Mantuvo su mirada en mis ojos esperando respuesta. En cambio yo me giré dándole la espalda y volviéndoles a dejar solos, tan a gusto como estaban antes de mi intromisión.

Las lágrimas se intensificaban en mis ojos haciendo que estos me picaran. Pensé que quizás había tenido una reacción un poco exagerada, quizás no era lo que parecía y esa mirada tan tierna no era tan importante como yo pensaba, o si. No sabía que hacer, si volver o marcharme.

Me quedé parada en medio del salón, todos los que estaban en la cocina me observaban pendientes de alguna reacción. El silenció inundó el lugar y me sentía totalmente incómoda.

Empecé a andar lentamente. Llegué a la puerta y la abrí.

-          Adiós – dije sin girarme. Y me marché.

Caminaba despacio para mentalizarme y ordenar mis ideas. El hecho de que él estuviera hablando de esa manera con ella no era lo único que me había hecho marchar, también me preocupó que no intentara detenerme.

Nuestra relación se había visto dañada por miles de inconvenientes que no nos dejaban avanzar, pero a pesar de eso yo siempre había pensado que nuestro destino se encontraba unido. Al parecer me equivocaba, tal vez nuestro destino juntos había sido destruido en esa pelea en la que algo se perdió. Tal vez él me culpaba a mi, era lógico, había sido todo por mi culpa.

Empezó a llover y las gotas de lluvia empapaban mi pelo. La lluvia se confundía con mis lágrimas dejándome algo de intimidad y prestándome un lugar donde esconderme.

Llevaba  pocos minutos andando pero mi mente se había puesto a funcionar dándome una rápida respuesta, una que había estado delante de mis ojos todo este tiempo y que yo no había sido capaz de ver.

No iba a insistir mas en lo nuestro. Tal vez era mejor dejarlo así, tal vez con el tiempo podría arreglarse y quizás llegar a ser amigo. Eso me dolía, solo de pensarlo mi corazón se desgarraba, pero era lo mejor para ambos. Era lo mejor ahora que había decidido que quería convertirme.

Él no me lo iba a perdonar pero era lo que necesitaba. Si todo eso había pasado era por que no había sido lo suficientemente fuerte como para protegerme. Una vez convertida no correría peligro, ni yo ni nadie a quien quisiera.

Estaba decidido. Ese era el precio que tenía que pagar para proteger a los que quería. Él, él era el precio. Perderlo, por que dejaría de quererme en cuanto mi corazón dejara de latir. Odiaría mi fría piel dura como una roca. Se perdería mis ojos verdes.

Me dolía, y quizás era un precio demasiado alto por que no solo me dolería a mi, a él también. Esa era la pero parte del plan, pensar que, tal vez, le rompería el corazón.

Por otra parte era cuestión de tiempo, ya que a  pesar de que él y yo estuviéramos juntos, el moriría, y yo no. Tendría que soportar una eternidad sin él a cambio de unos pocos años de felicidad. No quería acostumbrarme a su presencia por que después despedirme de ella resultaría tremendamente doloroso. Haberme acostumbrado a despertar cada mañana a su lado, a dormir cada noche entre sus brazos, a recibir sus miles de besos, a devolver sus miles de caricias y después despedirme de todo esto y seguir, cosa que me resultaría totalmente imposible, imposible seguir viviendo sin él, aparentando que nada pasó cuando había pasado todo.

De pronto alguien me llamó sacándome de mis cavilaciones.

Me giré, el venía corriendo, me había alejado bastante sin darme cuenta. Tampoco me había dado cuenta de que estaba totalmente empapada.

Llegó y me abrazó, no entendí por que. De pronto me di cuenta de que estaba tiritando, ese era el motivo de su abrazo.

-          ¿Qué haces? – dijo mientras se separaba un poco de mi para mirarme. Yo me escondí en su pecho, donde me sentía tan caliente y segura.

-          Nada – dije en un susurro.

-          Estas empapada.

-          Lo se.

Y así pasamos algunos minutos, los dos abrazados bajo la lluvia. Hasta que comprendí que todo esto me pondría las cosas mas difíciles. Tenía que acabar, ya.

Me separé de él y eché a correr. Sin ver muy bien el camino a causa de la lluvia.

Me paré en seco sin comprender muy bien por que. Él. Otra vez.

-          ¿Dónde vas? – preguntó agarrándome de un brazo.

-          A mi casa – contesté mientras intentaba deshacerme de él.

-          ¿Por qué?

-          Por que no tengo nada que hacer aquí. – dije aun intentando deshacerme de él, un esfuerzo inútil por mi parte.

-          ¿Nada? – me preguntó acercándose peligrosamente a mi.

-          No nada – giré la cara segundos antes de que sus labios rozaran los míos. A cambio de eso me dio un tierno beso en la mejilla.

-          Hablemos.

Me cargó y me llevó hasta el porche de su casa, donde nos resguardamos de la lluvia, pero no del frío. Él pasó su brazo por encima de mis hombros para regalarme su calor.

-          Era una amiga – dijo él rompiendo el silencio.

-          No importa

-          ¿No estás enfadada por eso? – preguntó algo atónito.

-          No.

-          ¿Entonces?

-          Tu vas a morir – contesté con lágrimas en los ojos.

Esperaba que él lo comprendiera y que no me hicieran falta mas explicaciones pero su rostro ausente y desorientado me mostró que no me seguía.

-          Jake, no quiero probar como sería una vida contigo. Por que cuando mueras a mi me quedará una eternidad que vivir a base de recuerdos. De tus recuerdos.

Las lágrimas había vuelto a mi. Estaba cansada de llorar. Esa era otra de las cosas buenas de convertirse en vampiro.

-          Entonces, no probaras la felicidad por miedo a perderla. – sentenció Jake.

Yo asentí. Sabía que era ilógico y tal vez muy inmaduro, pero era lo menos doloroso para mi, y aunque fuera un acto egoísta no podría soportar verle morir.

-          ¿esta es tu manera de arreglar las cosas? – preguntó con un evidente tono de desilusión y rabia.

-          Si, compréndeme

-          No puedo

-          Si puedes, imagínatelo al revés. ¿Te gustaría ver como muero, Jake? ¿Te gustaría haber vivido unos años en la mas absoluta felicidad para después perderla y querer morir? No ¿verdad?

Su rostro se tensó. Estuvo unos minutos en silencio meditando. Pero por muchas vueltas que le diera, en el fondo mi teoría no era del todo descabellada.

Me besó. Como no lo había hecho nunca, con ternura, pero sobretodo con amor. Ese beso deshizo todos mis planes. Tal vez me estaba equivocando.

Esta semana estoy de viage, así que no podre subir mas capis, supongo que el finde que viene subire los dos ultimos.

Por favor comenten que les esta pareciendo por que solo quedan dos capitulos para el final.

Quiero saber que les parece

besoooos!