Bella, entro a su casa, sentía como si caminara sobre las nubes, no podía creer lo que había pasado, que hombre tan maravilloso y extremadamente guapo había conocido. Se quedo suspirando detrás de la puerta. Después de unos segundos de andar fantaseando con Edward, de repente recordó que no le había avisado a su familia que Edward la llevaría a casa. Así que saco su móvil y marco a Jasper.
- Hola, Jazz –
- Isabella, ¿donde rayos estas? –
- lo siento Jazz, olvide avisarles que Edward Cullen, me traería a casa, aquí los espero –
- Ok Bells –
- Te quiero hermano –
- y yo a ti pequeña, papá y mamá ya para la casa, yo me voy a quedar con Al, aun está un poco indispuesta por lo de María, así que la voy a contentar –
- Ok, cuídate y envíale mis saludos a Ally. Bye –
Cuando termino de hablar, se dirigió a su habitación, tomo un rápido baño y se acostó en su cama, quedándose profundamente dormida pensando en la hermosa compañía que tuvo.
Para ese momento Edward ya estaba en su casa, se encontraba recostado en su cama, con los brazos detrás de su cabeza; mirando al techo, tenía una sonrisa de oreja a oreja y en su mente solo había una persona…
- Isabella Swan, vas a ser mía – Dijo en voz alta y con ese pensamiento se quedo plácidamente dormido.
En la mañana siguiente:
CASA CULLEN
Edward despertó sobresaltado, cuando un pequeño remolino entro a su habitación.
- Edward Anthony Cullen, cuéntame todo ¿Qué paso ayer con Bella? – Dijo Alice emocionada.
- Buenos días hermanita, ¿Cómo amaneciste? – Dijo Edward irónicamente – Veo que con mucha energía – y soltó una carcajada y Alice rodo los ojos.
- Edward Cullen déjate de ironías y ve al gano –dijo muy ansiosa.
- No paso nada raro, simplemente nos hicimos compañía durante la bosa y la lleve a su casa, me cayo muy bien, es una mujer realmente hermosa – Al decir esto se le dibujo una sonrisa en los labios.
- ¿y? –
-¿y qué? – Pregunto Edward confundido.
- ¿y qué piensas hacer?, no creas que no me di cuenta como se miraban, como se tocaban, como se decían cosas al oído, Además tu le diste el ramo de Rose – y levanto una ceja.
- No se te pasa una, pequeña monstro –
- No obvio que no, pero dime. Que piensas hacer? La vas a cortejar? La vas a invitar a salir? Te vas a casar con ella? – decía Alice muy emocionada.
- Al, por favor la cabo de conocer, apenas la estoy conociendo y tu me preguntas que si me voy a casar con ella – Pero esa era su idea hacerla suya, le encantaba como sonaba “Isabella Cullen” – por el momento la quiero seguir conociendo, mas adelante veremos qué pasa y para eso necesito tu ayuda –
- claro Eddie, lo que quieras, no sabes lo que me alegraría ver a mi amiga y a mi hermanito juntos – Dijo Alice dando saltitos.
- Bueno, con lo primero que me puedes ayudar es con el numero de celular de Bella – dijo Edward haciendo un puchero.
- Claro que si – Alice sao el numero y se lo entrego, Edward iba a marcar cuando recordó algo – Al, ¿Cómo te acabo de ir con Jasper? – Alice suspiro.
- Pues ben Ed, estuvimos juntos toda la noche – pero Edward noto que algo mas pasaba, por el tono de voz de Alice, ella tenía la mirada clava en el piso.
- Al, algo te pasa, sabes que me puedes contar lo que sea – dijo Edward mientras levantaba con su mano el rostro de Alice.
- Pues veras, no confió en esa mujer, no sé si te diste cuenta de cómo nos miraba durante la boda, la verdad tengo miedo de que ella haga algo en contra de nosotros. Esa mujer nos quiere separar de eso estoy segura – Dijo ella con tristeza en la voz.
- Tranquila Al, vas a ver que todo va a estar bien – dijo él mientras la abrazaba.
- Bueno ya dejemos eso a un lado, llama a Bella –
- Ya, ya Al, - Edward saco su móvil y marco el numero de Bella, sonó tres veces y del otro lado de la línea se escucho una voz hermosa y sensual, que dijo:
- Hola? –
CASA SWAN:
Bella se levanto temprano, tomo un rápido baño, se puso su ropa deportiva y maleta, se dirigía al gimnasio. Pero antes de salir paso por la cocina para desayunar.
Allí se encontraba Jasper y una de las empleadas le servía café y el desayuno.
- Que rico se ve eso hermano – dijo dándole un suave beso en la mejilla a su hermano – Por favor Ana me sirves fruta y un poco de zumo de naranja – dijo mientras se sentaba al lado de su hermano.
- Buenos días Bells – Jasper la miro suspicaz - Amaneciste de un muy buen humor hoy, hace días que no te veías tan de buen humor… creo que debo hacer una llamada – Bella lo miro con cara de duda.
-Llamada? –
- si debo llamar a Edward Cullen y agradecerle el devolverle el buen humor a mi hermana – Bella le saco la lengua – Que madura hermana – y se echo a reír.
- Jasper no me molestes – ella lo miro en forma de amenaza.
- ok, ok, no te alteres –
- y tu como amaneciste hoy hermanito, bueno aparte de haber amanecido en brazos de Alice – ahora la que reía era Bella y Jasper fruncía el seño.
- Bella sabes que no me gusta que hagas comentarios de mi vida sexual – dijo tratando de no reír.
- Bueno, pera ya hablando enserio, ¿Cómo te acabo de ir con Al?, la vi muy afectada por lo de María.
- Pues según ella, ya todo está bien, pero sé que está muy preocupada por lo que pueda hacer María, tu sabes muy bien los alcances que tiene esa mujer – dijo Jasper preocupado.
- Si, esa mujer es de peligro y mejor llevarla por el lado amable, lástima que no esteramos de sus maldades mucho después de que se fue –
- Esa mujer está loca, Bella no te había agradecido por ayudarme ayer con ella y por evitar un espectáculo –
- No tienes nada de que agradecer, además no podía permitir que María se saliera con la suya e insultara a mi amiga y cuñada –
Terminaron de desayunar, Bella salió de la casa y subió a su carro, un Mini Cooper negro, así se dirigió al gimnasio. Hizo una hora de ejercicio, pues le cuerpo que tenia lo que debía mantener, después se dirigió al sauna y finalmente se dispuso para que le realizaran un masaje, pues después de todo el ejercicio se merecía consentirse un poco. Claro que durante todo este tiempo en su mente solo estuvo Edward Cullen. Cuando se dirigía nuevamente a su casa, se estaba debatiendo entre llamar a Alice y pedirle que la comunicara con Edward, pero no quería parecer desesperada. El sonido se du celular la saco de sus pensamientos, vio que era un número desconocido y contesto.
- Hola – Dijo Bella, Edward tomo aire
- Hola Bella, hablas con Edward Cullen – dijo el muy galante, los corazones de los dos latían rápidamente. Bella no cabía de la emoción.
- ¿Cómo estas hermosa? –
- Bien, muy bien – Y ahora mas pensó Bella – y ¿tú?
- Ahora que escucho tu voz, muy bien – Bella sentía que sus mejillas ardían – y ¿Qué haces?
- Pues estaba en el gimnasio y ahora voy a mi casa –
- Oh! Qué bien –
- y a ¿Qué debo el honor de tu llamada? –
- Pues como te dije ayer planeo verte por muchos días más, si tú me lo permites claro está –
- y ¿Qué planeas? – pregunto Bella emocionada.
- mmm, la verdad es una sorpresa – dijo el muy misterioso.
- mmm que interesante – dijo ella en un tono sexy y coqueto.
- ¿Te parece si paso si paso por ti a eso de las 5:00 pm? –
- Si perfecto –
- Bueno hermosa, entonces nos vemos en una horas, estaré contando los minutos para volver a verte – Bella sonrió como una tonta.
- Ok, te estaré esperando, hasta por la tarde, cuídate un beso –
- Cuídate tú también, un beso –
Terminaron su conversación y suspiraron profundamente.
Edward le pidió ayuda a Alice, para preparar algo especial para Bella.
Ella se dirigió a su casa para prepararse para la cita con Edward. Llego a su casa, entro al baño y tomo una larga ducha, al salir se aplico cremas y lociones, salió en bata y pidió a Ana, su empleada, que le subiera el almuerzo a su habitación. La tarde la paso arreglándose el cabello y escogiendo el atuendo adecuado, pues quería que Edward se le cayera la baba cuando la viera, faltando una hora para que llegara Edward al fin decidió cual sería su atuendo. Así se vistió, se maquillo muy bien. Cuando termino entro Sara, su otra empleada, y le dijo que el señor Edward Cullen la esperaba en la sala.
Se aplico perfume y un poco de brillo en los labios y Así se encamino hacia la sala, donde la esperaba un muy ansioso Edward.
Bajo las escaleras lentamente, mientras Edward la miraba maravillado, llevaba una minifalda de mezclilla, que dejaba apreciar muy bien sus hermosas y bien torneadas piernas, una blusa strapless de líneas horizontales rojas y blancas, unos zapatos de tacón rojos, y accesorios que hacia juego. Edward quedo boquiabierto cuando la vio.
- Perfecta – susurro pensado que Bella no lo había escuchado.
Edward no se quedaba atrás, llevaba unos vaqueros negros, una camisa blanca y una cazadora de cuero en sus manos. Y una sonrisa torcida que la dejo sin aire.
- Hola Bella, estas simplemente deslumbrante – y le dio un beso es la mejilla que mando miles de descargas eléctricas por el cuerpo de los dos.
-Hola Ed, tú no te quedas atrás – dijo ella con las mejillas rojas.
- ¿Lista para nuestra primera cita? –
- Si, ¿Vamos? – Edward le ofreció su brazo y se dirigieron al auto de él.
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