Esme
Los heridos ya se encontraban bien y a los que les había inyectado la cura también, me sorprendió mucho ver como los Volturies eran capaces de trabajar tan bien con los Quileutes heridos, muchos de los Volturies me estaban ayudando para que pudiéramos curar todos juntos a los Quileutes.
La que estaba más herida era Estefanía quien se recuperaba un poco más lento que sus propios compañeros, el resto estaba casi por completo repuesto.
- Mamá -. Mire de donde provenía esa voz y mi pequeña Alice venía corriendo a toda velocidad… -. Termino todo -. Me dijo, pero pude sentir una pequeña gota de amargura en sus palabras.
Mire donde venían los demás, algunos venían riendo y otros jugando, sin embargo Edward traía a Helena en sus brazos, Emmet venía con Demian en su espalda, pero creo que este ya estaba despierto, Bella venía apoyada en Jacob y Nessie traía a Dilan de la mano.
- ¿Qué ocurrió Alice? -. Le dije un tanto preocupada.
- Rebeca tenía a Demian y a Helena encerrados, mantenía a Demian inconsciente con las mordidas de los lobos, aunque nunca lo mato… cuando Dilan llego Rebeca intento que Helena bebiera de su sangre, sin embargo Helena se dio cuenta de que era Dilan y no lo hizo… Bella resulto herida en el combate, cuando entramos a la fortaleza, aunque no se nos hizo muy difícil cuando ya supimos a lo que eran vulnerables… cayeron como moscas.
Estaba completamente Horrorizada con todo lo que había pasado, Edward y Carlisle se encerraron en el estudio para ver que era lo que le podía estar pasando a Helena quien no reaccionaba.
Me encontraba a su lado, en el otro estaba Bella y Nessie había ido a buscar a su tía y a los niños ya que todo había acabado…
Los Volturies no se refirieron al tema de Dilan, pero sabíamos que era algo que Aro quería tratar, Demian había despertado solo hace algunos minutos y no se separaba del lado de Helena.
- Tranquilo -. Solo una vez había visto a alguien como a ese muchacho… y era mi Edward, cuando pensó que Nessie podía acabar con su madre.
- Todo fue mi culpa… yo permanecí dormido mientras ella sufría el peor de los tormentos -. Dijo mientras se golpeaba la cabeza con una mano.
- No es tu culpa, toda la culpa la tiene Rebeca -. Le dije tratando de convencerlo, sin embargo sabía bien que nadie lo sacaría de hay hasta que ella volviera en si.
Edward llego a nuestro lado con el brazo que le habían quitado a Helena para ahuyentarnos en el primer enfrentamiento.
Lo puso al lado de Helena y este poco a poco se fue uniendo.
- Esa es la mejor señal que podemos tener, por lo menos su cuerpo aun reacciona, sin embargo aun no sabemos que es lo que pasa con su propio espíritu… es como si ella no quisiera volver. -. Dijo Edward.
Pasaron varios días y las cosas no mejoraban, habíamos recibido una visita de Alec y Jane quienes habían dejado a los Volturies por que Jane ya no quería pelear más por otras personas que no fueran ella y su hermano.
Demian había salido por todos esos días, como si no le importara nada… era como si su propia culpa no le permitiera estar al lado de la persona a la que él amaba. Rosalie y Nessie se vinieron con los niños en avión y autobús por lo que demoraron un poco en llegar, según lo que nos habían dicho llegarían por la tarde.
Pero lo que más me preocupaba era que Helena aun no quería volver como lo había dicho Edward, y creo que se decepcionaría un poco cuando supiera que la persona a la que amaba no estaba a su lado.
Demian
Ya ni se donde demonios me encontraba, sabía que esto estaba mal, pero no podía quedarme y verla en ese estado, prefería morir que seguir viendo como pasaban los días y ella se seguía debilitado sin poder hacer nada, era como si quisiera acabar con mi propia existencia, no podía seguir adelante si no podía verla a ella.
Había matado a algunas vestías salvajes que se me habían atravesado para apaciguar mi propia furia, era la persona más inútil de todas, Helena había sufrido inclusive la desmembración de uno de sus brazos por mi maldita culpa… y claro yo me encontraba dormido.
Comencé a recordar como la había conocido y como su sangre me había llamado desde un primer momento, como ella me miro con aun sus ojos verdes, la amaba, la amaba y me había escapado de todo eso… de repente me di cuenta que el solo hecho de permanecer a su lado sería suficiente, quizás ella me podía sentir en algún lugar, quizás ella podía estar a mi lado sin saberlo y yo lo estaría.
Corrí de vuelta, si debía permanecer toda la eternidad con ella la pasaría aun si no despertaba nunca, la llevaría a conocer todo el mundo y se que ella siempre estaría con migo, pasara lo que pasara.
Llegue aun en la mañana, los Cullen estaban molestos con mi actuar y en cierto modo los entendía, había abandonado a la razón por la que existía y ahora debía pagar todas las consecuencias que eso conllevaría.
Emmet se encontraba en la entrada y supe que quería arrancar mi cabeza, pero no me importaba, además Alice se encontraba a su lado y lo detuvo dándome ánimos para continuar.
Me acerque a donde se encontraba mi pequeña, ella estaba durmiendo, como el ángel que era… no le había hablado jamás a alguien que se encontraba dormido…
- Hola vida… lamento mucho haberte dejado, pero prometo no dejarte jamás en todo lo que me resta de existencia… -. Comencé a reír cuando me imagine su cara -. Sabes algo quiero que recorramos toda Europa, quiero que conozcas inclusive la torre de pizza, iremos a ver a tu padre de vez en cuando, pero por favor, por favor abre esos ojos.
No podía llorar, pero juro por todo lo que es santo que estaría llorando en este momento y sentía un nudo en la garganta.
- Lo siento… de verdad lo siento -. Le dije mientras me apoyaba en su mano… había sido tan idiota que me había escapado de el único ser al que podía amar mucho más haya de la muerte y de la eternidad.
Sentí como movía uno de sus dedos y en ese mismo momento Edward se encontraba a un lado mientras sonreía.
- Sigue hablando -. Me ordeno mientras tocaba uno de mis hombros.
- Cielo, si me escuchas… quiero que pases cada segundo a mi lado, no quiero que en ningún momento me dejes. Cerré los ojos, si existía algún Dios podría ver que no estábamos haciendo nada malo y que el amor que sentíamos era tan puro como la pequeña gota de bruma que cae en la mañana.
- Demian… -. Abrí los ojos y ella me miraba, tenía una mano en mi rostro… -. Lamento no haber podido hacer mucho -. Dijo con pesar.
La abrace mientras la bese, no quería moverla mucho, aun se encontraba débil, pero ella se me abalanzo en los brazos mientras podía ver que alguien le había cambiado la ropa quemada que alguien le había puesto.
- Prometo jamás dejarte… -. Dije entre rizas, no podía ser más feliz en toda mi existencia.
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