POV BELLA
Edward corrió, era muy rápido, el más rápido que había conocido, el me cargaba en un estilo nupcial, sentía su pecho de Marmol contra mi, me sentía en casa el frío me invadía, pro era algo muy agradable, su olor me distraía y sus manos estaban firmes pero dulces en mis piernas y espalda. Deje mi cabeza en el hueco de su cuello, suspire contra la fría piel, era tan perfecto y con suerte sería mío. La simple idea me hizo sentirme feliz, me acerque más si eso era posible y deje que mis labios casi tocaran su cuello. Cuando paro a regañadientes deje mi cómoda posición y admire el hermoso prado. Era muy bello. Me senté en el piso en flor de loto y el me imito.
-Lo sabes no es así.-Dijo en afirmación
-Que se?.-Pregunte dándole largas
-Lo de.-Empezó.-Olvídalo.-Hablo finalmente
Suspire, era mejor que no supiera que lo sabía.
-Así que porque mi familia.-Pregunto mientras me veía.
-No sabía que consideramos.-Acepte mirando los ojos de ónix liquido
-Como fue.-Pregunto inquieto
-Cuando vi a Alice en mi primera clase.-Omitiría algunas cosas.-Fue un golpe fuerte, mi espejo capto el don, no pensé que fuera un vampiro.-Seguí
-Pero algo te convenció.-Exclamo y asentí
-El olor dulzón, dulce como la miel, exactamente como la miel para atraer a las presas-Dije y el sintió un escalofrío igual que yo.-
El me miro con duda y yo le sonreí levemente, mientras lo observaba fijamente.
-Porque sabes tanto sobre nosotros.-Pregunto y yo me reí, no podía decirle que mi padre era uno
-Es experiencia.-Solté eso estaba bien, no le mentía simplemente ocultaba detalles.-He convivido con muchos de ustedes, demasiados, uno de ellos menciono a su familia.-Me encogí en hombros
-Así que cuando nos vistes supiste quienes éramos.-Concluyo
-Eso y que Jessica se encargo de decirme quienes eran punto y coma.-Reí ante el recuerdo
-Si la escuchamos.-Se río, era el sonido más lindo que recordaba.-Pareces de 16.-Observo
-Lo se, no crezco.-Bufe.
A menos no lo habíamos notado nosotros, al parecer me había congelado de 16 o 17 años eternamente.
-En eso te pareces a mi.-Hablo bajito mientras alzaba su mano y se detenía. Yo la tome entre las mías y luego la apreté contra mi rostro, entonces comprendí las palabras de tío Cayo, Si pudiera morir en brazos de quien amo, sería feliz, era un sentimiento extravagante.
-Gracias.-Dije reclinado mi rostro contra su mano con ternura.
-Sabes lo que es un compañero.-Pidió saber
-Por eso no podía dejarlos ir.-Suspire, el coloco la otra mano e mi cara con cautela
-Pero ustedes los humanos olvidan fácilmente.-Exclamo no supe, como su cara se hallaba tan cerca de la mía.
-Creo que no soy como los demás.-Respondí viéndolo fijamente.
-Creo que en eso estamos de acuerdo.-Suspiro poniendo su frente contra la mía
Para esta etapa, tenía mi corazón en una carrera desembocada, mis manos me sudaban levemente, mis piernas me fallaban y el aliento me faltaba.
-Eh esperado todo un siglo por ti.-Me susurro
-Aquí me tienes.-Dije en un suspiro viendo sus ojos mientras inclinaba levemente mi cabeza a la izquierda
-Mi Isabella.-Suspiro y acerco sus labios a los míos.
Cerré mis ojos, y todo desapareció cuando sus labios de hielo cubrieron los míos en un beso tenue, suave y dulce apenas un roce. Yo me incline más contra el, mis labios se movieron contra los de el, y el acepto dulcemente continuar, luego sus manos, dejaron mi cara y se abrieron paso, hacia atrás de mi nunca y mi espalda. Me acerco firmemente y no me opuse, de hecho me encanto, por lo que con cuidado y suavemente me senté en el a horcadas.
Lo bese firmemente mientras el cernía una mano en mi cintura, y la apretaba con dulzura. El aire me comenzaba a faltar, por lo que el termino el beso y puso su frente junto a la mía, respire el aire agitadamente, antes de que el volviera a tomar mi boca, yo gemí de la sorpresa pero redoble la apuesta y lo bese fuertemente, el paseo su lengua fría en mi labio inferior, encantada abrí mi boca suavemente, el paso hábilmente su lengua, acaricio lamia y suspire.
Era una experiencia, maravillosa, nunca antes vivida. Cuando su lengua se alejó de mi boca, Gemí en protesta pero sonreí cuando el mordió con mucho cuidado mi labio inferior y se aparto
-Wo0o.-Exclame mientras el e recostaba suavemente en mi pecho.
-Me pregunto cuando sucedió esto.-Se río refiriéndose a mi posición me sonroje fuertemente.
-No se.-Mentí mientras me paraba.
-Estaba cómodo.-Se río de mi y lo mire con una ceja levantada mientras me imitaba.
-Sabes que no es caballeroso ir besando mujeres que conociste hace 2 días.-Murmure mientras se ponía frente a mi
-Pero solo soy así contigo.-Me susurro en el oído y yo pase mis manos por su cintura, era un ser perfecto y hermoso, y era mío.
-Yo también.-Conteste apretándome a su pecho
El río cuando volteé a verlo y me acerque a sus labios.
-Sabes que no es correcto andar besando hombres que conociste hace unos días.-Se burlo de mi frase
-Eres un tonto.-Sonreí levemente mientras me acercaba más a el.-Sabes que siento como si te conociera desde hace mucho.-Le dije conformándome con besar su cuello.
-Yo también.-Me contesto rodeándome con sus brazos.-Pero no abra más besos señorita.
-Porque?.-Exclame molesta.
-Porque apenas nos conocemos.-Me dijo besando mi nariz.-No importa que seas mi alma gemela.
-Me gusta cómo suena eso.-Reconocí
-A mi igual.-Concedió.-Pero quiero hacer esto a la antigua.-Me susurro.-Quiero conocerte, cortejarte.-Reí levemente, maldito vampiro del siglo pasado
-Esta bien.-Le sonreí mientras veía el atardecer.-Charlie va a estar enfadado si llego más tarde ue el.-Suspire
-Tu moto la llevo Alice a tu casa.-Sonrío
Me encantaba la idea de pasar los próximos minutos abrazada de el, había dicho que amaba a esa enana. Alice era la mejor cuñada que pudiera pedir. Me monte en su espalda y lo rodeé con mis piernas suavemente. Y me acomodo en su espalada hasta que inicio su carrera, se detuvo frente a mi ventana y salto hacia ella. Me baje de su espalda con resignación. Era hora de hacer los deberes, si no Sulpicia estaría molesta conmigo.
-Quédate conmigo.-Le pedía Edward tomando su mano.
-Bella.-Empezó.
-Me comportare.-Prometí y el me miro pero finalmente asintió.
Los deberes se podían ir al infierno como el resto del mundo en estos momentos. Lo abrace suavemente y lo jale conmigo a la cama el sonrío cuando estuve abrazada de el, recostada en su pecho y sonriendo.
-Cuando naciste.-Me pregunto el
-El 13 de Septiembre.-Le sonreí. De inmediato supe que quería más detalles.-Fue un embarazó muy complicado, mi madre finalmente murió cuando nací.-Le conté y el me abrazó aun más.
-Lo siento.-Susurro
-No te preocupes.-Dije mirándolo.-Se llamaba Alessandra Astori.-Continúe.-Su padre era Italiano.-Resolví su duda.- Cuando murió, mi tía Marie Swan, la hermana de Charlie, se hizo cargo de mi.-Le confíe
-Y tu papá.-Pregunto sorprendido.
-El siempre se hizo cargo de mi.-Acepte.-Me dio educación, amor y demás.-Continúe.-Pero mi mamá quiso que mantuviera su apellido.-Respondí sencillamente
-Como era tu mamá.-Pregunto
Suspire recordándola.
-Era relativamente guapa.-Dije
-Entonces de ahí sacaste lo linda.-Río mientras besaba mi coronilla.
-Si, tenía los ojos esmeralda, de cabello casi rubio y rizado.-Me reí.-Nos parecemos muchos, excepto por que el mío esta ondulado y más oscuro.-Le sonreí abiertamente
-Y luego.-Pregunto impaciente.
-Iba a continuar hasta que me interrumpiste.-Me burle-Me fui a vivir con Marie, de ahí mi segundo nombre.
-Segundo?.-Pregunto divertido
-Si, Isabella, lo escogió mi papá significa la que ama a dios.-Continúe.-Después de todo papá dice ue soy e milagro más grande de su vida, eso y que había sido nombre de muchas reinas y princesas y yo había nacido para ser eso, la reina y princesa de la casa.-Reí ante la explicación de Aro
-Entonces, por que no fuiste a vivir con el.-Pregunto contrariado.
-Porque no quise.-Me limite a decir y el asintió
-Debes hacer tus deberes.-Se acordó de pronto
-No quiero.-Dije como niña chiquita
Me abracé más a el y aunque su boca decía algo sus manos seguían deslizándose por mi espalda. Sonreí apretando mis labios contra su playera
-Porque.-Río
-Es mejor estar así.-Dije
-Esta bien si no quieres hacer la tarea que quieres hacer.-Pregunto
Sonreí, el había caído solito, me arrastre hábilmente y le bese los labios. Si por mi fuera pasaría la mayor parte del día besando a Edward. Se congelo un instante pero luego me devolvió el beso con fuerza, su lengua no pidió permiso y se metió en mi boca, jadeé levemente mientras saboreaba su aliento, pero el se separo y gemí frustrada.
-En que quedamos.-Dijo y yo me resigne a hacer los deberes. Nunca me había costado trabajo pero con Edward observándome y acomodando ocasionalmente un mechón tras mi oído me estaba costando algo
Escuche las llaves, Charlie estaba en casa, suspire mientras cerraba mi ultimo libro, había terminado, si Edward no hubiera estado podía haberlo hecho a una velocidad sorprendente.
-Debo irme.-Susurro y asentí levemente mientras me incorporaba y luego me paraba, lo mire cuando me abrazó dulcemente. Menudo tramposo, no me besaba pero si me abrazaba.
-Me das un beso.-Pedí y el asintió, me sorprendió lo rápido que había sido capaz de convencerlo.
Cerré mis ojos esperando el beso pero el solo puso sus labios en mi frente. Fruncí el ceño.
-Edward.-Exclame molesta.
-Recuerda lo que te dije, quiero hacerlo bien.-Me recordó con dulzura.-Podemos ser amigos hasta entonces.-Pidió y asentí
-Podremos ser amigos.-Reformule su pregunta
-Vamos Bella no seas caprichosa.-Me regaño y asentí levemente, aún así rápidamente me puse de puntitas y lo bese castamente.-Bella.-Reprocho
-Lo se, era el ultimo.-Dije molesta.
-Nos vemos mañana.-Susurro mientras tomaba su playera.-Estaré en tu puerta a primera hora.-Me prometió.
Acepte el trato a regañadientes y le dije un suave adiós, después me baje a preparar la cena.
-Hola tío.-Salude mientras sacaba algo de arroz.-Tienes hambre?.-Pregunte
-Si Bells.-Se río suavemente.-Me estoy acostumbrando a vivir contigo, es muy facíl.-Río
-Puedo decir lo mismo.-Sonreí
Me puse a cocinar de inmediato, si algo amaba de Italia era su comida, por lo cuál hace un par de años me había empeñado en aprender, si bien no me gustaba la comida humana, la comida Italiana la comía con más facilidad. Después de casi una hora serví los platos, llamé a mi tío y el se sorprendió al ver el maravilloso palto
-Y esto es?.-Cuestiono
-Rizote ala milanesa con Ossobuco.-Dije mientras tomaba el primer bocado
El con desconfianza lo hizo, pero después de probar el primer bocado, se maravillo.
-Quien te enseño a cocinar.-Me encogí en hombros, evitando el detalle de los famosos Chef
-Tuve unas clases, soy Italiana.-Le recordé y el río
-Es lo mejor que e probado desde hace mucho.-Sonrío-Renné era un desastre en la cocina
-Como esta ella.-Pregunte vagamente
-Se caso este verano
Exclame un sonido de sorpresa
-Con un jugador de Beisbol.-Continuo.-Ahora viven en florida
-Y Laura.-Pregunte por mi prima
-vive con ellos, sigue odiando Forks.-Suspiro
-Debería ir a verla.-Dije y el me miro emocionado
-A ella le gustaría.-Acepto.-Y tal vez puedas convencerla.-Me guiño un ojo
-De no odiar el verde.-Reí.-Creo que puedo.-Acepte y estallamos en risas.
Charlie, era una persona callada pero muy bueno, tan parecido a mi “mamá”
-Yo lavo los platos.-Se ofreció y asentí levemente
Cuando estuve arriba , escuche que nadie estuviera cerca y abrí mi Chat. De inmediato hice contacto con Italia, sin preocuparme por la diferencia de horario, después de todo nunca dormían.
-Jane.-Sonreí a mi mejor amiga.
-Isabella.-Contesto de manera suave y yo me reí
-Hola chicos.-Dije al ver a todos los vampiros rodeando a la rubia, apenas cabían en la pantalla
Ellos me miraron con una sonrisa en su cara.
-Que te enamoraste de Edward Cullen.-Pregunto Heidi.-Esta guapísimo, sigue igual que hace uas décadas
-Cállate.-Me enoje levemente.-Y si
-Si estas enamorada o sigue igual.-Pregunto Renata con burla
-Las dos cosas.-Me enoje con ella. Se estaba prestando para esto.
-Bueno esta guapísimo que suerte tienes.-Exclamo ella y yo la mire mal.
Aro río seguido de Cayo, había algo que yo no sabia?
-Heidi trata de seducirlo hace dos décadas.-Río Jane entregándome la cabeza de la chica
-Lo siento Isa.-Se río.-Pero esta buenísimo. La mire mal y se quedo callada.
-Mira Heidi.-Empecé.- Se que fue hace muchos años, muchos.-Remarque.-Por lo que ya no piensas en eso o sí?.-Dije de forma grosera
-Tranquila Isa.-hablo un poco nerviosa.-Tengo a Demitri.-Se burlo y el chic la abrazó.
-En fin debo irme.-Murmure molesta.
-Genial Heidi la hiciste enojar.-Dijo Alec y yo le sonreí dulcemente a mi mejor amigo y ex novio
-Celoso Alec.-Río Jane y el me miro
-Solo un poco.-Acepto.-Pero me alegra que Isa sea feliz.-Dijo y le mire
-Sabes que te quiero cierto.-Pregunte y el asintío
-Lo nuestro nunca hubiera funcionado, no eras para mi.-Suspiro y asentí.
Si bien el hecho de tener un compañero te marcaba, más no te impedía enamórate de alguien más, era algo muy diferente, un compañero era tu alma gemela, tu todo y eso no podía compararse con un enamoramiento, un compañero era tu mundo y tu su satélite, eso nunca competiría con un enamoramiento, porque un enamoramiento terminaba, esto nunca.
-No queremos escuchar esto.-Dijeron todos
-Lo siento.-Murmuramos a coro.-Debo irme.-Les dije
-Por que-Exclamaron muchos
-Hora de dormir.-Dije levemente.
-Buenas noches.-Susurre y apague el monitor
Después de unos minutos mi teléfono timbro (Asquí escuchen “White hourse” Taylor Swift)
-Bueno-Conteste y escuche la voz de Alec-Isabella
-Alec.-Suspire al oir la voz de caramelo.
-Yo, lo siento.-Susurro eran sus únicas palabras en los últimos tiempos.
-Esta bien.-Conteste.-Se que no podías evitarlo.-Susurre.
-No, no esta bien Isabella.-Me contesto.-Si yo no te hubiera engañado.-Empezó un el dolor en mi cuerpo fue inevitable.-No estarías con el ahora.-Me dijo mordazmente
-Alec esto hubiera pasado tarde o temprano.-Camine de un lado a otro en mi habitación.-Algún día lo hubiera encontrado.-Seguí
-Tal vez Isa, pero seguirías enamorada de mi.-Murmuro
-El es mi compañero.-Le confesé
-Lo se , pero me hubiera gustado que las cosas hubieran sido diferentes.-Confesó
Me senté en mi cama y tome mi cabello en gesto nervioso.
-Sabes que te amaba verdad.-Me dijo
-Lo se Alec, yo sentía lo mismo recuerdas.-Le solté triste
-Debí haber sido más fuerte.-Exclamo molesto consigo mismos
-Alec pudiste serlo pero te acostaste con Lucia.-Dije pacientemente
-No debí hacerlo.-susurro
-Tal vez, pero todo termino bien no es cierto.-Sonreí.-Estoy bien.-Le conté
-Siento que no solo te fuiste por Maire.-Golpe bajo.-Fue por mi
-Alec, paso lo que debía pasar, no hay vuelta atrás.-Le dije molesta.-Ya somos amigos eso debe estar bien.
El suspiro al otro lado del teléfono, acaba de echar a perder mi día perfecto.
-Te amo Isabella.-susurro Alec.
-Yo a ti Alec.-Le dije sinceramente.-Pero ya no es suficiente
-Tal vez si el no existiera.-Dijo levemente
-Tal vez Alec, pero existe.-Conteste, tal vez no estuviera enamorada de Edawar, no aun, pero era la mitad que me faltaba, me hacia sentirme completa.
-Posiblemente, si el no lo hiciera.-Dijo e un susurro.-Tu me hubieras perdonado.-Empezó y asentí aunque sabía que no me veía.-Hubiéramos estado juntos por años, nunca te hubieras separado de mi lado, tendríamos la eternidad para nosotros.
-Posiblemente.-Concedí mientras me recostaba contra las almohadas.-Yo solía tener tantos sueños, de ti de mi, de nosotros.-Suspire contra la bocina.
-Sabes que yo también añoraba eso, nos amábamos.-Susurro
-Lo hacemos Alec.-Corregí.-Pero todo cambio, ya nunca será lo mismo.-Exclame
Sabía que estaba sonriendo en el otro lado del teléfono.
-Mejor lo dejo verdad.-Exclamo y asentí
-Amigos.-Pregunte
-Los mejores.-Acepto y yo sonreí levemente.-Debes irte
-Si Alec.-Dije levemente
-Ti amo il mio angelo.-Me dijo y yo sonreí
-Ti amo e mi dispiace alec, diffidare.-Conteste y luego me puse la pijama.
Alec, el, bueno lo amaba pero me había traicionado, por otro lado estaba Edward, yo no lo conocía pero bueno sabía que el era el amor de mi existencia y si yo todavía no lo amaba no tenía duda de que lo haría, sería el amor más grande que conocía.
Sabía que así sería, tan solo hace unas horas me había hecho olvidar quien era. Edward algún día seria mi mundo estaba segura de eso.
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