La puerta se abrió de inmediato. Un chico alto y de cabello negro esperaba allí con una sonrisa encantadora, sentí como mis labios se curvaban en una pequeña sonrisa. 

- Tu debes ser la hermana de Dorian - asentí. 

- A no ser que me haya cambiado, sip, esa soy yo - El se corrió a un lado dejándome entrar, casi me caigo sobre mi trasero al ver el lugar, era gigante y todo estaba muy limpio, esto ultimo fue lo que mas me llamo la atención, conocía a mi hermano y no era precisamente un fanático del orden. 

- ¿Dorian esta por aquí? -  me apresure a decir. Es se había mudado hace más de tres años de la casa de mis padres, tenían una pésima relación. Pero solía verlo antes de clases, era un año mayor y este iba a ser su primer año en la universidad, en cuanto a mi, aun cursaba el instituto. 

- Esta en su cuarto, arriba segunda puerta a la izquierda - Dijo y estrecho su mano, ¿Dónde quedaron mis modales? me reprendí y tome su mano con una débil sonrisa. 

- Jazmín ¿tu eres? ... - me miro

- Thomas, un placer conocerte - 

- Igualmente, ¿te molesta si dejo las maletas aquí? - Negó con la cabeza, su cabello rozando su frente. 
Solté su mano que no me había dado cuenta que sostenía y me limite a subir las escaleras, seguramente mi rostro estaba mas rojo que un tomate. Golpee la puerta y un Dorian recién levantado, lleno de tatuajes y sin camisa me abrió, le salte encima envolviendo mis brazos en su cuello. 

- ¿Esa es tu forma de darme una bienvenida? - El rio correspondiendo el abrazo y cerrando la puerta tras el, yo aun colgaba de su cuello siendo cuidadosa de no hacerle peso. No me había dado cuenta de lo mucho que lo extrañe, hacia semanas que no lo veía, no me estaba permitido, para mis padres el era escoria y yo estaba en la casa de una amiga. 

- Digamos que no me diste tiempo, pensé que llegabas mañana - asentí. 

- No podía esperar por venir, además, tus padres estaban insoportables - El frunció el ceño pero no dijo nada, muy a mi pesar me separe de el no sin antes besar su mejilla. 

- ¿Cómo estas? me refiero a  tu ultimo año y todo eso - sentándome en la silla del escritorio, me estire para agarrar la remera tirada a un costado cerca de la cama, mi blusa levantándose un poco, me apresure en bajarla y le arroje la remera a mi hermano, paso la prenda sobre su cabeza y se acerco a mi alzando un poco la blusa dejando al descubierto el tatuaje que tenia en la parte baja del vientre, era pequeño pero Dorian lo noto. 

- ¿Y eso, quien te lo hizo? - pregunto bajando la blusa. Mordí mi labio inferior. 

- Hum.. conocí a un chico, era tatuador y no tuvo ningún problema en hacérmelo - sonreí dudosa - además, hace tiempo lo quería y tu lo sabes - Se quedo viéndome como si una segunda cabeza me hubiera salido. 

- ¿Te lo hizo así como así? - alzo una ceja divertida, le enseñe mi dedo medio. Maldito idiota. 

- Le pague, nada es gratis - 

- ¿Dónde lo conociste? - No respondí. Suspire dándome media vuelta yendo a la puerta. 

- Deje las maletas en el piso de abajo hay que subirlas, el viaje fue agotador, necesito un buen baño y dormir - Dije mirándolo sobre mi hombro, el asintió dejando pasar el tema. 

- Te eh echado de menos, ¿Fue difícil aguantarlos? - negué. 

- No mucho, fingir ser perfecta siempre funciona.