-¡Bella quédate quieta!-exclamo Alice ya frustrada pero es que yo no podía dejar de temblar, mis manos sudaban y mi mente era una catarata de pensamientos.

-Creo que tendremos que amarrarla a la silla-dijo Rosalie que intentaba darle forma a mi cabello.

-Hay que ser comprensivas la chica se casa hoy, Bella todas pasamos por esto, no tienes que estar nerviosa-menciono Alice.

Me casaba hoy. Hoy. Estos dos meses pasaron volando, sentía mi corazón palpitar a mil, mi cabeza de vez en cuando daba vueltas y…y… ¡AH! Estaba demasiado nerviosa, trataba de respirar con normalidad pero era en vano, mis estilistas Rosalie y Alice se estaban poniendo de los nervios por mi comportamiento, pero había mil cosas que me preocupaban aunque sean mínimas, como el velo del vestido, los tacones, tropezar y no llegar a dar el sí, que Edward huya, que algo salga mal…

-Bella ¡Tranquila!-grito Alice ya cansada-si sigues así la idea de amarrarte será estupenda.

-Perdón Alice, es que estoy nerviosa ¿estas segura de que todo está bien?

-Bella, los invitados están llegando, Esme y Reneé los están recibiendo, Edward está en la otra habitación con los chicos, falta media hora Bella, tu tranquila, él va a estar allí en el momento justo, respira-me recomendó mientras volvía a poner color a mi cuerpo.

-De acuerdo, oh, y Alice ese vestido te queda bonito y tú también estas linda Rose-les alague observando sus preciados vestidos.

-Gracias pero ahora cierra los ojos que necesito ponerte esto-me ordeno Alice mientras que Rose se concentraba en mi peinado.

Luego de unos minutos sentimos el golpeteo de la puerta y Alice se apresuro a abrir, mi madre entro con la emoción grabada en el rostro.

-Bella, te ves bellísima-exclamo.

-Gracias mamá-le sonreí.

-¿Le gusta el peinado?-pregunto Rosalie por lo que decidí yo también examinarlo, me mire al espejo y vi que llevaba el pelo sujetado en un rodete y varios mechones ondulados caían por mi rostro lo que hacía que mi cara se viera refinada.

-Sí, es perfecto y el maquillaje también-contesto mi madre observandome con una sonrisa.

-Bueno, chicas según mi reloj falta poco, Edward debe de estar bajando, Bella es hora del vestido-dijo Alice llena de dicha sacando una caja y al abrirla aprecie un vestido blanco que no tardo mucho tiempo en estar sobre mí, era hermoso, delicado, strapless y con detalles de encaje en la espalda que formaba un corazón, las tres mujeres se estresaron colocándome el velo hasta que quedo perfecto y luego sentimos el golpeteo de la puerta, era mi padre que me esperaba para bajar y Jacob, mi padrino de boda, al cual recibí con una sonrisa, ya que no me permitían arruinar el maquillaje ni el vestido, Rose y mi madre se despidieron y se dirigieron a sentarse con los invitados no sin antes desearme suerte, yo me quede aquí con Alice, mi dama de honor, Jacob y mi padre.

-Muy bien Bella, cuando comience la música cuenta hasta tres y síguenos-me ordeno Alice, prendiéndose del brazo de Jacob.

Comenzó a sonar la típica canción de boda y la adrenalina me apodero de mi cuerpo, la canción era algo un poco más lento y a piano, Alice formo una sonrisa en su rostro, al igual que Jake y comenzaron a bajar las escaleras con elegancia, yo me aferre a mi padre controlando mi respiración y la seguimos. Cuando comenzamos a llegar al pasillo pude apreciar el decorado, todo el inmenso patio trasero de los Cullen estaba decorado por flores blancas, el camino  hasta el umbral, los árboles y las sillas en las que se encontraban los invitados, muy pendientes de mí, cuando estábamos por atravesar el camino, la música cambio como si nada y ahora era un poco más precisa, mi padre aumento la presión de mi brazo y yo inhale y exhale varias veces, levante la mirada y lo vi…lo vi a él…de un perfecto traje negro sonriéndome como siempre lo hacía, no me percate de los millones de ojos sobre mí y sobre cada paso acelerado que daba en ese momento, él era mi universo, solo faltaban unos cuantos pasos hacía mi ángel hasta que al fin lo tuve a mi lado, mi padre deposito mi mano sobre la cálida  y suave de Edward y me beso en la mejilla para luego ir a sentarse al lado de mamá.

-Señoras y señores, estamos aquí reunidos para presenciar la unión de Edward Anthony Masen Cullen y Isabella Marie Swan, digan sus votos por favor-pidió el sacerdote, Edward me sonrío.

-Yo Edward Cullen, te tomo a ti Bella Swan, para amarte siempre-comenzó Edward tomándome de las manos y fijando sus hermosos ojos verdes en los míos.

-En las buenas y en las malas-continúe yo.

-En la riqueza y en la pobreza.

-En la salud y en el dolor.

-Para amarte.

-Atesorarte. Por el resto de nuestros días.

-Acepto.

-Acepto.

-Te amo.

-Yo te amo.

Entonces ambos nos colocamos los anillos que testificaban nuestra unión y nos fundimos en un beso que rompió todas mis expectativas, no me importaba el público que nos observaba, solo me concentre en el amor que le tenía y en la importancia de este beso. Todos los invitados  saltaron en aplausos y gritos por lo que tuvimos que separarnos pero ni así despegue mis ojos de los suyos, pude sentir el flash de las cámaras en todo momento pero ahora era más notorio, la familia se acercó a nosotros y abrazamos a cada uno, Reneé y Esme lloraban con una exquisita sonrisa de satisfacción, Alice también se secó una que otra lagrima pero me abrazo con mucho cariño al cual correspondí, mi padre también me abrazo un poco emocionado pero luego se recompuso y felicito a Edward, en fin, pasamos de brazos en brazos pero yo me mantenía firme al lado de mi esposo.

Alice llamo la atención a todos y fuimos hacía el otro lado del patio donde sería la fiesta, era una inmensa carpa blanca con luces, música, bebidas y mesas para la cena, Edward y yo tomamos asiento en la mesa principal donde se encontraban mi padre, Reneé, Esme y Carlisle, ya que a Alice le pareció excelente idea que estemos junto a nuestros padres. La cena fue estupenda, los mozos traían las bebidas, que mi padre estaba pidiendo muy seguido, la comida, que era exquisita…hasta que luego de beber y comer a todos los invitados se les dio por bailar, las mesas se iban quedando vacías y la mayoría se reunía en la pista.

-Muy bien, veo que todos están en la pista de baile pero los recién casados no, Bella, Edward, es hora del vals-exclamo Alice desde el micrófono por lo que obligadamente me incorpore con Edward y ambos nos dirigimos al medio de la pista.

-No quiero hacer esto-le susurre a Edward.

-Conmigo es fácil-me dijo como lo hizo un tiempo atrás, sonrío y la música empezó a sonar, Edward paso una mano por mi cintura y la otra mano sujeto la mía entonces empezamos a girar al ritmo de la canción, se nos fueron uniendo más personas al baile, hasta que llegó un momento en el que Jacob requirió mi atención por lo que empecé a bailar con mi mejor amigo, mientras que Edward lo hacía con Rosalie y Emmy, en los brazos de esta, que se perdía en las luces que lo enfocaban.

Baile con todos, con Jasper, Emmett, Carlisle, mis amigos, hasta con mi padre, que fue de lo más complicado, ninguno de los dos tenía la coordinación para hacerlo por lo que terminamos bailando cualquier cosa. Empecé a buscar a Edward y lo encontré con una copa de champagne charlando amigablemente con Jared, un amigo de la infancia de él, me acerque a ellos y Edward al verme no dudo un segundo en pasar un brazo alrededor de mi cintura y besarme la mejilla.

-¿Ya termino la ronda de bailarines que querían bailar con mi esposa?-pregunto sonriendo para mí y para Jared. Sonaba tan extraño, mi esposa, en solo pensarlo sonreí

-Por suerte sí-suspire.

-Felicidades Bella, se lo dije a tu marido pero no tuve la oportunidad contigo-dijo Jared.

-Gracias Jared-le dirigí una mirada amable.

-Bueno, los dejare solos, iré a bailar con aquella morocha de allá-señalo a mi amiga Vanessa, por lo que rápidamente se acercó a ella y empezaron a girar alrededor de la pista.

Pasaron las horas y la diversión aumento, cortamos la torta, la música empezó a ser más alegre y todos comenzaron a bailar, se  repartió cotillón y todos tenían, silbatos, pelucas, máscaras y demás, Edward y yo bailábamos y nos besábamos a cada momento, hasta que las mujeres me llevaron hacía un extremo y a Edward, los hombres a otro, las chicas me alzaron entre todas y los hombres a Edward y nos acercaron hasta que nuestras manos se entrelazaron para después besarnos, la parte de la liga fue lo más vergonzoso, Edward me la saco con sus dientes y mi cara no podía ser más roja y por supuesto Emmett y Jasper se revolcaban de la risa, en fin, ahora me encontraba entre los brazos de mi esposo moviéndonos lentamente al compás de la música.

-Bella, es hora de cambiarte-interrumpió Alice.

-Alice… ¿ahora?-pregunte con voz agotada.

-Sí, ahora, tú y Edward síganme, se tienen que cambiar, les compre a ambos una hermosa ropa para el viaje-ambos suspiramos y seguimos a Alice escaleras arriba.

-Edward tu ropa está en la habitación en la que hoy estabas por lo que ve a cambiarte y Bella, tú sígueme-Edward desapareció no sin antes besarme y yo seguí a Alice hasta su habitación donde me despojo de mi vestido blanco y me coloco un vestido color azul, con unos tacones negros, soltó mi cabello, que quedo ondulado debido al peinado que llevaba y ella tomo una gran maleta.

-Ya empaque tu ropa-dijo como si nada y yo la mire no muy feliz por la idea.

-Me hubiera gustado empacar mi propia ropa Alice.

-Da igual, quiero que te vistas bien en tu luna de miel, además de que te hubiera dado pistas de a dónde te va a llevar Edward.

-De acuerdo pero Alice, gracias, muchísimas gracias, fue la boda más encantadora que alguien haya podido tener jamás, eres mi mejor amiga y te quiero demasiado-le abrace fuertemente y ella respondió el abrazo.

-Oh, de nada Bella y me alegra que la hayas disfrutado, después de todo esa era la idea-sonrío-bueno, creo que Edward te espera abajo por lo que ya es tiempo-seguí a Alice escaleras abajo y me encontré con mis padres y Charlie al verme me abrazo de nuevo.

-Cuídate mucho Bells, te quiero-me susurro al oído.

-Lo hare papá-le respondí.

-Bella, hija mía, cuídate mucho, te amo Bella-dijo mi madre con nuevas lagrimas abrazándome.

-Yo también mamá, los quiero-les dije con una sonrisa.

-Todo esta empacado y listo-dijo Alice entrando por la puerta en compañía de Edward, que llevaba puesto una camisa celeste con unos pantalones azul marino, él se acercó a mí y me tomo de la mano.

Alice y mis padres salieron y nosotros le seguimos y al traspasar el umbral nos bañaron en arroz a los dos hasta que al fin pudimos llegar al auto que teníamos en frente, Edward me abrió la puerta del copiloto para el entrar en la del piloto, pude observar a toda nuestra familia y amigos que nos sonreían y saludaban en nuestra dirección, mis padres, mi nueva familia…

-¿Lista?-pregunto Edward sacándome de mis pensamientos.

-Lista-le respondí segura.

Entonces ambos saludamos por última vez a nuestra familia para después dejarlos atrás e ir a un lugar en el que solo existamos nosotros dos.