No sabía con certeza qué sería necesario en la cocina,Edward simplemente había estado recogiendo uno de cada cosa;un mezclador,una licuadora,una olla,un exprimidor,etcétera.Él le habría preguntado a Bella lo que pensaba que sería necesario,pero Jacob no había estado de broma cuando había dicho que ella odiaba ir de compras.Había estado en tensión y gruñendo hasta que ellos habían llegado.Él consideró que era sexy.Bella se parecía a un pequeño chihuahua cuando gruñía...,pero mucho más sexy.
—Por favor,no me digas que eres uno de esa gente.
Bella sonaba disgustada e hizo que él vacilara cuidadoso.
—¿Qué gente?
—Los compradores compulsivos—dijo ella secamente,recogiendo una tostadora.
—No lo sé.Aunque parece que me relaja—admitió Edward.Cogió la tostadora de ella y la cambió por otra.
—¿Me equivoco con ésta?–preguntó ella bruscamente.
—Ésta es mejor—dijo Edward con un encogimiento de hombros cuando puso la suya en el carro—.Ésta es de cromo y de color negro y hará juego con el resto de electrodomésticos.
—Pero era la que estaba más a mano—indicó ella con impaciencia.
—Ya,pero ésta es más bonita y puede tostar cuatro rebanadas a la vez—respondió Edward.
Bella hizo rodar sus ojos.
—Sólo somos dos.No necesitamos tostadoras de cuatro rebanadas.
—Perdona,pero seremos cuatro.Te olvidaste de mi madre y de mí—le recordó Edward.
—Tú no comes—dijo ella con exasperación.
—Lo hago—corrigió Edward.No a menudo,reconoció,pero comenzaría a comer más mientras ella estuviera aquí.
Su mirada se fijó sobre un aparato en el siguiente pasillo y aclaró:
—Ah,mira,una máquina para hacer galletas.He tenido galletas.Estaban buenas.
Edward empujó el carro a lo largo del pasillo para mirar el aparato.
—¿Qué quieres decir con que comes?—la pregunta explotó de Bella como ella se apartó después de él.Algo de su malestar fue sustituido por la confusión de la pregunta—Tu clase no come,chupáis sangre.
Edward sonrió a una señora mayor que empujaba un carro un poco más allá en el pasillo.Las palabras de Bella habían hecho que ella se quedara congelada y les mirara atónita.
—Estamos practicando nuestros diálogos para una obra—mintió con una sonrisa encantadora.La mujer se relajó y sonrió con incertidumbre,después comenzó a moverse otra vez.Edward esperó hasta que ella hubiera dejado el pasillo,antes de girarse con una ceja arqueada hacia Bella.Él no tenía que haberse molestado y ella estaba roja de vergüenza por su indiscreción.
—Lo siento—refunfuñó,tomando la máquina de hacer galletas de las manos de Edward y colocándola en el carro.Luego insistió—,pero tú no comes.Ninguno de vosotros come...Excepto Emmett.Él solía comer en reuniones de negocio,imagino que para ser cortés.Ha vuelto a comer últimamente,pienso que tiene algo que ver con Rosalie.
—Pues sí,como—la informó Edward.
—¿Entonces por qué en tu cocina no hay ningún alimento?—preguntó Bella maliciosamente.
—Porque como mucho fuera—refunfuñó Edward.Se alejó dejándola sola para que digiriera esto.Se movió más lejos hasta el siguiente artilugio,una máquina para hacer helados—¿Te gustan los helados?
Edward le echó un vistazo a Bella y encontró que su expresión gruñona se había ido.Ella miraba la heladera con una expresión cercana al deseo.Cuando se dio cuenta de que él la miraba,cambio su expresión por una de indiferencia y se encogió de hombros.
—El helado es aceptable.
No logró engañarle.Sonriéndole,Edward metió la heladera en el carro.
—Creo que tenemos de todo.Deberíamos irnos.Todavía tenemos que conseguir comestibles—le recordó Bella.
—Pero hay un pasillo más,deberíamos…
—Confía en mí Edward,creo que tienes casi todo lo que venden aquí.No creo que puedas necesitar nada más—dijo Bella con impaciencia.Bella se detuvo brevemente y frunció el ceño cuando vio la manera en que él se había detenido y le sonreía.Su voz había sido amable cuando ella le había hablado.
—¿Qué?
—Me encanta la manera en la que dices mi nombre.Tan sobrio,tan conciso.
—Tan molesto—dijo Bella con exasperación.Y agregó:
—Tenemos de todo.Has cogido uno de cada electrodoméstico que había en la tienda.
—Supongo que tienes razón—admitió Edward, sintiéndose asediado—.Creo que ya podemos irnos de aquí.
Él empujó el carro al frente de la tienda y luego hizo una pausa,su mirada fija se movía sobre las cajas,hasta que descubrió al gerente radiante que le señalaba una caja al final donde sus otros dos carros ya habían sido descargados sobre la cinta transportadora.Edward realmente quedó bastante impresionado por esta tienda.
Una vez que el primer carro había estado lleno de mantelería,platos y la vajilla de plata,había buscado un sitio para poder dejarlo mientras llenaba el segundo.El gerente había tomado el carro de él y había enviado alguien para vigilar a una distancia discreta mientras ellos llenaban el segundo carro.Cuando estuvieron listos,un trabajador de la tienda había aparecido con otro carro vacío y lo había cambiado con él.
—Un servicio excelente—dijo Edward,admirado cuando el gerente y el empleado comenzaron a ayudarle a descargar.
—¿Casa nueva?—preguntó el gerente con una sonrisa.
—Buena deducción—alabó Edward,podría estar de acuerdo o no,pero a el hombre le gustó.
—No ha habido mucho que deducir—el encargado se rió entre dientes—.Tiene que ser una casa nueva.La única cosa que no ha comprado aquí ha sido un microondas.
Edward se paró y girando culpó a Bella.Bella suspiró,lanzó sus manos al cielo y giró para dirigirse de nuevo a la sección de electrodomésticos.
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