Paula fue rápida y tomó un taxi, las lágrimas nublaron sus ojos y no pudo ver demasiado, solo el camino que habría paso y escuchó el sonido de su voz decir las palabras “hospital principal”, sentía una gran presión en el pecho que no la dejaba respirar y en pocos minutos estuvo en la puerta, le pagó de sobra al taxista y entró en el hospital, preguntó a la enfermera de color que estaba tomando las llamadas en la centralita, allí esa mujer le indicó la habitación al dar el nombre completo de Adam.
Fue hacia la planta que le tocaba y a la habitación que era la 2552, cuando abrió las puertas se encontró con su padre, el señor Black y esa imagen de su Adam, dantesca... esa imaginen se le quedaría en la corteza frontal durante mucho mucho mucho tiempo.
Se sentó al lado de Adam y tomó la mano que tenía libre, toda entubada y conectada a una máquina que hacía un “pip” cada tanto.
-Oh Adam...- ella reprimió las ganas de gritarle y decirle que había sido un estúpido, sentía el impulso de clavarse algo, de sentir dolor para compensar lo que Adam había echo de alguna manera pero el señor Black estaba presente y la miraba en silencio-.
Ella seguía llorando, las lágrimas no cesaron y gracias al cielo no se cruzó con su madre porque tenía unas ganas horribles de partirla la cara por zorra.
-¿Como está?- le preguntó al señor Black-.
-Se recuperará... me siento más tranquilo ahora que tu estás aquí, voy a salir fuera, necesito tomar el aire... gracias Paula por estar aquí con él, seguro que él prefiere verte a ti cuando despierte que verme a mi-.
-Usted es su padre...-.
-Adam y yo nunca no hemos entendido-.
Paula acarició la palma de la mano de su Adam y cerró los ojos... esto era su culpa.
Cuando sus ojos se abrieron, miró a Adam, estaba despierto y la miraba en silencio.
-Paula...- graznó con la voz pastosa-.
-Shhh- dijo ella y se acurrucó con mucho cuidado a su lado sin estorbar a ningunas de las gomas que estaban conectadas a él, besó su pecho sobre ese pijama de hospital y aguantó las lágrimas-.
-No llores por mi- dijo él en un susurro-.
La piel de Paula se erizó, había estado tan cerca... tan malditamente cerca... no volvería a verle nunca más, estaba temblando. Lo abrazó con cuidado, no quería hacerle daño. Él acarició su cabello y tomó una profunda respiración que infló su pecho.
-Te amo- dijo ella- y nada ha cambiado entre nosotros-.
-Me alegra tanto oír eso... sin ti no puedo-.
-No vuelvas a asustarme de este modo, nunca más-.
-Lo siento...-.
Ella besó la comisura de su labio y hundió su cara en su cuello.
ҖҖ
Esme estaba apoyada sobre la puerta de su consulta y estaba esperando a Paula, conocía bien a su hija y sabía que tenía prontos violentos en este tipo de situaciones, una vez estuvo cerca de clavarle un cuchillo a su padre cuando se enteró de que le era infiel a su madre, estuvo tan cerca, y sin embargo fue gracias a Esme que ella soltó ese cuchillo pero no se fue sin más, esperó a que su padre durmiese y a darle golpes en el pecho con un bate, hasta que escupió sangre.
Después de eso, estuvo un tiempo sin hablar con nadie y finalmente, todo acabó resuelto, Carlisle tenía un don para olvidar las cosas, como si nunca hubiesen ocurrido y en eso Paula se le parecía, en ocasiones.
La puerta sonó y Esme se giró y la abrió, vio a su hija, con los ojos rojos e hinchados, seguramente había estado llorando.
-Hola hija-.
Paula entró sin decirle nada y eso le dolió incluso más a Esme. Cuando estuvieron cara a cara su hija no hizo nada solo la miró en silencio hasta que Esme rompió el contacto visual y respiró hondo mirando sus manos.
-Eres una zorra sin escrúpulos, ¿lo sabías?-.
-Soy tu madre-.
-Eso no evade que seas una zorra sin escrúpulos, tiempo yendo a terapia y perdonando a papá por lo que había echo y tu te tiras a un chico que podría ser tu hijo-.
-Paula...-.
-Que te jodan Esme-.
Ella no dijo nada, solo la miró y asintió, lo último que quería era tener a Paula en contra.
-No quiero que te vuelvas a acercar a Adam, nunca-.
-¿Te enfadas conmigo por un hombre?-.
-No es un hombre, es mío, y tu jamás te has preocupado por mi-.
-Eso no es verdad...-.
-Antes de conocerlo estaba bacía... no quiero que te acerques a el ¿lo has entendido?-.
-Si...-.
-Mañana recogeré mis cosas, me vendré aquí hasta que Adam esté recuperado y buscaré un trabajo, me voy a vivir con él-.
-¿Que?-.
-Me has oido-.
La apartó de un manotazo y salió por la puerta principal.
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