-¡Vamos Alice que llegaremos tarde!-grito Emmett, que llevaba tres enormes maletas y las colocaba en su auto.
-¡Alice apresúrate!-le grito Rosalie a una Alice que estaba frustrada porque no sabía que poner en su maleta y faltaba menos de treinta minutos para el despegue de nuestro avión hacía California, nos encontrábamos en la casa de los Cullen subiendo las maletas en nuestros respectivos autos y así irnos todos juntos al aeropuerto.
-¡Ya estoy bajando!-respondió Alice en un grito histérico y con una inmensa maleta en la mano que termino en brazos de Jasper.
-Bueno familia ya que Ali esta lista vamos al aeropuerto-mascullo Carlisle con felicidad subiéndose a su Mercedes, con Esme de acompañante, yo me acerque a Edward, que acababa de cerrar el baúl y nos adentramos en el auto mientras seguíamos a Carlisle, Emmett y Rose detrás nuestro y Alice y Jasper últimos.
-Alice sí que esta de mal humor-murmuro Edward con una sonrisa divertida.
-Se le pasara cuando estemos volando o cuando hable con Jasper-le dije.
-¿Tus padres ya viajaron?-pregunto cambiando de tema.
-Hoy partieron, luego te mostrare una foto que me mando mamá de mi padre con unos shorts blancos, anteojos de sol y una remera verde fluorescente-me empecé a reír ante el recuerdo y Edward acompaño mis risas.
Durante el camino nos dedicamos a charlar, y a cantar, Edward coloco uno de esos cd que el guardaba y me obligo a que cante con él, cosa que disfrute mucho, era de lo más gracioso cantar como unos locos, hasta que pude visualizar el gran aeropuerto y los inmensos aviones, seguimos a Carlisle hasta el estacionamiento y aparcamos nuestros autos, un compañero de confianza de él se encargaría de llevarlos de vuelta a la mansión Cullen, por lo que solo debíamos dejarlos allí. Edward bajó nuestras maletas del auto al igual que Emmett y Jasper las suyas. Nos hicieron el control y a las maletas también, luego tuvimos que formar en una gran fila para el avión con destino a California hasta que llego nuestro turno y la señora al ver nuestros boletos nos dijo “Que disfruten el vuelo en primera clase” yo le mire a Edward arqueando una ceja pero esto me lo tenía que haber esperado, no creo que los Cullen no viajen en primera clase, por lo que suspire y seguí a los demás hacia el avión. Al entrar me dirigí al asiento diez, junto a la ventana y Edward se sentó a mi lado, cruzando el pasillo, al costado, se encontraban Alice y Jasper, detrás nuestro Emmett y Rose y Carlisle y Esme tenían unos asientos bien al frente. Empezaron a chequear el avión y una vez hecho dieron la orden de ajustar nuestros cinturones, cosa que no dude ni un segundo, el avión empezó a despegar y se podía sentir el griterío de emoción por parte de la clase turista mientras que aquí todos empezaban a sacar los computadores o a recostarse contra el cómodo asiento de cuero, todos serios y refinados pidiendo copas de champagne.
-¿Desean algo?-pregunto amablemente la azafata, más en dirección a Edward que a mí, de unos veinte años supondría yo, con una pollera azul marino un poco más arriba de las rodillas, una camisa blanca y un brillante y ondulado cabello rubio.
-Una almohada por favor y a mi novio también-le respondí inmediatamente para que sus ojos se enfocaran en mí y no en Edward.
-De acuerdo, si necesitan algo pídanmelo-se dio la vuelta no sin antes guiñarle un ojo a Edward, mi boca se abrió y mis ojos la miraron incrédulos, inhale y exhale fuertemente y apreté los dientes mientras desviaba mi vista hacía la ventana.
-Bella…-Edward comenzó a decir tomando mi mano que retire rápidamente.
-Iré al baño-le informe indirectamente desabrochándome el cinturón y dirigiéndome al baño, donde me encerré y me lave la cara y las manos ¿Qué le pasaba a esa azafata sinvergüenza? ¿Qué no vio que Edward está conmigo? Que perra, de seguro si Alice estuviera despierta me ayudaría a lidiar con ella, pero la muy agotada Alice estaba roncando en los brazos de Jasper y Rosalie estaba a punto de hacer lo mismo por lo que suspire y decidí volver a mi asiento.
Me encamine hasta los lugares y entonces me percaté de que la azafata se encontraba apoyada sobre el asiento de delante con una pierna sobresaliendo y charlando amigablemente con Edward ¿Qué acaso no tenía que traer las almohadas e irse? Me acerque a ellos y la mire…digamos que no muy amigablemente, pero la muy tonta me estropeaba el paso por lo que dijo “ups, perdón” y se corrió para que yo pudiera sentarme.
-Ahí deje tu almohada-dijo la azafata señalándome una almohada que coloco en mi asiento, yo solo asentí-bien pues ya te digo Edward te recomiendo esos lugares para salir por las noches en California-¿ahora le decía por el nombre? Que falta de respeto, esta empresa de vuelos es muy mala.
-Gracias, los tendré en cuenta, seguramente nos visitaremos todos, mis hermanos siempre quieren fiesta-murmuro Edward amigablemente.
-¡Oh, ya lo creo!-exclamo la azafata poniendo una mano sobre el hombro de Edward y eso ya me molesto, demasiado.
-¿No tienes otros pasajeros que atender? Creo que aquel señor está solicitando tu ayuda-le señale a un pobre anciano que no sabía cómo utilizar el computador.
-Tienes razón, la tecnología es algo extraño para ellos, bien pues si necesitan algo solo llámenme, oh y tú me puedes llamar para lo que quieras-la azafata le guiño de nuevo el ojo a Edward y se dirigió hacía el anciano.
-Oh por dios, ¿Qué rayos le pasa? Es una…atrevida-exclame enfadada-encima tu que le respondes y hablas con ella-le recrimine y él se encogió de hombros.
-Es una pobre azafata que busca conversación, está muy sola en el mundo.
-Pues que se busquen hombres que estén solos-le respondí ferozmente.
-Bella, no seas celosa-me beso la mandíbula-¿Tú crees que le prestaría atención a otra mujer que no fueras tú? Ni loco, solo estaba siendo cortes para no herir sus sentimientos-me explico sin dejar de besar mi mandíbula y con intenciones de llegar a mis labios, pero no se lo permití.
-Aham, que cortes eres y más con las mujerzuelas que se te acercan-le acuse.
-Ugh, Bella…-pero yo no tenía intenciones de discutir con él por lo que le ignore y me puse mis auriculares mientras me acurrucaba dándole la espalda. Habrán pasado unos minutos entonces sentí los dedos de Edward acariciar mi mejilla.
-No me ignores-me susurro quitando el auricular de mi oído-sabes que te amo a vos y solo a vos, no seas celosa-me beso la oreja-entonces me di la vuelta y me enfrente con su mirada.
-No quiero que las chicas te coqueteen-murmure despechada pasando mis brazos por su cuello.
-No es mi culpa, pero yo no mirare a otra mujer que no seas tú, eres tu quien yo quiero-se acercó y me beso dulcemente, un beso al cual yo no pude evitar responder, un beso que Emmett el chismoso festejo, un beso el cual la azafata vio, por lo que aumente la intensidad del beso para dejar bien en claro que ese hombre era mío.
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