Desafortunadamente tuvimos que volver ya que la noche se nos cayó encima pero no pare de agradecer a Edward por traerme a ese magnífico prado y por darme uno de los regalos más hermosos que en este momento lo llevaba colgando en mi cuello.

Llegamos al departamento y nuestros estómagos estaban vacíos ya que no almorzamos para quedarnos más tiempo en el prado.

-Yo me encargo de la cena, al menos quiero cocinarte algo rico-le dije depositando un beso en sus labios.

-Está bien, yo pongo la mesa y algo de música ¿te parece?-pregunto.

-Me parece estupendo-acorde mientras me dirigía a la cocina y sacaba todos los ingredientes necesarios para un filete con papas y para mi sorpresa también encontré algunos chocolates que serían para el postre, puse el filete y las papas al horno a la vez que Edward terminaba de colocar la mesa y se dirigía a su adorado estéreo a colocar alguna música, observe que a la mesa le faltaba algo por lo que busque en la bodega que tenía Edward y agarre uno de sus vinos favoritos y lo coloque en la mesa, el me lanzo una mirada picara.

Pasados unos minutos verifique si la comida estaba lista y así era, saque el filete, las papas y coloque una rocion para ambos, Edward se sentó en la mesa y yo aparecí con su plato y el mío. Empezamos a comer, charlamos de cosas triviales y reímos varias veces, terminamos la cena y yo me incorpore para retirar los platos y traer los chocolates, estábamos de lo más bien dándonos cada uno un chocolate hasta que se oyó un ruido y la luz se cortó de golpe.

-Quédate donde estas iré a traer las velas-me recomendó Edward y yo no me moví ni un centímetro. Entonces escuche unos pasos y el sonido de los fósforos, Edward camino hacía mi con una vela en la mano y la coloco sobre la mesa-puse unas cuantas más en la habitación por si es que el corte dura mucho tiempo-Edward se volvió a sentar.

-Odio los cortes de luz, me dan miedo-le dije incorporándome y sentándome en sus piernas, el me rodeo con sus brazos y me beso la mejilla.

-No tengas miedo, yo estoy contigo-susurro.

Edward bajo la luz de las velas era completamente hermoso, lo amaba y sabía hasta la última célula de mi cuerpo que él también lo hacía por lo que no sentí ningún temor ni ninguna duda de lo que quería hacer.

 Le rodee el cuello con los brazos y le bese con todas las ganas y una pasión indescriptible, el beso lo tomo por sorpresa pero ni aun así se apartó de mí, sino que me apreto aún más a su cuerpo, cosa que me gusto, Edward se puso de pie y me alzo por lo que yo aferre su cadera con mis piernas, en la oscuridad y sin mucha coordinación mi espalda termino contra una pared pero nuestras bocas seguían unidas y nuestras lenguas se entrelazaban, haciendo del momento aun más pasional comencé a desabotonar los botones de su camisa y el no dudo en hacer lo mismo con la mía que quedo tirada en el suelo al igual que la suya, me estaba dejando llevar por lo que sentía y era tanta la necesidad y el deseo que me estaba volviendo un poco ruda Edward logro entrar en la habitación y nos dirigimos a la cama donde quedo sobre mí y me beso casi con rudeza mientras acariciaba cada centímetro de mi piel descubierta.

-¿Estas segura?-logro decir entrecortadamente y con la respiración acelerada.

-Nunca estuve más segura en mi vida-le conteste forzadamente.

Esas palabras solo lo animaron para despojarme de mi corpiño a volandas donde recorrió con su boca cada centímetro de mi pecho descubierto hasta mi vientre, mi piel ardía en llamas y entonces con dedos temblorosos logre despojarlo de su pantalón y el a mí de los míos. Yo me aferraba de sus cabellos y el seguía besando mis pechos hasta que con sus dedos, delicadamente, se deshizo de mi última prenda pendiente y yo hice lo mismo con la de él. Edward se separó un poco y me observo de arriba abajo para decirme:

-Eres lo más hermoso que vieron mis ojos.

-Te amo-confesé y entonces volvió a unir sus labios con los míos pero yo abrí mis piernas, como un acto reflejo, él sonrió y volvió a atacar mis labios para después introducirse lentamente en mí, una oleada de placer que nunca sentí en mi vida se apodero de mi cuerpo haciendo que gimiera y gritara su nombre con desesperación al igual que él conmigo, nuestras respiraciones eran irregulares  y mis uñas se clavaban en su espalda mientras el gemía sobre mi oído, lo que me volvía completamente loca y así continuamos hasta que ambos tocamos el cielo con las manos dejandonos caer exhautos tratando de controlar nuestra respiración.

Parpadee varías veces hasta que abrí los ojos completamente y supe en el estado que estaba, yo sobre Edward, con mi rostro enterrado en su pecho mientras que él dormía plácidamente y ambos completamente desnudos, Edward y yo habíamos hecho el amor y fue de lo más maravilloso, algo que nunca esperaba sentir y que me lleno de placer, ambos encajábamos como dos piezas de puzzle y el solo pensar en eso hizo que un sentimiento de dicha se apoderara de mí, sonreí con ganas.

-¿Qué es tan divertido?-susurro mientras sus manos comenzaban a trazar una línea que partía de mi cintura hasta mi muslo lo que provoco que imágenes de anoche vinieran a mi mente y la sangre se acumulara en mis mejillas.

-Nada, tan solo estaba pensando en nosotros y eso me hace feliz-murmure.

-Oh, ya veo en lo que estabas pensando, eso explica tu rubor-acaricio mi mejilla y el rubor aumento provocando que Edward riera entre dientes.

-Me siento feliz-confesé trazando líneas sobre su pecho.

-Yo no puedo explicarte como me siento ahora mismo pero la palabra feliz le queda chico-entonces se inclinó y beso mis labios suavemente.

-Podría quedarme así toda la vida-inhale satisfecha y Edward me apretó más contra su cuerpo.

-Compartimos el mismo deseo-murmuro depositando un beso sobre mi cabello.

Y así permanecimos, abrazados por una cantidad infinita de tiempo hasta que mi estómago rompió esa paz y Edward tuvo la necesidad de levantarse e ir a preparar el desayuno, pero no sin antes pasar por mis ojos admirando el cuerpo de mi perfecto novio, que para mi desgracia se estaba vistiendo, el observo mi cara de desánimo y se acercó a mí.

-Tenemos todas las noches para nosotros-susurro en mi oído y fue lo único que me motivo para vestirme.

Desayunamos tranquilamente y luego a Edward se le ocurrió ir al cine esta tarde e invitar a sus hermanos y a sus parejas, que tan olvidados los teníamos y me pareció una estupenda idea salir un rato y despejarnos por lo que tome el teléfono y llame a Alice que accedió antes de que le dijera la palabra cine e iría con Jasper y luego a Rosalie que también accedió a ir en compañía de Emmett así que esta tarde sería tarde de cine.

CHICAS!!! ¿QUE LES PARECIO ESTE CAPÍTULO? AL FINNN!!! JEJEJE BUENO ESPERO SUS COMENTARIOS, POR FAVOR NO SE OLVIDEN DE COMENTAR!!!! EN FIN, GRACIAS POR LEERLO Y ESPERO QUE SIGAN CON ESTA HISTORIA QUE RECIEN ESTA EMPEZANDO.