Bella dejo salir un fuerte suspiro, y su dulce aliento golpeo de nuevo en mi cara. Inhale su dulce esencia de nuevo, permitiendo que cosquilleara en mi lengua con su abrumador sabor. Finalmente toque la delicada piel de su cara, recorriendo mis dedos por la pequeña área que no estaba lastimada. Su corazón estaba errático en su pecho y sus labios se estremecían. Me aleje no queriendo asustarla más de lo que ya estaba.
“No te detengas” Susurro y su piel estaba ruborizada.
Esto me sorprendió, pero no pude negarme a su petición. Toque nuevamente su mejilla suavemente, permitiendo a mis yemas rozar su suave piel.
“Pensé que después de esta noche no querrías ser tocada otra vez”
“Solo por ti. Tú caricia… Entumece el dolor de los otros…” Cerró sus ojos y suspiro. Deje que mis yemas recorrieran sus labios. Ella los beso cuando la tocaron.
“Solo te tocare cuando tú así lo quieras” Le susurre “Nunca te lastimare”
“Lo sé” Lentamente se arrastró sobre mi regazo. La agarre y la apreté contra mí. Enterré mi cara entre sus cabellos. Hacían cosquillas en mi nariz y su esencia me golpeaba. Nunca había sentido un placer como este, era un poco torturante.
No teníamos tanto tiempo ahí sentados y ella se quedó dormida sobre mi regazo. La sostuve contra mí, sintiendo su dulce sangre recorrer sus venas incluso a través de mi ropa. Recorrí con mis dedos sus muñecas, sintiendo su pulso. Me di cuenta de los horribles moretones. Acerque uno de ellos a mis labios y lo bese. Su pulso golpeo contra mis labios.
La deje dormir ahí alrededor de una hora y la lleve cargando de nuevo a su cama. Su padre parecía muerto para el mundo, roncando con fuerza. La recosté gentilmente contra el colchón y cubrí su cuerpo con la cobija. Acaricie con mi mano su frente, quitándole un mechón de cabellos de sobre sus ojos.
Tan pronto como mi piel se alejó de la suya, ella empezó a quejarse. Empezó a temblar y lágrimas recorrieron sus mejillas. No está despierta. Empezó a temblar con fuerza y a gritar.
“No… por favor… no… detente… No, no, no, no… Edward… sálvame… por favor… no… no… no… no… EDWARD…” Mi nombre salió de sus labios como una súplica.
Me quede de piedra viéndola. Su padre se despertó y se giró hacía mí. Yo no sabía qué hacer. No estaba seguro que estaría bien.
“Yo solo… entre a… checarla” Tartamudee “Yo pienso que está soñando” Trate de explicar. Charlie estaba un poco molesto conmigo por no haberme ido a casa cuando me lo dijo.
Charlie corrió a su lado y toco su hombro.
“Bells despierta”
Ella grito y se alejó de su toque, pero seguía sin despertarse.
“NO… ¡Edward! ¿Dónde estás? ¿Dónde estás?”
Mire la expresión asustada de Charlie, me incline y sujete a Bella. Prácticamente tuve que empujarlo fuera de mi camino. Estaba demasiado impresionado como para moverse. La sostuve entre mis brazos y empecé a murmurarle suavemente para tranquilizarla, nos movíamos hacia delante y hacia atrás. Su llanto lentamente se detuvo.
“Despierta. Es solo un sueño. Aquí estoy. Es solo un sueño” Le decía en su reja mientras la mecía entre mis brazos como a una niña asustada. Pero si soy honesto conmigo mismo es una niña.
Sentí sus pestañas abrirse y cerrarse contra mi pecho cuando se despertó. Se agarró de mi camisa fuertemente con sus pequeños puños y escondió su cara contra mi pecho. Empezó a sollozar nuevamente, sollozos de puro terror. Su cálido aliento mezclado con sus lágrimas humedeció mi camisa, no que me importara. Ella podría arrancármela si así lo deseara.
“No me abandones Edward” Sus ojos rojos me suplicaban cuando me miro a la cara.
Me incline hacia ella y bese su frente.
“Todo estará bien. Te lo prometo. Me quedare”
Los pensamientos de Charlie eran confusos. Estaba feliz y furioso al mismo tiempo. Me odiaba por qué yo podía consolar a su hija y él no podía hacerlo. El solamente quería a Bella feliz y si yo la hacía feliz, me raptaría y me mantendría encerrado en su casa hasta que ella no me quisiera más. Si ella se sentía segura a mí alrededor, él se tragaría su orgullo y me permitiría sostenerla.
“Charlie, podría traerme un paño húmedo por favor” Le dije suavemente “Humedézcalo un poco”
Él asintió y rápidamente lo hizo. En este momento solamente quería tener algo que hacer. Me lo entrego con una mirada triste. Lentamente empecé a limpiar su cara, empezando por los ojos.
“¿Sabías que tienes unos ojos hermosos?” Le comente mientras le limpiaba su frente.
“Aja… claro…” Resople y su voz un poco ronca.
“También tienes una hermosa nariz” Recorrí el trapo por el puente de su nariz. Sus mejillas se empezaban a ruborizar. Le sonreí. Quería inclinarme y besar sus labios, pero me contuve a hacerlo.
“Sé que solo tratas de hacerme sentir mejor…” Limpio con su mano uno de sus ojos. Bella no buscaba mi mirada cosa que me frustraba un poco.
“¿En serio piensas que esa es la razón?” Levante su barbilla para que me viera a los ojos.
“No…” Murmuro, sus ojos estaban un poco vidriosos.
“Bien… ahora quiero que te recuestes y realmente te duermas. Si no te duermes en diez minutos, voy a llamar a la enfermera ¿Me comprendes?” La amenace bromeando.
Bella se recostó sobre la almohada pero sus ojos seguían abiertos completamente.
“No te vayas” Me rogó.
“No me moveré de este lugar” Me recline y bese su suave mejilla, dejando mis labios unos segundos más.
Ella asintió y cerró lentamente sus ojos. En cuestión de un minuto se quedó profundamente dormida. Su cuerpo y su mente estaban exhaustos. Sostuve su pequeña mano entre la mía, acariciándola con mi pulgar.
Charlie tosió a mi lado, tratando de llamar mi atención sin perturbar a Bella. Lo voltee a ver lo más inocente que pude. No estoy seguro si funciono.
“¿Te gusta mi hija?” Trataba de sonar severo pero sin hacer ruido. Me tuve que abstener de resoplar. Él no tenía idea…
“Desde el primer segundo que la vi” Le dije honestamente. No le iba a decir que lo primero que me gusto de ella fue su sangre. Esas eran cosas que nadie tenía que saber.
“Ella ha pasado por mucho. No va a estar lista para una relación. Quizá nunca lo este. No la quiero más lastimada de lo que ya está. No voy a dejar que la lastimes” Su voz era triste mientras hablaba, pero firme en convicción.
“La voy a dejar cuando ella así lo quiera. Haré lo que ella me pida” Regrese mi vista a la durmiente. Su respiración era lenta y tranquila, sus labios temblaban un poco mientras dormía.
“No voy a permitir que la lastimes ¿Me entiendes?” Me aclaro firmemente.
“Nunca lo haría… Ella merece el mundo” Toque suavemente su mano con mi mano libre.
“Si, ella lo merece…” Susurro. Froto su cara con su mano. Estaba muy cansado. En este momento su cerebro parecía que estaba mal sintonizado.
“Jefe Swan, vaya a casa. Vaya a dormir. Yo estaré aquí, al igual que mi padre. Lo llamare en cuanto despierte. Lo prometo”
“Estoy bien” Murmuro.
“No va a ayudar en nada si se queda dormido de pie” Le dije firmemente. Él lo pensó por un largo momento antes de contestar.
“Okay, supongo que tienes razón. Por favor llámame si algo sucede. Y me refiero a cualquier cosa” Y con eso giro sobre sus talones y salió de la habitación. Me preocupe, me preguntaba si no tendría algún problema en llegar a su casa, pero no era un trayecto muy grande. Y estoy seguro que Alice estaba vigilando cualquier cosa respecto a Bella y ella vería si había algún problema con su padre.
Cuando ya había salido completamente del hospital me recosté a un lado de Bella. Ella se acurruco contra mi cuerpo aun dormida, acunándose a mi lado. Rodee con mi brazo su cintura, acercándola más a mí.
“Edward…” Susurro suavemente aun dormida. Eso sonó como música para mis oídos. Haría cualquier cosa para escucharla decir de nuevo mi nombre en ese tono de voz. Era completamente hermoso.
Las horas pasaron y ella no se movió ni un centímetro. Mientras la suave luz del amanecer empezó a llenar la habitación por la ventana, rápidamente me levante para cerrar las cortinas. Apenas me había alejado de su cuerpo por un segundo cuando la escuche otra vez; el doloroso sonido de sus gemidos.
Sus lágrimas empezaron a humedecer su piel. Se estremeció y su cuerpo empezó a temblar otra vez. Regrese a su lado rápidamente y sostuve su cuerpo contra mi pecho.
“Shh todo está bien” Respire contra su pelo. Estaba todo enmarañado y revuelto y estoy seguro que le dolería cuando se lo cepillara.
“Oh Edward. Te quedaste” Presiono su cara contra mi pecho, murmurando las palabras contra mi camisa.
“Por supuesto. Te dije que no me iría” Reí por lo bajo “No te sorprendas tanto”
“Yo creí…” Negó con la cabeza y rodeo mi cuello con sus brazos, aprisionándome en un fuerte abrazo. “Amo tenerte aquí. Tú me tranquilizas”
“Y yo amo estar aquí. Así que yo pienso que nunca me iré ¿Tienes algún problema con eso?” Sonreí de lado bromeándola.
“Oh, sí por favor. ¿Para siempre?” Bella me miro esperanzada.
Mi sonrisa se acrecentó en respuesta y apreté mi abrazo. Ella giro lentamente su cara, sus labios a centímetros de los míos. Se empezó a inclinar lentamente, sus labios un poco fruncidos.
“No, todavía no. No ahora. No quiero que nuestro primer beso sea en el hospital, mientras tú tienes tanto dolor. Quiero darte tiempo para que pienses sobre esto” Me aleje aunque hacerlo casi me mata. Sus ojos se veían tristes, mentalmente me pateé a mí mismo por decir eso. Puse mis manos en sus mejillas y bese su frente permitiendo a mis labios entretenerse unos momentos ahí. “Te besare cuando sea el momento correcto”
Escuche los pensamientos de una mujer antes de que abriera la puerta. Se preguntaba qué tan difícil seria este caso y si necesitaría tener listo algún sedante.
“Alguien viene” Me aleje suavemente, pero sus manos aprisionaron mi camisa.
Golpearon suavemente la puerta. La mujer no espero la respuesta y entro rápidamente. Estaba sosteniendo una pluma y un bloc entre sus manos, una bolsa colgaba de su delgado hombro. Me miro un poco confundida, pero enderezo su postura casi a la defensiva.
“Soy la doctora Grace. Soy psiquiatra aquí en el hospital. Quisiera hablar contigo sobre lo que paso. ¿Si te parece bien?” Aunque realmente no era una pregunta. A ella no le gustaba el que yo estuviera ahí, ella no pensaba que fuera sano. No parecía confiar demasiado en los hombres, no que la pudiera culpar por eso. Después de todas la violaciones que había escuchado, si yo fuera ella tampoco confiaría en los hombres.
“Hola doctora” Bella dijo débilmente. Sus ojos iban de la doctora a mí. Tome sus manos y busque su mirada, trate de verla de forma tranquilizadora.
“Estaré afuera. Di una palabra y regresare aquí tan rápido que tu cabeza girara ¿De acuerdo?” Le susurre tan suavemente que solo ella escucharía.
Ella asintió, pero sus ojos empezaron a lagrimear. Sentí pena por ella. Desearía poder llevarme todo su dolor. Camine lentamente afuera de la habitación y me senté en el suelo resguardando la puerta. Bella empezó a llorar tan pronto como salí. Suspire y acerque mis rodillas a mi pecho rodeándolas con mis brazos.
Escuche cada palabra y casa pensamiento de la doctora, y los sollozos de Bella, al igual que sus quedas palabras a través de la puerta. También podía escuchar sus lágrimas recorrer su piel y caer. Pero no me llamo. Simplemente quería correr adentro y mecerla entre mis brazos, protegerla, amarla. Sentía una fuerte emoción sobrepasarme. Enterré mi cara entre mis manos y empecé a sollozar. Mi garganta se sentía seca y sabía que mis ojos también lo estaban, pero no podía evitar jadear por aire. Sentía la tristeza y el pánico recorrer por mis venas.
“Necesitas ir a casa Edward” Charlie dijo cuando llego a mi lado. No se veía muy descansado, pero se veía mejor que anoche. No podía creer que me sorprendiera. No era algo que pasaba muy seguido.
“Se lo prometí a Bella” Dije entre mis manos “No voy a lastimarla”
“¿Esta con el doctor?” Me ofreció su mano para levantarme. Negué con la cabeza y me puse de pie ágilmente. Él esperaría que mis manos estuvieran cálidas y no quería asustarlo.
“Así es. Tienen alrededor de una hora hablando” Limpie mi cara con mi mano y me acerque a la silla que estaba frente al pasillo.
“¿Crees que ella estará bien?” Me pregunto francamente. Él honestamente no tenía ni idea. Él había visto esto tantas veces y con tantos resultados tan diferentes. Él acababa de tener a su hija de regreso en su vida y no sabía cómo reaccionaría ella.
Me encogí de hombros. Dudaba que alguna vez lo superara completamente, pero podía desearlo. Yo sabía que si yo necesitaba esperanza, su padre la necesitaría todavía más.
“Eso creo”
“Espero que tengas razón” Murmuro y se sentó frente a mí.
La doctora salió por la puerta. Podía escuchar a Bella sollozar suavemente. Su cara debía estar enterrada en la almohada por que el sonido se escuchaba ahogado. Me estremecí con la imagen mental. Eso rompía mi corazón.
“¿Edward? Me gustaría hablar contigo, por favor” La doctora Grace dijo mientras se acercaba a mí. Podía leer las palabras incluso antes de que me las dijera. Estaba lista para darme un sermón. Charlie nos dio privacidad y entro a la habitación de Bella para checar a su hija.
“¿Dígame señora?” Dije en la voz más inocente que me salió.
“Isabella está en un estado muy sensible. No puede manejar una relación en este momento. Especialmente una física. Yo pienso que está bien que sea tu amiga. Pero aparte de eso…” Dijo con una mirada severa.
“Estoy de acuerdo. No tengo intenciones de llevar nada físico con Bella. Haré cualquier cosa que ella necesite. Siempre estaré ahí para ella, sin importar que sea”
Mi franqueza la sorprendió. Se detuvo y pensó en que decir.
“Bien en este momento necesita amigos. Especialmente necesita saber que no todos los hombres son malvados”
Asentí con sus palabras. Cuando la doctora estuvo satisfecha con mi respuesta se alejó después de decir un rápido adiós. Entonces escuche las palabras.
“¿Dónde está Edward?” Bella dijo con una voz constipada de tanto llorar.
Estuve dentro de la habitación un segundo después, cerrando la puerta suavemente tras de mí.
“Lo siento, la doctora quería hablar conmigo”
“La doctora dijo que me puedo ir a casa después de terminar con todo el papeleo” Bella dijo mientras jugaba con el dobladillo de la bata de hospital.
“¡Eso es fantástico! Vas a estar más cómoda en casa” Dije mientras me sentaba en la orilla de la cama. Ella se mordió el labio pensativa. Levanto su mirada y me miro entre sus tupidas pestañas. Casi podía ver sus pensamientos formándose en su cabeza.
Me gire hacia Charlie.
“Si Bella se va a casa, tal vez lo mejor sea que vaya a traerle algo de ropa”
Me miro sorprendido y después lo hizo con Bella. Se sentía culpable por no haber pensado en eso antes.
“Tienes razón. Enseguida regreso” Se levantó rápidamente y salió de la habitación sin decir otra palabra.
Bella suspiro suavemente, frotando sus manos sobre sus inflamadas mejillas.
“¿Qué sucede Bella?” Toque sus mejillas suavemente, tratando de ser lo más gentil posible.
“No quiero estar sin ti” Susurro, un poco apenada por sus palabras. No necesitaba estarlo. Ni siquiera necesitaba decirlo.
“Te dije que no me iría” Recorrí con mi pulgar su mejilla.
“Papa me dijo que no quería que fuera a la escuela lo que queda de la semana. No sé si puedo esperar dos días” Miro a la tela que tenía entre sus dedos, retorciendo el material azul.
“Escúchame bien. No me iré. Siempre voy a estar cerca de ti, incluso si no estás entre mis brazos” Levante su mentón para que me viera a los ojos. Quería enseñarle que tan en serio hablaba. Ella sonrió levemente.
“¿Y qué sucederá con la escuela?” Me pregunto realmente curiosa.
“Ya he estado ahí, y lo he hecho muchas veces. No me importara perder una semana” Le dije honestamente. Yo podía enseñarles a esos maestros una cosa o dos millones de cosas.
Su sonrisa se acrecentó más. Se inclinó hacia mí y recargo su mejilla en mi cuello. La sostuve cerca de mi cuerpo y la mecí suavemente, frotando su espalda de arriba abajo.
“Hueles divinamente” Susurre más para mí que para ella. Podría oler su aroma todo el día.
“Huelo como si necesitara una ducha” Gruño y yo no pude evitar reírme.
“De todas formas hueles muy bien” Bese su coronilla, presionando mis labios en su cabello, el que sabía delicioso aunque con un ligero sabor a tierra.
“Listos o no…” La mente de Carlisle me avisaba, estaba al final del corredor con los papeles del alta de Bella para sacarla de este espantoso lugar. Él sabía que los dos estaríamos emocionados por salir de este lugar.
“Viene mi padre…” Susurre en su cabello.
“¿Él sabe que yo lo sé?” Me pregunto y sus ojos buscaron los míos.
“Él lo va a entender. No estoy seguro si sabe que te dije toda la verdad” Moví de lado el cabello de su cuello, su esencia me golpeó fuertemente en la cara. Lo respire con glotonería.
“¿Se enojara?” Me dijo suavemente sacándome de mi momento de euforia.
“No, el conoce el amor. Como te dije el entenderá” Le explique.
“¿Amor?” Susurro y su corazón empezó a latir con más fuerza.
Simplemente asentí. Podía sentir su sonrisa contra mi piel, pero no dijo ni una palabra. Frote su espalda firmemente. Carlisle entro y puso los ojos en blanco con la escena, pero sonrió.
“¿Qué?” Pregunte inocentemente.
“¿Así que le dijiste, que yo conozco el amor?” Sonrió sarcásticamente “No tienes que tratar de adularme. No estoy enojado. No puedo decirte lo que el resto de la familia piensa…”.
Se giró hacia Bella y una sonrisa se asomó en sus pálidos labios.
“Muy bien señorita Swan vengo a liberarla ¡Otra vez!”
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