Luchare por ser feliz (+18)

Autor: vgdm
Género: Romance
Fecha Creación: 11/02/2013
Fecha Actualización: 30/06/2013
Finalizado: SI
Votos: 6
Comentarios: 13
Visitas: 79296
Capítulos: 50

¿Qué sentirias si estás obligado a entregar a tu hijo y qué no puedes hacer nada al respecto?

Esta es la historia de Bella Swan, una chica que se niega por completo al amor debido a la situación que afronta su vida hasta que Edward Cullen cambiará por completo sus ideas y le enseñará a luchar por ser feliz.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 43: Simplemente perfecto

Tres meses. Mi pequeña Renesmee ya cumplía tres meses de haber nacido, el tiempo pasaba volando y yo me sentía la mujer más feliz del mundo, tenía un esposo que amaba con locura y una preciosa hija que era el tesoro más grande en mi vida, las cosas mejoraban paso a paso, gracias a dios Jane no hizo aparición pero aun así me mantenía alerta, ahora que tenía a mi bebe sentía que si me la quitaban me derrumbaría en mil pedazos, ella era mi vida, mi sangre, mi hija.

Aún recuerdo esa primera noche cuando llegamos de casa de mis suegros, Edward se había empecinado en que lleváramos la cuna de la bebe a nuestra habitación los primeros meses por precaución y no me quedo otra que aceptar.

FLASHBACK.

-Bella, es que mírala, es tan chiquita-Edward hizo un puchero adorable y suspire pesadamente, lo único que quería era una cama y dormir siglos.

-De acuerdo Edward, trae la cuna a la habitación, total estamos en cuarentena-esas palabras resonaron en su cabeza y me miro confundido.

-¿Cuarentena?-pregunto tímido.

-Sí, lo siento Cullen pero tus manos tendrán que estar alejaditas de mi cuerpo por un buen tiempo-le dije y el frunció el ceño todavía sin poder asimilarlo.

Edward coloco la cuna de la bebe en la habitación mientras yo le sacaba los gases ya que recién había terminado de amamantarla, me puse en pie y la acune un buen rato hasta que sus dulces ojos se cerraron y yo me acerque a la cuna depositándola con cuidado.

-Es lo mejor que he hecho en mi vida-susurro Edward abrazándome por detrás con la vista fija en nuestra pequeña.

-Es nuestro pequeño milagro, nuestra hija-le conteste viendo como el pechito de mi bebe subía y bajaba a causa de su tranquila respiración, se veía tan en paz, tan armoniosa.

Esa noche me dormí profundamente en los brazos de mi esposo, sonriendo porque conseguí lo que quería, por ahora, pero estaba hecho, mi bebe, mi Edward y yo, mi familia, mi felicidad, era todo lo que quería en este mundo y no permitiría que me lo arrebaten.

FIN DEL FLASBACK.

-¡Bella! ¿Estas siquiera escuchándome? –Alice llamo mi atención sacándome de mi recuerdo.

-Lo siento Al, me distraje ¿En que estábamos?-pregunte.

-En que dentro de cuatro semanas nacerán tus sobrinos y debes prestar atención-dijo Alice posando su atención en la carretera, como todos los martes y jueves nos íbamos al gimnasio, estaba en dieta estricta para recuperar mi figura de antes e iba perfecto, creo que hasta algo mejor que antes ya que mi trasero se veía más grande al igual que mis pechos, pero era algo normal después de todo, valía la pena.

-¿Alice tu que harás mientras nosotras sudamos?-pregunto Rosalie desde el asiento de atrás, ella también nos acompañaba en esta rutina de gimnasia.

-Y digamos que no me queda otra que sentarme a hablar con Paul y Lila-dijo suspirando.

-No entiendo porque nos acompañas, yo en tu estado estaba tirada en la cama sin caminar, y encima tu cargas a dos, Alice puedes poner en riesgo a los bebes-le advertí pero ella solo sonrío aparcando frente al gym.

-Créanme chicas, estoy perfectamente, tengo energía de sobra-dijo segura saliendo del auto con precaución.

Nos adentramos en el gimnasio y Lila, una mujer alta de cabello castaño y la dueña del local, corrió al ver a Alice con su enrome panza y se la llevo hacía las sillas del mostrador donde atendía su esposo Paul. 

-Bien chicas, déjenme con la embarazada y ustedes vayan a perder kilos-dijo Lila sonriente.

Rosalie comenzó por el escalador y yo me dirigí a la cinta. Luego de veinte minutos caminando sobre ella fui a la bicicleta e hice algunos abdominales pero luego Rose me pido que la acompañara a la sala de pesas, yo no era muy buena con esas cosas, es más, se me daba muy mal levantarlas, pero siempre había gente encargada de ayudarte. Tome una pesa de unos 2 kilos en ambas manos y comencé a levantarlas con algo de esfuerzo, Rosalie era feroz en el tema de las pesas, ella siempre lograba asombrarme levantando cosas que, creo eran imposibles, luego de unos minutos decidí dejar las pesas de lado y me dirigí a tomar algo de agua entonces sentí a alguien acercarse a mí.

-No te llevas muy bien con las pesas-murmuro la voz de un hombre que se acercó y se sirvió una vaso de agua.

-No se me dan del todo bien-respondí dedicándole una cálida sonrisa al forzudo hombre de ojos azules como el cielo-soy Bella.

-Me llamo Carl, un gusto. Si tienes problemas dime y te ayudo, soy del personal-dijo pasando una mano por su cabello color negro, gesto que me recordó a mi Edward, que quedó a cargo de Renesmee, por lo que recordé que debía llamarlo para preguntar cómo iba todo.

-Mmm, creo que aceptare tu ayuda-dije y sin más me sonrío tomando rumbo hacía las maquinas, Carl me ayudo con las pesas e hice más abdominales, también me ayudo con algunas máquinas y me sentí un poco incomoda cuando tenía que tocarme para ayudarme o se acercaba demasiado, yo era una mujer casada y esto estaba algo molesto, pero después de todo era su trabajo.

Luego de dos horas en el gimnasio decidimos tomar rumbo a mi casa, ya que pasar tanto tiempo separada de mi hija y de Edward me ponía ansiosa, llame la atención de Alice y esta se despidió de Lila y Paul acercándose a Rosalie y a mí.

-¿Nos vamos?-pregunto Alice.

-Sí, ya es todo por hoy-dijo Rosalie bebiendo de una botella de agua.

-Oye Bella, cuando vengas seguimos con las clases, adiós linda-murmuro Carl despidiéndose y guiñándome el ojo, yo solo sonreí tímidamente ¿Y a este que le pasaba?

-Mmm, Bella creo que alguien por aquí te coqueteo-insinuó Rosalie.

-Vamos Rose, dejen de decir estupideces-dije encaminándome fuera del gimnasio.

Subimos al auto y esta vez condujo Rosalie ya que no queríamos abusar de Alice en su estado, se supone que debíamos cuidarla. Rose aparco en mi casa y las tres bajamos adentrándonos en ella, se escucharon algunas risas en la sala así que supuse que Emmett y Jasper estarían aquí.

-¡Volvimos!-grito Alice y en la sala se callaron de repente.

Las tres reímos y caminamos hacía la cocina, era mediodía y los chicos se quedaban a comer por lo que empezamos a cocinar.

-¿Qué tal les fue en el gimnasio?-preguntaron nuestros hombres entrando en la cocina, cada uno fue a darle un beso a su mujer.

-Excelente ¿No es así Bella?-pregunto Alice alzando las cejas, le fulmine con la mirada.

-¿Qué sucedió Alice?-pregunto Edward cruzándose de brazos ¡Mierda! Iba a matar a Alice.

-Pues nada. Digamos que a Carl le encanta ser el ayudante de Bella-dijo Rosalie como si nada y yo mire a Edward que cerraba sus puños, pero esto no se quedaba así.

-Oh, vamos Rose que a ti ayudantes te sobran ¿Te acuerdas de Mike? El sí que te ayudaba-le guiñe un ojo y la cara de Emmett cambio de una sonrisa divertida al enojo total.

-Por suerte nadie se fija en una simple embarazada que solo se sienta a comer y tomar jugos-dijo Alice y Jasper suspiro aliviado.

-¿Qué acaso no te acuerdas de Peter Al? Wow. Ese chico muere por ti, hoy mismo me pregunto y se estaba por acercar a hablarte pero se tenía que ir-relato Rosalie y Alice la asesino con la mirada.

Los tres chicos nos veían serios, cruzados de brazos y apretando los dientes.

-De ahora en más no irán solas al gimnasio-advirtio Edward molesto.

-A ver celosos, somos mujeres, podemos despertar la mirada de muchos hombres y no queremos que nos acompañen al gimnasio, podemos ir solas-se quejó Rosalie cruzándose de brazos.

-Exacto, además ¿Quién cuidara a los niños? Dejen de comportarse como adolescentes porque ya son bastante grandes-dije molesta por la escena de celos que nos estaban haciendo.

-Los dejaremos con sus abuelos-dijo Jasper.

-¿Ahora le vieron la cara de guardería a Esme y Carlisle?-pregunto Alice.

-¡Oigan basta! No quiero escuchar sus reclamaciones ¿Dónde quedo la confianza?-pregunto Rosalie algo alterada.

-La confianza sigue, lo que no queremos es los ojos de tipos que las miran sin consideración-respondió Emmett elevando el tono.

-¡Dejen de discutir! Ya basta, somos grandes y creería yo que ninguna esta por cambiar a su marido por unos malditos minutos de sexo, coqueteo o lo que sea. Déjense de comportar como tontos. Iré a ver a mi hija-dije ya algo sacada y salí de la cocina  dirigiéndome a la sala donde mi bebe dormía plácidamente en su carrito, me puse de cuclillas y di un suave besito en la manito de Renesmee.

Deje a mi bebe descansar y volví a la cocina donde ya estaba todo más calmado, los chicos estaban sentados en las bancas del desayunador comiendo unos cubitos de queso y tomando una copa de vino. Edward al percatarse de mi presencia me miro con ojos de arrepentimiento.

-Perdón amor, es sabes que los celos me pueden, odio que miren lo que es mío-se disculpó Edward tomando mi mano.

-Te entiendo pero debes confiar en mí-dije.

-Prometo hacerlo-me dijo para después besar suavemente mis labios.

Con las chicas ya íbamos terminando el almuerzo mientras que nuestros esposos colocaban la mesa, cocinamos unos ricos tomates rellenos acompañados de carne roja, una vez todo listo nos dirigimos a la mesa, todo fue entre charla y risa, de postre comimos una torta de chocolate que preparo Rosalie, Emmy comía en silencio y lo veía muy pegado a su mamá por lo que pregunte que le sucedía y Emmett le quito importancia diciendo que estaba un tanto engripado. Una vez que todos quedamos satisfechos, con Rosalie comenzamos a lavar los platos mientras que Alice fue al sofá a reposar un rato, con Rose hablábamos de asuntos triviales de lo más tranquilas pero entonces Edward apareció en la cocina con Renesmee en brazos, esta estaba con sus preciosos ojos verdes bien abiertos.

-Creo que está buscando a su mamá-dijo Edward sonriente.

-Mi hermosa bebe ¿Me extrañaste mi amor? Ven con mamá angelito mío-canturree mientras Edward me la pasaba, el solo tenerla a mi lado era el cielo, le bese la frente y esta se llevó su pequeño puñito a la boca, debía tener hambre, mi pequeña comía bastante seguido, era muy hambrienta. Rosalie se acercó a nosotras y acaricio suavemente el cabello poco visible de Renesmee, era igual al de su padre.

-Vas a ser la sobrina consentida de eso ni lo dudes-dijo Rosalie.

-Chicos vengan a la sala-grito Emmett.

Nos encaminamos a la sala y estaban Emmett sentado en uno de los sillones y en el más grande estaba Alice recostada siendo atendida por Jasper que le masajeaba los pies, no pude evitar soltar una carcajada al ver la escena.

-Creo que todos pasamos por esto-dijo Jasper con el ceño fruncido.

-Es lo mínimo que pueden hacer, nosotras llevamos a sus hijos nueve meses dentro nuestro y soportamos sufrimiento para que estén aquí, así que no se quejen-dijo Rosalie sentándose al lado de Emmett que tenía a Emmy dormido en sus brazos.

Tome asiento al lado de Edward y Renesmee empezaba a balbucear llamando la atención de su padre que era todo ojos para ella, su princesa era la consentida, tuve que darle la bebe a Edward ya que prácticamente estaba arriba mío haciendo caras para que nuestra hija riera, soltaba pequeños soniditos acompañados de una sonrisa, era sencillamente adorable.

-Que papa idiotizado-comento Emmett riendo.

-Calla Emmett, como si tú no le haces caritas a tu hijo-le reprendí y él rodo los ojos.

-Quiero ya a mis bebes-dijo Alice haciendo un puchero y acariciando su panza.

-Estarán con nosotros dentro de poco cariño-le dijo Jasper acompañando a la mano de Alice que hacía círculos alrededor de su enorme vientre.

Con los chicos pasamos una tarde bastante entretenida, ahora todos se iban marchando ya que la noche se nos caía encima, le dije a Alice que me avisara si es que los melliz se adelantaban ya que el doctor dijo que era muy probable que eso sucediera, Emmett y Rose se llevaron a Emmy que estaba con un poco de fiebre, mi pobre sobrinito.

-Adiós chicos, gracias por todo-se despidió Rosalie con su niño en brazos.

-Nos vemos pronto-dije y vi como parte de nuestra familia se iba por lo que cerré la puerta y me acerque a Edward que cargaba a nuestra hija totalmente dormida.

-Iré a acostarla en la cuna-me informo Edward subiendo las escaleras con la beba en brazos.

Tome rumbo a la cocina y bebí un vaso con agua, me sentía cansada por lo que apague las luces y verifique que todo estuviera cerrado, una vez hecho esto, subí las escaleras y me encamine a la habitación de mi Renesmee, allí se encontraba Edward de espaldas a mí con su vista fija en la cuna de ella, me acerque y con mis brazos le rodee la cintura, él se sobresaltó por mi interrupción pero me dedico una hermosa sonrisa.

-¿Qué tanto ves a nuestra hija?-le pregunte.

-Me maravillo por lo hermosa que es y pienso en lo agraciado de soy de tenerte a ti y a ella en mi vida-me confesó, lo que hizo que un hermoso sentimiento se apoderara de mí.

Me coloque al lado de Edward y observe a nuestra pequeña, tal como lo dijo, era hermosa, tan chiquita, indefensa e inocente, tenía casi todos los rasgos de Edward, los ojos, el cabello, no se podía negar que no era su hija, aunque su piel y su perfecta naricita lo saco de mí. Me hubiera quedado toda una vida viendo a mi hija pero sin previo aviso bostece ganándome una sonrisa traviesa por parte de mi marido.

-Vamos a dormir, mañana debo levantarme temprano-dijo Edward y tomo mi mano guiándome hacía nuestra habitación, ambos nos despojamos de nuestra ropa y nos dimos unos cuantos besos pero sin llegar a segundas intenciones, poco a poco el sueño nos fue venciendo hasta caer en la inconciencia. Luego de un rato sentí el llanto de mi hija y como acto reflejo mis ojos se abrieron de par en par al reconocer de quien se trataba, Edward se removió y me miro con el ceño fruncido.

-Iré yo, debe tener hambre-le dije dando un beso en su frente y él volvió a cerrar sus ojos, me dirigí a la habitación de dónde provenía el llanto y allí estaba mi chiquita, la tome en brazos y me senté en la silla mecedora que daba a la ventana mientras observaba la oscuridad de la noche, la amamante y mi dulce niña enfocaba sus ojos verdes como los de su padre en mí o los entrecerraba con algo de gracia hasta que quedó dormida en mis brazos, la acune un rato más y luego la deposite en su cuna con delicadeza.

Volví a mi cuarto y me encamine a la cama, mi Edward dormía profundamente dándome la espalda, pero hacía algo de frio por lo que me cubrí con las mantas y me abrace a su cuerpo, Edward suspiro y se sacudió quedando frente a mí, entonces con sus brazos me atrajo a él y yo descanse mi cabeza en su pecho entrelazando mis piernas con las suyas para después soltar un suspiro de satisfacción, todo…era perfecto.


Chicass ¿Como andan? Acá les dejo otro capítulo, espero que lo disfruten. Les digo que ya termine de escribir toda la historia y quedo muy bonita, solo hace falta subirla capítulo por capítulo hasta llegar al final. Espero sus comentarios y votos. Besitos.

Capítulo 42: Mi ángel verdadero Capítulo 44: Pesadilla I

 


Capítulos

Capitulo 1: Relatando los hechos Capitulo 2: Capítulo 2: La empresa Capitulo 3: Es hermosa Capitulo 4: Un almuerzo interesante Capitulo 5: Acercamientos parte: 1 Capitulo 6: Acercamientos parte: 2 Capitulo 7: Sin mucha coordinación Capitulo 8: Podríamos intentarlo Capitulo 9: No estoy celoso Capitulo 10: Autocontrol fallido Capitulo 11: La verdad Capitulo 12: ¿Tú me quieres? Capitulo 13: Conociendo a los Cullen Capitulo 14: Un placer Capitulo 15: Charlie y Reneé Capitulo 16: Mi mejor amigo al altar Capitulo 17: Noticia inseperada Capitulo 18: Una cena algo incomoda Capitulo 19: ¡Feliz Cumpleaños! Capitulo 20: Cinco meses. Capitulo 21: Una noche mágica Capitulo 22: Tarde de cine Capitulo 23: Dulce Navidad Capitulo 24: Te voy a amar Capitulo 25: Rumbo a California Capitulo 26: California contigo Capitulo 27: Juego en marcha Capitulo 28: Año Nuevo Capitulo 29: Beverly Hills Capitulo 30: La propuesta Capitulo 31: La unión Capitulo 32: Solo con mi mitad Capitulo 33: Imposible Capitulo 34: No reacciono Capitulo 35: Apoyo incondicional Capitulo 36: Sigue adelante Capitulo 37: Enfrentando la realidad Capitulo 38: Juntos Capitulo 39: Todo en armonía Capitulo 40: Milagro inesperado Capitulo 41: Milagro inesperado Capitulo 42: Mi ángel verdadero Capitulo 43: Simplemente perfecto Capitulo 44: Pesadilla I Capitulo 45: Pesadilla II: Noticias Capitulo 46: Pesadilla II: Noticias Capitulo 47: Pesadilla III: Esperanzas Capitulo 48: Sin ti Capitulo 49: El alma al cuerpo Capitulo 50: Simplemente felicidad: Fin

 


 
15095823 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 11082 usuarios