Visión De Luna II (+18)

Autor: helena_cullen
Género: + 18
Fecha Creación: 15/03/2011
Fecha Actualización: 12/11/2012
Finalizado: SI
Votos: 6
Comentarios: 45
Visitas: 40195
Capítulos: 35

Esta es la segunda parte de Vision de Luna (http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=864&id_capitulo=0)... donde las cosas se complican mucho más, el amor esta mucho más cerca, pero los enredos, los errores y las culps también...

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Capítulo 33: Epilogo: I Parte (Elizabeth, Lizbeth)

Cinco años después…

Elizabeth

No podía creerlo, por primera vez en todos estos años me dejarían ir a la escuela completamente sola, bueno a lo que me refería era que por lo menos solo me encontraría con mi hermano, me encontraba tan dentro de mis propias alucinaciones que me había olvidado por completo que este día era la fiesta de cumpleaños de mi tía Helena y aunque a ella no les gustaran realmente la celebrábamos.

Inclusive se encontrarían alguno de los Volturies, o por lo menos los que habían dejado la guardia, entre ellos Jane y Alec quienes después de unos años permaneciendo fuera de las grandes paredes de Volterra descubrieron que sentían algo el uno por el otro.

-    Estas lista… -. Me pregunto mi hermano como doceava vez, me molestaba que me controlara tanto, pero hay se encontraba con esa estúpida sonrisa torcida que le había heredado a mi abuelo. -. Lo se… me voy al demonio… -. Dijo resignado.

La fiesta de mi tía era especial, ya que para mis padres y para toda la familia ella era la que había cambiado todo dentro de los Cullen inclusive con sus locuras y sus escapadas.

-    Ya estas… -. Mire a la entrada y se encontraba mi primo… bueno en cierto modo era como mi tío, pero no lo llamaría así, lo fulmine con la mirada y supo de inmediato que aun no me encontraba lista.

Cuando baje ya todos se encontraban hay, inclusive Alec y Jane, como todos los años era una fiesta sorpresa que mi tía siempre había arruinado en algún momento o bien por llegar antes o por ser impuntual o quizás solo por escaparse con su novio, así que esta no che no era tan sorpresa, ella sabía de la fiesta, pero no sabía que la mayoría de la Push y todos los que habían peleado hace como 5 años se encontrarían hay.

Ella entro mente espectacular como siempre y comenzó a saludar una a una a todas las personas que se encontraban hay, inclusive Alec se dio el gusto de cargarla cuando le llego su turno.

-    Creo que deberíamos estar celebrando que mañana va a ser su primer día de escuela y no esto -. Me dijo algo molesta cuando se me acerco aunque la verdad es que todos sabíamos que mi tía tenía un carácter parecido al de mi abuelita.

La fiesta transcurrió normal como todos los años, creo que era eso lo que más me aburría ya que todos los años y a cada momento pasaban las mismas cosas, inclusive a mi tío Emmet parecían agotárseles las ideas para molestar.

Me fui a acostar temprano mientras todos los demás seguían en la fiesta, realmente no quería llegar mi primer día de clases con ojeras y gracias al cielo habíamos ido hace poco a la boutique con mi tía Alice quien estaba tan emocionada como yo cuando mis padres por fin nos dieron el permiso para ir a una escuela normal.

La noche se me hizo eterna, y la verdad es que no me pude quedar dormida hasta bastante entrada la noche, pero las luces de el sol me alumbraron y comencé a reír cuando mi padre me tomo en sus brazos para casi llevarme a la fuerza a la tina.

Sabía que a mi padre le costaba bastante el dejarme sola, más que nada por que era sus ojos como él mismo me lo había dicho bastantes veces desde que tengo uso de razón, pero también entendía que de alguna forma debía darme mi espacio.

No comí casi nada en el desayuno, hace algunos días habíamos ido de cacería por lo que no me preocupe mucho por ingerir esas cosas asquerosas que comían los humanos, podía comerlas, pero en lo personal prefería la sangre…

Mi padre nos iría a dejar, en la entrada se encontraban todos para darnos buena suerte, inclusive mis bisabuelos quienes sonreían abiertamente.

-    Ten cuidado -. Dijo mi abuela mientras me arreglaba la blusa… -. Solo procura que nadie te moleste, recuerda que deben guardar las apariencias -. Sonreí mientras la abrace, realmente sabía que a mi abuela le costaba tanto como a mi propia madre el dejarnos, después de todo mucha parte del tiempo la habíamos pasado juntas las dos como amigas.

-    Debes cuidar bien a tu hermana -. Le dijo mi padre a mi hermano quien asintió un tanto aburrido.

“Creo que mejor te dejare sola, solo espero que no se enteren” con el pasar de los años nos habíamos dado cuenta de que teníamos una comunicación parecida a que tenían los Quileutes y por su puesto que la usábamos.

-    Solo espero que no pase nada -. Le dijo mi abuelo a mi hermano… claro siempre nos olvidábamos que él podía oír nuestros pensamientos y por ende nuestras “conversaciones privadas”, mi abuelo volteo y sonrió en mi dirección divertido.

Félix a diferencia de nosotros estaba asistiendo hace algunos meces al instituto de Forks donde claro nosotros igual iríamos, el ya se encontraba en el auto creo que recordando lo tedioso de su primera vez en la misma situación.

Cuando mi tía Helena se había graduado fue espectacular y realmente quería vivir esa experiencia.

-    Tengan cuidado con Lizbeth, creo que ha repetido algunos cursos y podría molestarlos -. Mire a mi tía, pero creo que sabía a quien se refería, era una entrometida que muchas veces se perdió por nuestra casa buscando algo en lo que chismear.

-    No te preocupes -. Le dije mientras ella asentía, la verdad es que a mi tía le gustaba que la tuteáramos y nos decía que se esa forma no se sentía tan vieja.

El viaje fue rápido, aunque lo entendíamos ya que el que estaba manejando era mi primo quien había conseguido su licencia solo hace algunas semanas y como nadie quería enfrentarse con el enfado de mi tía Rosalie hasta el momento nadie le había dicho que no podía manejar.

Mi padre estaba sentado a mi lado dándome recomendaciones de los muchachos y anotándome todos los números de emergencia que se sabía, además claro que el de su trabajo en las cercanías de la Push donde tenían un taller con otros Quileutes.

Me sentía tan nerviosa, era una vidente y lo sabía sin embargo las visiones no me habían mostrado nada de este día, creo que ms visiones solo me avisaban de los sucesos malos o los que provocarían algún cambio importante y eso lo entendía, mis visiones a diferencia de las de mi tía Alice mostraban las cosas que iban a pasar ocurriese lo que ocurriese, no solo conjeturas o cosas por el estilo.

Mi padre bajo antes de mí, estaba nerviosa, mucho más que nerviosa mientras veía a una gran cantidad de muchachos caminar atreves del estacionamiento y otros cuantos detenerse a mirar el auto con los vidrios blindados de el auto nuevo de mi primo… demonios si que me encontraba nerviosa… “Tranquila, estaré a tu lado” dijo mi hermano y yo le di un codazo.

Lizbeth.

Esta bien, no era la persona más brillante de todas, pero lo que no entendía era como una persona que faltaba casi todo un año podía pasar de curso, inclusive adelantarse a algunos sin que nadie hiciera nada, cada vez me daba más por convencida que los Cullen eran unos mafiosos… era algo así como la abuela de la escuela, conocía a todos y cada uno de los alumnos de cada sección y clase, inclusive conocía los fetiches y cosas por el estilo de algunos, sin embargo solo hace algunos meces otro “Cullen” había llegado a la escuela, era un muchacho fornido, de cabello claro y un extraño color en los ojos, era como si no fuera de este planeta, en un primer momento me pareció parecido a alguien, pero después de pensarlo por mucho tiempo no supe a quien podía ser.

Era verdad que hace algunos años hubiera dado lo que fuera por un buen chisme, sin embargo por haber repetido tantos cursos mis padres me habían impedido que siquiera me acercara al club de periodismo, inclusive Brian se había graduado y con honores cuando había dejado todo botado, después de darse cuenta de que quizás los Cullen no tenían nada en especial.

Por lo menos solo me quedaba este año solamente y en cierto modo la obsesión con los Cullen había desaparecido casi por completo, pero había aparecido este estúpido que volvió a desordenarme todo. Lo había vigilado por algunas semanas en las cuales me di cuenta que era totalmente diferente a Helena, por él todo el mundo estuviera pendiente de lo que hacia y lo que no, además parecía no llevarse muy bien con los de la reserva ya que no se comunicaban mucho y se miraban despectivamente, era algo parecido a Helena cuando termino el ultimo curso, inclusive la había visto con ella un par de veces cuando los había seguido.

Me encontraba en mi auto, claro que lo seguía observando, después de todo era apuesto y si podía me le declararía uno de estos días. Su auto era un azul marino de una marca extravagante tal y como lo era la de Helena en su tiempo.

Bajo con unos pantalones ajustados negros y una camisa azul, era tan apuesto que inclusive sin nada se vería espectacular, creo que era costumbre que siempre se estacionara en el mismo lugar, la parte más alejada del campo y donde todas las muchachas hacían filas para verlo… aunque esta vez del lado del conductor bajo un muchacho de ojos chocolates y tez morena, creo que me quede un poco pasmada cuando lo vi descender lentamente o creo que yo lo veía lentamente, creo que tenía algunas facciones a los de la reserva, aunque no se le notaban mucho, pero su piel lo delataban. Parece que venían riendo de algún chiste privado, pero después me di cuenta de que salió otro hombre, creo que era el esposo de Reneesme, la hermana mayor de Helena, había estado hace algunos años en su boda, pero el se veía igual, creo que el cabello lo tenia un tanto más largo.

Detrás de todos ellos salió una muchacha, era blanca como la leche mientras que su cabello era parecido al de Edward y sus ojos completamente verdes como los que alguna vez tubo Helena antes de que le afectara la enfermedad… ella estaba roja mientras miraba de una forma acecinar a Félix.

-    No tiene ninguna gracia que todo el mundo te mire -. Dijo molesta mientras salía del auto con un pantalón ajustado y unos tacos que te matarían si te pisaban, una playera ajustada y una chaqueta del mismo tono del pantalón encima.
El esposo de Reneesme sonreía mientras abrazaba a la muchacha paternalmente.

-    No la molesten más… además Dilan la debes cuidar con tu vida si es necesario.

-    No debes irte… -. Le dijo la muchacha molesta y el hombre sonrió mientras le daba un beso en la frente.

-    ¿Podrán irse solos a casa? -. Pregunto mientras se alejaba.

-    He llegado todos los días, es verdad que tengo a dos niños conmigo, pero no creo que pase nada -. Dijo Félix riendo mientras el hombre se alejaba al bosque.

Comenzaron a caminar los tres juntos mientras la muchacha solo iba un poco más atrás y creo que se escondió un par de veces detrás de todos los libros que llevaba encima.

Me apure y salí de mi auto  mientras caminaba a paso rápido. Tenía otra oportunidad y esta vez si que no la desperdiciaría.

Capítulo 32: El despertar (Esme, Dilan) Capítulo 34: Espilogo: II Parte (Dilan, Elizabeth, Lizbeth)

 


 


 
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