Ya estaba hecho.

No, ya no había vuelta a tras, lo que jamás me lo iba a perdonar a mi mismo, pero como ella pudo creerme a si de fácil, eso me destrozó aun mas, el dolor era insoportable, me di cuenta que había dejado de correr y mis rodillas tocaron el suelo, mis manos las siguieron, sentía mi cuerpo quebrado. Quería desahogarme pero no podía, si gritara Bella podía oírme.

De pronto una angustia me inundo, recordé la ultima expresión de su cara, esa imagen se me quedo gravada dentro y nunca se me iba a olvidar. Tampoco iba a permitir dejar de pensar en ella, esa era mi carga, esa era mi tortura eterna.

Tuve la necesidad urgente de volver, mi cuerpo reacciono al instante, ya estaba de pie, sabía que ella me había seguido por el bosque, tenía que ver como estaba, solo saber.

Eso me dije y retrocedí.

Mi voluntad quedó hecha trizas, su olor me condujo rápido hacia donde ella se encontraba, y ahí estaba yo, a varios metros de donde estaba Bella, ella no podía verme, me escondí detrás de un gran árbol, tenía que ser fuerte para no flaquear, había sido bastante fuerte herir su alma cuando le respondí  esa pregunta con un simple No, no fui capaz de terminar la frase con el “No, no te Amo”, la expresión de su cara me hizo estremecer.

Me repetí cien veces que tenía ser capaz quedarme donde estaba no podía dar un paso mas hacia ella, tenía que hacerlo por su vida, por su futuro, por su destino. Yo no lo era, nunca lo fui y nunca lo sería.

Su olor era inconfundible, estaba tan cerca  de mí, estaba desorientada, perdida, sola, aturdida y dando vueltas en círculos, tropezando constantemente, las ganas de correr hacia ella, de ponerla a salvo, eran incontrolables.

No quería respirar mas, si respiraba iba a ceder, me controle un poco al no sentir su aroma.

De pronto en una de sus caídas no se levanto, se dejo vencer, eso me disgusto, ella era valiente, tenia que seguir existiendo, vivir su vida y ser feliz, por los dos, su felicidad era la mía.  

Cada palabra que salio de mi boca era una blasfemia, ni cuando era humano mentí de esa manera, en ese momento hubiera dado cualquier cosa por no tener que hacerlo, era como si en mi mano todavía sintiera el puñal con el que le atravesé el corazón.       

A ratos la sentí llorar descontroladamente, pronunciaba mi nombre constantemente y parecía que su pena iba creciendo.

Me estaba volviendo loco verla ahí tirada, sin reaccionar a la lluvia que había empezado a caer suave, estaba empezando a oscurecer, y no se movía, de pronto pensé en su padre, cuando llegara a casa y no la viera.

Tenía que hacer algo.

Lo ultimo.

 Y en vez acercarme a ella, me concentre en correr a su casa, no me llevo mucho, su padre no había vuelto aun, contaba con unos minutos para ver que podía hacer por ella.

Sabía que no se iba a mover, así que lo único que podía hacer era llevar a su padre a donde estaba ella, pero al hacerlo me iba a ver implicado, tampoco podía volver al bosque.

Un mensaje de Bella, su padre sabría donde buscarla, aunque ella se iba a dar cuenta de que yo fui el que la escribió. Pero que mas podía hacer yo ella estaba perdida, su estado era imposible, no había opción.

Entre a su casa por la parte de a tras, busque un pedazo de papel, un bolígrafo y escribí:   

«Voy a dar un paseo con Edward por el sendero. Volveré pronto, B.»

La letra de Bella me era un tanto difícil de falsificar por eso, tuve que repetir la escritura dos o tres veces, y no fui capaz de escribir su nombre completo.

No pude evitar subir a su cuarto, era la última vez que estaba en su casa, me permití cerrar los ojos y aspirar varias veces hondo, su presencia estaba allí, ese aroma que me enloquecía y sin el cual no podía imaginar no volver a tenerlo.

 Cuando abrí los ojos recorrí la habitación mis ojos se clavaron en los envoltorios de los regalos que mi familia y yo le habíamos obsequiado, se vino a mi mente la promesa estúpida, esa maldita promesa, de hacer como si yo nunca me hubiera cruzado en su vida, y que cambio la de los dos.   

Sentí la patrulla de padre, cerca casi dando la vuelta en la esquina.

Me dolió hacer aquello, pero tome todos esos regalos y las fotos que estaban allí. Todas las que tenían mi cara.

En un segundo me paso por la cabeza todos lo momentos más importantes que habíamos vivido, cuando la salve del coche de Tayler. Cuando la rescate de esos tipos en Port Ángeles, Cuando me recordó que ella era una oveja estúpida al enamorase de un león, cuando por fin me presento a su padre oficialmente, padre que apropósito estaba entrando, solo tenia que asegurarme de que viera mi nota, ósea la nota de ella.

Por suerte la encontró casi enseguida, pero miró la hora y se preocupó, luego miró por la ventana, y sentí que cogía el teléfono marco nadie le contesto, por sus pensamientos supe que había marcado a mi casa, luego marco otro  y dijo:

- Billy, Hola necesito…

No escuche mas, ya sabía que no tardaría en ir en su búsqueda. Volví a subir sigiloso y me lance por su ventana.

Cuando llegue a la esquina me gire, observe un buen rato esa casa que jamás volvería a ver, vi a su padre salir de su casa y dirigirse al bosque.

Volví a ver su casa, cerré los ojos, me gire y eche a correr.