EDWARD POV.
Me encontraba sumamente feliz, con mi Bella estábamos pasando un momento único, estábamos esperando la llegada de nuestro hijo, cuando me entere no lo podía creer, sabía todas las consecuencias de esto y los riesgos pero nada podíamos hacer, lo echo, echo esta. Podía notar como mi amada sufría con todo esto, su preocupación era más que lógica pero en estos meses trate de consentirla y alentarla, pero las hormonas alteradas por su parte mucho no ayudaban, en si ponían las cosas mucho más difíciles, pero por el bien del bebe y el suyo siempre estuve a su lado, no fue fácil, pero al menos logre sacarle varias sonrisas y es lo que más deseaba, verla feliz.
Amaba su panza, cada mes que iba creciendo yo me volvía loco de felicidad, el solo imaginar a mi hijo dentro de la mujer que amo, era un sentimiento indescriptible. Cumplí cada uno de los antojos de mi Bella y tal como dijo Emmett, tuve que ir unas cuantas veces al supermercado a la medianoche, pero todo sea por mi hijo y mi esposa.
Tuve que hacerme cargo de la empresa, lo cual era intensamente estresante, Alice me ayudaba en lo que podía pero aun así el trabajo se acumulaba y ahora que mi querida hermanita estaba embarazada no podía hacer mucho esfuerzo, lo único que deseaba todo el día es terminar con el trabajo e ir corriendo a casa a ver a mi esposa. Pero debía cumplir con el horario, en fin, me encontraba aquí cautivo en la oficina firmando papeles deseando que la aguja del reloj se moviera más deprisa, Alice estaba en su sector al otro lado de esta puerta atendiendo la recepción y lo demás. Mire la hora y esta marcaba las nueve de la mañana, Bella ya se habrá levantado, por lo que tome mi celular y marque el número de casa, luego de dos timbrazos escuche esa dulce voz que tanto amaba.
-¿Hola?
-Hola amor, ¿Cómo están?-pregunte.
-Oh, Edward, recién termine de desayunar, estamos muy bien y alguien aquí está más inquieto de lo normal.
-Como quisiera estar contigo y sentir a mi hijo, los extraño mucho.
-Nosotros también te extrañamos.
-¿Oye Edward con quien hablas?-irrumpió Alice en la oficina acercándose.
-Es Bella-le conteste.
-¿Quién es?-pregunto mi Bella al otro lado de la línea.
-Es Alice-le conteste.
-¡Bella! Déjame hablar con ella-me pidió Alice dando saltitos.
-De acuerdo. Amor, Alice quiere hablar contigo, te amo, cuídense-le dije.
-Está bien, yo te amo más, lo haremos-le pase mi celular a Alice y esta se lo llevo rápidamente al oído.
-¡Amiga! No sabes cómo te extraño, quiero ver cuánto ha crecido esa panza, Edward no específica bien las cosas-Alice escucho unos minutos atentamente con una sonrisa.
-Eso está bien, mi panza es un pobre bultito apenas visible, Bella, quiero verte, te extrañamos-se quedó callada un minuto y luego volvió a hablar-me parece genial, hasta entonces, adiós Bella. Sí se lo diré-puso los ojos en blanco y colgó el celular.
-¿Y bien?-quise saber extendiendo mi mano para que me dé el celular.
-Iré algún día en esta semana a su casa y dice que te diga que te ama-me relato Alice.
-No sabes lo feliz que me siento hermanita, a pesar de todo, este bebe nos cambió por completo-confesé.
-Es lógico y lo único que espero es que esa felicidad sea para toda la vida.
-No sabes cuánto deseo eso. Pero ahora hay que trabajar-mandé acomodando unos papeles.
-Uf, está bien, solo vine a decirte que te llegaron los e-mails de las empresas del sur, que los verifiques-me dijo dirigiéndose a la puerta.
-Gracias Alice-ella me sonrío y salió de la oficina.
Revise esos e-mails y respondí unos cuantos, estaba en mi propio mundo por así decirlo, me imaginaba como sería nuestro bebe ¿tendría mis ojos? O esos hermosos ojos color chocolate de mi esposa, su cabello, su sonrisa…
Sentí pasos acercándose a velocidad y Alice entro a tropezones a la oficina y la cara de pánico apoderaba su rostro, al verla me levante de mi asiento y me acerque a ella.
-Alice, ¿Qué ocurre?-pregunte algo alterado por su expresión.
-Jane está aquí-murmuro.
-¿Qué? ¿Cómo que está aquí? ¿Dónde?-pregunte alzando la voz.
-Está en la recepción, quiere ver a Bella-dijo seriamente.
-Nose que hacer, Alice ¿Qué haremos?-pregunte entrando en pánico.
-Edward, solo hay que estar tranquilos, le diremos la historia que planeamos y todo estará bien, solo hay que ser profesionales con esto, la dejare pasar y me quedare aquí para ayudarte, tranquilo-puso sus manos en mis hombros y me miro a los ojos.
-Lo haremos, gracias Alice-respire profundamente y volví a sentarme en el gran sillón.
Al fin vería cara a cara a esa basura de persona, esa mujer que solo está aquí para hacer daño, quería poder gritarle todo el odio y descargar toda la rabia que sentía contra ella por lo que le hacía sufrir a mi Bella, me importaba un cuerno la caballerosidad con esa clase de monstruo.
Sentí el golpeteo en la puerta y me tense de inmediato, di la orden para que pasen y pude observar a Alice entrando en compañía de una mujer no muy alta, un cabello rubio perfectamente planchado que le llegaba a los hombros, unos labios carnosos color carmesí y un traje negro, de cara era bonita, rasgos dulces comparado con la porquería que era.
-Buenos días soy Jane Vulturi-Jane estiro su mano y yo como pude la tome dando un suave apretón.
-Edward Cullen-respondí.
-¿Cullen? Nose porque me suena ese apellido-desvió la vista y miro a Alice que se encontraba contra la pared con el ceño fruncido.
-Soy su hermana-respondió Alice fríamente.
-Oh ya veo, me pregunto ¿Qué haces tú aquí y no la adorable Bella?-inquirió.
-Ella se encuentra muy enferma y está delicada por lo que yo tome su puesto hasta que se recupere-le conteste.
-Con que enferma… ¿Y tú eres?
-Soy su esposo.
-¿Esposo? Ah, claro de ahí me sonaba el apellido, tú eres el famoso Cullen que se casó con la señorita imposible, me apena no haber sido invitada a la boda pero les deseo felicidades-dijo orgullosa y con una sonrisita compradora.
-Gracias, se lo diré-conteste algo cabizbajo, esta mujer si sabía cómo dominarte con solo unas palabras y su actitud.
-Así que mi querido Cullen-coloco ambas manos a los lados de su cintura y camino calculadamente de un lado a otro-tú serás quien me dé un hijo con Bella.
Sentí mi cuerpo estremecerse y apreté los dientes con fuerza.
-Ni lo pienses-le solté con ira.
Jane se detuvo en seco y me evaluó con la mirada chasqueando la lengua.
-Tú no tienes ni idea de cómo deseo a un niño, no tienes ni idea de mi sufrimiento-elevo la voz.
-Tal vez no la tenga pero no por ese motivo tienes que hacer sufrir a las personas, a cualquiera le puede pasar el no poder concebir a un hijo pero hay muchas maneras de tener lo que quieres, pero no de esta forma-masculle.
-Lo que quiero es un hijo y lo quiero de esta forma, he esperado años a que esta chica se rinda y me dé lo que su estúpido padre firmo y prometió. Un hijo de ella.
-¿Pero por qué quieres el de ella? ¿Qué acaso no tienes millones de formas de tener un hijo y que sea tuyo? No te entiendo-le dije elevando la voz.
Jane se acercó y apoyo sus manos en el escritorio inclinándose hacía mí.
-Tengo mil millones de formas de tener un hijo, lose y yo elijo esta manera, yo quiero un hijo de Bella y quiero que sepas que no me rendiré hasta tenerlo en mis brazos, espero que te sirva de aviso así van procreando a mi futuro hijo-formo con sus rojos labios una sonrisa ganadora.
Apreté mis dientes con fuerza y comencé a respirar agitadamente, el odio crecía en mi interior y lo único que quería era acorralarla y en un caso extremo asesinarla, sentía un odio descomunal hacía esa persona tan ambiciosa que se encontraba frente a mi sonriendo maliciosamente.
-Quiero que te retires de aquí, no quiero volver a verte ni que te acerques a Bella ¿entendido?-le grite poniéndome en pie ya algo sacado.
-Con que resultaste ser más bravo de lo que creí, me doy cuenta que defenderás a tu esposa valientemente, pero temo decirte mi querido Edward que será en vano. Tú no sabes el poder que yo poseo, puedo hacer unas cuantas llamadas y no volverás a ver a tu Bella nunca más, mejor ve sentándote y controlando tu tono de voz conmigo, no sabes con quien te metes, no tienes ni idea de con quién estás hablando.
Lo sabía más que nadie, sabía todo el poder que esta mujer tenía y que lo que decía era cierto, si daba un paso en falso podría perder a Bella y a mi hijo y eso no me lo perdonaría jamás en la vida, ellos eran mi todo y sin ellos yo sería un nada. Volví a sentarme en el asiento derrotado por las palabras de Jane, lo único que sentía era inmunidad, me sentía inferior ante esta mujer por lo que solo me dedique a mirarla a los ojos con todo el odio posible y presionar con fuerza él apoya brazos.
-Así me gusta, ahora dile a Bella que volveré y que deseo su recuperación, si es por mi iría a su casa a verla para asegurarme de que tan grave es su enfermedad pero tengo una reunión en Florida por lo que debo partir, estoy muy segura que nos veremos pronto Edward y recuerda lo que te dije, tenlo siempre grabado en tu mente. Adiós mi querida Alice. Y recuerden, volveré.
Dicho esto se retiró de la oficina con pasos elegantes dejándome solo a mí y a mi pena, tome mi cara entre mis manos y luego sentí los brazos de Alice a mi alrededor.
-Edward, tranquilo, tu sabes que solo lo dice para amenazarte. Estarán bien-me consoló Alice palmeando mi espalda.
-Lo único que quiero es que esa mujer se vaya de nuestras vidas, quiero que nos deje en paz-balbucee.
-Hay que ser fuertes, todos estamos afectados por esto pero Edward él bebe nacerá en unos meses y Jane no se dará por vencida, me apena ser yo la que te lo diga pero ella vendrá, siempre lo hace. Y dudo mucho que no se entere del nacimiento de su hijo, pero no hará nada, nosotros la detendremos, iremos a las autoridades y no sucederá nada ¿de acuerdo?
-Evidentemente no tenemos opción, si es que quiere quitarnos al bebe.
El solo pensar en eso hizo que mi corazón se estrujara.
-Ya, todo saldrá bien, ahora debes decirle a Bella sobre esta visita, díselo porque se merece saberlo, tiene que estar al tanto de las circunstancias.
-Tienes razón, supongo que se lo tendré que decir y velar su angustia, gracias Alice, sinceramente-le di un beso en la mejilla y ella me sonrío.
-Ya sabes que estaré siempre con ustedes-dijo encaminándose hacía la puerta.
-Lose.
-Oh, casi se me olvida, mañana iremos a comprar las cosas para él bebe, tu y yo, ya que Bella no puede salir ¿Ya tienen la habitación?-preguntó.
-Sí, es la que está al lado de nuestro cuarto-le conteste.
-Perfecto. Odio esto de no saber el sexo del bebe, solo a ustedes se les ocurre. La gente normal quiere saber si va a ser niño o niña, en fin, le compraremos un color beige, ya tengo la idea en mente-aplaudió dos veces complacida y salió de la oficina con una gran sonrisa.
Yo por mi parte me limite a seguir trabajando, aunque muy concentrado no estaba, todavía retumbaba en mi cabeza la amenaza de Jane de quitar de mi vida a Bella. Y eso no podía permitirlo, Bella era mi vida, sin ella yo…nose que sería de mí sin ella, la amaba más que a nada y a mi hijo también, eran las dos personas que más atesoraba en esta vida y no dejaría que nada nunca le sucediera, lucharía por ellos y los defendería siempre, pero era por esa razón que me sentía mal, no podía luchar contra ellos, lo intentaría sin dudarlo, pero al fin y al cabo terminaría perdiendo y perjudicando a Bella y a mí mismo. Sabía que mi familia también estaría conmigo en esto y nos apoyaría en todo, pero mucho no podíamos hacer, eran poderosos y eso lo dejaban bien en claro. Solo nos quedaba la esperanza de ganar y de que una vez por todas se haga justicia.
Hola chicas, desde ya les digo que gracias por sus comentarios la verdad es que me apoyan y me ayudan a seguir con esta historia por lo que sigan comentando! Les cuento que estoy empezando un nuevo relato, me insipire y comence a escribir y escribir, espero que cuando lo suba se den una vuelta a verlo, en fin, espero sus comentarios, votos y subire mas capítulos, se viene lo bueno.
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