Bailes de Pasión (+18)

Autor: AnnaSwan
Género: Romance
Fecha Creación: 31/03/2013
Fecha Actualización: 06/07/2013
Finalizado: NO
Votos: 13
Comentarios: 17
Visitas: 23846
Capítulos: 21

Isabella Swan nunca ha sido buena en nada que implique equilibrio y coordinación, salvo en el baile. Desde pequeña su madre, René, la inscribió en clases particulares de baile y desde entonces no ha dejado de practicar; posee una gracia exquisita al momento de mover sus pies al ritmo de la música y por esta razón su madre la inscribe en un concurso de baile donde el primer premio es una beca al cien por ciento para la academia de baile a la que Bella anhela asistir.

René consigue al mejor bailarín en todo Forks y se lo presenta a su hija, la sorpresa que se llevara Bella al saber que su pareja de baile es nada mas ni nada menos que Edward Cullen, su némesis. El chico con el que guarda una enemistad prácticamente desde que le conoció.

¿El roce de la piel, la respiración agitada y la unión de sus cuerpos tendrá algo que ver al momento de mejorar su relación?

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Capítulo 4: Castigo

Capítulo 4

"Castigo"

Bella PoV.

Mientras el resto del alumnado se iba a sus casas después de clases, yo me quedaba en el gimnasio a inflar balones, fregar pisos y ventanas, y lavar las duchas. Ese era mi castigo por haber golpeado a Cullen en la cara con una pelota de baloncesto, pero mi consuelo era que no haría esas horribles tareas sola. Después de una pequeña discusión con director, logré que castigaran a Edward también por "Agredirme Verbalmente". Me carcajeaba internamente al recordar las bases de mi acusación contra Cullen.

—Inicio del FlashBack —

Traté con todas mis fuerzas de aguantar la carcajada, pero al final fallé. Su ojo derecho estaba adornado de un hermoso círculo rojo, al igual que la mitad de su rostro; al tener la piel pálida al igual que la mía, esta se había enrojecido y comenzaba a ponerse morada ¡Se veía tan gracioso!

— ¡Swan, a la dirección! —Gritó el entrenador al ver mi reacción.

—Pero… —conteste, tratando de calmar mis risas.

— ¡Nada! Ve a la dirección, ahora mismo —me interrumpió.

Sabia que no tenia caso discutir con el entrenador. Como buen ex jugador de americano era un completo cabeza hueca.

Tomé mis cosas y me dirigí a la dirección aun riéndome de cómo le había quedado el rostro a Edward. Eso sin duda haría descender el número de sus citas ya que tendría un enorme moretón en la mitad de su rostro por un buen rato.

Entré a la oficina del director Aro Vulturi, me senté en la silla de los condenados y esperé a que él le diera la vuelta a su silla giratoria. Justo en eso estaba cuando el entrenador entró a la oficina.

—Swan le fracturo la nariz a Edward Cullen y le dejó un ojo morado —me acusó el entrenador.

— ¿Enserio le fracturé la nariz? —pregunté, con una enorme sonrisa.
¡El muy idiota se lo merecía!

—Borra esa sonrisa de tu rostro, Swan —comentó el entrenador —te llevarás un buen castigo por esto.

Me encogí de hombros. El haberle dejado el rostro marcado a ese engreído era una buena paga a cambio de un par de días en detención.

—Seré preciso con su castigo, señorita Swan. Pasará el resto de su día aseando el gimnasio. Le pedirá al conserje un par de cubetas y fregará los pisos, lavará las puertas y ventanas y se encargará de las duchas de ambos vestidores —dijo el director, garabateando algo en una hoja blanca.

¡El viejo director estaba loco! ¿En realidad pensaba que yo sola podría hacer eso en un día?... estaba por ponerme a ladrar diciendo que era un castigo muy injusto cuando algo se me ocurrió.

—Cullen me agredió verbalmente primero —me quejé, agachando la cabeza a modo que el cabello me cubriera el rostro — ¿No debería recibir un castigo también?

—No tienes pruebas de lo que dices —me acusó el entrenador.

—Soy una chica y él me llamo "zorra de biblioteca" —le dije al director, ignorando completamente al entrenador —eso me lastimo demasiado. Soy muy sensible al respecto y usted sabe que nunca doy problemas —logré que un par de lágrimas se deslizaran fuera de mis ojos —Edward Cullen me provocó.

— ¡No sea extremista, Swan! —Me acusó el entrenador.

—En el reglamento dice que toda agresión, física o verbal, será castigada. Yo acepto mi castigo pues agredí físicamente a Cullen, pero a él también castíguenlo porque me agredió verbalmente.

El director dudó al ver descender un par de lágrimas por mi rostro y supe que había ganado la batalla ¡Que fácil era verles la cara a los adultos!

Fin del Flashback —

Estaba en el gimnasio, lista para comenzar con mi castigo cuando escuche que Edward entraba, azotando la puerta y dando fuertes pisadas.

—No te basta con arruinar mi rostro, también haces que me castiguen —se quejó, dejando caer su mochila al suelo.

—Si yo fuera tu no me quejaría y tomaría una esponja para hacerme cargo de las ventanas —le contesté.

—Yo no limpiaré ventanas —se quejó.

—Yo no puedo, no alcanzo las partes altas —dije poniendo mis manos sobre la cintura.

—Ni las bajas tampoco —susurró, dándome la espalda.

Sentí mis mejillas arder y le arroje la esponja mojada que tenia en la mano directo a la cabeza.

— ¿Que mierda te sucede? —Gritó, dándose la vuelta después de que mi esponja le diera en la nuca.

— ¡Te escuché! —Contesté, molesta.

— ¡Eres una idiota! —murmuró, recogiendo la esponja del suelo.

—El idiota eres tú. Crees que no entendí que insinuabas que no era capaz de... de…

— ¿Capaz de qué? —Preguntó, con una sonrisa torcida al darse cuenta de que dudaba ante la palabra.

—Mejor cierra la boca —grité —y ve a hacer lo que te dije.

—Si, señorita mandona.

—Déjame en paz —contesté.

— ¿Sabes que creo? Que a ti lo que te hace falta es una buena noche de sexo para que te cambie ese humor de los mil demonios.

—Y tú estarías dispuesto, ¿no? —contesté, cruzando los brazos sobre mi pecho.

—Podría hacerte el favor —murmuró, encogiéndose de hombros.

—Ni en tus sueños, Cullen. Jamás follaría con un tipo como tu —respondí, tomando mis cosas para ir a lavar las regaderas.

—Ya caerás, Swan. Verás que cuando menos te lo esperes vendrás implorando por un poco de sexo —dijo mientras yo caminaba a los vestidores.

—Lo que digas, Cullen —contesté, restándole importancia a sus palabras.

Me metí a las duchas y comencé a fregar los pisos con el cepillo que me habían dado, ¡Me sentía la cenicienta! Fregando pisos como en la edad de los castillos. Me metí en las duchas y comencé a tallar el sarro del piso, no se exactamente cuanto tiempo paso pero mis piernas se entumieron y al momento de levantarme las sentí temblorosas y flácidas, también me sentí mareada así que trate de aferrarme a cualquier cosa para frenar la caída, que sabia, se avecinaba. Mis dedos encontraron la llave de una de las regaderas pero para mi mala suerte, la maldita llave en lugar de frenar mi caída, giró junto conmigo, abriendo el grifo del agua y tirándome a mí al suelo.

El agua helada comenzó a mojarme, en el primer contacto con mi piel proferí un alarido tremendo. Escuché los pasos de Edward apresurarse hacia mí, pero una vez que llego hasta donde me encontraba, estalló en risas y el cuarto de duchas se llenó del eco de su voz.

—Deja de reírte y ayúdame a levantarme –-le gruñí, pues el piso estaba resbaloso tras haber pasado casi media hora fregándolo.

— ¿Cómo rayos se te ocurrió abrirle a la llave? —contestó, tendiéndome su mano.

—Fue un accidente —me quejé mientras tomaba su mano extendida.

Mis dedos se cerraron entorno a su mano y el me tomó por debajo del codo con la otra mano pero mi suerte no parecía mejorar pues resbalé con la esponja que estaba en el suelo y caí de vuelta al suelo, pero esta vez me traje conmigo a Edward Cullen.

Mi trasero se estrelló en el suelo y Edward cayó sobre mí. El agua seguía saliendo de la regadera y mojaba su cabello perfectamente peinado y el resto de su ropa.
A esas alturas yo me encontraba totalmente empapada y mi respiración estaba agitada tras la caída. No me había percatado de que escasos centímetros nos separaban hasta que Edward rompió la barrera de la distancia y estampó sus labios contra los míos. Traté de apartarlo pero su pierna rozo mi sexo y perdí el control de mi cuerpo.
Enredé mi mano detrás de su cuello y jugueteé con su cabello mientras él besaba mis labios como si se le fuese la vida en ello.

Poco a poco bajo una de sus manos hasta el dobladillo de mi sudadera y deslizó sus dedos por mi estomago. Me estremecí ante su toque, ¡se sentía tan jodidamente bien! Gemí mientras sus dedos continuaban explorando debajo de mi sudadera, recorriendo mi anatomía como si intentara grabar cada centímetro de mi cuerpo en su memoria. El toque de su piel contra la mía se sentía endemoniadamente bien.

Mi temperatura corporal había comenzado a ir en aumento mientras mi compañero me aferraba más a su cuerpo para sentir como su erección se comenzaba a formarse. No negaré que eso me excitó en sobre manera y le puse mas énfasis a nuestro beso.

Sus dedos continuaban su recorrido; adentrándose más y más en la profundidad de mi cuerpo hasta toparse con mis pechos. Uno de sus dedos contorneo mi pecho izquierdo sobre mi sujetador, haciéndome desfallecer e instintivamente mordí el labio inferior de Edward, ambos soltamos un gemido de puro placer y él se colocó de lleno sobre mi mientras me besaba con frenesí. Su otra mano fue bajando hasta la pretina de mis jeans, saco fuera el botón y sus dedos comenzaron un viaje hacia aquella zona jamás explorada…

Fue entonces cuando algo en mi cabeza hizo "clic" y me hizo alejar a Edward de un empujón.

Nuestras respiraciones estaban agitadas por la excitación. Me observó sin pestañear y vi la desconcertación se dibujada en su mirada, pero la confusión pronto se vio sustituida por el enojo. Precipitadamente se alejó de mí como si de repente se hubiese dado con quien se había estado besando.

Apoyándose en la pared se puso de pie y salió de ahí, dejándome con la respiración agitada bajo el chorro de agua helada. ¿Qué mierda acababa de suceder?

 


Bueno, apenas ando empezando acá en LNM y estoy muy contenta con los comentarios... ¡De verdad! :D Ya una vez lo había intentado con otro fic y... digamos que no fue muy bien. En fin... muchísimas gracias a las chicas que se tomaron la molestia de dejar un comentario VALE2CULLENS, ELIZABETHISABELLA && KARENITZ3LVULTURI. Un beso y gracias por leer!!

Capítulo 3: Odiándote con cada fibra de mi ser Capítulo 5: Muerte en vida

 
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