Hooola :) Como estan?
Chicas, de nuevo pido disculpas por tardarme tanto subiendo los capis del fic, pero es que el cole me tiene full ocupada y como ya estoy casi que en la recta final, debo preocuparme mucho por sacar buenas notas en todas las materias para poder graduarme con honores :)
Deben saber que se me están acabando las ideas para el fic y muy pronto llegará al final... Ya saben, los chicos no pueden estar de vacaciones por siempre y deberán volver a Washington y quién sabe, capáz algunos no vuelven (Las dejaré con esa intriga por ahora).
Espero que disfruten el capi y me dejen sus cometarios y votos!
P.D.: Trataré de subir otro capi más tarde, pero todo depende de cuanto tiempo me tome escribirlo xD!
-¿Bella, Bella?- preguntaba Edward agitando su mano frente a mi rostro. Parpadeé un par de veces y volví a mirarlo- ¿En qué pensabas? Parecía como si te hubiera perdido por unos segundos- terminó con una mirada preocupada pero con una hermosa sonrisa en sus labios.
-Lo siento, me desconecté un tiempito- dije sonriéndole- ¿Seguimos?- pregunté.
-Claro, tengo que preguntarte tantas cosas- dijo sonriendo.
-“Piedra, papel o tijera, un, dos, tres”- dije y saqué.
Esta vez Edward había sacado piedra y yo papel.
-Papel envuelve piedra- dije victoriosa.
-Te dejé ganar- dijo casi en un susurro.
-¡Si, claro!- dije riendo- Ahora…- dije pensando cuidadosamente mi pregunta, seguramente no volvería a ganar, por lo que de la siguiente pregunta depende mi vida- ¿Cómo es posible que no te había visto sino hasta anoche y llevas dos días aquí? –pregunté. Lo sé, tal vez debí haber preguntado si era él el que me estuvo espiando o si fue a él al que Esme vio en la cocina, pero quería saber esto también.
-Ehhh… no ha sido fácil- dijo poniéndose un poco nervioso. – Todos colaboraron- dijo sonriendome.
-Quiero saber cómo lo hiciste- dije haciendo presión.
-Bella, lamento decirte que eres un poco “caída de la mata”- dijo Alice entrando a la cocina, interrumpiendo mi plan de “poner nervioso a Edward para que me diga lo que quiero escuchar”- Cada vez que mi querido hermanito estaba en la casa, nosotros te sacábamos de donde estuvieras y te movíamos de lugar para que no tropezaras con él. Aunque todo casi se daña cuando “accidentalmente” entró a su habitación a buscar no se qué cosa y tú estabas buscando algo de ropa en su armario o cuando estabas en la cocina con Esme y él entro… ¡a Esme casi se le sale el corazón por la boca!- dijo Alice tan rápido que solo me dio tiempo de sonreír. Al fin Alice había dicho algo que era completamente lo que necesitaba escuchar… ¡EDWARD ERA EL ESPIA!
-Gracias Alice, ya le dijiste todo lo que seguramente Bella quería escuchar y dañaste nuestro intenso juego de “Piedra, papel o tijeras”- dijo Edward molesto.
-Ups- dijo Alice- De todas formas ya nos estábamos fastidiando de escuchar sus “Piedra, papel o tijeras” desde la sala… ¿Saben que hablan muy fuerte?- dijo sonriéndonos y luego salió de la cocina.
Edward me miraba molesto y yo solo sonreía. Era raro, pero no me sorprendía mucho que haya sido él mi espía por esos dos días…
-Bella, dime en qué estás pensando… ¡y no me digas que no es nada, porque tu sonrisa te delata!- terminó frustrado.
-Lo siento- dije riendo un poco- es solo que…- Iba a decir que no me sorprendía, pero quería averiguar otra cosa más… “caliente”- ¿Qué te parece mi ropa interior?- pregunté sonriendo mientras sentía cómo mis mejillas se iban calentando.
-Ehhh… Es muy sexy… Ehhh… ¿qué?- Dijo Edward ahogándose con su saliva y reacción inmediata, comencé a reír tan fuerte que tuve que sostener mi estómago que había comenzado a dolerme mucho a causa de las carcajadas.
-Bella te atrapó querido Eddie- dijo Emmett entrando a la cocina y riéndose conmigo.
Detrás de él entraron todos los chicos y todos estaban casi tan privados de la risa como yo. Edward parecía un tomate de lo rojo que logré que se pusiera. “Bien, punto para Bella” pensé mientras intentaba calmarme.
Costó algunos minutos para que todos dejáramos de reírnos.
-¿Ya se burlaron lo suficiente de mi?- preguntó Edward molesto.- Porque si es así, me voy.- dijo y se levantó de la silla, dejándonos a todos con las bocas abiertas por la sorpresa.
-¿Qué acaba de pasar?- pregunté viendo a todos.
-Creo que nos pasamos un poquitín al reírnos de mi querido hermano- dijo Alice sonriendo- Pero creo que lo que más le dolió fue que tu lo supiste antes de que él te lo dijera- terminó Alice con una sonrisa mucho más grande en su rostro.
-¿Qué supe?- dije sin entender, a veces ellos lograban confundirme tanto.
-¡Que te estuvo espiando!- chilló Rose a mi lado- El pobre chico no aguantó dos días sin verte y le tocó hacer una de “misión imposible” para poder estar cerca de ti, a pesar que tú no te diste cuenta- dijo Rose.
-Pobre Edward, en serio, pero… ¡su cara valía millones!- dijo Jasper riendo ligeramente.
-No se como lo haces Bella- dijo Emmett rodeando mis hombros con su enorme brazo.
-¿Qué cosa?-pregunté
-¡Hacer que Edward se ponga de ese color tu sola!- gritó a mi lado- Solo se pone así cuando está contigo- terminó riendo.
-Emmett, que bruto eres- bufó Rosalie- Se pone asi con ella, porque le gusta, daaah!- exclamó y yo me quedé fría.
Ya Edward me había dicho en algún momento que yo había cambiado su vida, nos hemos besado algunas besado, pero no recuerdo si alguna vez el me había dicho que yo le gustaba.
-Bueno familia, tenemos que ir a bañarnos y a arreglarnos, esta tarde es tarde en familia y quiero que todos estemos presentables- dijo Alice mientras nos sacaba a todos de la cocina.
Subí directo a mi habitación en el tercer piso de la casa Cullen, de la habitación de Edward salía una suave música, Debussy. No quise entrar a ver si estaba bien en ese momento, por lo que me metí corriendo a mi habitación a bañarme.
Con el agua caliente mis músculos se relajaron y logré pensar claramente. Cuando terminara de bañarme y arreglarme, iría a ver si Edward estaba bien.
Salí de la ducha y fui al armario, me puse mi ropa interior y busqué una camisa blanca Vans que había comprado antes de venir a Forks y me coloqué unos jeans negros y unos Converse rojos. Estaba cómoda con mi ropa y sabía que a Alice no le importaría un día sin tacones de 10 o más cm.
Me encerré en el baño para secar mi cabello, cuando logré hacerlo, me gustó el resultado. No estaba completamente liso, pero las ondas habían quedado muy lindas.
Cuando abrí la puerta del baño me encontré con la peor imagen que alguien puede imaginarse… Alice y Rose me veían con una enorme sonrisa en sus labios, esas que dicen “Sabemos algo que tú no sabes y no te vamos a decir”. Realmente, me quedé petrificada en la puerta del baño.
-Me gusta tu cabello Bella- dijo Alice levantándose y luego acercándose a mi- Se ve natural- dijo con una sonrisa.
-Y la ropa no está nada mal. Es una combinación entre “sporty” y “chic”- dijo Rose mientras me veía de arriba abajo- perfecto para una tarde de cine en familia- dijo con una sonrisa.
-Aunque creo que también puede combinarse con unos Jimmy Choo rojos que compré ayer- dijo Alice parándose frente a mi, evaluando mis zapatos.
-Alice, muchas gracias… Pero de verdad estoy cómoda con ésta ropa tal y como me la puse- dije sonriendo un poco.
-Cierto Al, esos zapatos se los podemos poner para otra ocasión- dijo Rose sonriendo malignamente. Solo dios sabía que ocasión sería esa.
-Bueno Bella- dijo Alice mirándome igual que Rose.- ¿Para qué te arreglaste sin que nosotras tuviéramos que pelear contigo?- preguntó levantando una ceja.
-Yo… Emmm… Yo no quería pelear con ustedes- terminé fingiendo una sonrisa.
-Si claro, y mi segundo nombre es Edward- exageró Alice- Por favor Bella, no me mientas, no te sale bien- terminó Alice.
-Creo que deberías ir a hablar con él de una vez, por lo que escuché, todavía está en su habitación- dijo Rose señalando la puerta de mi habitación, en sentido a la de Edward.
-¿Cómo se enteran de todo lo que quiero hacer?- pregunté sonriéndoles
-Intuición femenina y sobre todo te conocemos como si fueras nuestra hermanita- dijo Rose.
-Anda, Edward no debe tardar en terminar de frustrarse a si mismo, es tan típico de él- dijo Alice moviendo sus bracitos teatralmente.
-Gracias chicas- dije saliendo de mi habitación.
Caminé hasta la puerta de Edward y todavía salía una suave música de ella. Como la puerta estaba medio abierta, decidí entrar en silencio.
Edward estaba acostado en su sofá con un cojín en su rostro. Se veía realmente tierno cuando estaba frustrado. Caminé hasta llegar a su lado y me arrodillé en la alfombra para quedar a la altura de su rostro. Dudé al principio, pero luego comencé a deslizar delicadamente mi mano sobre su cabello. A pesar que éste parecía que tenía vida propia, era realmente suave y sedoso. No me había fijado, pero Edward se había cambiado de ropa.
-Me gusta tu cabello- susurré. Ya sabía que Edward se había dado cuenta que era yo, porque una sonrisa traviesa estaba adornando sus labios, desde que coloqué mi mano en su cabello.
-Y a mí me gustas tú- dijo Edward mientras retiraba el cojín de sus ojos.
¿Había escuchado bien? ¡Le gusto a Edward Cullen!
Inmediatamente me encontré con los ojos más hermosos que había visto y luego, no se cómo, me estaba besando.
|