La luz que provenía de mi ventana junto con el calor de un nuevo día hicieron que me despertara, me estaba rostizando aun cuando sabia que el calor de verano en Seattle no era excesivo. Estire mis brazos y frote mis ojos desperezándome. Una vez que me acostumbre a la luz voltee a mi lado y encontré el lugar vacio, trate de recordar si Edward había dormido aquí y recordé que si, después de haber ido a cenar, terminamos enredados en mi cama, eso explicaba mi desnudez, a excepción de las bragas que me había puesto antes de dormir. Me levante sosteniéndome del buro a lado de mi cama cuando sentí un leve mareo, lo que me hizo recordar el pequeño o gran asunto que llevaba atormentándome los últimos días. Con la intención de averiguar si las cosas iban de la misma forma me dirigí al baño y si, aun nada, todo seguía igual. Moví mis brazos con ansiedad golpeando sin querer algunas cosas que estaban en una repisa, hicieron un escándalo al colisionar con el suelo. Maldije por lo bajo recogiendo todo.
-Bella? Amor, estas bien?- se escucho la aterciopelada y preocupada voz de Edward amortiguada por la puerta.
-Mierda!-masculle por lo bajo, había olvidado que estaba aquí- sí, estoy…estoy bien. Solo tire por accidente algunas cosas.- respondí.
-Bien. Prepare el desayuno, pero me tengo que ir al trabajo. Vas a salir hoy?
-No. Pensaba quedarme a arreglar un poco el departamento y tengo que revisar unas fotografías- respondí, mirándome en el espejo, analizando lo que de hace un rato y poniendo atención a Edward que seguía hablando.
-De acuerdo. Te llamo en la tarde, quieres que traiga algo para la cena?
-Si, eso estaría bien.-
-Ok- se quedo callado unos segundo, incluso pensé que se había marchado, pero no era así- no voy a tener un beso de despedida?- inquirió, su voz se escuchaba justo detrás de la puerta. Tome una camiseta de tirantes y me la puse, moje mi cara tratando de despabilarme, lave mis dientes, tome unas cuantas respiraciones y abrí la puerta. Edward tenia la oreja pegada a la puerta y se veía preocupado, se incorporo al notar que había salido y suspiro aliviado cuando aparecí. Me sonrió.- no me puedo ir sin mirarte antes.- murmuro tomándome de la cintura y acercándose para besarme.
Me deje llevar con el roce de sus labios contra los míos, enredando mis brazos en su cuello atrayéndolo más a mí. Cuando su lengua hizo contacto con la mía, una oleada de pasión y deseo me embargo tomándome por sorpresa. Comencé a besarlo con más intensidad curveando mi cuerpo para tener más contacto con el suyo, sus manos bajaron hasta mi trasero que quedaba un poco expuesto por mis bragas, no pude evitar gemir ante el contacto. Edward rio contra mis labios y fue bajando la intensidad del beso.
-Tengo que irme a trabajar- mascullo sin despegarse de mí, gemí de nuevo pero esta vez fue por enfado.
-No puedes llegar más tarde?- inquirí haciendo un puchero, el sonrió y aprisiono mi saliente labio inferior con sus dientes. Como esperaba que lo dejara ir si hacia ese tipo de cosas que me hacían desear que se quedara aun mas.
-Me he vuelto un impuntual por esta causa, tarde o temprano el señor Vulturi va a quejarse y que le digo? Que mi sexy novia me provoca tanto que no pude evitar llevarla a la cama todas las mañanas?
-No deberías de ser tan comunicativo sobre nuestra vida sexual con tu jefe, pero ya inventaremos una escusa.- murmure lanzándome a besarlo otra vez pero él no permitió que durara tanto.
-En verdad Bella, me tengo que ir.- repitió.
Bufe rendida, dejando caer mis manos a mis costados y separándome de él.
-Este bien.-acepte refunfuñando.
-Vuelvo por la tarde, desayunas por favor.
-Voy a bañarme y después como.-dije.
-De acuerdo.-se acerco de nuevo a mí abrazándome. -Cuídate y no te diviertas sin mí de acuerdo?- sonreí asintiendo- Te amo.- me dio un casto beso.
- También te amo.- aun después de tantos meses de aceptar mis sentimientos me sentía tan extraña de declarar mi amor en voz alta, pero no de una mala manera, sino extraña para bien.
Mientras el agua caía por todo mi cuerpo repase todo lo que había pasado en los últimos meses. Edward y yo estábamos de maravilla, ahora comprendía todo lo que me había estado perdiendo por mi necedad y estupidez. Amo a Edward de todas las formas posibles y lo mejor de todo es que él me ama a mí también. Es imposible saber quién ama más al otro y hemos tenido discusiones a broma sobre ese asunto, siempre terminábamos carcajeándonos por lo absurda de nuestra discusión y acordábamos un empate. Estar enamorado te hacía parecer bobo, pero yo soy la boba más feliz del planeta. Además de que tengo al mejor cocinero de waffles de la historia, pensé mientras desayunaba sentada sala viendo televisión, esa era una de las millones de razones por las que estoy enamorada de él.
Nuestra vida en pareja iba más que bien, estábamos juntos la mayor parte del tiempo cuando los dos estábamos libres del trabajo, cada quien tiene su departamento, pero se podía decir que vivíamos juntos en los dos, él tenía cosas en mi departamento y yo también en el suyo y nos turnábamos para dormir en cada uno, casi nunca dormíamos separados. Aun no había hablado sobre mudarnos completamente al mismo lugar.
En cuanto el trabajo, él seguía de maravilla en el suyo, eso es lo que le gustaba hacer y estaba feliz con ello. Yo tuve un par de exposiciones mas donde vendí otro tanto de fotografías y ya estaba empezando a ganarme cierto tipo de reconocimiento entre la gente del medio. Me habían pedido fotografiar modelos para catálogos y algunas pequeñas revistas, el señor Vulturi también me había llamado en algunas ocasiones para solicitar mi trabajo, estaba haciendo lo que me gustaba y amaba, afortunadamente me estaba yendo muy bien.
Pase el resto de la tarde completamente absorta, limpie mi departamento y me encerré en mi cuarto oscuro. Estar en ese lugar regularmente me relajaba, pero ahora no estaba funcionando para nada de la misma forma, ni siquiera sabía que fotografía era la que había estado observando desde hace una hora. Mi atención siempre s desviaba, al igual que mis manos, hacia mi estomago.
Salí de mi departamento decidida a terminar con esta incertidumbre, entre al mini súper que se encontraba a la esquina de la calle donde vivo y me dirigí a la sección de farmacia. Me quede parada en medio del pasillo observando los estantes frente a mí. Mierda! No sabía que existían tantos tipos de estas malditas pruebas, era absurdo si al fin y al cabo todas tienen el mismo fin. Tome la más cercana y me dirigí a la cada sin mirar atrás, ver ese pasillo solo me agobiaba mas. La cajera al ver el producto que había adquirido me sonrió con ánimo, se sentía vidente o algo así, pues era como si me estuviera felicitando silenciosamente. Trate de no ser grosera, pero en cuanto me dio mi cambio y mi tiquet toma la bolsa y me fui. Una vez en el baño, me senté en la tapa del retrete y leí las instrucciones.
Iug! Siempre pareció asqueroso, aunque gracioso, ver este tipo de situaciones en televisión y ahora que tenía que vivirlas en carne propia, no eran nada graciosas y seguían siendo asquerosas. Seguramente las personas que inventaron el mecanismo de funcionamiento buscaron la forma en que mas avergonzarían a la persona que lo utilizara. Orinar en un mugre palito, genial! Y para variar ni siquiera tenía ganas de hacer pipi.
Respire profundo mientras me tomaba un enorme vaso de agua, a ese le siguió otro y así sucesivamente. Lo primero que tenía que hacer era relajarme , me estaba poniendo un poco ansiosa y frenética y mis manos comenzaban a temblar y sudar. Cuando al fin mi cuerpo coopero, seguí las instrucciones, al terminar, deje la prueba casera en el lavabo y me aleje varios pasos nerviosa. Tome el papel de las instrucciones y comencé a leer lo que restaba.
Dos rayitas positivo, una negativo. Sencillo o eso quería creer, mis nervios aumentaron cuando vi el tiempo que tenía que esperar. 5 minutos! 5 malditos minutos? Mire el reloj de mi celular, apenas había pasado 40 segundos desde que deje la prueba en el lavabo! Definitivamente las personas idearon esto buscando torturarme.
Me senté, me levante, camine por el reducido espacio del baño, por mi cuarto, tamborilee con mis dedos sobre la cama, el buro, el azulejo del suelo del baño, acomode inútilmente cosas que ni siquiera estaban fuera de lugar. Todo eso mientras pensaba en los posibles resultados y lo que traería con ellos, ya fuera positivo o negativo.
La idea de que fuera positivo me aterraba un poco, no, creo que escatime en la magnitud, me aterraba demasiado! Rayos! Si apenas hace unos meses había aceptado que amaba a Edward y ahora existe la posibilidad de que tenga un bebe con él, esto iba demasiado rápido y aunque no me arrepiento para nada de estar con él, esto si que me ha tomado por sorpresa. Y es que era tanta mi felicidad de estar de nuevo con él, el descubrir mis sentimientos y seguirlos descubriendo junto a él, que ni me había acordado de reiniciar con las pastillas, las había dejado de tomar cuando me separe de él. Mucho menos nos acordábamos de los preservativos en el calor del momento. Irresponsable lo sé, ahora las consecuencias se verían en -mire mi reloj- 3 minutos? Enserio solo habían pasado 2 minutos?
Seguí dando vueltas esta vez por todo el departamento. Que haría yo con un bebe? Mierda! Si apenas y se cuidarme yo sola. Claro yo sabía que podría contar con el apoyo de Edward, él no es un sucio cobarde como para dejarme a mi suerte con su bebe. Pero, lo haría solo por compromiso o porque de verdad lo quisiera? Qué pensaría él sobre tener un bebe conmigo? Le agradaría? Lo odiaría? Se emocionaría? Tenía en mente tener hijos en un futuro cercano o hasta que estuviera en sus 30´s. pero bueno, si el resultado era positivo, no había marcha atrás. Pero y si él tuviera planes por delante que por supuesto no incluyeran un bebe, que pensaría? Esto lo arruinaría totalmente y viviría enfadado toda la vida por no cumplir sus sueños? Y su familia que diría? Oh por dios! Mi familia! Mi padre se enfadara y ni que decir de mi madre, ella siempre ha opinado que casarse y tener hijos antes de los 30 es suicidio, seguramente lo dice por experiencia propia, a mi me tuvo a los 19 y aunque dice que no se arrepiente porque me ama con toda su alma, yo se que de haber podido hubiera preferido esperar un poco más.
Pero al diablo con todo, al diablo con lo que opine su familia y mi familia, incluso el tener que lidiar por toda la vida con un Edward frustrado, al diablo todo eso! Yo cuidaría de mi bebe, lo amaría siempre, no, lo he pensado mal, lo amo ya ahora y seguiría amándolo, cuando dijera su primera palabra, cuando caminara, cuando tuviera su primer día de clases, al graduarse, incluso cuando encontrara el amor en alguien más y nos abandonara aunque yo pensara que ninguna mujer o hombre es lo suficiente para mi bebe.
De pronto me sentí feliz barajeando la idea de poder guiar a alguien en la vida. Con ese recién inyectado optimismo me dirigí al baño, pero el optimismo es muy cobarde y en cuanto diviso la prueba descansando en el lavabo corrió hacia la pequeña ventana del baño y como pudo salió por ella, arrojándose, espero que haya muerto estampada en el pavimento.
Me quede paralizada, observe mi reloj para estar segura que los 5 minutos habían transcurrido, faltaban unos segundos y paradójicamente ahora desee que el tiempo se detuviera. Estaba aterrada, ya las manos me temblaban y estaban sudadas, el sudor también se hizo presente en mi frente, perlándola.
Con pequeños y lentos pasos me fui acercando. Eres valiente Bella, no decepciones mi percepción de ti –me anime mentalmente.- con mi mano temblorosa tome la prueba, cerré los ojos instintivamente. Ok, ok, tengo que verlo y todo estará bien, si es positivo afrontare todo como la adulta que soy, o creo ser y si es negativo todo seguirá como siempre e inmediatamente iré a la farmacia por preservativos y pastillas anticonceptivas.
Tome una respiración profunda y muy lentamente abrí un ojo. Dos pequeñas líneas rosas habían aparecido en la prueba. Abrí el otro ojo. Qué diablos significaban las 2 líneas? Lo había olvidado! Solo a mi me pasaba esto –pensé refunfuñando mientras buscaba la caja o el instructivo de la prueba frenéticamente, encontré la caja primero en la basura, busque la parte donde decía como saber si era positivo.
-Bella, cariño. Traje la cena, donde estas?- escuche la voz de Edward, aunque la escuchaba lejos, no por la distancia, sino por el aturdimiento que me embargaba. La caja cayo de mis manos al saber el resultado- Bella?
Oh mierda!
|