El doctor Carlisle Cullen no era de esos hombres que se empeñaban en lograr cosas imposibles pero cuando se trataba de Esme, era capaz de eso, si es bien que la cagó y de todas las maneras posibles, si es bien que no merecía que le tratasen mejor que como ella misma ya le había tratado días atrás, ignorándolo y siéndole infiel, tal y como él había echo tiempo atrás con otras mujeres.

Relativamente pronto había descubierto que él amaba a su esposa, que todo el óxido que habían tenido hasta ahora se había desvanecido de la mejor manera y era por el trato que le estaba dando. Si era verdad que el buen doctor ya había experimentado con el BDMS, es decir, con el sexo sado, lo había probado en todas sus vertientes de joven y le había gustado, pero cuando se casó dejó de practicarlo y empezó a practicar algo parecido, con otras mujeres que no le aportaron nada, pensando que Esme jamás le permitiría tal trato. Pero como ella le había dicho la noche anterior, le había gustado, eso era una buena noticia para el doctor ya que podría dar rienda suelta a su bestia interior y poder desarrollar esas prácticas con su esposa y ya no eran necesarias otras mujeres, solo Esme... ¿pero ella pensaría igual que él? ¿estaría dispuesta a serle fiel de nuevo y olvidar a Adam? ¿Se había encaprichado del chico?.

El tema de su paciente Adam Black era otro tema el cual le rondaba la cabeza, el chico era un esquizo y había cometido varios asesinatos desde su locura, sus dos personalidades eran dispares, por un lado suicida y por el otro... homicida...

No quería a un hombre así cerca de su hija, bajo ningún concepto y es que podría ser peligroso, en llegar a casa el doctor le diría a su hija lo que tenía que hacer, pero con tacto, ya que ella se mostró bastante altanera la última vez que intentó hablarle y le echó en cara lo de sus aventuras y le echó la culpa de su mudanza a la nueva casa... estaba bastante cabreado con ese tema pero no la pagaría con Paula porque sabía, que tenía todas las de perder, Paula era demasiado independiente, desde que era una niña, nuca le ha tenido que pedir ayuda a nadie...

Llamaron a la puerta del despacho del doctor y él dijo un “adelante” con la voz un poco áspera.

Era su esposa y le parecía relativamente mucho más guapa de lo normal, le hizo sonreír como un auténtico gilipollas integral y ella entró, llevaba esa bata de médico con la diferencia de que había decidido ponerse tacones, lo cual realzaba sus curvas, su pelo brillaba, de un chocolate rubial precioso y llevaba unas gafas de pasta negra que la hacían parecer intelectual, bueno parecer, Esme era intelectual, recordó cuando la conoció en la facultad y recordó que ella era la más lista de su promoción, las mejores notas, la chica perfecta... que tonto había sido todo este tiempo al pensar que podría encontrar algo siquiera parecido en otra mujer, por muy bella que fuese, merecía la pena estar con su Esme.

-¿Que ocurre?- le dijo el doctor-.

Esme se sentó sobre la mesa de él y abrió un poco sus piernas y subiendo un poco su bata... no llevaba nada debajo... perfecto... la polla del doctor saltó deliberadamente buscando ese lugar pero él se mantuvo quieto y la miró fijamente. Esme nunca había echo este tipo de cosas... y le encantaba.

-He encontrado esto-.

Le pasó una carpeta abultada donde ponía “Leah Black”, después de un tiempo en el que leyó algo miró la fotografía de un periódico... al parecer este hijo de puta había abusado de varias pacientes.

-El de la foto es mi padre- Esme parecía un poco nerviosa-.

Carlisle arrugó la frente, lo cierto era es que nunca había conocido a sus suegros y Esme no había conocido a su padre y su madre la abandonó, la dejó con su abuela y este se ocupó de criar a Esme.

-¿Como lo sabes?-.

-Mi madre tenía una foto de este hombre, dormía con ella... nunca me dijo que era mi padre, pero lo sabía-.

-Entiendo...-.

-Ella es la hermana de Adam... lo acusa del asesinato de su hermano-.

-Nunca se demostraron pruebas concluyentes, no se encontró el arma homicida-.

-Lo se...-.

-¿Entonces que te preocupa?-.

-Que ese chico esté cerca de nuestra hija-.

-hablaré con Paula... en llegar a casa hablaré con ella... tranquila-.

El doctor tocó las piernas de su mujer y ella le miró fijamente, dejando a su lado el historial de esa paciente. Ella lo miraba expectante, tomó sus caderas he hizo que se tumbase sobre la mesa, desabrochó los botones de su bata dejándola desnuda sobre su mesa y deslizó su lengua por su ingle, Esme gimió un poco y luego la tomó con su boca de una manera hábil y ansiosa primero rápido, luego más lento, Esme volvió a gemir pero el doctor le tapó la boca con una de sus manos.

-Si haces ruido te castigaré- dijo él sobre el sexo de Esme, completamente resbaladizo-.

No tardó demasiado en correrse, Esme lamió la palma de la mano del doctor y de nuevo su miembro dio un vuelco y tiró de sus pantalones de traje grises...

-Carlisle- dijo en un gemido mirándole-.

-No...- dijo él muy a su pesar-.

-¿Porque? Lo necesitas-.

-será como y cuando yo quiera-.

El doctor volvió a abrochar la bata de Esme y la miró fijamente. Ella no esperó y sujetó su miembro sobre su pantalón de traje, solo un poco más y se correría, pero le dio una cachetada en la cara y ella le miró con la respiración agitada.

-No- sentenció antes de besarla profundamente- vuelve al trabajo-.

Se apartó de ella al escuchar ruido fuera, al parecer tenían un nuevo paciente... y era urgente.