Holaaa chicas, buenos días! Este es el capi de hoy, espero que lo disfruuuteeen :) Dejenme sus votos y comentarios porfiiis :)
Se que seguramente este capi si hará que a algunas les de un infarto... ¿Verdad JAAVIII? jejejeje muchas gracias por su apoyoooo... se les quiereeee!
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Nos levantamos relativamente tarde, eran las 11 am cuando Alice nos levantó a todas.
-¡Chicas, hora de levantarse!- gritó Alice brincando en la cama.
-ALICE- dijimos Rose, Esme y yo levantándonos de la cama.
-¿QUÉ?- dijo ella sonriendo- Tenemos que arreglar la sala y luego tenemos que arreglarnos nosotras, ya Emmett y Jasper deben estar llegando- dijo Alice y sonó el motor de un carro estacionándose frente a la casa de los Cullen. Me levanté corriendo de la cama y me asomé. Efectivamente, eran Emmett y Jasper.
-¿Cómo hace?- pregunté en voz alta, haciendo que Esme y Rose se doblaran de la risa.
-Alice tiene un sexto sentido desarrollado, a veces creo que ella ve el futuro o algo así- dijo Esme encogiéndose de hombros.
-Por eso es que nunca apuesto en contra de Alice- dijo Rose.
Salimos del cuarto entre risas y bajamos a recibir a los chicos, la noche pasada Carlisle había hecho guardia, pero estaría en la casa a las 12 en punto para ayudarnos en lo que hiciera falta. Con ayuda de los chicos, movimos algunos de los muebles de la sala para tener más espacio para la pista de baile. Colocamos algunas mesas extras en las que seguramente iban a ir colocados los bocadillos para la noche. Cuando movimos todo, procedimos a decorar. Emmett hizo una competencia con Jasper de “quién infle más globos, gana”; y al final los dos terminaron mareados de tantos globos que inflaron. Rose, Alice y yo reímos muchísimo burlándonos de ambos chicos, estaban prácticamente sudando de su competencia de globos. Cuando Carlisle llegó, hicimos una pausa de nuestra decoración para tener nuestro desayuno-almuerzo y luego seguimos trabajando en la decoración de la casa, colocando los manteles, los globos, terminando de decorar el arbolito, el muérdago y todo lo esencial para una fiesta de disfraces en navidad.
Terminamos de acomodar todo como a las 4:30 pm, pero aún faltaban algunas cosas de la comida, por lo que decidí que era mejor que ayudara a Esme y así retrasaba la última parte de la sesión de belleza que Alice y Rose habían preparado para mí.
-Esme, ¿dónde pongo estos?- dije tomando entre mis manos un plato con lo que creo que eran bocadillos de salmón
-En la mesa principal Bells, gracias- dijo Esme sonriendome, pero de un momento a otro su cara cambió drásticamente, se puso blanca como un vampiro, sus ojos estaban abiertos de par en par y su boca estaba abierta.
-Esme… ¿Qué tienes?- dije acercándome a ella e intentando voltear, pero no me dejó.
-No voltees, tranquila, ya estoy bien- dijo recuperando su maternal sonrisa, pero aún así sus ojos se veían asustados por algo, o por alguien.
-¿Qué pasó Esme, porqué te pusiste así?- pregunté dejando el plato con lo que sea que tuviese adentro, en la mesa de la cocina y acercándome a Esme.
-Es que…ehhh… mmm… ¡ya!, es que acabo de recordar que no he terminado con el ponche y DEBERÍA SUBIR PARA QUE NO ME VEAN en la casa- dijo en un tono extraño.
-¿Cómo?- pregunté extrañada… si pensaba que las cosas con Alice estaban un poco extrañas, esto le ganaba por un rato largo.
-Tranquila Bella, ya terminé con el ponche… ¿Porqué no me acompañas a poner esto en la mesa y luego subes a arreglarte?… las personas comenzarán a llegar como a las 8 según Alice- dijo Esme sonriendome ampliamente. Sus ojos ya se veían más calmados y lo peor de todo es… ¡que ella también me ocultaba algo!
-Está bien- dije tomando de nuevo el plato con las cosas raras adentro y acompañé a Esme fuera de la cocina, colocamos las cosas en la mesa y nos quedamos viendo nuestro trabajo.
-Somos unas buenas decoradoras de fiestas- dijo Esme abrazandome.
-Si, creo lo mismo- dije riendo.
-BELLA, SUBE ANTES DE QUE YO BAJE A BUSCARTE, YA SON LAS 5:30 Y NO TE HAS CAMBIADO- gritó una posiblemente muy enfadada duende cuyo nombre me daba miedo pronunciar en estos momentos.
-Creo que será mejor que subas Bella, suerte con la última parte del tratamiento de belleza- dijo Esme riendo mientras yo subía prácticamente corriendo las escaleras.
Fue mucha suerte que no tropezara en ningún momento y cuando llegué al cuarto de Alice, ésta, con ayuda de Rose, prácticamente me desvistieron y me obligaron a meterme al baño… Una vez que estuve bajo la regadera, mis músculos se relajaron con el agua caliente y me sentí mejor cuando reconocí el aroma de mi shampoo de fresas.
Al salir de la ducha, enrollada en una toalla, Rosalie se puso como loca a peinar mi cabello y a secarlo con la secadora… Mientras ella hacía eso, yo me ponía un conjunto de ropa interior muy bonito, color blanco, que Alice me había traído.
-Es nuevo, lo compré para ti- dijo Alice cuando me lo dio.
Así que aquí estaba yo de nuevo, sentada en ropa interior en el baño de Alice, con Rosalie secando mi cabello y con Alice maquillándome.
-Chicas- dije luego de unos minutos en los que solo se escuchaba “abre los ojos, sube los ojos, baja los ojos, abre la boca…”- ¿ustedes cuando se van a arreglar?- pregunté al ver que ambas andaban con las batas de baño.
-A nosotras solo nos falta maquillarnos Bella, recuerda que Alice y yo llevamos pelucas esta noche- dijo Rosalie sin dejar de secar mi cabello.
-Es cierto Bella, ahora por favor deja de hablar que no me concentro- dijo Alice provocándome un ataque de risa.- No te rías- dijo haciendo pucherito.
-Es que te ves tan graciosa cuando me regañas- dije en medio del ataque de risas.
-Y tu te vas a ver como la cenicienta muerta si no te callas- dijo Alice sonriendome.
Las chicas siguieron trabajando en mi maquillaje y mi cabello. Habían pasado como dos horas y todavía no terminaban. Alice seguía colocando cosas en mi cara y Rose había cambiado del secador a la plancha de bucles.
-Ya casi terminamos Bella, relájate- dijo Alice al ver mi cara de desesperación.
Unos minutos más tarde, toda la tortura había terminado, ahora estábamos las tres en el cuarto de Alice poniéndonos nuestros vestidos.
-Alice, ayúdame con la peluca por favor- dijo Rose al no poder ponerse la peluca marrón de Megara.
Ya Alice estaba lista… de verdad se parecía a Campanita con su peluca amarilla de moñito y su vestido verde.
Cuando Rose se pudo poner su peluca, lucía espectacular, de verdad no sé cómo esta chica no es modelo de Victoria’s Secret.
-Wow chicas- dije y ellas voltearon- las dos se parecen a los personajes de Disney- dije sonriéndoles.
-Eso es porque no te has visto en el espejo Bella- dijo Alice mientras me ayudaba a terminar de ponerme el enorme vestido y los zapatos. Cuando estuve lista me paré de la cama y caminé al espejo.
Era impresionante lo que veía en el espejo. Una media cola recogía mi cabello en bucles que caían a cada lado de mis hombros y el resto llegaba casi hasta la mitad de mi espalda.
El maquillaje era espectacular, sencillo, pero aún así espectacular.
El vestido era aún más hermoso ahora que lo veía mejor. De verdad era igualito al que usó Hilary en “la nueva cenicienta”… De hecho, me sentía como la cenicienta, mis hadas madrinas eran Rose y Alice… sólo que yo no tendría a mi príncipe azul conmigo esta noche.
-Te ves hermosa Bella- dijo Alice a mi lado.
-Claro que sí, seguramente más de uno se va a morir por ser tu príncipe azul- dijo Rose a mi otro lado.
-Bueno, será mejor que bajemos, tengo que cerciorarme que Emmett y Jasper tengan bien sus disfraces y sus máscaras… Por cierto, tomen esto- dijo Alice entregándonos a Rose y a mí unos antifaces. El mío era blanco con brillitos y el de Rose era morado con algunas tiritas marrones.
Nos los colocamos en la cara y ahora nadie sabría nuestras identidades… Si, claro. Cómo si nadie conociera a un duende hiperactivo, a una chica que parece una supermodelo y a una que tiene suerte si su equilibrio no la traiciona esta noche.
Salimos del cuarto y me sorprendí al ver a Emmett disfrazado de Hércules y a Jasper de Peter Pan.
-¿En serio los hiciste disfrazarse así?- pregunté en medio de risas.
-Claro Bella, TODOS tenemos parejas esta noche- dijo mirándome inquisitivamente.
-Bueno chicos, creo que ya están por llegar los invitados- dijo Carlisle cuando llegamos al piso de abajo. Él y Esme iban disfrazados de reyes, con las capas y las coronas incluidas. Se veían geniales al lado del arbolito, realmente parecían de la realeza.
-Chicas, se ven geniales- dijo Esme abrazándonos a cada una- Hoy tendremos un cuento de hadas en vivo- susurró Esme en mi dirección y me quedé helada en mi sitio. No entendía que sucedía con ésta familia últimamente.
-Pequeña, hoy alguien va a morir de un infarto- me dijo Emmett riendo y viéndome de arriba a abajo.
-Si claro Emmett, seguramente las matas tu con tus… ¿Estás llevando mallas?- chillé al ver sus piernas cubiertas por una especie de pantimedia.
-Me obligó ella- dijo señalando a Alice como un niño chiquito.
- NO LO CREO- dije reventando en carcajadas.
Unos minutos más tarde los invitados ya estaban llegando a la casa de los Cullen y los saludaban cariñosamente a cada uno, por lo que me sentí un poco incómoda al principio, pero luego Emmett se puso a mi lado y me presentaba a todos los que iban llegando, siempre con una sonrisa en su rostro, como si esperara que alguien en especial llegara a la casa… ¿No puede ser él, cierto?
De repente un chico alto apareció por la puerta, vestido con un traje azul y un antifaz a juego, su cabello estaba oculto bajo un sombrero y no distinguía bien sus ojos… mi cuerpo reaccionó de una manera muy extraña, quería salir corriendo a los brazos de aquel extraño chico que venía disfrazado de príncipe… de mi príncipe azul.
Volteé ligeramente el rostro para ver a Emmett, quién tenía una sonrisa enorme en su rostro.
-Ehhh… pequeña, ya vengo, tengo que ir… ehhh… a buscar algo, si, eso- dijo mientras salía prácticamente corriendo a la puerta, donde estaba el príncipe azul.
-¿Viste al príncipe de la puerta?- le preguntaba una chica a la otra, no sabía quienes eran, pero estaban hablando de mi príncipe cuando me acerqué a la mesa de las bebidas.
-Si… se ve realmente guapo, ¿quién será?- le preguntó la otra chica.
-No lo sé- respondió la otra y me alejé de ahí.
No podía creer que sintiera celos de unas chicas que no conocía y sobre todo por un chico al que seguramente nunca había visto en mi vida…
La música llenaba la sala de los Cullen y de un momento a otro quedé parada en medio de la pista de baile tratando de encontrar a Campanita o a Megara.
-Hola, Bella- dijo un voz que no quería volver a escuchar en mi vida.
-Hola Mike- dije forzando una sonrisa.
-Así que me reconoces- dijo levantando una ceja. Es chico iba disfrazado de Luke Skywalker y llevaba su antifaz en su mano.
-Claro, no tienes puesto el antifaz- dije rodando mis ojos, pero tratando de sonar amable.
-¿Quieres bailar? No veo a tu “novio” aquí contigo- dijo sonriendo socarronamente.
-Ehhh…- dije pero me quedé parada en seco. El príncipe azul se acercaba a mi con una enorme sonrisa en sus labios.
-Lo siento chico- dijo el príncipe con voz ronca, pero estoy segura que ese tono de voz lo había escuchado en otro lado…- Ella va a bailar conmigo- terminó y se puso a mi lado, pasando su mano por mi cintura, haciendo que miles de descargas viajaran por mi cuerpo. Esto era algo que no sentía desde que… desde que Edward se fue. ¿Podría ser que…?. No estaba segura si éste chico era Edward, pero debía averiguarlo por mi salud mental.
-¿Vas a bailar con el principito?- preguntó Mike.
-Si Mike, lo siento… Nos vemos- dije volteándome a ver al príncipe que tenía frente a mí.
-Gracias por escogerme- susurró en mi oído antes de tomarme por la cintura y hacer que bailara con él.
Todo el tiempo traté de ver sus ojos, sabía que eso era lo único que me diría la verdad, pero estaba realmente oscuro y no podía ver casi nada.
-¿Así que rescatas damiselas en apuros?- susurré bajito acercándome a su pecho e inhalando su aroma. Olía exactamente igual a Edward… Debía ser Edward, estaba segura de eso, pero no sería yo la que dañara la sorpresa… seguramente Alice se moriría si sabe que sospecho que el príncipe que me está abrazando con tanto cariño es Edward.
-Solo cuido lo que es mío, cenicienta- dijo El príncipe abrazándome más fuerte.
Definitivamente esta noche debía descubrir si el príncipe era o no Edward… Debía ver sus ojos… pero en este momento lo único que quería era besarlo.
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