9 meses exactos. Me sentía aterrada, enorme, hinchada y para nada atractiva, el momento se acercaba y lo esperaba con ansias y temor, la incertidumbre del no saber qué sucederá nos carcomía la cabeza día y noche, pero nos mentalizábamos en que debíamos ser fuertes, por nuestro bebe, por la familia y por nosotros, nos merecíamos ser felices.
Todo iba bien por ahora, Jane no dio señales de vida, lo cual era un alivio. Alice empezaba a sentir a sus mellizos y estaba más que entusiasmada decorando la habitación y comprando cosas para sus bebes, iban a ser una niña y un niño según los médicos, nosotros ya teníamos completamente armada la habitación de nuestro pequeño, era beige y blanco, la cuna, los muebles, el sillón donde lo mecería hasta que se durmiera en mis brazos…
Todo marchaba a la perfección, me mantuve cautiva en mi casa estos meses y no podía salir a ningún lado, apenas asomarme a la ventana. Pero debía ser paciente, todo se solucionaría, debía confiar. Carlisle nos advirtió que me encontraba en la parte más complicada del embarazo, por lo que debía hacer reposo total, ningún esfuerzo y alimentarme correctamente ya que la fecha crucial se acercaba.
Ahora mismo me encontraba en el sillón de la casa leyendo una revista mientras devoraba un sándwich, Edward estaba en la cocina preparando el almuerzo ya que Alice y Jasper vendrían a comer con nosotros porque yo no podía trasladarme mucho. Deje la revista a un lado y me incorpore, con esfuerzo, del sofá tomando rumbo hacía la cocina, Edward al verme me ayudo a sentarme en la silla del desayunador.
-Sabes que no debes movilizarte tanto-me reprendió volviendo a lo suyo.
-No me he movido, ni hecho ningún esfuerzo, solo camine de la sala a la cocina-le conteste rodeando los ojos.
-Aun así, debes cuidarte, siéntate y no te muevas mucho-dijo tomando unas sartenes.
-No estoy invalida, soy una vaca andante-farfulle cabizbaja.
-No, amor, eres hermosa, la maternidad te hace ver extraordinaria-me contradijo acercándose y depositando un suave beso en mis labios.
-Si tú lo dices, pero eso no niega que estoy enorme-acote pero el no dio importancia a mi comentario solo se dispuso a continuar con la comida.
Sentí el sonido del timbre e hice ademan de incorporarme pero Edward no me lo permitió.
-Iré a abrir, tú quédate aquí-me ordeno yéndose a la puerta.
Suspire y entonces escuche la vocecita de mi cuñada para después ver como entraba a trote a la cocina a abrazarme.
-Bells, no sabes cómo te extrañe-exclamo besando mi mejilla.
-Nos vimos hace unos días Alice, pero yo también te extrañe-le sonreí.
-Mira nomas esa panza, dentro de poco estarás entre nosotros bebe hermoso-murmuro Alice hablándole a mi barriga.
-Créeme muero por ver la tuya con tus melliz, te apuesto a que será el doble que la mía-dije observando el notable bulto que sobresalía de ella.
-Eso ni lo dudes-contesto sonriente para después sentarse en otra silla a mi lado.
En eso entro Jasper seguido por Edward que luego de dedicarme una perfecta sonrisa siguió haciendo malabares en la cocina, Jasper se acercó y me saludo para después compartir una copa de vino con Edward mientras que Alice y yo tomábamos un jugo de naranja natural.
-A ver prueben las embarazadas más lindas-dijo Edward dándonos a Alice y a mí un bocado de la carne que preparaba y estaba exquisita.
-Mmm, rico-murmuro Alice saboreando.
-Al fin encuentras algo que le guste, últimamente esta delicada con el tema de la comida-dijo Jasper.
-Créeme después tendrás que tener un supermercado a mano porque todo les gusta y más pasada la media noche-le susurro Edward lo suficiente para que lo oyéramos y le mire mal.
-Cuando hay antojo, hay antojo-dije.
-Ya lo creo-acordó Alice.
Colocamos la mesa o más bien, colocaron la mesa, ya que Edward no permitió que me moviera o haga algún esfuerzo, y todos nos sentamos a degustar la riquísima carne al horno que preparo mi esposo, charlamos sobre cosas triviales y un poco acerca de la llegada de mi bebe y de cómo Alice enloqueció a Jasper para colocar correctamente los muebles en la habitación que sería la de sus hijos. En fin, una vez que el almuerzo finalizo, a pedido de las embarazadas, nos tomamos un rico helado que encargamos por teléfono. Ya entrada la tarde con Alice decidimos preparar un café y todos nos sentamos en la sala, yo ya estaba algo cansada y Edward lo noto por lo que me senté lo más cómoda que pude en el sofá mientras Edward masajeaba mis pies lo cual era completamente relajante, Alice veía la escena divertida mientras Jasper reía.
-No rías mucho mira que para ti será doble esfuerzo-le advirtió Edward.
Luego de que casi me duermo debido a los masajes relajantes de mi esposo Alice y Jasper decidieron que era hora de marcharse razón por lo que se despidieron con un fuerte abrazo y una advertencia de que les avisáramos si él bebe se adelantaba ya que querían estar el día del nacimiento de su sobrino o sobrina, ambos asentimos y luego de algunas recomendaciones que le di a Alice se marcharon.
Suspire y me dispuse a sentarme en el sillón ya que empezaba a cansarme mucho el estar parada, acaricie mi vientre sintiendo el movimiento de mi hijo lo que provoco, como siempre, una sonrisa de mi parte, Edward llego a mi lado y me recomendó que debía descansar por lo que me ayudo a subir las escaleras con cuidado y también a despojarme de la ropa y colocarme la de dormir, esto de estar embarazada tenía sus ventajas y desventajas. Edward me abrió la cama y bostece sin evitarlo, él se acostó a mi lado luego de cambiarse y me canto al oído aquella bonita melodía que me canturreaba desde que nos conocimos, eso me tranquilizaba y me envolvía en paz, me acomode a su lado de una manera en la que no sintiera molestias debido a mi gran panza y cerré los ojos inhalando su aroma.
Un dolor algo intenso me despertó a mitad de la noche pero decidí no darle importancia ya que en este último mes eran frecuentes, entonces me di cuenta de las ganas impresionantes que tenía de ir al baño me salí del agarre de Edward y me incorpore, Edward se removió y abrió los ojos.
-Bella ¿Qué haces?-pregunto adormilado.
-Voy al baño, no tardo-conteste dirigiéndome al baño que gracias al cielo había en la habitación.
Luego de que hiciera mis necesidades me sentí algo más alivianada por lo que decidí volver a la cama pero en el camino un dolor me paro en seco e hizo que abrazara mi abdomen con fuerza, respire hondo y seguí mi trayecto hasta que quede frente a la cama y otro dolor más fuerte que el anterior hizo que jadeara y mis rodillas flaquearon terminando yo en el suelo cubriendo mi barriga.
-¡Ah!-exclame apretando los dientes.
-¿Bella? ¿Bella que ocurre amor? ¡Bella!-insistió un Edward totalmente preocupado que me trataba de incorporar con sus brazos.
-Me duele-logre decir mientras con esfuerzo me colocaba en pie.
Inhale y exhale una vez más y entonces otro dolor me atravesó e hizo que gritara para después atormentarme al sentir el líquido que corría por mis piernas.
Holaa! Aquí les dejo otro capítulo emocionante, se viene lo bueno jeje. Espero que esten disfrutando el fic y espero sus comentarios y votos, gracias por leer, besos.
|