Capítulo 3: Eres un problema
Bella POV
Han pasado varios días desde esa visita que Edward me hizo. Me siento alerta, como si en cualquier momento pudiese aparecer de nuevo. Finalmente decido no irme. Nunca he sido y nunca seré cobarde. Enfrentaré a Edward y le diré que no quiero saber de él así como les dije a mis padres.
Se resignaron o eso creo porque ya no me han visitado. Es mejor así… Detesto cuando mi madre va a mi casa y crítica- según su opinión- mis pésimas condiciones de vida.
Despierto tranquila, pienso que todo estará bien y que mi vida va a seguir siendo calmada y solitaria.
Cuando salgo del edificio me encuentro con la señora Martínez y la saludo. Camino hacia la parada del autobús pero este no llega. Suelto un gruñido leve… No puedo llegar tarde, maldita sea. De repente un Mustang color negro estaciona frente a mí. La ventana polarizada me impide ver quién es el conductor pero por la sensación que tengo en el estómago, sospecho de quien puede tratarse. La ventana comienza a bajar y veo quien es.
No me equivoco. Es Edward. El condenado se ve hermoso con sus lentes oscuros puestos, pero me impiden ver sus hermosos ojos azules.
-¿Quieres que te lleve?- pregunta y me rio a pesar de estar hirviendo por la furia… ¿Por qué tenía que meterse en mi vida? Maldito, mil veces maldito.
-No, no quiero que me lleves- respondo sonriendo falsamente.
-Pero no pasa el autobús, llegarás tarde al trabajo- insiste.
Rayos, tiene razón, pero no puedo ceder.
-Eso no te importa, yo quiero llegar tarde
-Me parece que no… Anda sube
-¡No!
-No me quedará más opción que subirte a la fuerza
-Gritaré para que me ayuden y te denunciaré por secuestro- lo amenazo.
-Si no te subes en este mismo momento, hablaré con el señor Wilson, quien te cobra la renta y le diré que te saque de allí y por lo tanto volverás con tus padres
-Eres un desgraciado- espeto con odio mientras me subo. Mi casa es mi punto débil y no sé como diablos Edward sabe tantas cosas mías.
Sin que él lo note aspiro el delicioso olor del interior del vehículo… Huele a su perfume.
-Vaya, no pensé que fuera tan fácil convencerte- dice sonriendo mientras arranca-. Tu pequeño cuarto te debe gustar mucho
-Vete a la mierda- contesto mirándolo con odio.
-Suenas sexy estando agresiva, ¿Nadie te lo había dicho?
-Deberías morirte e ir al más allá para que molestes a Kristen y me dejes vivir tranquila- murmuro.
Me arrepiento de mis palabras. El rostro de Edward refleja mucho dolor.
-¿Por qué tienes que hablar de ella?
Aunque sienta lastima por él, no dejaré de herirlo.
-Porque te lo mereces… Sigues aferrándote a ella
-Eso no es ver…
-Edward, me estás raptando
-Te estoy llevando al trabajo- me corrige.
-Bueno… Estás interviniendo en mi vida solo porque soy igual a tu querida Kristen, eso solo nos dice que estás realmente traumado
-¡Yo la amé!- gritó y frenó el coche bruscamente.
-Maldito bastardo, casi nos matamos- protesto-. Y sí sé que la amaste y por eso te duele hablar de ella
-¡Entonces no me hables de Kristen!
-Si quieres eso, entonces déjame vivir tranquila, no me uses como un reemplazo, maldita sea
-Ya te dije que quiero conocerte a ti
-¡Porque soy igual a ella!- bramo-. Acéptalo de una buena vez
-Eres insoportable, Isabella
-Y tú eres un problema en mi vida desde que te apareciste en ella, desde que Kristen decidió dejar este mundo
-A ella la mataron, no te atrevas a culparla
-Y tú no te atrevas a aparecerte de nuevo en mi vida, te lo diré por última vez… ¡No soy ella!
-Tienes razón, no sé qué hago buscándote, no eres ella… Tú no eres tan delicada, tan especial… Kristen era una princesa, tú eres un monstruo, debiste morir tú en lugar de ella, a nadie le hubiese interesado
Sus palabras me hacen sentir mal pero no tengo deseos de llorar. Yo tengo muy bien asumido que nadie me quiere.
-Qué bueno que ya te diste cuenta, Edward…
Él me mira con odio.
-Baja de mi auto- me pide-. Un ser tan despreciable como tú no merece favores
-Yo no soy despreciable, soy cruel… De alguna forma tenía que hacerte ver que solo me buscabas por ser igual a Kristen, hasta nunca, Edward Cullen
Me bajo del auto y descubro que no estoy tan lejos del trabajo. Puedo llegar caminando y estoy a tiempo.
Hoy me nombran empleada del mes. Debo sentirme feliz pero no lo estoy… Aun pienso en las palabras de Edward. Un ser despreciable… ¿Cómo se atreve a llamarme así? Ese imbécil no va a dañar mi autoestima ni a lograr que crea que soy un monstruo o despreciable. Ojala no lo vuelva a ver en la vida.
Al terminar mi trabajo, decido que quiero ir a celebrar. No tengo dinero pero puedo ir a caminar por allí y tomar una bebida.
-Isabella- me llama Mike, uno de mis compañeros. Es un chico muy atractivo y genial. No me gusta, pero a la mayoría de las chicas que vienen sí.
-¿Qué sucede Mike?- le pregunto mientras termino de limpiar una mesa.
-Quería invitarte a tomar algo… Digo, para celebrar- contesta ruborizado. Me da ternura y no me puedo negar.
-Claro que sí, Mike- digo con una sonrisa. Mike me mira boquiabierto pero luego sonríe de una manera deslumbrante que hace que me quede un poco embobada. Ya entiendo porque las mujeres se sienten atraídas hacia él.
-Hay un bar aquí cerca, podemos ir allí
-No quiero ir con esta ropa- le confieso-. Me da vergüenza
Mike se ríe.
-Está bien… Te llevo a tu casa para que te arregles
-¿Sabes dónde es mi casa? Bueno, es cierto, te puedo decir dónde está…
-Sí, vivo cerca- me interrumpe.
-¡¿Qué?!
-No te preocupes, me acabo de mudar… Solo llevo dos días viviendo allí
Respiro aliviada y Mike suelta una pequeña risita.
Después de un rato al fin estoy en mi casa, tratando de arreglarme un poco. Mike me trajo en su vieja camioneta. Por lo menos él no tiene que caminar hacia una parada de autobús… Aunque su pickup es muy ruidosa.
Cuando estoy lista, salgo de la casa y me sorprende que Mike esté afuera, esperándome. Luce muy guapo con esa camisa negra un poco desabotonada.
-Te ves hermosa- me dice mirándome con intensidad y yo me sonrojo.
-Eh… Muchas gracias- respondo-. Tú también te ves muy guapo
-No tanto como tú… Eres demasiado bella
-Vamos- le digo para terminar con este momento incómodo. No estoy acostumbrada a que me digan cumplidos.
Media hora más tarde nos encontramos en una discoteca. Al principio protesté un poco porque parecía caro pero Mike gruñó y dijo que él invitaría.
Estoy pasando una noche muy divertida con Mike. Él es tan genial y baila excelente. Sus chistes también son muy buenos. Qué suerte tengo de que me haya invitado a salir. Además no me obliga a tomar y es caballeroso. Un tipo más perfecto no puede haber. Debería darle unas cuantas lecciones a Edward Cullen.
En este momento estoy bailando una canción lenta con Mike. Ambos nos miramos a los ojos y quiero besarlo, ya no voy a esperar más. Mi corazón se acelera porque este será mi primer beso; no porque sea de Mike, pero algún día ya sentiré algo por él.
Cuando nuestros labios están a punto de rozarse alguien se mete entre nosotros. Enfadada volteo hacia esa persona y abro los ojos como platos al ver como Edward me mira con furia.
-¿Qué haces aquí?- le pregunto.
-Evitando que te acuestes con este tipo- masculla.
-¡Yo no voy a acostarme con nadie! Y si lo hiciera, estoy en todo mi derecho...
-¿Se conocen?- pregunta Mike.
-Desgraciadamente, si- respondo-. Era el…
-Soy su ex novio- me corta Edward-. Pero la quiero de regreso, así que si no te importa… ¿Podrías irte?
-No me voy de aquí… No te creo absolutamente nada- dice Mike con el ceño fruncido.
-Lárgate de aquí- le advierte Edward a Mike. Este último lo mira con miedo y me voltea a ver.
-Isabella, te dejo a solas un momento con él, parecen tener muchas cosas de que hablar al parecer
Y se va, dejándome bastante enojada. Maldito cobarde… No sé cómo comenzaba a sentir cosas por él.
-Ya me arruinaste la noche- le reprocho a Edward-. ¿Estás contento?
-Bastante- el muy estúpido sonríe con satisfacción.
-¿Por qué no me dejas vivir tranquila?- lo cuestiono muy seria-. Hoy has dicho que soy un ser despreciable
-Y hoy iba a ir a tu casa a pedirte perdón, pero vi que ibas a salir con ese… Los seguí y por estoy aquí
-Edward… ¿Qué quieres de mí?... ¿Por qué no dejas de buscar a Kristen en mi persona? Ya te he demostrado que no soy igual que ella
-No te busco por eso- contesta tomándome por la cintura y acercándome a su cuerpo de forma brusca. El pulso lo tengo muy acelerado-. Me gustas tú, Isabella
-Pero tú no a mi- no sé por qué, pero siento que estoy mintiendo. Estoy sintiendo demasiadas cosas en este momento que no puedo explicar.
-Tal vez no, pero llegaré a gustarte
Intento apartarme de él pero me tiene bien sujetada. Para mi mala suerte, estar atrapada entre sus brazos me gusta.
-No te escapas de mí
-Déjame en paz, por favor, no quiero saber de ti
-Pero yo sí, ¿Por qué te molesto tanto?
-En primera, porque me quieres de cierta manera usar como sustituta, en segunda, porque yo no quiero estar cerca de personas de tu misma clase, en tercera, ¡Eres insoportable!
-Y tú sexy cuando te enojas- en su rostro se dibuja una sonrisa de diversión.
-No quiero que me digas esas cosas, tenle un poco de respeto a mi hermana
Su sonrisa desaparece y me suelta.
-Tienes razón- dice enojado-. La amé demasiado, pero por alguna razón me siento atraído hacia ti, no porque tengas el mismo rostro sino porque…
-Es porque tengo el mismo rostro- digo con amargura-. No has podido olvidar a Kristen y la estás buscando en mí, es por eso mi enfado… Sigues insistiendo a pesar de saber que no vas a encontrar nada de ella en mi persona
-Joder, yo no la estoy buscando a ella, te busco a ti, Isabella… Es por eso que eres insoportable, te cuesta aceptar que alguien se interese por ti
Me molesto por eso… ¿Quién se cree para hablar de lo que siento?
-Tú no tienes derecho a hablar sobre lo que pienso, no sé cómo rayos sabes tanto… ¿Te lo han dicho mis padres?
-Sí, y tu padre me ha dicho como te sentías y las razones que ellos tuvieron para tratar mejor a Kristen
-No hay ninguna razón, a un hijo no se le hace eso
-Ellos si le tuvieron preferencia a Kristen, pero también te quieren
-No me quieren, ahora me demuestran algo de cariño porque perdieron a su hija y yo desgraciadamente tengo la misma cara, quiero que todos ustedes me dejen en paz de una maldita vez, que me dejen vivir mi vida como hasta ahora
A medida de que hablo se me quiebra la voz y no tardo en derramar lágrimas. Me percato de que Edward y yo hemos caminado y ahora nos encontramos fuera del lugar.
-No llores, Isabella- me pide Edward.
-¡¿Cómo me pides eso?!- exploto. Necesito hacerlo-. ¡Me quieren usar como un reemplazo de Kristen! ¡Yo estaba muy bien hasta que me enteré de la muerte de mi hermana y aparecieron todos ustedes! ¡Los quiero lejos de mi vida! ¿Puedes entender eso?
Edward me mira muy serio.
-No sé por qué razón crees eso… Tus padres te quieren de regreso en su vida porque la única hija que les queda eres tú, quieren reparar todo el daño…
-Pues lo repararán si me dejan vivir como hasta ahora, estaba muy bien así, no necesito atención… Ahora déjame marchar ¿Quieres?
-Tengo que llevarte a tu casa, no te puedes ir así
-No te preocupes por mí, yo estoy bien así como estoy
-¿Por qué no puedes dejar de repetir que estás bien así? Eres irritante
-Tú lo eres más… No dejas de acosarme, de seguirme
-Porque me interesas…
-Yo no quiero que te intereses por mí
-Claro que quieres que lo haga
-Te juro que no… Solo quiero estar lejos de ti, lejos de esa mierda de familia que tengo
-¿Cómo puedo convencerte de que si necesitas atención?
-¿Cómo puedo convencerte de que debes salir de mi vida? Entiende que no te quiero en ella, bueno… yo me voy- me limpio las lágrimas y doy media vuelta. Edward me agarra del brazo y siento una especie de electricidad en mi piel. Este hombre con solo tocarme hace que sienta cosas que nunca antes he sentido-. Suéltame por favor…
-No, no pienso hacerlo
-Por favor- le digo tranquila-. Por lo menos déjame por hoy
-Te llevo a casa, si no me dejas hacerlo, te molestaré más
Me rio.
-¿Más de lo que ya lo haces?
-Sí… Haré lo que realmente quiero- contesta volteándome bruscamente. Sus labios están a pocos centímetros de los míos. Puedo respirar su delicioso aliento, mezclado con un poco de alcohol. Mi corazón vuelve a latir desbocado por él, por la cercanía… Cómo deseo besarlo-. Quiero robar un beso de esos hermosos labios que tienes, quiero estar contigo todo el tiempo, cuidando que nada te pase… Me tienes vuelto loco, Isabella… No sé qué has hecho conmigo, no te puedo sacar de mi mente y ni siquiera te he besado… Me atraes por lo que eres, porque eres tan fuerte, tan divertida e inteligente, irritante también, pero eso me encanta… También eres difícil
Me quedo muda ante sus palabras… Mi mente se niega a aceptarlas. No puedo atraer de semejante forma a nadie o más bien, no puedo permitirme creer que le atraigo.
-Seguramente eso le dices a todas- respondo riéndome. Sin duda soy genial-. No me creo ese discurso que me acabas de dar…
-Eso me gusta de ti… Qué no eres crédula- sonríe-. Pero mis palabras son verdad, me has vuelto loco desde la primera vez que te vi…
-Y tú me has vuelto loca a mí, pero no en ese sentido- gruño y me aparto bruscamente de él-. Llévame a mi casa
Mierda… ¿Por qué he dicho eso? Bien, no puedo echarme para atrás. Tengo que demostrarle que ya no tengo miedo. Tal vez demostrándole que no me molesta su presencia se canse y pierda el interés… ¿Cómo no lo vi antes? Así son los hombres de su clase.
-Hasta que por fin accedes
-Sí, pero eso es solo porque no quiero irme en autobús
-Y además es peligroso- dice con un tono de voz sombrío mientras caminamos a su auto. Me da la impresión de que fue un sobreprotector con mi hermana.
Nos subimos al coche y él se carcajea.
-¿Qué pasa?- le pregunto confundida. Nadie ha contado un chiste.
-Te has olvidado de tu amigo
-No me importa, él es un cobarde
-Es cierto… Si fuese él, no te habría dejado
-No hablemos más ¿Quieres? Limítate a llevarme a mi casa
-Perfecto
No hablamos el resto del camino. Lo único que escucho es la canción de”Claro de Luna” en el estéreo. Vaya, a él le gusta la música clásica como a mi. No comento nada, no quiero que él sepa que tenemos un gusto en común.
El camino me parece eterno. Miro por la ventana la alta velocidad a la que conduce. No me espanto, a mí me gusta la velocidad. Por eso tenía una moto, la cual tuve que vender cuando me fui de casa para poder alquilar un cuarto.
-Creí que te asustarías por mi forma de conducir pero no lo hiciste- comenta cuando estaciona frente al edificio de departamentos en donde vivo-. Eres genial
-No me asusta nada, salvo tú y mis padres, son unos locos- contesto-. Buenas noches, ojala jamás te vuelva a ver
-Me vas a volver a ver, ve resignándote, de mí no te libras tan fácil
Sonrío.
-Conozco a alguien que tiene una pistola, puedo pedírsela y darte en cuanto te vea
-Dudo que te atrevas a matarme, no creo que quieras ir a la cárcel
-Prefiero eso a estar condenada a verte- bromeo. Rayos, está empezando a divertirme este odio que siento hacia él… Me agrada molestarlo con mis comentarios.
-Sí me matas, me convertiré en un espíritu que irá a tu celda todas las noches- dice sonriendo más.
-Pues como estaré dormida no te haré caso- respondo y cierro la puerta. Corro hacia mi casa y me meto. Quiero olvidarme de él… ¿Por qué siento que me divertí más molestando a Edward que con la noche que pasé con Mike en la discoteca?
Debo dejar de pensar en él… Lo quiero lejos de mi vida, pero también es muy divertido molestarlo.
Mascullo maldiciones mientras me doy una ducha porque de verdad la necesito. Cuando termino me siento mejor y voy a mi pequeña cama a dormirme. Por suerte lo consigo rápidamente pero empiezo a soñar que Edward me besa apasionadamente. Me despierto sobresaltada… ¿Qué rayos sucede conmigo? De verdad que odio a Edward porque ha hecho que mi mente sea un desastre a pesar de habernos encontrado en muy pocas ocasiones.
Tengo que sacarlo de mi vida a como dé lugar antes de que esto se salga de control. Antes de que no quiera apartarlo de mi. Porque... Me gusta más de lo que quiero aceptar.
___________________________________________________________
Espero que les guste la historia :D
|