Cuando Edward, Bella y Leah, llegaron al aeropuerto Carlisle tenía todo lo del viaje listo, cuando Alice vio a Bella salió corriendo a sus brazos.
- Oh... Al… cuanto siento todo lo que paso… - dijo Bella abrazando a su amiga.
- No sabes cómo duele todo esto – dijo Alice en medio del llanto
- Al, pero... ¿Por qué no hablas con él? – Intento razonar con ella.
- Le di la oportunidad y el no dijo nada, no puedo perdonarlo, no ahora… tal vez en otro momento… pero no puedo en este momento… necesito tiempo… -
- Sera mejor que acompañemos a Leah a que aborde su avión – intervino Edward.
- Si creo que es lo mejor – Concordó Leah.
Todos acompañaron a Leah a su muelle de abordaje el cual la llevaría a salvo a su Washington D. C, su hermano la estaría esperando y de ay partiría a Forks, a la reserva donde nació y creció, ay se escondería por un buen tiempo, esperaría que su hija naciera y tomaría una decisión, si dejaría que Jacob conociera a su hijo.
- Leah, por favor cuídate y cuida mucho a mi sobrino, el no tiene la culpa de tener ese papá – dijo Bella abrazando a Leah.
- Claro que si, este pequeño es mi vida – dijo Leah acariciándose su pequeño bulto en el abdomen.
- Leah, te vamos a dar algo y no aceptamos un no como respuesta – dijo Edward muy serio.
- De que hablas Edward – dijo Leah, y él le paso un sobre, ella lo tomo en sus manos y lo empezó a abrir - ¿Qué es esto? –
- Un regalo de Edward y mío, para nuestro pequeño sobrino – dijo Bella abrazando a su prometido.
- No Bella, Edward, yo no les puedo recibir esto…. Es demasiado – dijo Leah viendo el cheque que tenía en sus manos, con una suma bastante grande – ya es suficiente con que pagaran los pasaje de avión y cubrieran todo lo del viaje hasta la reservación – dijo muy apenada.
- Claro que no Leah, es muy poco, quisiéramos hacer más por ti, y en tu estado no puedes tener esfuerzos, eso ayudara para los gastos, tienes que ser consciente que tener un bebe conlleva muchos gastos. Y no vamos a permitir que mi sobrino o tu pasen necesidades – dijo Bella muy seria.
- Oh… Bella, Edward… de verdad que no se… como agradecerles por esto…. Que están haciendo por nosotros…- dijo Leah llorando.
- Simplemente estando en contacto con nosotros… tienes que mandarnos fotos de las ecografías y del bebe, nos tienes que avisar cuando nazca… ahh y queremos ser los padrinos – dijo Edward con una gran sonrisa.
- Claro que si – dijo Leah. Se abrazaron Leah y Bella, todos despidieron a Leah y la vieron partir, ay se dirigieron a su muelle para abordar el avión privado que Carlisle había alquilado para llevar a su familia a Italia.
En el avión, Alice se sentó sola y le pidió a Bella y a todos no volver a mencionar el tema de Jasper, cuando ella se sintiera capaz de hablar de eso lo haría, antes no.
Edward y Bella se sentaron juntos, al igual que Carlisle y Esme.
Edward y Bella, durmieron abrazados, se daban besos y se decían cosas en el oído, hacían planes de lo que querían para su boda y de la vida que les esperaba por delante.
Alice se removía inquieta en su silla, pues al ver el amor que Bella y su hermano se profesaban, no podía dejar de pensar en Jasper, no sabía con iba a seguir viviendo sin él, tenían tantos planes juntos, pensaba que iba a pasar el resto de su vida junto a él, iban a tener la boda hermosa y unos hijos tan bellos como Jasper y tan hiperactivos como ella…. Ahora por culpa de la zorra de María, su amor y el futuro que ella había pensado se fueron directo a la basura…
Llegaron a Venecia y fueron directo a un hotel, donde ya tenían una reservación. Todos se fueron a sus respectivas habitaciones, tenía reservado todo un piso en el lujoso hotel para que nadie los molestara.
Edward y Bella, tomaron una ducha juntos, que se prolongo por un buen rato. Después de varios juegos entre los dos. Edward llevo a Bella a un hermoso restaurante, en un balcón junto a los canales, las luces de las velas hacían que la noche fuera más bella. Después de una cena maravillosa, dieron un recorrido en góndola.
- Oh amor, todo esto es tan hermoso, pero lo mejor de todo es que estoy contigo – dijo Bella
- Y yo no quisiera que fuera de otra manera. Estoy tan feliz de que pronto vas a ser mi esposa –
- Y yo estoy más feliz por eso – y así Bella beso con amor y devoción a que sería su esposo y el padre de sus hijos.
Una semana después
- Bells, por favor te podrías quedar quieta – Decía Alice irritada, mientras acomodaba el velo de Bella
- Lo siento Al, es que estoy muy nerviosa. No todos los días te casa con el amor de tu vida – dijo Bella emocionada.
- Si tienes razón – dijo Alice con una nota triste en la voz.
- Oh, Ally, lo siento. No queria decir algo que te hiciera sentir mal –
- No te preocupes amiga, no es tu culpa –
- Alice, tu deberías… - empezó a decir Bella.
- Que les dije Bella –
- Perdón pero no soporto verte así y no… - Bella dejo la frase en el aire. Recordó la conversación que tuvo su con su madre, dos días después de haber llegado a Italia, Renne le conto a Bella, que la casa era un caos, a Jacob se le callo la máscara frente a Charlie, este lo echo de la casa, desde entonces no se sabe nada de Jacob, Charlie decía estar arrepentido pero ya era muy tarde para cargos de conciencia, y Bella por el momento no quería saber nada de su padre, lo peor y más preocupante era el estado de Jasper, según lo que Renne le conto estaba sumergido en la bebida, no comía, no hablaba con nadie… estaba sumamente deprimido y Renne estaba sumamente preocupada por su hijo.
- Bells, hoy es el día de tu boda, no hablemos de cosas tristes – le pido Alice. En ese momento entre Esme a la habitación donde se encontraban sus hijas.
- Oh, Bella, hija estas hermosa – dijo Esme abrazándola – Mi hijo tiene es muy afortunado por tenerte, gracias por amarlo, por darle tanta felicidad –
- La afortunada soy yo por tenerlo –
- Sabes nunca lo había visto tan nervioso y tan ansioso – rieron Esme y Alice.
- Bueno, señoras es el momento, toma tu ramo, no queremos que mi hermanito muera de ansiedad – dijo Alice dándole el ramo. Bella suspiro fuertemente.
- ¿Qué sucede Bella? – pregunto Esme.
- Solo… que hubiera querido estar con mi… familia en este día tan importante para mí – dijo Bella con un dejo de tristeza en sus voz y los ojos aguados.
- Oh, hija, sabes que nosotros estamos para apoyarte. Ahora nosotros somos tu familia. Vas a ver que con el paso de unos meses, vas a estar con tu padres otra vez –
- Gracias Esme, gracias por aceptarme en tu familia –
- Bueno vamos, porque si seguimos aquí, van a arruinar mi obra de arte, y mi hermano va a sufrir un colapso –
Las tres salieron del cuartico y fueron a la entrada de la iglesia, la cual estaba llenas de flores y velas, parecía de ensueño, empezó a sonar la marcha nupcial, en la pequeña capilla, estaban unos amigos de Edward y unos familiares de los Cullen, dos hombres y sus esposas.
Y ay estaba Edward en el altar, con una sonrisa deslumbrante, y sus ojos conectados a los de Bella, ella iba caminando por el corredor, del brazo de Carlisle, ya que ella así lo pido. Cuando llegaron al altar Carlisle entrego a la novia a Edward, no sin antes advertirle que la cuidara.
El reverendo empezó la ceremonia y ellos hicieron sus votos, primero Bella.
Hoy, Edward Cullen, uno mi vida a la tuya, no solo como tu mujer, sino como tu amiga, tu amante y tu confidente. Déjame ser el hombro en el que te apoyas, la roca sobre la que descansas, la compañera de tu vida. Desde este día caminaré junto a ti. Para siempre.
Te amo.
Seguidos de los de Edward:
Yo, Edward Cullen, prometo amarte y honrarte siempre. Prometo permanecer junto a ti en lo bueno y en lo malo. Prometo ser un esposo fiel y amante. Prometo ser el más comprensivo en la enfermedad y la tristeza. Prometo entregarte mi alma. Prometo ser tu compañero y tu mejor amigo. Y prometo amarte con toda mi alma y mi corazón por toda la eternidad. Por favor, acepta este anillo como símbolo de nuestro amor. Te amo Mi Bella.
- …. Puede besar a la novia – concluyo.
Edward sin esperar un segundo mas, tomo por la cintura a su esposa y la beso con todo el amor de su pecho. Sellando así el juramente que hicieron.
- Gracias amor, soy el hombre mas feliz del mundo – dijo Edward al oído de Bella - Te amo –
- Y yo a ti – respondió ella.
Después de la ceremonia, partieron al hotel donde Alice para pensar y concentrar su mente en otras cosas, había organizado un pequeña recepción.
Ya en la recepción, Edward le presento a sus esposas, a sus tíos, Aro y Marco, hermanos de su madre y a sus esposas, así como a sus amigos, Demetri, Alec y Félix.
La recepción no tardo mucho, se tomaron fotos los novios, partieron el pastel, hicieron su primer baile como el señor y la señora Cullen.
Después se fueron a su habitación, en la entrada Edward cargo a su esposa, y cerró la puerta con una patada, y ubico a su esposa suavemente en la mullida cama.
- Te amo – beso – Te amo – decía Edward besando el cuello de Bella, mientras sus manos, se deshacían del estorboso vestido de sus esposa. Cuando termino con su tarea, vio el hermosa lencería que traía puesto Bella, al verla así, su erección fue más pronunciada y dolorosa.
- OH Amor, estas…. Tan… sexi y provocativa…- dijo Edward con voz ronca.
- Y tu mi cielo, tienes mucha ropa – dijo Bella arrancado la ropa de su esposo. Así toda la noche se amaron como nunca, como siempre…
Vestido de Bella
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Velo de Bella
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Lenceria de Bella
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Restaurante
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Bueno aqui les dejo otro capitulo espero les guste.
dejen sus comentarios y sus votos....
Un abrazo
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