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Para todas aquellas que han comentado... y paras las que no, también xD...
Gracias por el apoyooo!!! :D
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Noviembre pasó exageradamente rápido, todos los días tuvimos algún tipo de evaluación o simplemente tenía las locas salidas de compras con Rose y con Alice… como era el caso de hoy. Estábamos a 3 de diciembre y Alice quería hacer las compras de última hora… Si, ella ya había comprado los regalos para todos y los regalos de todos, ya que no me dejó comprar nada por mí misma. Hace unos días había recibido un correo de Edward, decía que no estaba seguro si podía llegar a pasar navidades con nosotros pues Harvard lo tenía estresado… Sabía lo que eso significaba, Edward se quedaría en Harvard, pero no quería decírmelo, por lo menos no todavía. Alice seguía insistiendo que no me preocupara, por lo que decidí hacerle caso, por ahora.
-¿Por qué tengo que llevar un vestido blanco tipo Cenicienta?- pregunté por enésima vez en una de las trescientas tiendas que Alice y Rose quisieron visitar, y por visitar digo comprar toda la tienda...
-Porque siempre tenemos una fiesta de disfraces en navidad Bella, todo Forks está invitado y este año no es la excepción- Dijo Rose, quién se estaba probando un atrevido vestido morado.
-Y este año el uso de máscaras es obligatorio- dijo Alice dando vueltas con un lindo vestido verde.
-Está bien, pero todavía no entiendo por qué mi vestido se parece al que usó Hilary Duff en “Una nueva Cenicienta” mientras que los suyos son sencillos, pero lindos- dije cruzándome de brazos sobre el vestido que llevaba puesto.
-Porque yo seré campanita enmascarada- dijo Alice dando vueltas en su vestido.
-Y yo seré Megara enmascarada- dijo Rose encogiéndose de hombros.
-¿Están claras que Megara es morena y campanita es rubia, verdad?- pregunté riéndome al recordar a esos personajes de películas de niñas y lo diferentes que eran mis amigas de ellas.
-Todo se soluciona con PELUCAS- dijo Alice brincando con una peluca amarilla en sus manitos.
-Además… ya tu sabes qué es tu disfraz- dijo Rose sonriendo con malicia.
-¿CENICIENTA?- grité en los vestidores.
-Shhhhhh- dijeron Alice y Rose al mismo tiempo.
-No me voy a poner una peluca- dije haciendo pucherito.
-No te vamos a poner peluca… Vas a ser una versión mejorada de la Cenicienta- dijo Rose… todavía con su sonrisa maligna.
-Ehhh… Rose- dije mirando al suelo
-Dime, pequeña- dijo ella.
-¿Por qué tienes una sonrisa malvada en tu rostro?- pregunté asustada.
-¿Qué sonrisa?- dijo ella sin borrar la “sonrisa de la maldad”, como la había bautizado en este mismo momento
-Ehhh… esa sonrisa que tienes en este momento mientras hablamos- dije.
-Ahhh- dijo riendo- esa sonrisa- terminó
-Si, Rose… Esa sonrisa- dije molesta y ella y Alice estallaron en risas.
-Relájate Bella, solo necesitas saber que la fiesta de disfraces será la mejor fiesta de tu vida- dijo Alice entre risas.
Estas chicas me estaban volviendo loca. Salimos de la tienda y las chicas pagaron los vestidos, de nuevo, no me dejaron pagar mis cosas. Alice se había antojado de comprarme unos zapatos que “iban perfecto”, según ella, con el vestido cenicientesco que me habían comprado.
Al llegar al apartamento Alice se antojó de hacer mi maleta, ya que según ella, yo no sabía que ropa llevar para Forks…
Había pasado una semana desde nuestra visita al centro comercial y ya Alice había hecho mi maleta, la de ella y la de todos… Así era nuestra pequeña duende loca, mandona y modista… “la peor combinación de todas” como decía Edward.
Últimamente mis llamadas con Edward duraban más de una hora, parecía que nunca se nos acababan los temas de conversaciones y Emmett hacía burla de eso, pero ya no me importaba que se metiera conmigo… ya me había acostumbrado a sonrojarme furiosamente ante sus comentarios extremadamente directos.
Hoy era 11 de diciembre y ya estábamos listos para salir a Forks. Habíamos terminado las clases ayer y Alice había insistido en que nos fuéramos hoy mismo.
-Pequeña, tu te vas en el Volvo… No lo podemos dejar aquí solito y desamparado- había dicho Emmett en la mañana cuando estábamos reunidos en el estacionamiento con las maletas en el piso.
-¿Y tengo que ir sola, verdad?- dije recalcando lo obvio.
-Si- dijeron todos al unísono
-Rayos- dije muuuy bajito- Bueno, los sigo- dije montándome en el Volvo mientras ellos hacían lo mismo en los carros. Rose se iba con Emmett en el Jeep y Jasper se iba con Alice en su lujoso Porshe amarillo.
“Extravagante” pensaba cada vez que veía a Alice con su Porshe.
Y aquí iba yo, manejando el Volvo de Edward, siguiendo a dos locos al volante, sola… sola con la compañía de mi Ipod conectado al reproductor del carro. Seguramente Edward me mataría si supiera que iba escuchando las canciones de Glee en su carro.
Edward había dicho que no sabía todavía si venía a Forks, lo cual me tenía un poco deprimida… Quería verlo de nuevo, necesitaba verlo.
Ya teníamos dos horas y media en carretera cuando el paisaje comenzó a cambiar… Todo se volvió mucho más verde que antes y obviamente todo comenzó a estar más frío. Las casas comenzaron a aparecer y todo se veía extremadamente lindo y acogedor. Seguimos por una larga carretera y las casas comenzaban a tener más espacios entre ellas… cada vez las casas estaban más separadas y al final llegamos a una hermosa casa con paredes de vidrio protegida por unos enormes árboles. La casa era espectacular y estoy segura que podía ver a Alice rebotando de alegría desde antes de estacionarse.
Cuando todos estuvimos fuera de los autos, una hermosa mujer salió corriendo de la casa y abrazó a Emmett y a Alice.
-¡Hijos, llegaron!- gritó la mujer.
-Bendición mamá- dijeron ambos mientras reían en los brazos de su mamá. La escena me dio un poco de celos… ¡Cómo extrañaba a mi familia!
-Tardaron demasiado- dijo la señora en un intento de regañarlos, pero la sonrisa en su rostro la delató, estaba bromeando.
-Lo siento mamá- dijo Emmett volviendo a abrazarla.- No has saludado a los demás- terminó Emmett riendo.
-CIERTO- gritó la señora mientras salía corriendo hacia Rose y Jasper.
-Rose, Jasper- dijo mientras los abrazaba a ambos- ¡Que bueno que hayan venido, ya los extrañaba!- dijo riendo.
-Nosotros también te extrañamos, Esme- dijo Rose abrazándola tiernamente.
-Sabes que eres como nuestra mamá- dijo Jasper abrazándolas a ambas.
-Awww, chicos- dijo Esme mientras los soltaba y se acercaba… ¿a mi?
--Wow Bella, eres más linda en persona- dijo mientras me abrazaba- es un placer conocerte por fin, mi nombre es Esme- dijo sonriendome con cariño. Esme tenía los ojos del mismo color que los de Alice… Es más, creo que solo era un poco más alta que yo. Se notaba por encima todo el amor que le profesaba a su familia.
-Igualmente, Esme- dije sonriendo con nerviosismo.
-Relájate cariño, ya eres como otra de mis hijas- dijo volviéndome a abrazar.
-¿Cómo?- pregunté en medio del abrazo.
-Ella también sabe utilizar google- dijo una voz masculina riendo, a la que nunca había escuchado.
Esme se separó un poco de mí, pero dejó su brazo sobre mis hombros. Delante de mis hombros había un hombre, debo decir que casi se me salen los ojos cuando lo ví… Era como ver a Edward, pero rubio y mayor. El hombre tenía los ojos del mismo color que Edward y tenía la sonrisa de Emmett.
-Mucho gusto Bella, yo soy Carlisle, el papá de los locos que te trajeron- dijo riendo mientras me abrazaba.- Eres más linda en persona- dijo regalándome una sonrisa.
-Gracias- dije sonrojándome.
-Es cierto, se ve muy linda cuando se sonroja- Dijo Esme a mi lado.
-Si mamá, y lo mejor es que no deja de hacerlo- gritó Emmett y todos comenzamos a reír, obviamente, yo seguía igual de roja que un tomate.
-Bueno chicos, deberían entrar, ya está haciendo frío aquí afuera- dijo Carlisle mientras encabezaba la marcha hacia el interior de la casa.
Emmett llevó mi maleta, su maleta y la de Rose al interior de la casa y casi se me cae la quijada cuando vi el interior… era como las casas que solo se ven en las películas. Una gran escalera de caracol estaba a un lado… En la sala habían algunos enormes muebles y había un piano de cola blanco en una de las esquinas que daba con una de las enormes ventanas desde donde se podía ver el patio trasero…
-wow, esto es hermoso- dije y todos voltearon a verme.
-Gracias Bella, me esforcé mucho- dijo Esme.
-¿La decoraste tu?- pregunté asombrada.
Una enorme sonrisa se extendió por el rostro de Esme cuando vio mi reacción.
-Si- dijo orgullosa- Es mi pasatiempo- terminó con una sonrisa.
-Es… genial- dije girándome a ver toda la casa.
-Bella, vamos. Te voy a enseñar tu habitación- dijo Alice tomándome de la mano y haciéndome subir corriendo las escaleras tras ella.
Pasamos por un pasillo y subimos al tercer piso de la casa… solamente habían tres habitaciones en ese piso. Alice corrió hasta la que estaba al fondo y la abrió de golpe. Se volteó y me miró con una sonrisa.
-Esta no es tu habitación, pero tienes que ver esto- dijo y me dejó entrar.
La habitación era sencilla. Una cama matrimonial en el medio, un gran ventanal que dejaba ver un hermoso paisaje, un sofá de cuero negro, un gran pantalla plana, una enorme colección de CD’ s y millones de fotos por todas partes… puse atención a todas las fotos que iba viendo. En todas salía un hermoso niño de ojos verdes que supuse era Edward con dos niños sonriendo a sus lados, Alice y Emmett, obviamente. En todas las fotos salían los tres… luego comenzaron las fotos con dos hermosos niños rubios… definitivamente eran Rose y Jasper. Las fotos fueron cambiando y ya no eran niños, ahora eran más grandes y reconocí el paisaje… eran fotos de la universidad.
Muchas fotos de los cinco chicos juntos pasaron delante de mis ojos, hasta que una en particular llamó mi atención. Ya no eran cinco chicos, ahora eran seis… la sexta integrante del grupo era yo… Recuerdo esa foto, fue el día de mi cumpleaños… Sonreí a la foto y seguí viéndolas… A partir de aquí yo aparecía e todas las fotos… habían algunas que no sabía que existían, pero una en particular volvió a llamar mi atención. Era en la que yo besaba la mejilla de Edward y el salía sonriendo sorprendido…
-Esa es mi favorita- dijo Esme. No supe cuando había entrado a la habitación.
-¿Esta es la habitación de Edward?- pregunté.
-Si- dijeron Alice y Esme.
-¿Cómo…- intenté preguntar, pero Esme me cortó.
-Edward siempre ha sido fanático de la fotografía… Él las toma, yo las imprimo y las coloco en su habitación- dijo sonriendo.
-Además que cuando le conté que su hijo solo tenía ojos para una chica muy linda, quien por cierto es una de mis mejores amigas, mamá se emocionó más todavía- dijo Alice a nuestro lado.
-Es cierto Bella, no sabes cuánto te agradezco que hayas llegado a la vida de mis hijos… sobre todo a la vida de Edward- dijo Esme abrazandome- Además, es muy afortunado de tenerte, eres una chica muy linda- dijo sonriendome.
-Gracias Esme- dije mientras seguía viendo todas las fotos, con mi cara completamente roja.
Vi una y la reconocí de inmediato… “Sentí un flash sobre mis ojos, pero no estoy segura…”
-ALICE- grité mientras tomaba la foto entre mis manos. Era del día que Edward se fue a Harvard, en la que nos besábamos con ternura y con tanta pasión que se podía ver en la foto.
-¿qué?- preguntó ella inocentemente- No creías que iba a dejar pasar la hermosa oportunidad de fotografiar un beso de mi hermanito con el amor de su vida… ¿o si?- dijo retándome.
-Alice Cullen, te mato- dije mirando la foto… “Nos vemos bien juntos” pensé mientras una sonrisa se escapaba de mis labios.
-Tranquila Bella, esa también está entre mis favoritas- dijo Esme.
-Qué pena- dije bajando mi rostro y sintiendo como toda la sangre de mi cuerpo iba a mis mejillas.
-No te preocupes hija- dijo Esme en tono maternal- vas a ver como todo va a estar bien- dijo y me recordó a Reneé- Además, será bueno ver como te sonrojas en estos días- terminó y reímos las tres juntas.
Estas navidades definitivamente serían geniales… y estaba con las mejores personas con las que me pude haber encontrado.
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