Mi Corazon Oscuro Contra Tu Amor Puro

Autor: EztreyukaCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 17/03/2012
Fecha Actualización: 29/06/2014
Finalizado: NO
Votos: 5
Comentarios: 14
Visitas: 23257
Capítulos: 20

Hay cosas en la vida que todos desean... yo no deseaba nada, mi perspectiva en la vida era sacrificarme por mi familia solo eso... hasta que él aparecio... cambiando mi mundo para siempre...

"-¿Quién eres Bella o Kristen?- Preguntó"

Nadie sabia sobre mi doble vida y nadie debia descubrirlo o todo terminaria para mi.

-Soy fuerte, no necesito amar, jamas he dependido de nadie y no pienso hacerlo, eso pondria en peligro mi vida... ¿porque tenias que entrar en ella Edward Cullen, ¿porque?

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Capítulo 20: Coincidencia

Bella Swan:

Después de que Alice prácticamente me torturara para que le contara que había pasado la noche anterior, me negué rotundamente  a hacerlo lo cual solo le hizo suponer que era algo peor de lo que en realidad era. No me importaba que ella se creara sus telarañas mentales, aunque ni yo sabia el motivo por el cual no le quise decir la verdad, no era algo malo pero si le ayudaría a hacerse ilusiones sobre Edward y yo y eso no era ni posible ni conveniente.

El resto del día me quede haciendo tareas atrasadas, organizando mis cosas  y durmiendo, Alice se llevo a rastras a Jane, según ella al cine pero se fue tan enojada que ni siquiera se despidieron. En fin, yo era la hermana mayor y no tenia que rendirle cuentas a nadie.

Me preguntaba cuando volvería a verlo y miles de flashes venían a mi mente durante el día y la noche, aun mientras dormía, sencillamente no podía quitarme de la cabeza todos los momentos agridulces que había pasado con Edward, aunque trataba de reprimirme no lograba hacerlo. Rodé los ojos frustrada ante mi misma y simplemente me dormí de esa manera si soñaba con ello sabría que no era de manera voluntaria. 

La canción de alarma me despertó, aun no me sentía recuperada pero al menos estaba menos somnolienta. Me estire y mis huesos tronaron, me puse ropa de deporte y baje a nuestro gimnasio personal que ya estaba algo abandonado. Luego me bañe y baje a desayunar, cuando llegue las chicas ya estaban comiendo, todas nos habíamos acostumbrado ya a la rutina.

Sorprendentemente ese día no me dormí en ninguna clase y me sentí orgullosa por ello.

-Oye disculpa- me hablo mi compañero de clase.

Que raro nunca me había hablado, creo que era de esos que me tenían miedo, no quise ser descortés.

-¿si? Dime.

-¿tu eres Bella Swan?                                    

Recele de inmediato.

-Si, esa soy yo, ¿que se te ofrece?

-¿eres hermana de Alice Swan?-continuo

-¿Conoces a mi hermana?- inquirí reprimiendo un gruñido.

-Si algo, pero solo preguntaba, ah soy Eric por cierto- finalizo.

Esto si que era extraño, “nota mental: preguntar a Alice sobre la información que proporciona a desconocidos”

A la salida pase por Jane quien por cuarta vez estaba con el chico misterioso, no quería ser entrometida pero en algún  momento debía preguntarle que era lo que pasaba con el.

A la hora del entrenamiento ya no fuimos al salón de pruebas, esta vez salimos en un helicóptero conducido por Nikki a una playa cercana y vacía. Esta seria una prueba difícil y algo cruel.

-Sabes nadar ¿verdad?- le pregunte a la pequeña.

-Si- contesto un tanto insegura al ver el helicóptero sobrevolando el mar.

-De acuerdo, recuerda, debes llegar a la orilla, nadie te rescatara si te pasa algo- le advertí.

-¿Qué- que?- pero no tuve tiempo de responderle.

La empuje fuera del helicóptero para que cayera al inmenso mar, baje a todos los santos con plegarias, esperando que sobreviviera., pasaron minutos y solo podíamos ver su silueta que se confundía con las olas, el chaleco salvavidas amarillo nos indicaba que ya no le faltaba mucho para llegar a la orilla, sonreí mientras la miraba a través de los binoculares, vaya que había aguantado bien.

Toda esta semana había preparado pruebas de este tipo, tendría que escalar montañas y regresar con banderas, después hacerlo de nuevo pero mejorando sus tiempos. Nikki me acerco un poco mas a la orilla y me deje caer, alcance a Cherrie que en un dos por tres y vi como llegaba exhausta a la playa, la pobre tenia los labios azules y parecía a punto de desmayarse.

“por lo menos no se desmayo en el agua” pensé. La cargue sobre mi hombro y subí la escalerita del helicóptero, la deje en un asiento y le quite el chaleco. No despertó, ya de regreso a la casa por fin reacciono, Rose estaba muy ansiosa y por mas que le dije que se fuera no me hizo caso. Su instinto maternal parecía no ceder, mientras ella se recuperaba yo me metí a la ducha para no enfermarme y relajarme un poco.

A pesar de que quisiera lo contrario, la llegada de Jane, Jasper, Emmett, James y Edward –no necesariamente en ese orden- estaba cambiando nuestras vidas de manera mas o menos perceptible y me preocupaba mucho el no saber si era para bien o para mal.

En un momento pensé en Jake también, el día de mi cumpleaños se acercaba y yo le debía una cita, aunque me sentía insegura, ¿Qué tal si Stefan se enterara? No se como reaccionaria pero seguro no seria de la mejor manera, el creía que yo era suya, y aunque no era así, en parte no debía desobedecerlo.

Me sobresalte al escuchar que tocaban la puerta.

-Adelante- indiqué.

Jane entró a paso lento.

-¿Todo bien?- pregunte.

-Claro que si, venia a decirte que Rose tuvo que irse y pues, tenía ganas de charlar contigo.

-Bueno,  me hace falta algo de interacción humana- bromee con ella- ya que Alice sigue molesta y me ha privado de sus “reconfortantes” palabras y sigue molesta.

Palmee en el colchón para que tomara asiento.

-No está molesta, según ella es divertido ver como lo niegas aunque estas acorralada y yo también creo que ocultas algo, estas muy diferente ahora a comparación de cuando te conocí.

Hice una mueca, yo me sentía… casi igual.

-¿De que hablas? Yo me siento igual que siempre- musité mirando a otro lado.

Negó con la cabeza.

-Antes eras más fría y calculadora, además recelabas de todo. Ahora eres más alegre y sonríes con más frecuencia, accedes más rápido a las locuras que proponen las chicas y hay un brillo en tu mirada, como si… hubieras descubierto algo nuevo- relató mientras se ensanchaba su sonrisa.

-Debe ser tu imaginación- la atajé- solo me siento contenta de que estes con nosotras y de que Alice sea feliz con Jasper.

-¿Segura que es por eso?- inquirió nada convencida.

-Desde luego, ¿Por qué mentiría?

-Supongo que tienes razón- concluyó- cambiando de tema, Bella desde que nos conocimos note que nuestro trabajo es algo que te impide ser feliz, odias hacerlo, ¿me equivoco?

“Nuestro” pensé, ya se consideraba parte de este clan y no es que me hiciera muy feliz la idea.

-No te equivocas- me limite a decir.

-Pero tú eres muy fuerte- continuó- podrías zafarte de esto fácilmente, ¿Por qué no lo haces? También odias a Stefan, lo he notado, tú podrías… asesinarlo.

-Es complicado- expliqué con pesar- sí. Yo podría asesinarlo y liberarnos a todas de esto, pero como te das cuenta, él tiene todo demasiado controlado y hay personas que no sienten remordimientos sobre lo que hacemos, son codiciosos y le tienen lealtad a Stefan. Él tiene personas que se encargarían de vengar su muerte, sabe que a los miembros de nuestro clan y algunos otros no nos gusta hacer esto y que no trabajamos para él solo por el dinero, la razón por la que hacemos todas estas cosas es por la misma que tú aceptaste unírtenos.

-Sobrevivir- murmuro entre dientes-

-Así es sobrevivir, eso además de eso, si Stefan llegara a sospechar que quiero atentar contra su vida o lastimarlo aunque sea un poco… le haría algo terrible a Alice, con tan solo mover un dedo: podría activar los electrochoques a un voltaje tan alto que se quemaría viva, también a Rose, Victoria y ahora a ti. No soportaría que lo hiciera. Por mi incluso ya me habría suicidado.- se estremeció- pero temo por las chicas, Stefan solo quiere sacarme provecho y yo no puedo hacer nada contra eso.

Note que unas frías lágrimas se deslizaban por mi rostro, Jane me miro con pesar.

-No hay salida- susurró y no era una pregunta.

-No- finalicé.

Miró al piso con tristeza, quise consolarla pero ni siquiera yo podía con el dolor que provocaba lo que acababa de decirle, al final ella fue quien me abrazó y permanecimos así un buen rato, sin decir palabras, si un destino está marcado, ¿para que arriesgarte a cambiarlo si de cualquier modo terminara en tragedia?

No hablamos mucho después, no teníamos tanto que decir. Pero para ser sincera esa pequeña charla me persiguió por el resto de la semana, solo que trate de disimularlo.

Alice me dirigió de nuevo la palabra el viernes, un día antes de mi cumpleaños. Solo esperaba que el mencionado día no fuera la causa de ello. Bien sabía ella que odiaba los cumpleaños y sus intentos por hacer celebraciones.

Decidí llamar a Jake esa misma noche para confirmar nuestra cita de el día siguiente.

-¿Diga?

Respondió al tercer timbrazo.

-Hola Jake- sin querer sonreí ampliamente al escuchar su voz.

-¡Bella!- respondió con efusividad evidente- vaya estaba pensando en ti, no me habías llamado en toda la semana.

-Disculpa, no había tenido tiempo, pero ahora lo compensare, quería saber si aun saldremos mañana.

-Por supuesto que si- continuó animado.

-Bien, ¿A dónde quieres ir?

-Sera sorpresa, después de todo será tu cump…

-¡No lo digas!- lo interrumpa abruptamente y escuche una gran carcajada- esta bien, ¿pasaras por mi?

-Si, ¿te parece si me esperas a las ocho?

-Claro- respondí ya de manera normal.

-Entonces así estamos- escuche que sonaba otro celular- eh, Bells debo colgar, el deber llama.

Pobre Jake, sus horarios era a veces mas complicados que los míos, y yo que me quejaba. Suspire pesadamente y trate de imaginar a donde me llevaría mañana pero unos ojos verdes llegaron a mi mente, justo a tiempo comenzaba a pensar en Edward, puse los ojos en blanco para mi misma y decidí mejor ponerme a hacer un ensayo de la clase de historia contemporánea, así me distraería de Edward y también de mi estúpido cumpleaños.

 

 

Desperté y ya era sábado, me iba a levantar temprano pero recordé la fecha. 13 de Septiembre, mi cumpleaños 24, ni siquiera lo habría recordado de no ser por Jacob y por el hecho de tener como hermana a la persona más hiperactiva y adicta a las compras del planeta. Alice.

Me levante a las once porque las sabanas ya estaban muy calientes para mi gusto, ordene mis cajones, mi cama, mi closet y tocador, tratando de posponer la hora de bajar, pero claro, para las doce ya había terminado.

Me hice una coleta, me puse unos jeans, una blusa roja de manga larga y mis converse nuevos.

Baje lentamente y sin ganas las escaleras.

-Buenos días bella durmiente- canturreó Alice cuando la vi.

-Hola- saludo la pequeña rubia desde la sala.

-Buenos días chicas-  trate de sonar neutral rezando por que Alice no recordara que día era.

-¿Qué tal la cama? Oh el desayuno ya está, ¿te sirves?- continuó alegre pero normal.

Me parecía imposible creer que no estaba obligándome ya a abrir cinco cajas de regalos como años pasados. La perspectiva de que lo hubiera olvidado me hacia sonreír, además tenia mi cita en la noche, excusa perfecta para no ir con Alice a ningún antro-bar-restaurante-karaoke que se le ocurriera.

-Seguro- respondí feliz.

No sabia porque odiaba los cumpleaños, simplemente era algo que me parecía intrascendente, hacerte anciano y estar mas cerca de la muerte cada día no es algo que  debas celebrar, además toda esa atención que se recibía no me gustaba nada.

-Bien, ¿Qué vamos a hacer hoy?- pregunto el duendecillo casualmente mientras desayunábamos.

-Mmm saldré con Jacob- le respondí naturalmente.

-¿Una cita?- inquirió Jane de manera sugerente.

-Quizá- responde sonriendo para mi misma.

-Uuuuuy- corearon ambas como niñas pequeñas.

Yo no proteste como lo habría hecho normalmente, no quería intranquilizar al duende diabólico.

-Muy bien Bells, Jake es fenomenal- opinó pero logre captar un poco de falsedad en su voz- pero… ¿puedo regalarte algo?

Yo desconfié de inmediato y supe que no se había olvidado de la “fabulosa” fecha.

-No, no quiero nada en lo que hayas gastado.

-Excelente- sonrío con ganas y yo solo me confundí- toma.

Me tendió un papel cuadrado de color marfil.

-Valido por una tarde de spa y salón de belleza proporcionados por ¡¿ALICE Y JANE SWAN?!- leí mientras mi voz subía de tono- No lo acepto.

-Ah no- negó con la cabeza- tú dijiste que no aceptabas nada en lo que hubiésemos gastado, no gaste en esto.

-Y todas las cosas que utilizaremos las tenemos aquí en la casa- continuo su secuaz apoyando el diabólico plan.

Ambas pusieron su mejor cara de gato con botas y yo con un suspiro me rendí.

-Esta bien- y chillaron de alegría- pero no te pases Alice.

Después de todo si iba a tener mi cita debía verme bien. Aunque era un insulto que no confiaran en mi para arreglarme.

-¿A que hora empezamos?- cuestioné

-Exactamente a las 4 pm.- reflexionó.

-Bien- dije mientras me ponía de pie y me dirigía a lavar los platos.

-No- me interrumpió Jane- lo hare yo, vamos es tu cump....

-Ni lo digas, aun estás lastimada de la muñeca por el entrenamiento de ayer.

Examino su muñeca aun vendada y se mordió el labio.

-No discutamos, ya que ella está herida y tú eres la cumpleañera lo voy a hacer yo- masculló Alice.

-¿Entonces que se supone que hare?- pregunte enfurruñada.

-Hay muchas cosas que hacer, pero el refrigerador se esta quedando sin alimentos y se que te encanta hacer las compras de la despensa así que te asignaremos esa tarea.

-Bien- me limite a decir y salí disparada a mi habitación.

Me cepille los dientes, tome efectivo- no me gustaba usar las tarjetas en estas ocasiones- agarré el bolso y salí antes de cruzarme con las chicas.

Tarde un rato en llegar al supermercado ya que había mucho trafico y siempre íbamos al mas exclusivo ya que las cosas tenían mejor calidad, me fastidio un poco la espera, pero dio igual todo eso cuando llegué, Alice tenia razón, me gustaba ir allí, ya que me sentía como una persona más o menos normal. Tomé un carrito y fui echando algunas cosas que necesitábamos, después de elegir algunos enlatados me dirigí a las frutas y vegetales. Cual fue mi sorpresa al ver quien estaba allí.

Dudé, ¿debía acercarme? Quería hacerlo. Me situé al lado de donde él estaba, parecía bastante concentrado en saber si el melón que sostenía en sus manos estaba bueno o no, se veía muy tierno y no pude evitar echarle una mano.

-El secreto es que este bien redondo y sin bordes- dije sin pensarlo.

Levanto sus ojos verdes y me miro con sorpresa, confusión y alegría.

-Hola- saludo en un susurro- que coincidencia verte aquí.

Era verdad su observación, de todos los supermercados de la ciudad, ¿Por qué tenia que encontrarme a Edward ahí? Si era muy exclusivo quizás por eso, pero se supone que si eres hijo de los dueños de los grandes hoteles Cullen debes tener personas a cargo de tus compras de comestibles ¿no? Al parecer era lo contrario. O… ¿Seria una trampa de Alice? ¿Me enviaría sabiendo que lo encontraría? Si era así él era buen actor porque de verdad parecía sorprendido.

Demasiada casualidad de todas formas, misma hora, mismo lugar, mismo día. Él debería estar trabajando, según sabía.

Todas mis dudas y mi monologo mental se fueron a la basura cuando esbozó una bella y torcida sonrisa.

-Entonces, ¿este esta bien?- inquirió rompiendo el hielo.

-Si- contesté sin siquiera ver la fruta- ¿Necesitas más ayuda?

-Gracias me gustaría mucho, casi siempre Jasper hace las compras, pero a veces me gusta ayudar lastima que no se de muchas cosas- dijo con gesto triste.

-Okey, dime que llevaras y yo te ayudo a escoger- propuse.

Y nos pusimos manos a la obra, era extraño, casi cómico que le estuviera ayudando a Edward con sus compras comestibles, pero en fin, era buena en eso y si las coincidencias existen supongo que se deben aprovechar. Aunque mi curiosidad seguía latente.

-Y, ¿no deberías estar trabajando?- me mordí la lengua en cuanto pregunte, no era de mi incumbencia.

-Pues tengo pequeños recesos y como Jasper estaba ocupado me pidió que viniera para organizar la comida familiar de mañana.

-Hum…- musite- ¿Por qué no contratan a alguien que haga esto por ustedes? Supongo que tienen capital y eso

“Maldita sea Bella ya cállate”

-Pues hay dos razones- parecía relajado- la primera es que nos gusta la privacidad y no nos gusta tener empleados en la casa, la segunda es que Jasper y yo hemos tratado de valernos por nosotros mismos, tu sabes, sin tener que ser una carga para nuestros padres y siendo independientes, rentamos una casa entre los dos y nos encargamos de nuestras cosas. Sin empleados domésticos  es más fácil que el dinero no se suba a la cabeza.

-Vaya…- jamás habría imaginado todo lo que me estaba contando.

Este hombre continuaba sorprendiéndome y era algo agradable.

-Es bueno saber que comen sano- cambie de tema al ver que tomaba casi lo mismo que yo, en su mayoría comida sin procesar demasiado.

-Gracias, es mejor así, mi madre Esme nos enseño que los placeres no están peleados con la salud- sonrió y me contagió- es lo que regularmente hay en casa.

Al terminar fuimos a las cajas y me dejo pasar primero como todo un caballero, entonces pagué mientras la serillo ponía mis cosas en bolsas lo observe detenidamente, era educado y amable con todo mundo, agradeció a la cajera y la dejo deslumbrada, quise reír pero aguante el impulso, él pagó con tarjeta así que demoró un poco más.

-Tienes un novio muy apuesto- me señalo la ancianita que estaba acomodando mis cosas.

Yo me puse de mil colores por su comentario.

-Disculpe señora, solo es un amigo- le informe educadamente, no podía ser dura con esa dulce señora.

-Que lastima- opinó- con lo lindos que se ven, tú también eres una bella muchacha, apuesto a que le gustas.

-Señora pero que cosas dice- continué aun con mi cara ardiendo.

En eso nos interrumpió mi compañero, que tenia una expresión extraña en el rostro como cuando ves a un conejito y te da ternura, me sentí rara.

-Muchas gracias señora, aquí tiene- dijo Edward y le dio una generosa propina.

-Gracias jovencito- masculló la anciana con una sonrisa picara, luego me miro a mi y me guiño un ojo.

Yo me agache y me lleve el carrito lleno de bolsas al estacionamiento, avergonzada solo quería salir de allí, no esperaba que me siguiera.

-Déjame ayudarte Bella- dijo alcanzándome.

-No te preocupes, mi auto esta cerca, además son dos carritos.

-Eso no es problema- objetó mientras cambiaba sus bolsas a mi carrito para llevar uno solo.

La idea se me hizo tonta al principio ya que creí que confundiríamos las cosas pero no había puesto suficiente atención al parecer, el llevaba bolsas diferentes, de tela, no se podían confundir.

-¿y esto?- señalé.

-Ah bueno, las bolsas de plástico tardan muchísimo en descomponerse, así que prefiero usar estas, se reutilizan y de ese modo tendremos osos polares por mucho mas tiempo- me explico sonriendo.

¿A quien rayos le interesaban los osos polares? Con las cosas malas que había actualmente como corrupción y sobrepoblación, era imposible preocuparse por los osos, pensaba yo, pero después de ver la sonrisa de Edward me cayó el veinte.

 Él se preocupaba por esas cosas, se sentía bien consigo mismo, sabiendo que, si no ayudaba mucho con sus acciones por lo menos no colaboraría con la destrucción.

 Era tan considerad, tan sencillo.

-Bueno, no me había detenido a pensar en eso- me sinceré.

-A veces es mejor pensar en lo que pasa a tu alrededor que solamente en ti mismo- señaló.

-Me haces sentir como una especie de villana que no se preocupa por el planeta- le recriminé.

-Mejor tarde que nunca- dijo bromeando y me eche a reír- vaya, pues si estaba cerca tu auto- dijo con un poco de sarcasmo.

Señaló hacia atrás y vi que en efecto, el tramo no había sido tan corto como le había dicho.

-Te dije que yo podía- le recordé.

-Era broma Bella, es agradable charlar contigo- dijo.

-Gracias murmure mientras desactivaba la alarma y abría la cajuela. Me dispuse a meter mis cosas, pero él ya me había ganado con la mayoría de estas y las había acomodado en la parte de atrás.

Cerró la cajuela y se encamino a la puerta delantera para abrirla.

-Bien señorita, sana y salva en el interior de su coche- anuncio cuando me deslice dentro.

-Edward no necesito un guardaespaldas- le reproche un poco incomoda por sus atenciones.

-Entonces soy solo un amigo que se ofreció a ayudarte- me esquivó de manera diligente.

-Esta bien… gracias, nos vemos luego- me despedí.

-Adiós Bella, nos vemos esta…- comenzó a decir pero se corrigió de inmediato- luego.

Encendí el motor y hui rápidamente de su penetrante mirada, aun confundida, me sentía ruborizada y con una calidez extraña en el cuerpo que jamás había sentido. En el camino trate de reflexionar porque me sentía de esa manera.

Lo comprendí cuando un semáforo se puso en rojo.

Me había enterado de muchas cosas sobre él en ese pequeño encuentro y me di cuenta de que era muchísimo más de lo que yo esperaba, Edward era diferente, había sido un seductor, pero también era responsable, sencillo y considerado.

Además él había sido atento conmigo a pesar de que no se lo pidiera. Antes no me había detenido a pensar en eso, toda mi vida me había valido por mí misma, aun cuando tenía ocho años yo eduque a mi hermana, cuando crecí, me defendí de todos incluso de Stefan, por mi misma y por mi familia, nunca pedí nada a cambio, porque yo podía y creía que en realidad no merecía atenciones por esa razón odiaba que Alice celebrara mis cumpleaños. Sin embargo algo tan insignificante como abrirme la puerta del coche- por cortesía no por trabajo-  me hacía sentir apreciada, incluso ¿esperanzada? Si, por saber que aun hay personas tan desinteresadas que incluso se preocupan por ser poco practicas y usar bolsas de tela para salvar a los osos polares. No creí que él podría ser tan… noble.

A pesar de todo eso no se me olvidaba que todo podía ser una trampa de Alice, así que cuando llegue me dispuse a enfrentarla pero no había nadie en casa. Me desesperé por ello, ya me había dejado sola. En fin me senté un rato a escuchar música y a leer un poco.

Después de un rato llegaron las chicas.

-Son exactamente las tres- canturreo Alice irrumpiendo estrepitosamente en la habitación, con Jane a sus espaldas.

-O sea comienza la tortura- murmure yo.

-Uy mejor podre música para ahogar tus comentarios- dijo

Y puso su nueva canción favorita, la que Jane le dedico: “Fashionista” de Jimmy James.

Suspire y me deje “consentir” por las dos.

-Bells, ya abre los ojos- indico Jane.

-No-dije testaruda.

-Por favor- pidió Alice con voz amable.

Lo hice al fin, sentía mis parpados pesados. ¿Qué me habían hecho?

-Me veo…- estaba buscando una palabra ofensiva pero si la decía iba a mentir- linda.

-¿linda? Te ves preciosa Bella-dijo Jane.

-Es cierto- sonrió Alice con satisfacción.

-G-gracias- extraño pero sí, yo dije eso.

Eran las seis apenas y había quedado con Jake a las siete, extrañamente Alice y Jane tardaron menos en arreglarse, me dijeron que habían hecho planes para salir.

-¿A donde irán?- inquirí.

-Ya que tu no celebras tu cumpleaños hermanita- hizo un puchero- las chicas y yo si celebraremos.

-Suerte- le dije con indiferencia.

-Gracias- me respondió alegre.

Baje a la sala a esperar a Jake, las chicas habían pulido cada parte de mi cuerpo, me había hecho manicure francés, pedicura, exfoliación, mascarillas en cara y cabello, depilación general, ¡Todo! Después me hicieron entrar en un vestido azul algo pegado y cortó para mi gusto, además de hacerme caireles por toda la cabeza, pestañas postizas, etcétera, termine pareciendo una muñeca de porcelana en vestido sexy.

Escuche la bocina del auto de Jake y me apresure a salir.

-Me voy- anuncie y no espere a que contestaran.

Jake me esperaba con una sonrisa extraña, llena de excitación.

-Hola- salude.

-Hola- dijo sin más.

-Esta tan linda- comento.

-Gracias – continúe.

 Pero me extrañó que a pesar de que Jake manejara rápido no se detenía en ningún lugar y ya íbamos a las afuera de la ciudad

-¿A dónde vamos?- pregunte nerviosa.

-Tranquila, iremos a un lugar sorpresa- me informo.

-Creí que la única que hacia sorpresas olvidando los límites geográficos era Alice- bromee con ansiedad.

Jacob no me haría daño pero era instinto.

Exactamente a las ocho Jake estaciono afuera de una enorme casa, muy familiar.

-Jacob ¿Por qué me traes aquí?- pregunte mientras me conducía a la entrada.

Era una de nuestras casas de verano.

-Cálmate Bells, ven sígueme- me tomo la mano en la oscuridad.

No estaba activada la seguridad, entramos fácilmente.

En la penumbra, busque a tientas el interruptor de la luz y cuando la encendí…

 

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Hola !! nuevo cap, alguien aparte de mi ya se diio cuenta de que bella se esta enamorando?? No? debere ser mas especifica entonces XD okis el proximo cap va a estar fuerte adivinen quien ira a la fiesta?? seeeeeeeeeeeiii eddy :3 bueno ojala les haya gustado queria mas interaccion con los muchachos y ahi esta, actualizo pronto :)

Capítulo 19: Complices

 
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