Tormento

Autor: andreaa
Género: General
Fecha Creación: 15/11/2009
Fecha Actualización: 22/11/2009
Finalizado: SI
Votos: 8
Comentarios: 41
Visitas: 35870
Capítulos: 30

De un día para otro todo cambia, la persona que creías que iba a estar a tu lado siempre, desaparece sin mas y incluso tu familia se vuelve un extraño para ti.

Nadie es capaz de darte ni una mínima parte de lo que necesitas, solo quieres escapar, pero no puedes.

Entonces, ¿que haces?

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Capítulo 5: reuni贸n familiar

-          Seth – grité

 

Respiro hondo, me miró, acarició mi cara y después de un largo suspiro dijo:

 

-          Es su obligación.

 

Esa conversación estaba perdiendo todo el sentido que podría haber tenido. ¿su obligación a que? ¿Quién le había obligado?. Mil preguntas sin ninguna lógica.

 

Las lagrimas acudían de nuevo a mis ojos, llevaba horas sin para de llorar. Intenté relajarme. No quería gritar a Seth al fin y al cabo él no tenia la culpa de nada.

 

Respire hondo antes de hablar.

 

-          ¿Quién le obliga?

-          No puedo hablarte de esto Nessie, ya he abierto la boca mas de lo que debería.

 

Le miré a los ojos con la mirada llorosa. Sus ojos oscuros brillaban y se mostraban tristes. Seth y yo siempre nos habíamos llevado bien. Él fue de los pocos que me aceptó, al principio, por ser lo que soy. A una manada de hombres lobos no les hacia demasiada ilusión que una media vampiro se juntara con el macho alfa. Al fin y al cabo éramos enemigos naturales.

 

-          No puedes dejarme así, yo también tengo derecho a saberlo.

 

Veía en su cara que no iba a decirme nada mas. Esquivaba mi mirada. Abrí la puerta de la furgoneta y salí corriendo. Si él quería alcanzarme lo haría en cuestión de segundos pero esperaba que no hiciera.

 

La lluvia me arañaba la cara mientras yo seguía corriendo por el bosque. La noche ya era la dueña del cielo y supuse que mi familia empezaría a buscarme en cuestión de minutos así que lo mejor era volver a casa.

 

No estaba del todo preparada para interrogatorios y análisis pero al fin y al cabo no podía hacer nada mas que volver con mi familia.

 

La noche me desorientaba y no estaba segura de estas tomando el camino correcto.

 

Una pisadas a mi espalda me asustaron pero me giré y no había nada ni nadie. Una de las cosas que había heredado de mi padre, era el oído, y gracias a eso estaba segura de que algo se movía en el bosque cerca de mi.

 

Las mismas pisadas de nuevo a mis espaldas, y al girarme, la nada.

 

-          Mama, papa -  susurré a un volumen apto solo para vampiros.

-          No. Tu queridita familia no está aquí

 

 

Esa voz me era familiar, pero familiar de una manera extraña, como si hiciera años que no la oía. Era dura, de un hombre, vampiro por que si no, no me hubiera oído. Las pisadas se acercaban hasta que el desconocido se dejó ver.

 

-          Hola pequeña – me saludó con una mueca extraña, algo maligna.

 

Mi primer instinto fue correr pero de que iba a servir, ya sabia quien era, era un miembro de los vampiros que me vigilaban, era un miembro de los Vulturi.   

 

Dejé de respirar, mis músculos quedaron quietos, mis ojos fijos en los del visitante, no me atrevía ni a hablar.

 

-          Vengo en son de paz.

 

Se acercó a mi y me abrazó. No tenía sentido. ¿Me estaba abrazando? Lo extraño fue que, a pesar de la temperatura fría de Alec, su abrazo era cálido, como el de un amigo.

 

-          Vengo a ver a los Cullen – me susurró al oído.

-          De acuerdo.

 

Le seguí hasta mi casa, supongo que Alice había visto algo por que nos esperaban todos en la entrada. A los pies de la escalera estaban mi padre, mi madre y los abuelos. Al lado de la puerta de entrada, en el porche, nos esperaban mis tíos, todos en posición de ataque.

 

Cuando nos vieron mi madre vino corriendo y me abrazó, mi padre se acercó a nosotras y miró a Alec con unos ojos llenos de furia y rencor.

 

-          No me ha hecho nada papa.

-          Lo se.

 

Entramos todos en la casa y Alec nos explicó el por que de su visita.

 

-          Los Vulturi mataron a mi hermana y aún que se que ella rompió las reglas no se merecía la muerte, al fin y al cabo llevaba siglos trabajando para ellos, así que decidí abandonar la guardia de los Vulturi, no tengo a donde ir y pensé que tal vez aquí me aceptaríais.

 

En sus ojos se veía la pena por la muerte de mi hermana. Mis recuerdos de Alec eran prácticamente nulos ya que solo lo había visto durante la casi pelea que tuvo lugar poco después de mi nacimiento pero el abuelo y mi padre me habían hablado de él y de su hermana, sobretodo de su hermana, Jane.

 

El abuelo Carlisle decidió intervenir ya que todos se habían quedado en silencio después del discurso de Alec.

-          Nuestro aquelarre sigue unas normas, y la primera y principal es nuestra dieta.

 

Alec asintió

 

-          Lo supuse Carlisle y se que sois “vegetarianos”. Me gustaría intentar llevar este estilo de vida pero no puedo hacerlo solo, no sin el apoyo de una familia.

 

No estaba segura de con cuantos años había sido transformado Alec pero su rostro aniñado lleno de pena me rompía el corazón. Le habían arrebatado a su hermana, su única familia y solo buscaba un poco de compasión.

 

-          Reunión familiar – grito Carlisle.

 

Todos nos levantamos de nuestros asientos y mi familia le dio la espalda de inmediato al invitado i se dirigieron al despacho de Carlisle. Alec se quedó solo en ese gran salón con los ojos fijos en sus manos, como un niño asustado.

 

Me acerqué a él

 

-          Espera un momento, ahora volvemos. – le susurré. Sonreí, le guiñé un ojo y me fui a la reunión familiar.

 

Capítulo 4: es su obligaci贸n Capítulo 6: lo 煤nico que pod铆a decir

 
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