pasa, temes ser un reemplazo de ella

 

-¿Pero qué…?

 

-Olvídalo- suspira-. Tú me has ayudado tanto con darme un techo donde dormir esta noche, disculpa por meterme en asuntos que no me incumben

 

-No Ángela… Has acertado, algo que me impedirá enamorarme de él es eso… Siempre me sentiré una sustituta de Kristen

 

-Entonces, si tu hermana no hubiese existido, ¿Tú te enamorarías de Edward Cullen?

 

Mierda, mierda, mierda. No sé qué decir. Mi mente pensó en “Sí” inmediatamente, pero me niego a aceptarlo.

 

-El hubiera no existe, así que no puedo responder a eso porque no lo sé

 

-Bueno- bosteza-. Creo que iré a ducharme

 

Me rio y asiento.

 

-Está bien, toma la ropa que necesites, están en los cajones de allá

 

Ángela se ruboriza. Que bien… Ahora le toca a ella.

 

-Isabella, ¿No te molesta? Digo, soy una extraña

 

-Ya no lo eres, además estamos destinadas a compartir muchos momentos a partir de ahora… Te ayudaré a que Jacob se arrepienta de lo que te hizo, ahora sí… Vete a bañar, estás muy sucia, anda

 

Ángela se rie y se mete al baño no sin antes tomar unas prendas de mis cajones.

 

-¡Toma una toalla!- le grito.

 

Mientras Ángela se baña, me dirijo al pequeño y me tomo la libertad de cargarlo. El bebé es demasiado hermoso, inocente. Me resulta difícil concebir la idea de que algo tan pequeño y puro venga de alguien tan despreciable y siniestro. Pero bueno… También es hijo de Ángela, quien es una buena chica.

 

-Tú tienes que ser bueno- le susurro al bebé y me rio cuando este sonríe un poco.  Sus ojitos oscuros me miran con curiosidad. Me imagino por un momento como sería tener a mi propio bebé entre mis brazos.  Tal vez pensaría lo mismo… Que como un ser tan inocente y precioso podría ser hijo de un tipo tan irritante pero que a la vez me gusta tanto. Eso último jamás lo pienso admitir en voz alta-. Ben, eres demasiado lindo, no seas como tu padre, por favor

 

De repente Ángela sale con una de mis pijamas y secándose el pelo empapado.

 

-Me ha encantado ducharme- tiene una sonrisa radiante en el rostro y eso me hace feliz. Su mirada se dirige a mis brazos.

 

-Te ves demasiado linda con un bebé en los brazos- suspira-. Deberías casarte y ser mamá

 

-Eso tengo que hacer- le digo seria-. Edward Cullen me ha pedido un hijo

 

-¡¿Qué?! Isabella… No pierdas la oportunidad, aceptando esa herencia tu vida no solo cambiará… Puedes intentar ayudar a muchas personas, piénsalo

 

-Tienes mucha razón, Ángela, pero me da miedo- me muerdo el labio.

 

-No estás obligada a hacerlo, pero tienes que considerarlo…

 

-Sí…  Bueno, intenta bañar al bebé, pero me da miedo, el agua está helada

 

-No te preocupes, él está acostumbrado a esto…

 

Otro nudo en la garganta.

 

-¿Es en serio?

 

-Sí, mi niño es un valiente… Está acostumbrado a pasar por cosas duras y solo tiene tres meses… Mi hijo es un angelito

 

-No lo dudo

 

-Isabella- suspira-. Tengo que confesarte algo, yo te conozco, por eso he aceptado tu ayuda casi de inmediato

 

La miro seria.

 

-¿Sí?

 

-Me llamo Ángela Weber, ¿No te suena el apellido?

 

Weber. Esa familia es muy cercana a la mía… Los padres de Ángela fueron padrinos de bautizo de Kristen. A pesar de la cercanía entre las dos familias, yo solo vi una vez a las hijas del matrimonio Weber. Dos hermosas niñas morenas. Leah y… Ángela. Ahora la recuerdo… Es la hija pequeña; la que me agradó.

 

-Ya recordé- digo impresionada.

 

-Me alegra escuchar eso

 

-Pero Ángela… Tú no deberías estar en estas condiciones… Tus padres son multimillonarios

 

-Me corrieron de la casa al enterarse de mi embarazo- me contesta-. Yo estaba comprometida con Jasper Hale, un hombre al que no amaba en lo absoluto… Conocí a Jacob y me enamoré… Estuve con él en varias ocasiones pero con Jasper no, él nunca me tocó… cuando me enteré de mi estado fui a hablar con el padre de Jacob y le dije de mi embarazo, él me contestó que Jacob no quería volver a saber nada de mí y que me largara, después busqué a Jacob y  traté de decirle pero me gritó, me dijo insultos muy desagradables y que estaba enterado de que esperaba un hijo pero que estaba seguro de que no era suyo, que era de Jasper, Isabella… Yo lo amaba, le intenté decir muchas veces que era su hijo pero no me escuchó, me dejó sola y ese amor que le tenía se fue transformando en odio, yo había soportado su posesión, sus celos enfermizos, todo, absolutamente todo, pero eso fue el colmo

 

-¿Y qué sucedió después?- pregunto. Ángela retira al bebé de mis brazos; cierra los ojos y respira profundo.

 

-Pensé que podía lograr acostarme con Jasper para decir que era su hijo, engañarlos… Cuando estuve por lograrlo me invadió la culpa y le confesé todo a mi prometido… Se enfureció y me dijo que no quería saber nada más de mí, que era una cualquiera… Me indigné por su hipocresía… Él también me engañaba con una mujer que se llama María… Más tarde les confesé a mis padres que esperaba un bebé y que rompí mi compromiso… No les dije quién era el padre de la criatura y me corrieron de la casa y se encargaron de que no consiguiera empleo en ninguna parte

 

-Que horribles son tus padres- me levanto indignada-. Tú no merecías que te echaran a la calle así

 

-Pues no… Pero, así lo hicieron… Me querían ver muerta por deshonrarlos, pero por algo he sobrevivido, Isabella y esa razón es para verlos arrepentirse por lo que me hicieron, sobre todo Jacob y su padre

 

-Quizás tengas razón… Tal vez algún día se arrepientan o por lo menos se impresionaran de que tú sola pudiste mantener a ese niño vivo

 

-Isabella, ¿Podrías hacerme un gran favor si llegas a aceptar esa herencia? Dame un empleo de lo que sea… Te prometo que te estaré agradecida de por vida y que jamás te fallaré

 

-Ángela, no te preocupes por eso... Claro que tendrás un empleo y a ti y a Ben no les faltará nada

 

Tengo que cumplir esa promesa. Por Ángela y por Ben, debo aceptar mi destino; además me quiero vengar de Billy… También quiero demostrar que no soy ninguna cobarde y sobre todo… Deseo saber cómo será aquel niño que debo darle a Edward.

 

Me alejo de Ángela y saco mi teléfono. Debo hacer esto antes de que me arrepienta. Le marco a Edward y me contesta en un segundo.

 

-¿Qué sucede Isabella?- pregunta preocupado.

 

-Edward- suspiro-. No tengo nada más que pensar… Tú y yo tenemos que ir a hablar con mis padres

 

-¿Qué estás tratando de decir?- parece emocionado y deseo patearlo pero ahora no es el momento para mis comentarios de siempre.

 

-Mañana iré a aceptar mi herencia y a ponerle fecha a nuestra boda… Edward… Acepto casarme contigo y darte ese hijo que me pediste 

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Uffff.... Al fin terminé el capítulo. Creo que me quedó algo largo y de ahora en adelante trataré de que sea así, porque los capítulos largos siempre son mejores :D o desde mi punto de vista así es.

Gracias a CINTY, KEIT, YAMI_CRAZZII Y KIMBERLYCULLEN por sus opiniones. También gracias por los votitos que me han dejado. Estoy feliz de que mi fic les guste, así como a mi me gusta escribirlo. Les vuelvo a recordar que si cometo algun error, me lo hagan saber para corregirlo ;) se los agradeceré bastante. Bueno, espero que les guste como va la historia (Aunque vaya lenta, el romance aun no empieza, ninguno de los dos se ha enamorado "SEGÚN BELLA" Pero según yo... Jajaja no se los diré, eso lo sabrán más adelante) Por último quisiera hacerles una pregunta, es que de verdad no se que hacer... ¿Quieren que este fic sea +18 o normal? Es que de verdad ni idea tengo de que hacer... Espero que me ayuden a decidirlo :) 

Besoss!! Las quiero... saludos desde México

Atte... Sachiko065 

Capítulo 5: Un nuevo acosador Capítulo 7: Charla con mi prometido

 
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