Me desperté algo desorientada y sola en la cama, mire la hora y eran las nueve, Edward ya se habrá ido a la empresa, yo no podía ir a trabajar todavía, Renesmee era aún muy chiquita para que la dejara sola. Me levante y fui al cuarto de mi hija, esta se encontraba con sus preciosos ojos verdes bien abiertos y moviendo sus manitas y sus piecitos, era adorable. Aproveche que Renesmee estaba entretenida y entre a ducharme, una vez limpia me coloque unos jeans y una básica color negro acompañado de mis zapatillas, cepille mi cabello y luego fui a atender a mi bebe, la amamante, le cambie los pañales y le cante esa bella melodía que Edward tarareaba para ella, aunque yo no era ni la mitad de buena cantando y tranquilizando a Renesmee, se notaba a kilómetros que era apegada a su padre.
Deje a Renesmee en la cuna y tome rumbo a la cocina a desayunar, estaba masticando mis cereales y viendo las noticias por la televisión, ultimamente me sentía ajena al mundo exterior. Tomé el recipiente de cereales vacío y abrí el grifo para lavarlo.
Sentí varios ruidos provenientes de afuera pero no le di importancia. Apague la tele y ordene un poco la sala, sentí de nuevo esos ruidos pero ahora eran con mayor intensidad entonces un fuerte golpe en la puerta me alarmo, seguido de otro y otro, eran constantes y si seguían así tirarían la puerta abajo, mi corazón empezó a hacerse notar pero no se me ocurrió otra cosa que tomar el teléfono fijo y marcar nerviosamente a Edward mientras la puerta seguía siendo atacada.
Por favor conesta, por favor contesta.
-Hola amor-se escuchó a Edward desde la otra línea.
-Edward, tengo miedo, Edward alguien quiere entrar a la casa, ven rápido-mi voz salió alarmada y nerviosa.
-Bella, tranquila, estoy saliendo ahora mismo amor, por favor cuídate, protege a nuestra hija, llegare lo antes que pueda-y sin más colgó.
Pude escuchar un golpe en seco, el de una puerta derribada, mi corazón se detuvo y lo único que pude hacer es correr con el teléfono hacía la habitación de mi hija, cerré la puerta y le puse seguro, prácticamente estaba temblando, estaba muy asustada por mí y por mi bebe, sentí voces y pasos de aquí para allá, tome a Renesmee en mis brazos y la abrace a mi cuerpo como si mi vida dependiera de ello, yo sabía porque estaban aquí, sabía la razón, el momento había llegado, el momento de separarme de mi hija. Mas lagrimas comenzaron a salir de mis ojos pero me mantenía en por mi bebe, sentí pasos acercándose y voces que no conocía entonces los mismos golpes que derribaron la puerta de entrada comenzaron a escucharse en la puerta que había cerrado con llave, mi bebe no se movía, solamente sus ojos vagaban por la habitación, los golpes fueron incrementándose y sabía que era el fin. Este podía ser el último recuerdo que me quedara de mi hija. Fije mi mirada en su rostro y ella como si entendiera poso sus ojitos en los míos.
-Te amo-solloce con lágrimas dándole un dulce beso en su frente.
Entonces la puerta se derrumbó y de lo único que fui consciente fue de que mi hija ya no estaba en mis brazos y de mis gritos desgarradores tratando de luchar por esa bebe que descansaba en los brazos de Jane, sin dudas estaba teniendo un ataque de nervios, me sentía tan impotente, tan miserable, ver como se llevaban a mi hija, logre zafarme de uno de su seguridad y alcance a Jane, estaba por ponerle las manos encima pero me tomaron por atrás alejándome de ella y de mi hija.
-¡POR FAVOR NO! RENESMEE, SE LLAMA RENESMEE-grite desgarrándome el alma, Jane solo siguió su camino con la mirada seria y calculadora que poseía, llevándose a mi razón de vida, a mi hija. Me encerraron en mi cuarto y empecé a golpear con desesperación la puerta, que sensación más horrenda, sentía que mi pecho se desgarraba en dos y mi alma se rompía en pedazos, me lamentaba el no haber podido hacer algo más, fui una inútil, no luche por mi hija, se la llevaron. Grite con impotecia haciendo que mis cuerdas vocales se dañaran en el acto pero eso no era nada comparado con el dolor que sentía dentro. De pronto deje de escuchar ruido alguno, todo quedo en completo silencio, solo se escuchaba mis sollozos desgarradores.
Nose cuanto tiempo paso, solo sé que no tenía más fuerzas ni siquiera para llorar, el dolor en mi pecho era insoportable, la nostalgia que sentía no podía compararla con nada. La puerta de la habitación se abrió y dejo ver a un Edward que ya tenía sus ojos cristalinos, pero lo único que hice fue salir corriendo de esa habitación, corrí por toda la casa buscando a mi hija, sabía que era inútil pero ¿Quién me iba a afirmar que ella ya no se encontraba a mi lado? Llegue por ultimo a su habitación y nose porque pero una pequeña esperanza se alojó en mí, tal vez me acercara a su cuna y la viera como todos los días, hermosa y presente en alma y cuerpo, me acerque temerosa y me derrumbe en el suelo, ella no estaba, no estaba, se la llevaron, mis lágrimas caían sin cesar y mi mente repetía las palabras no está, se la llevaron, no está, se la llevaron.
Sentí unos brazos a mi alrededor y levante mi vista, Edward derramaba lágrimas pero mantenía sus brazos firmes tratando de apoyarme inutilmente, él sabía lo que pasaba, todos lo sabíamos y era mi culpa, sufríamos por mi culpa, yo, quién no supo proteger a su hija.
-Perdóname-sollozo Edward en mi oído lo cual hizo que me sintiera aun peor, él no tenía la culpa de nada, fui yo, la estúpida que no supo cuidarse, que siguió adelante sabiendo lo que ocurriría ¿Qué estaba pensando cuando decidí traer al mundo a mi bebe? ¿Qué la iba a tener por toda la vida y que iba a verla crecer a mi lado? Era una tonta.
-Mi bebe, no está, se la llevaron, no está-seguí llorando.
Edward y yo nos quedamos horas en el suelo de la habitación llorando como dos niños pequeños, ambos nos pedíamos perdón y nos lamentábamos todo esto. ¿Qué le diría a la familia? Definitivamente no tenía fuerzas para decirles, ni siquiera me creía posible de emitir palabra alguna, solo llorar y sollozar en nombre de mi hija. ¿Acaso solo eran tres tristes meses los que pude disfrutarla?
Era completamente de noche, no tenía noción del tiempo y no me interesaba, Edward se limpió las lágrimas con el dorso de su mano y me miró fijamente, hizo ademan para levantarnos a ambos pero yo no respondí, estaba muerta en vida.
-Vamos Bella, por favor-dijo con voz quebrada tirando de mi brazo, de seguro el verme en este estado le estaba haciendo las cosas aún más difíciles, pero no me creía capaz de levantarme, de moverme, de hablar, solo quería a mi hija, quería su calor, sus ojos, su llanto, su piel suave, sus manitos y piecitos moviéndose…la quería a ella. Levante la vista y más lágrimas se escaparon de mi al ver la cuna de madera y su acolchado.
Me puse de pie rápidamente al recordar algo, me acerque a la cuna vacía y vi el perfecto oso blanco que Edward le compro a Renesmee cuando nació, sin dudarlo lo tome y lo abrace con fuerza desprendiendo lágrimas, era un recordatorio de ella, de mi hija.
-Ven amor-insistió Edward al ver que yo me quede petrificada abrazando al oso.
Al no obtener respuesta de mi parte me jalo del brazo con suavidad conduciéndome hacía donde debería estar la puerta pero yo me zafe y volví a mi posición.
-Bella, por favor, necesitas descansar.
-¿Cómo quieres que descanse cuando se llevaron a mi hija?-le dije apretando los dientes.
-Amor, mírame, Bella por favor mírame-me pidió con voz suplicante sintiendo como se acercaba a mí.
A duras penas aparte la vista de la cuna y la fije en su mirada, estaba totalmente consternado, bajo sus ojos se formaban unas ojeras que demacraban esa mirada alegre que tenía hace no menos de un día, ahora era un hombre totalmente alejado de esa felicidad que compartíamos, era la viva prueba de la derrota y el sufrimiento. De seguro mi rostro reflejaba exactamente lo mismo por lo cual a ambos se nos hacía aún más difícil todo esto, el vernos sufrir era algo insoportable y ahora mismo lo estábamos viviendo.
-Bella mi amor, nose como decirte esto pero te juro, te doy mi palabra, que no me rendiré hasta que nuestra hija vuelva con nosotros porque es nuestra. Mañana mismo empezare todo el operativo, Renesmee va a volver a estar con nosotros, con sus padres y con su familia porque es aquí donde pertenece, pero no puedo tener la fuerza que necesito si tú no estás a mi lado, por favor Bella, luchemos por nuestra hija, por nuestra felicidad, tú misma me lo dijiste un día, hay que ser fuertes por ella y por nosotros, te necesito a mi lado amor y Renesmee también te necesita, por favor-rogo penetrándome con su mirada.
-Lo único que quiero en esta vida es a mi hija, solo te pido que vuelva a casa, estaré contigo pero quiero que ella este con nosotros-solloce tomando una de sus manos.
-Te lo prometo mi amor, te juro que Renesmee volverá a casa- dijo depositando un beso en mi frente.
Auch. Y bueno...tenía que pasar. Nuevo capítulo chicas, subire más seguido pero es que no tengo tanto tiempo estos meses. Espero sus votos y comentarios, no lo olviden. Besitos.
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