|
Capítulo 5: Libro abierto (II parte).
Jasper tardo un momento en calmar las risas, hasta con la ayuda de su don, pero cuando por fin pudo decidió continuar con el capítulo para poder terminarlo.
Durante todo el fin de semana cayó una lluvia fina, silenciosa, por lo que pude dormir bien.
Mucha gente me saludó en el aparcamiento el lunes por la mañana, no recordaba los nombres de todos, pero agité la mano y sonreí a todo el mundo. En clase de Literatura, fiel a su costumbre, Mike se sentó a mi lado. El profesor nos puso un examen sorpresa sobre Cumbres borrascosas. Era fácil, sin complicaciones.
En general, a aquellas alturas me sentía mucho más cómoda de lo que había creído. Más satisfecha de lo que hubiera esperado jamás.
Al salir de la clase, el aire estaba lleno de remolinos blancos. Oí a los compañeros dar gritos de júbilo. El viento me cortó la nariz y las mejillas.
— ¡Vaya! —Exclamó Mike—. Nieva.
--- ¡Nieve! --- repito Bella molesta, la odiaba.
--- Es bonita la nieve --- dijo Nessie con los pensamientos perdidos --- cuando era pequeña mi madre y yo jugábamos a alcanzar copos de nieves para ver que figura tenían.
Edward se las imagino, Bella como una vampira y a Nessie unos años más pequeña, jugando en la pradera a atrapar copos y darles forma, pensó que eso sería un gran momento para las dos y sonrió mirando a la niña que estaba ahí con ellos y que todavía no podía saber mucho de ella.
Jasper miro a Edward por el cambio de emoción, pero negó antes para que nadie lo viera y después le dijo que continuara.
Estudié las pelusas de algodón que se amontaban al lado de la acera y, arremolinándose erráticamente, pasaban junto a mi cara.
— ¡Uf!
Nieve. Mi gozo en un pozo.
--- Guau, sí que odias la nieve --- dijo Nahuel pensativo – quien diría…
--- Lo sé --- dijo Nessie y le dijo a Jasper con la mano para que continuara.
Mike se sorprendió.
— ¿No te gusta la nieve?
—No. Significa que hace demasiado frío incluso para que llueva —obviamente—. Además, pensaba que caía en forma de copos, ya sabes, que cada uno era único y todo eso.
Éstos se parecen a los extremos de los bastoncillos de algodón.
— ¿Es que nunca has visto nevar? —me preguntó con incredulidad.
— ¡Sí, por supuesto! —Hice una pausa y añadí—: En la tele.
Todo el mundo se rio de ese comentario y Bella pensó que solo en la tele le gustaba ver la nieve, aunque ya sentía algo de gusto por el frio.
Mike se rio. Entonces una gran bola húmeda y blanda impactó en su nuca. Nos volvimos para ver de dónde provenía. Sospeché de Eric, que andaba en dirección contraria, en la dirección equivocada para ir a la siguiente clase. Era evidente que Mike pensó lo mismo, ya que se acuclilló y empezó a amontonar aquella papilla blancuzca.
—Te veo en el almuerzo, ¿vale? —continué andando sin dejar de hablar—. Me refugio dentro cuando la gente se empieza a lanzar bolas de nieve.
Mike asintió con la cabeza sin apartar los ojos de la figura de Eric, que emprendía la retirada.
--- Todavía me deben una trio de idiotas --- dijo Rosalie mirando a Emmett, Jasper y Edward --- que por su estúpida guerra ese día me llenaron mi cabello de nieve.
--- Vamos amor, eso fue divertido --- dijo Emmett.
--- Excepto la parte en que Edward no quiso jugar --- dijo Jasper como niño pequeño
--- Ya, solo porque estaba distraído, pero ya verán --- dijo este con burla.
--- Escóndase cuando empiece una guerra entre ellos --- dijo Nessie estremeciéndose.
--- ¿Podemos continuar por favor? --- pregunto Esme mirando a sus hijos los cuales asintieron.
Se pasaron toda la mañana charlando alegremente sobre la nieve. Al parecer era la primera nevada del nuevo año. Mantuve el pico cerrado. Sí, era más seca que la lluvia... hasta que se descongelaba en los calcetines.
Jessica y yo nos dirigimos a la cafetería con mucho cuidado después de la clase de español. Las bolas de nieve volaban por doquier. Por si acaso, llevaba la carpeta en las manos, lista para emplearla como escudo si era menester. Jessica se rio de mí, pero había algo en la expresión de mi rostro que le desaconsejó lanzarme una bola de nieve.
Mike nos alcanzó cuando entramos en la sala; se reía mientras la nieve que tenía en las puntas del su pelo se fundía. Él y Jessica conversaban animadamente sobre la pelea de bolas de nieve; hicimos cola para comprar la comida. Por puro hábito, eché una ojeada hacia la mesa del rincón. Entonces, me quedé petrificada.
La ocupaban cinco personas.
--- huy Edward, la pusiste nerviosa --- dijo Alice lanzándole un cojín a su hermano.
--- Lo siento Bella --- dijo Edward mirándola, pero de paso le regreso el cojín a su hermana.
Jessica me tomó por el brazo.
— ¡Eh! ¿Bella? ¿Qué quieres?
Bajé la vista, me ardían las orejas. Me recordé a mí misma que no había motivo alguno para sentirme cohibida. No había hecho nada malo.
— ¿Qué le pasa a Bella? —le preguntó Mike a Jessica.
—Nada —contesté—. Hoy sólo quiero un refresco.
Me puse al final de la cola.
— ¿Es que no tienes hambre? —preguntó Jessica.
—La verdad es que estoy un poco mareada —dije, con la vista aún clavada en el suelo.
Aguardé a que tomaran la comida y los seguí a una mesa sin apartar los ojos de mis pies.
Bebí el refresco a pequeños sorbos. Tenía un nudo en el estómago. Mike me preguntó dos veces, con una preocupación innecesaria, cómo me encontraba. Le respondí que no era nada, pero especulé con la posibilidad de fingir un poco y escaparme a la enfermería durante la próxima clase. Ridículo. No tenía por qué huir.
--- Por supuesto que no, yo era el culpable después de todo --- dijo este Edward agachando la cabeza.
--- Edward, no sientas culpa, te lo prohíbo --- dijo Bella en tono amenazante y este asintió.
Decidí permitirme una única miradita a la mesa de la familia Cullen. Si me observaba con furia, pasaría de la clase de Biología, ya que era una cobarde.
Mantuve el rostro inclinado hacia el suelo y miré de reojo a través de las pestañas.
Alcé levemente la cabeza.
Se reían. Edward, Jasper y Emmett tenían el pelo totalmente empapado por la nieve.
Alice y Rosalie retrocedieron cuando Emmett se sacudió el pelo chorreante para salpicarlas.
Disfrutaban del día nevado como los demás,
--- Claro --- contestaron los cinco a coro y después se rieron un buen rato, mientras Bella y varias personas más les asían coro.
Aunque ellos parecían salidos de la escena de una película, y los demás no. Pero, aparte de la alegría y los juegos, algo era diferente, y no lograba identificar qué.
Estudié a Edward con cuidado. Decidí que su tez estaba menos pálida, tal vez un poco colorada por la pelea con bolas de nieve, y que las ojeras eran menos acusadas, pero había algo más. Lo examinaba, intentando aislar ese cambio, sin apartar la vista de él.
—Bella, ¿a quién miras? —interrumpió Jessica, siguiendo la trayectoria de mi mirada.
En ese preciso momento, los ojos de Edward centellearon al encontrarse con los míos.
Ladeé la cabeza para que el pelo me ocultara el rostro, aunque estuve segura de que, cuando nuestras miradas se cruzaron, sus ojos no parecían tan duros ni hostiles como la última vez que le vi. Simplemente tenían un punto de curiosidad y, de nuevo, cierta insatisfacción.
--- Esperabas leer mi mente ¿cierto? --- pregunto Bella con una sonrisa y este asintió.
--- Como me encantaría saber que pasa por esa cabeza --- dijo este sonriéndole a su novia.
“Descuida, en un futuro podrás, pero ten paciencia” pensó Renesmeé y este sonrió complacido por la noticia que le acababan de dar.
—Edward Cullen te está mirando —me murmuró Jessica al oído, y se rio.
—No parece enojado, ¿verdad? —tuve que preguntar.
—No —dijo, confusa por la pregunta—. ¿Debería estarlo?
—Creo que no soy de su agrado —le confesé. Aún me sentía mareada, por lo que apoyé la cabeza sobre el brazo.
—A los Cullen no les gusta nadie... Bueno, tampoco se fijan en nadie lo bastante para les guste, pero te sigue mirando.
—No le mires —susurré.
Jessica se rio con disimulo, pero desvió la vista. Alcé la cabeza lo suficiente para cerciorarme de que lo había hecho. Estaba dispuesta a emplear la fuerza si era necesario.
Mike nos interrumpió en ese momento; estaba planificando una épica batalla de nieve en el aparcamiento y nos preguntó si deseábamos participar. Jessica asintió con entusiasmo.
La forma en que miraba a Mike dejaba pocas dudas, asentiría a cualquier cosa que él sugiriera. Me callé. Iba a tener que esconderme en el gimnasio hasta que el aparcamiento estuviera vacío.
Me cuidé de no apartar la vista de mi propia mesa durante lo que restaba de la hora del almuerzo. Decidí respetar el pacto que había alcanzado conmigo misma. Asistiría a clase de Biología, ya que no parecía enfadado. Tanto me aterraba volver a sentarme a su lado que tuve unos leves retortijones de estómago.
No me apetecía nada que Mike me acompañara a clase como de costumbre, ya que parecía ser el blanco predilecto de los francotiradores de bolas de nieve, pero, al llegar a la puerta, todos, salvo yo, gimieron al unísono. Estaba lloviendo, y el aguacero arrastraba cualquier rastro de nieve, dejando jirones de hielo en los bordes de las aceras. Me cubrí la cabeza con la capucha y escondí mi júbilo. Podría ir directamente a casa después de la clase de gimnasia.
Mike no cesó de quejarse mientras íbamos hacia el edificio cuatro.
Ya en clase, comprobé aliviada que mi mesa seguía vacía. El profesor Banner estaba repartiendo un microscopio y una cajita de diapositivas por mesa. Aún quedaban unos minutos antes de que empezara la clase y el aula era un hervidero de conversaciones. Dibujé unos garabatos de forma distraída en la tapa de mi cuaderno y mantuve los ojos lejos de la puerta. Oí con claridad cómo se movía la silla contigua, pero continué mirando mi dibujo.
—Hola —dijo una voz tranquila y musical.
--- ¿Mi voz es musical? --- pregunto Edward levantando una ceja y Bella se rio.
--- Sí, musicalmente sexi --- le dijo en un susurro y Edward sonrió mientras la abrazaba.
Levanté la vista, sorprendida de que me hablara. Se sentaba lo más lejos de mi lado que le permitía la mesa, pero con la silla vuelta hacia mí. Llevaba el pelo húmedo y despeinado, pero, aun así, parecía que acababa de rodar un anuncio para una marca de champú. El deslumbrante rostro era amable y franco. Una leve sonrisa curvaba sus labios perfectos, pero los ojos aún mostraban recelo.
—Me llamo Edward Cullen —continuó—. No tuve la oportunidad de presentarme la semana pasada. Tú debes de ser Bella Swan.
Estaba confusa y la cabeza me daba vueltas. ¿Me lo había imaginado todo? Ahora se comportaba con gran amabilidad. Tenía que hablar, esperaba mi respuesta, pero no se me ocurría nada convencional que contestar.
— ¿Cómo sabes mi nombre? —tartamudeé.
Se rio de forma suave y encantadora.
—Creo que todo el mundo sabe tu nombre. El pueblo entero te esperaba.
Hice una mueca. Sabía que debía de ser algo así, pero insistí como una tonta.
—No, no, me refería a que me llamaste Bella.
Pareció confuso.
--- Y lo estaba --- dijo mientras todos lo miraban --- me confundía no saber lo que pensabas y eso me desequilibraba.
--- ¡Por fin alguien que es capaz de confundir a mi hermanito sabelotodo! --- dijo Emmett y Jasper sonrió de acuerdo con él.
— ¿Prefieres Isabella?
—No, me gusta Bella —dije—, pero creo que Charlie, quiero decir, mi padre, debe de llamarme Isabella a mis espaldas, porque todos me llaman Isabella —intenté explicar, y me sentí como una completa idiota.
—Oh.
--- Ahí el error que tuve ese día --- dijo Edward suspirando
--- ¿Él error?, Yo diría uno de todos los errores de ese día --- dijo Rosalie con enfado.
No añadió nada. Violenta, desvié la mirada.
Gracias a Dios, el señor Banner empezó la clase en ese momento. Intenté prestar atención cuando explicó que íbamos a realizar una práctica. Las diapositivas estaban desordenadas. Teníamos que trabajar en parejas para identificar las fases de la mitosis de las células de la punta de la raíz de una cebolla en cada diapositiva y clasificarlas correctamente.
No podíamos consultar los libros. En veinte minutos, el profesor iba a visitar cada mesa para verificar quiénes habían aprobado.
—Empezad —ordenó.
— ¿Las damas primero, compañera? —preguntó Edward.
Alcé la vista y le vi esbozar una sonrisa burlona tan arrebatadora que sólo pude contemplarle como una tonta.
--- Sí dicen algo los mató --- dijo Edward al ver a sus hermanos conteniendo las risas.
--- ¡EDWARD CULLEN QUE NO TE VUELVA A ESCUCHAR DECIR ESO! --- dijo Esme preocupada porque algo le pasara a sus hijos
--- Si mamá --- dijo este bajando la cabeza y sus hermanos se burlaban de él de forma mental.
—Puedo empezar yo si lo deseas.
La sonrisa de Edward se desvaneció. Sin duda, se estaba preguntando si yo era mentalmente capaz.
—No —dije, sonrojada—, yo lo hago.
Me lucí un poquito. Ya había hecho esta práctica y sabía qué tenía que buscar. Debería resultarme sencillo. Coloqué la primera diapositiva bajo el microscopio y ajusté rápidamente el campo de visión del objetivo a 40X. Examiné la capa durante unos segundos.
—Profase —afirmé con aplomo.
— ¿Te importa si lo miro? —me preguntó cuándo empezaba a quitar la diapositiva.
Me tomó la mano para detenerme mientras formulaba la pregunta. Tenía los dedos fríos como témpanos, como si los hubiera metido en un ventisquero antes de la clase, pero no retiré la mano con brusquedad por ese motivo.
--- ¿AH no? --- preguntaron todos a la vez, menos Nessie y Edward.
--- No --- dijo simplemente Bella mirándose avergonzada.
Cuando me tocó, la mano me ardió igual que si entre nosotros pasara una corriente eléctrica.
—Lo siento —musitó y retiró la mano de inmediato, pero alcanzó el microscopio. Lo miré atolondrada mientras examinaba la diapositiva en menos tiempo aún del que yo había necesitado.
—Profase —asintió, y lo escribió con esmero en el primer espacio de nuestra hoja de trabajo. Sustituyó con velocidad la primera diapositiva por la segunda y le echó un vistazo por encima.
—Anafase —murmuró, y lo anotó mientras hablaba.
Procuré que mi voz sonara indiferente.
— ¿Puedo?
Esbozó una sonrisa burlona y empujó el microscopio hacia mí. Miré por la lente con avidez, pero me llevé un chasco. ¡Maldición! Había acertado.
--- Edward no es de caballeros hacer enojar una dama --- dijo Emmett riéndose a carcajadas.
--- Mamá ¿puedo? --- pregunto suplicante mirando a Esme.
--- Solo uno --- dijo está negando con la cabeza.
Entonces nadie supo cómo (al menos los humanos), pero para un rato Emmett había pasado volando y rompiendo una pared para caer en la cocina, todo el mundo se volteó a ver a Edward pero este parecía nunca haberse movido, aunque ahora traía una sonrisa de satisfacción en su rostro.
--- Ya puedes continuar Jasper --- dijo mirado a su hermano el cual asintió con una sonrisa de burla.
— ¿Me pasas la diapositiva número tres? —extendí la mano sin mirarle.
Me la entregó, esta vez con cuidado para no rozarme la piel. Le dirigí la mirada más fugaz posible al decir:
—Interface.
Le pasé el microscopio antes de que me lo pudiera pedir. Echó un vistazo y luego lo apuntó. Lo hubiera escrito mientras él miraba por el microscopio, pero me acobardó su caligrafía clara y elegante. No quise estropear la hoja con mis torpes garabatos.
Acabamos antes que todos los demás. Vi cómo Mike y su compañera comparaban dos diapositivas una y otra vez y cómo otra pareja abría un libro debajo de la mesa.
Pero eso me dejaba sin otra cosa que hacer, excepto intentar no mirar a Edward... sin éxito. Lo hice de reojo. De nuevo me estaba observando con ese punto de frustración en la mirada. De repente identifiqué cuál era la sutil diferencia de su rostro.
--- Ahí fue mi segundo error --- dijo Edward y agacho la cabeza.
--- No entiendo --- dijeron todos, hasta su familia.
--- Ya verán --- se limitó a contestar él.
— ¿Acabas de ponerte lentillas? —le solté sin pensarlo.
Mi inesperada pregunta lo dejó perplejo.
—No.
—Vaya —musité—. Te veo los ojos distintos.
Se encogió de hombros y desvió la mirada.
--- O, cierto Bella es muy observadora debiste tener más cuidado --- dijo Carlisle mirando a su hijo.
--- Confiaba demasiado en mi don --- dijo este encogiéndose de hombros.
De hecho, estaba segura de que habían cambiado. Recordaba vívidamente el intenso color negro de sus ojos la última vez que me miró colérico. Un negro que destacaba sobre la tez pálida y el pelo cobrizo. Hoy tenían un color totalmente distinto, eran de ocre extraño, más oscuro que un caramelo, pero con un matiz dorado. No entendía cómo podían haber cambiado tanto a no ser que, por algún motivo, me mintiera respecto a las lentillas. O tal vez Forks me estaba volviendo loca en el sentido literal de la palabra.
Observé que volvía a apretar los puños al bajar la vista. En aquel momento el profesor Banner llegó a nuestra mesa para ver por qué no estábamos trabajando y echó un vistazo a nuestra hoja, ya rellena. Entonces miró con más detenimiento las respuestas.
—En fin, Edward, ¿no crees que deberías dejar que Isabella también mirase por el microscopio?
De hecho, estaba segura de que habían cambiado. Recordaba vívidamente el intenso color negro de sus ojos la última vez que me miró colérico. Un negro que destacaba sobre la tez pálida y el pelo cobrizo. Hoy tenían un color totalmente distinto, eran de ocre extraño, más oscuro que un caramelo, pero con un matiz dorado. No entendía cómo podían haber cambiado tanto a no ser que, por algún motivo, me mintiera respecto a las lentillas. O tal vez Forks me estaba volviendo loca en el sentido literal de la palabra.
Observé que volvía a apretar los puños al bajar la vista. En aquel momento el profesor Banner llegó a nuestra mesa para ver por qué no estábamos trabajando y echó un vistazo a nuestra hoja, ya rellena. Entonces miró con más detenimiento las respuestas.
—En fin, Edward, ¿no crees que deberías dejar que Isabella también mirase por el microscopio?
--- Eso es grosero, debía de tenerle más confianza a sus alumnos --- dijo Esme molesta.
--- Sí --- dijo Carlisle de acuerdo con su esposa.
—Bella —le corrigió él automáticamente—. En realidad, ella identificó tres de las cinco diapositivas.
El señor Banner me miró ahora con una expresión escéptica.
---- ¿Qué, no puede haber alumnos inteligentes? --- pregunto Nessie molesta.
--- Pues al parecer no--- dijo Edward también algo molesto por esa mirada.
— ¿Has hecho antes esta práctica de laboratorio? —preguntó.
Sonreí con timidez.
—Con la raíz de una cebolla, no.
— ¿Con una blástula de pescado blanco?
—Sí.
El señor Banner asintió con la cabeza.
— ¿Estabas en un curso avanzado en Phoenix?
—Sí.
—Bueno —dijo después de una pausa—. Supongo que es bueno que ambos sean compañeros de laboratorio.
Murmuró algo más mientras se alejaba.
--- Dijo, así dejaran que otros trabajen --- dijo Edward imitando su tono de voz --- sí fue grosero.
--- Hay, de perdido no tienen a Ford de profesor --- dijo Nessie rodeando los ojos enojada --- siempre dice “miren la señorita Cullen lo hace a la perfección, hasta cuando se equivoca”, es un fastidio.
Una vez que se fue, comencé a garabatear de nuevo en mi cuaderno.
—Es una lástima, lo de la nieve, ¿no? —preguntó Edward.
Me pareció que se esforzaba por conversar un poco conmigo. La paranoia volvió a apoderarse de mí. Era como si hubiera escuchado mi conversación con Jessica durante el almuerzo e intentara demostrar que me equivocaba.
--- Pues si escuche, pero no quería contradecirte, simplemente quería sacar conversación --- dijo Edward mirándola.
--- Pero mi hermano es tan idiota que no se le ocurre de que hablar más que del clima --- dijo Alice sacándole la lengua.
--- Eso es lo de menos, de echo Bella tiene razón se equivoca con lo de la nieve --- dijo Emmett mirándola con confusión --- es súper divertida.
--- ¿Me dejan terminar por favor? --- pregunto Jasper y los tres asintieron.
—En realidad, no —le contesté con sinceridad en lugar de fingir que era tan normal como el resto. Seguía intentando desembarazarme de aquella estúpida sensación de sospecha, y no lograba concentrarme.
—A ti no te gusta el frío.
No era una pregunta.
—Tampoco la humedad —le respondí.
—Para ti, debe de ser difícil vivir en Forks —concluyó.
—Ni te lo imaginas —murmuré con desaliento.
Por algún motivo que no pude alcanzar, parecía fascinado con lo que acababa de decir.
Su rostro me turbaba de tal modo que intenté no mirarle más de lo que exigía la buena educación.
—En tal caso, ¿por qué viniste aquí?
Nadie me había preguntado eso, no de forma tan directa e imperiosa como él.
--- Eso fue grosero --- dijo Esme mirando mal a Edward.
--- Ya vez mamá y tú que te regocijabas con tu hijo modelo --- dijo Emmett sacándole la lengua a su hermano.
--- Pero es que de los tres me doy cuenta ahora que no hago uno --- dijo Esme rodeando los ojos.
--- Pero yo no he hecho nada --- dijo Jasper, pero al ver la mirada de su madre decidió callarse y mejor seguir leyendo.
—Es... complicado.
—Creo que voy a poder seguirte —me instó.
Hice una larga pausa y entonces cometí el error de mirar esos relucientes ojos oscuros que me confundían y le respondí sin pensar.
—Mi madre se ha casado.
—No me parece tan complicado —discrepó, pero de repente se mostraba simpático—. ¿Cuándo ha sucedido eso?
—El pasado mes de septiembre —mi voz transmitía tristeza, hasta yo me daba cuenta.
—Pero él no te gusta —conjeturó Edward, todavía con tono atento.
—No, Phil es un buen tipo. Demasiado joven, quizá, pero amable.
— ¿Por qué no te quedaste con ellos?
No entendía su interés, pero me seguía mirando con ojos penetrantes, como si la insulsa historia de mi vida fuera de capital importancia.
—Phil viaja mucho. Es jugador de béisbol profesional —casi sonreí.
— ¿Debería sonarme su nombre? —preguntó, y me devolvió la sonrisa.
—Probablemente no. No juega bien. Sólo compite en la liga menor. Pasa mucho tiempo fuera.
—Y tu madre te envió aquí para poder viajar con él —fue de nuevo una afirmación, no una pregunta. Alcé ligeramente la barbilla.
--- En serio yo lo hubiese golpeado por tantas preguntas --- dijo Rosalie un poco mareada (si es que se podía) --- más chismoso no pudo salir.
--- Solamente estaba intrigado por ella --- dijo Edward rodeando los ojos --- lo siento si te hice sentir incomoda Bella.
--- No pasó nada --- dijo ella sonriéndole a su novio.
—No, no me envió aquí. Fue cosa mía.
Frunció el ceño.
—No lo entiendo —confesó, y pareció frustrado.
--- Eso es nuevo --- dijo Emmett sorprendido --- nunca creí que don-yo-me-se-todo, no pudiera entender algo.
--- Enserio Emmett te lo estás buscando --- dijo Edward con los puños cerrados.
--- Éntrale, a ver quién sale mejor parado --- dijo Emmett enseñándole los puños a su hermano.
Suspiré. ¿Por qué le explicaba todo aquello? Continuaba contemplándome con una manifiesta curiosidad.
—Al principio, mamá se quedaba conmigo, pero le echaba mucho de menos. La separación la hacía desdichada, por lo que decidí que había llegado el momento de venir a vivir con Charlie —concluí con voz apagada.
—Pero ahora tú eres desgraciada —señaló.
— ¿Y? —repliqué con voz desafiante.
—No parece demasiado justo.
Se encogió de hombros, aunque su mirada todavía era intensa. Me reí sin alegría.
— ¿Es que no te lo ha dicho nadie? La vida no es justa.
--- Creo que ahora entiendo eso más que nada --- dijo Edward.
--- La verdad es que sí, la vida para nada es justa --- dijo Rose enojada, mientras varios veían a los dos hermanos.
—Creo haberlo oído antes —admitió secamente.
—Bueno, eso es todo —insistí, preguntándome por qué todavía me miraba con tanto interés.
Me evaluó con la mirada.
—Das el pego —dijo arrastrando las palabras—, pero apostaría a que sufres más de lo que aparentas.
Le hice una mueca, resistí el impulso de sacarle la lengua como una niña de cinco años
--- Ahora ´puedes hacerlo --- dijo Alice con una sonrisa de burla --- ya sabes.
--- Creo que me seguiría mirando como una niña pequeña --- dijo Bella aguantando la risa --- y el hecho de que tú lo hagas no quiere decir que todos lo hagamos.
--- Punto para Bella --- dijo Jasper, pero se calló al ver la mirada envenenada que Alice le mandaba decidiendo seguir leyendo.
, y desvié la vista.
— ¿Me equivoco?
Traté de ignorarlo.
—Creo que no —murmuró con suficiencia.
— ¿Y a ti qué te importa? —pregunté irritada. Desvié la mirada y contemplé al profesor deteniéndose en otras mesas.
—Muy buena pregunta
--- Y apuesto a que no te respondió nada --- dijo Nessie sonriéndole a su madre y esta hizo una mueca.
—musitó en voz tan baja que me pregunté si hablaba consigo mismo; pero, después de unos segundos de silencio, comprendí que era la única respuesta que iba a obtener.
--- Ves te lo dije --- dijo sonriendo con burlona.
--- y creme que nadie te lo negó --- dijo Bella rodeando los ojos.
Suspiré, mirando enfurruñada la pizarra.
— ¿Te molesto? —preguntó. Parecía divertido.
Le miré sin pensar y otra vez le dije la verdad.
—No exactamente. Estoy más molesta conmigo. Es fácil ver lo que pienso. Mi madre me dice que soy un libro abierto.
--- Eres todo menos un libro abierto --- dijo Edward frustrada.
Fruncí el ceño.
—Nada de eso, me cuesta leerte el pensamiento.
A pesar de todo lo que yo había dicho y él había intuido, parecía sincero.
—Ah, será que eres un buen lector de mentes —contesté.
—Por lo general, sí —exhibió unos dientes perfectos y blancos al sonreír.
Varios gruñeron, entre ellos Nessie, Alice, Emmett y Nahuel que estaban hartos de ese don, Edward contuvo la risa por las expresiones de fastidio y Jasper trato de calmarlos a todos. Mientras que Rosalie negaba divertida al igual que Esme y Carlisle.
--- mugre sabiondo --- dijo Emmett enojado causando las risas de la mayoría.
Mike acudió brincando a mi lado y me recogió los libros. Le imaginé meneando el rabo.
Todos se rieron, solo Mike que parecía enojado y gruñía demasiado por el idiota del comentario que habían leído de los pensamientos de la mujer que amaba. Ante eso Edward gruño frustrado.
— ¡Qué rollo! —gimió—. Todas las diapositivas eran exactamente iguales. ¡Qué suerte tener a Cullen como compañero!
--- Eso no le va a gustar --- dijo Alice pensativa y la mayoría asintió.
--- Es como si le dijera que es idiota --- dijo Rosalie frunciendo el ceño --- y a nadie le gusta eso.
--- Fue un comentario fuera de lugar --- acordó Ángela con ellas dos.
—No tuve ninguna dificultad —dije, picada por su suposición
--- ¿Ves? --- le dijeron las tres a Mike que se encogió de hombros.
Pero me arrepentí inmediatamente y antes de que se molestara añadí—: Es que ya he hecho esta práctica.
—Hoy Cullen estuvo bastante amable —comentó mientras nos poníamos los impermeables. No parecía demasiado complacido.
--- ¿Cuánto que estaba celoso? --- dijo Seth burlón y todo asintieron con él algo divertidos
Intenté mostrar indiferencia y dije:
—Me pregunto qué mosca le picaría el lunes.
No presté ninguna atención a la cháchara de Mike mientras nos encaminábamos hacia el gimnasio y tampoco estuve atenta en clase de Educación física. Mike formaba parte de mi equipo ese día y muy caballerosamente cubrió tanto mi posición como la suya, por lo que pude pasar el tiempo pensando en las musarañas salvo cuando me tocaba sacar a mí. Mis compañeros de equipo se agachaban rápidamente cada vez que me tocaba servir.
La lluvia se había convertido en niebla cuando anduve hacia el aparcamiento, pero me sentí mejor al entrar en la seca cabina del monovolumen. Encendí la calefacción sin que, por una vez, me importase el ruido del motor, que tanto me atontaba. Abrí la cremallera del impermeable, bajé la capucha y ahuequé mi pelo mojado para que se secara mientras volvía a casa.
Miré alrededor antes de dar marcha atrás. Fue entonces cuando me percaté de una figura blanca e inmóvil, la de Edward Cullen, que se apoyaba en la puerta delantera del Volvo a unos tres coches de distancia y me miraba fijamente. Aparté la vista y metí la marcha atrás tan deprisa que estuve a punto de chocar contra un Toyota Corola oxidado. Fue una suerte para el Toyota que pisar el freno con fuerza. Era la clase de coche que mi monovolumen podía reducir a chatarra. Respiré hondo, aún con la vista al otro lado de mi coche, y volví a meter la marcha con más cuidado y éxito. Seguía con la mirada hacia delante cuando pasé junto al Volvo, pero juraría que lo vi reírse cuando le miré de soslayo.
--- De echo me estaba riendo --- dijo Edward con una sonrisa --- fue un poco gracioso.
Le aventaron tres cojines, uno lo alcanzo que fue el que le aventó Bella, pero los otros dos provenientes de sus hermanas, le dieron en su cabeza con demasiad fuerza que se escuchó hueco.
--- Valla Eddy, creo que tienes algo hueco en tu cabeza --- dijo divertido Emmett
--- Emmett deja de molestar a tu hermano --- dijo Rose molesta.
--- Además el hueco de cabeza es otro --- dijo Alice burlona y Jasper se rio, poniendo un separador en el libro.
--- Fin del segundo capítulo, ¿Quién sigue? --- pregunto mirando a todos.
--- Yo --- dijo Ben parándose y tomando el libro dejando confundidos a muchos.
De los que más se habían acostumbrado a eso de estar con vampiros y no sabían cómo reaccionar los Cullen, pero decidieron dejarlo pasar, total esto apenas estaba comenzando.
=NOTAS DE LA AUTORA=
1. Espero que les haya gustado y me comenten eso es lo que me ayuda a seguir publicando, el cap lo termine y estoy en el seis ahora escribiendo, tal vez si Dios quiere lo termine para el viernes o sabado y me vuelvan a ver.
2. Como no quiero sonar impaciente o algo por el estilo al estar mandando mensajes diciendo que ya publique por favor diganme en un comentario si quieren que les havise cuando publique un nuevo capitulo y así yo no sentirme tan rogona o que ustedes se sientan tan no se me ocurre palabra, pero bueno es nomas por educación.
3. Tengo una buena noticia, bueno es para mi, tengo algo en mi cabeza que tal vez publique muy pronto la historia se llama ANGEL OF TIME. Les dejo el prologo para que me digan que opinan:
Prologo de Angel of Time:
Estaba ahí parado mirandola, era una luz intensa, era como sentirme vivo, alegre, sentir que el tiempo se había detenido, pero de que hablo, si el tiempo mismo se había parado, por esa creatura que tanto tiempo me costo entenderla.
Los arañasos, los golpes, las "caídas", todo era un maltrato de ellos por no entender a esos seres tan misteriosos. Ella era la vida misma aquí y ahora, y sobretodo pensaba no dejarla ir aunque me costara la vida en ello. No pensaba perderla con todo lo que vatalle para estar a su lado.
Era una mision imposible ahora lo veo, pero no era por su belleza o su poder, no era por magía o el tiempo en si mismo, era por su carisma amargo y un humor negro, esas bromas y esos comentarios sarcasticos, quien diría que de ella saldría un ser tan iluminado, quien diria que la que creí lesbiana por mucho tiempo era el amor de mi vida. Quien me iba a creer que mi novia en realidad era un angel del tiempo.
--- Edward, tengo miedo de que haga algo para dañarte --- dijo mirandome con pena --- sabes lo que yo aría por que no estuvieras ahora mismo aquí.
--- Lo mismo que yo al tratar de protegerte ahora --- dije acarisaindole una mejilla --- Isabella te perdi hace mucho tiempo, no me hagas perderte ahora por favor.
--- Eres la razon de mi existencia....
--- Y tu de la mía...
--- Que comovedores pueden ser los humanos con los angeles--- se escucho una voz a lo lejos que nos hizo temblar de rabia y miedo, era el mismo mal el que hablaba --- Espero que ya esten listos para su muerte...
Ya esta, lo que siigue lo veran cuando publique el finc jejejeje, espero que les guste y me digan que piensan, si me atrevo a publicarlo o mejor le sigo sin miramientos con este (que quede claro que si lo publico no afectara en nada a este finc y hare un equilibrio, tal vez sea mas facil hacer los capitulos del nuevo pero como quiera.
4 Ahora me toca responderles a ustedes las que me comentaron:
Jaz_Cullen: Priemero gracias amiga por tus comentarios que me inspiran, eres la primera en comentar y eso me alegra mucho, cualquier cosa que necesites y que te pueda ayudar cuentas conmigo, jejeje bueno te mando un beso desde México a donde estas tu y tanto este capitulo como el anterior estan dedicados a tí.
ISAKRISTEN: Gracias por comentarme y por decirme de tu historia te prometo que en cuanto pueda paso a echarle un vistaso, aveses ando un poco a la carrera por que se me complican las coas, pero quiero que sepas que en un rato o un tiempo como este sin deveres paso por tu historia y te habiso un beso y nos leemos pronto, tambien te dedico este capitulo muchas gracias por animarme y hacer que siga escribiendo.
5. ¿Que tal un adelanto para que se animen a comentar?
Pero antes de que cualquier cosa pasara una luz morada y de repente estaban ahí dos niñas, una de unos dieciséis y otra de catorce años. Una era de piel morena, cabello negro largo y lacio y unos ojos cafés claros muy bellos y la más pequeña era de cabello café, piel un poco más clara y ojos verdes claros. Nahuel abrió los ojos y se puso rojo, fulminando a Nessie de paso.
--- Con que ahí estabas idiota....
Tatatatan, leche con pan (no verdad jejejeje), tendran que esperarse hasta el otro cap para que sepan quienes son esas dos misteriossas chicas
|