Let me be with you (+18)

Autor: MariaCullen14
Género: Romance
Fecha Creación: 08/09/2013
Fecha Actualización: 27/12/2013
Finalizado: NO
Votos: 7
Comentarios: 15
Visitas: 12783
Capítulos: 10

Bella y Edward han sido amigos desde los 12 años, ahora han pasado 12 años y su amistad es irrompible. Desde que lo conoció a estado enamorada, pero no tiene el valor para confesarlo y para ella esta bien con solo verlo feliz. ¿Pero que puede hacer cuando el empieza a celarla mas de la cuenta?  El destino de su felicidad cambiara.

Los personajes de esta historia no son mios sino de la escritora "Stephenie Meyer". Pero la historia si me pertenece.

Esta es mi 2º historia , aquí les dejo el Link de la otra:
 "Mi vida es mejor cuando estás en ella"

Mi perfil en Fanficcion: MariaCullen14

Espero que les guste

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Capítulo 4: ¡Oportunidad! Gracias celos

Hola a todos, les agradezco por votar y comentar, Espero que les guste el capitulo.


 

EPOV

 

Soy un imbécil, como se me ocurre llamarla mientras esta en su cita, y lo peor decirle que es de vida o muerte que venga. ¿Qué tengo en la cabeza?

 

Así como es Bella, sé que vendrá en unos minutos aunque este al otro lado del país ella vendría rápido si se trata de ayudar a un amigo. La cosa es  que cuando se entere de que no me pasa nada se enojara y no me quera ver por un tiempo. No puedo dejar que eso pase. Tengo que hacer algo ¿Pero que? Tengo que pensar rápido y si… actuó como borracho, podría vaciar unas cuantas botellas de tequila ya que tengo muchas en el refrigerado- y no se moverán hasta que Emmett venga a visitarme-, y actuar como si las hubiera tomado, eso seria fácil después de todo Emmett es mi hermano- el cual tiene una debilidad con el alcohol-. Solo tomare unos dos tragos, para que mi aliento huela a tequila.

 

En verdad soy un idiota, el más gran idiota, cobarde, sin bolas en la faz de la tierra- si Carlisle me viera seguramente me desheredaría-, quisiera solo ser capaz de decirle Te amo más que nada en esta vida. Pero el miedo de ser rechazado es más grande que mi valentía.

 

Termine de vaciar la ultima de tres botellas de tequila y le di unos tragos a otra hasta dejarla a la mitad, las deje en la mesa de centro de la sala y fui al baño. Tenía que verme desalineado como un puto borracho, así que lleve mis manos a mi cabello para despeinarlo, pero no necesitaba de ayuda ya que siempre esta así. Desabotone cuatro botones de mi camisa y la saque de mi pantalón- para así verme como un vago-, me quite los zapatos junto con los calcetines. El timbre interrumpió mis intentos por verme mal- Lo cual es imposible-, ya que sonó demasiadas veces, si en verdad estuviera ebrio eso me haría enojar y matar a la persona que esta al otro lado de la puerta.

 

Salí corriendo hacia la puerta y respire varias veces: “Soy un estúpido borracho que llamo a la chica que ama sabiendo que ella estaba en una cita con el estúpido novio que tu le presentaste” ese era lo único que podía pensar, era algo así como una oración para meterme en mi papel y que ella se lo creyera. Abrí la puerta, Bella entro rápidamente y se me quedo viendo, pensé que me miraría con su mirada de “Dime lo que quiero escuchar o te mato, pero en lugar de esa mirada, su hermoso rostro tenia esa mirada de preocupación y tristeza que siempre me hacia sentir culpable o con ganas de matar a alguien- en este caso a mi-.

 

-¿Estas bien? –pregunto acercándose un poco a mi.

 

-Si… creo –murmure. Camine a la sala tambaleándome, sabiendo que ella me seguiría y vería las botellas.

 

-¡Has estado bebiendo! –Exclamo. Ella sabe perfectamente que solo bebo cuando tengo problemas o cuando Emmett esta aquí- ¿Por qué?

 

Mierda, mierda ¿y ahora que le digo?

 

-ah… ah simplemente quería beber-dije, pero esa estupidez no se la creería.

 

-Edward no me vengas con eso, se perfectamente que solo bebes cuando tienes problemas- dijo. Si supiera el serio problema de celos que tengo.

 

Me senté en el sillón grande y di unos suaves golpes en el, para indicarle que se sentara junto a mi, ella entendió y se sentó haciendo que su falda se subiera un poco lo que provoco que mis ojos no pudiesen apartar la mirada que sus largas y cremosas piernas.

 

-¡Mírame a los ojos! – exclamo un poco molesta. Levante la mirada y me encanto lo que vi, su cara estaba roja se veía tan adorable, sonreí al saber que se avergonzaba cuando me ponía apreciar su hermoso cuerpo.

 

-Sabes soy un estúpido- dije encogiéndome de hombros.

 

-si, lo se –dijo.

 

-Aquí es cuando tu dices “No Edward no eres estúpido” –dije tratando de imitar su voz.

 

-Sabes que no puedo mentir- dijo haciéndome rodar los ojos- pero ¿Por qué lo dices?

 

-si… no te hubiera presentado a Riley en esa fiesta de la empresa, nunca se habría convertido en tu novio –dije avergonzado.

 

-¿Estas celoso? -pregunto sonrojada (como una manzana). Me encantaría morderla.

 

-¿si te digo que si, me creerías? –dije totalmente serio y mirándola con la mirada “rompe úteros (Nombre dado por Alice cuando estaba en el instituto).

 

-sinceramente… no lo se –dijo entrecortadamente. La mire directamente a los ojos.

 

-Estoy celoso de ese idiota y me siento impotente –hice una pausa para pensar en las palabras correctas- Puede que suene egoísta, pero no quiero que nadie te aleje de mi.

 

-No dejare que eso suceda… Eres muy importante para mí –dijo con su dulce voz.

 

-Lo siento, por interrumpir tu cita- me disculpe, aunque en verdad no lo sentía.

 

-No importa, la comida francés no es mi favorita- dijo encogiéndose de hombros.

 

-¡Te llevo a un restaurante Francés! –Dije en tono de burla – le faltan mil años para conocerte bien y saber que tu comida favorita es la pizza.

 

-Bueno al menos no tengo un gusto excéntrico como el tuyo.

 

-¡Oye! ¿Qué hay de malo con mi refinado paladar? –dije provocando que ella rodara los ojos y sonriera con esa sonrisa que levanta y anima muchas cosas.

 

-no hay nada de malo- dijo sonriendo y mirándome directamente a los ojos. Mierda, odio amar esa mirada hechizante es como una droga.

 

-Te… te gustaría un trago – dije señalando la botella de tequila que se encontraba hasta la mitad.

 

-claro.

 

Sin duda me encanta, todo en ella es perfecto su mirada, el sonido de su voz, su sonrisa, el largo cabello con ondas rebeldes, su piel blanca y sus hermosos ojos. Son tan hermosos lo supe desde que vi eso ojos ni muy cafés pero tampoco eran verdes, son una combinación perfecta, supe que ella seria lo mejor de mi vida.

 

Las horas con ella pasaban volando como me habría encantado que así hubiera sido en mis años de escuela. Las botellas de tequila fueron aumentando en la mesa de centro, ya no eran cuatro ahora eran seis y dudaba que Bella pudiera caminar con esos tacones que me hacían fantasear con ellos como lo único que ella llevara puesto.

 

Yo tengo una gran resistencia al alcohol, pero Bella no cuenta con ese don, así que después de su cuarto trago empezó a decir cosas raras, así que cuando empezó a servirse el quinto trago le quite el vaso y me lleve la botella a la cocina.

 

-Devuélveme mi vaso –suplico mientras me seguía sin poder caminar en línea recta.

 

-Bella, no siquiera puedes caminar en línea recta -dije mientras vaciaba la botella.

 

-¡Noooo Mi tesoro! – grito cuando deje caer el liquido en el lavamanos. Nunca en la vida le volvería a dar alcohol.

 

-Bella, ten - dije dándole un vaso con agua fría- esto te caerá bien.

 

Agarro el vaso a regañadientes junto con un puchero tan jodidamente adorable.

 

-Mira la hora que es- dijo mirando el reloj que llevaba en su mano izquierda – será mejor que me vaya.

 

Dejo el vaso y camino a la sala donde se encontraban su cartera, pero esta loca si piensa que la dejare ir en ese estado.

 

-Ya es tarde, no dejare que te vayas así.

 

-Edward ¿Entonces que hago? Quieres que me quede bebiendo contigo todo lo que resta de la noche- dijo sin mirarme. Tomo su cartera y camino hacia la puerta.

 

-Eso seria mejor, a que andes por las calles en estado de ebriedad- dije pero no me hacia caso, era como si mis palabras le entraba por un oído y le salían por el otro. Lleve mi mano a su codo para detenerla pero al parecer estaba un poco débil y la jale con mucha fuerza haciéndo que nuestros rostros quedaran a centímetros – No te dejare ir.

 

Me acerque lentamente, podía sentir como su respiración se entrecortaba con nuestro acercamiento. Puse mis labios sobre sus rosados labios, lleve mi otra mano a la cintura de esta, acercándola más a mí.

 

Lamí su labio inferior, ella abrió su boca dejándome entrar y saborear su dulce sabor; llevo sus manos a mi nuca y me atrajo mas a ella, provocando que el beso se intensificara.

 

La parte delantera de mi pantalón estaba apretaba por la dolorosa erección que trataba de ser retenida por mi bóxer, no era capaz de saber si aguantaría por más tiempo.

 

Sin cortar el beso caminamos hasta el sillón, me senté y Bella se sentó a horcadas en  mí, seguramente ya había sentido mi miembro erecto porque movía sus caderas encima de él. Llevo sus manos a los botones de mi camisa, los desabotono y dejo a la vista mi torso; no quise ser el único sin camisa así que corte el beso y me deshice de su camisa rosa dejando a la vista un brassier blanco de encaje que hacia resaltar sus senos.

 

-Tócame – dijo tomando mis manos y situándolas sobre sus lindos senos.

 

Apreté suavemente encima del brassier he hice que bella soltara un gemido. Sus labios se posicionaron sobre los míos y deje que llevara el control del beso, mientras me concentraba en deslizar una mano a su espalda en donde desabroche el brassier. Mi otra mano se deslizo al botón de su falda.

 

La recosté en el sillón, le quite la falda dejándola solo con una braguita blanca, mi camisa cayo al suelo junto con su ropa.

 

Me posicione en medio  de sus piernas y contemple sus hermosas curvas.

 

-No… me mire así - murmuro sonrojándose. No podía dejar de ver sus rosados y erguidos pezones, se veían tan  apetecibles; lleve mi boca a uno de ellos y con mi mano tocaba el otro-  Ed… Edward.

 

La bese otra vez después fui bajando a su cuello y a su oreja. Mi mano fue bajando lentamente hasta llegar a la orilla de su ropa interior, Bella se estremeció al sentir que mi mano se colaba en su braguita.

 

-Ahhh Mierda… Edward- grito cuando mi mano rozaba su clítoris y buscaba entrar en sus pliegues.

 

-Estas empapada –dije cuando introducir uno de mis dedos en su interior.

 

-Ahhh -Gimió arqueando la espalda. Bese uno de sus pezones, lo introduje en mi boca y empecé a succionarlo y mordisquearlo, sin dejar de deslizar mi dedo en su cálida entrada –Me vengo- dijo retorciéndose del placer.

 

-Hazlo –dije acelerando el movimiento de mis dedos.

 

-Edward… Ahhh –grito cuando llego al orgasmo. Llevo sus manos a mi nuca y me atrajo a sus labios y me beso con mucha dulzura.

 

Sus ojos empezaron a cerrarse del cansancio hasta que callo en un profundo sueño. La lleve a mi cama, le puse una de mis camisa y un pantalón de chándal.

 

-Te amo –susurre después de darle un beso en la frente- más que a mi vida.

 

Me fui al baño para darme una ducha fría tal vez así podría calmar la dolorosa erección que Bella había provocado y no había tenido oportunidad de atender. Pero es mejor así, me es suficiente el verla feliz… aunque al día siguiente no se acuerde de nada.  


¿Que les parecio el cap? Espero que les haya gustado, comente lo que piensan y voten.

 

Capítulo 3: Rechazo Capítulo 5: Después de la resaca

 
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