Edward Pov:
Era un día como cualquier otro, los poco habitantes de Forks, un pequeño pueblo del Edo. Washington, se movilizaban por las calles para llegar a sus respectivos trabajos. En cambio yo aún me encontraba recostado en mi cama buscando en la TV algo entretenido para pasar el tiempo y conciliar el sueño de la noche, mi turno en el hospital los fines de semana era en las noches a las 10:00 pm, y apenas eran las 9:30 de la mañana. Necesitaba distraerme y rápido, los recuerdos de aquella trágica noche iban a ocupar mi mente todo el día si no hacía algo rápido.
De un movimiento rápido me pare de la cama y me encaminé hacia la cocina.
Vivía en un Pent-House de 200 m desde hace 9 años. Había planeado vivir en este lugar con la mujer que amaba y aquella con la cual yo quería pasar el resto de mis días, en este lugar quería amarla, besarla, hacerla mía cada maldita hora que pasara conmigo, pero el destino la había apartado de mi lado, o mejor dicho su padre la había apartado de mi lado.
Han pasado 9 años desde aquel incidente, y aún no logro superarlo, si sigo vivo es porque no quiero lastimar a mis padres y a mi hermano Emmet, no se merecen sufrir por mi culpa.
Ya en la cocina me preaparé un sandwich y me dirigí al baño a tomar una ducha.
Al entrar al baño pude ver mi reflejo en el espejo que se encuentra posicionado en la parte de arriba del lavabo, me quedé shock, tenía la misma imagen de hace 9 años, la misma imagen que he tenido durante todo este tiempo, unas ojeras muy remarcadas que tenían unas tonalidades moradas y azules, mi cara se encontraba pálida, mis facciones estaban muy marcadas y exageradamente delgadas, casi no comía, y si lo hacía era en pequeñas cantidades. Había cargado con esa imagen mucho tiempo.
Al ver mi reflejo en el espejo no pude evitar contener los recuerdos que querían salir a flote, así que me senté en el piso del baño a esperar a que el dolor me atacara...
*Flashback*
Vivía en Boston, en Northern Lights, un vecindario como cualquier otro, teníamos una casa de dos pisos, yo dormía en el segundo piso en mi habitación, la cual se encontraba en frente de la de Emmet. Desde mi habitación se podía ver el enorme patio que se encontraba en la parte trasera de la casa.
Mi madre Esme Cullen era decoradora de interiores, por lo tanto la casa tenía ese toque hogareño con algunos modernos lo cual te hacía desear vivir ahí para siempre y nunca salir de ese lugar.
Iba a la Universidad de Hardvard, mi sueño era ser médico. Siempre tuve excelentes calificaciones, aunque casi siempre salía con mis amigos en motos, los bares y también a los prostíbulos locales. Era muy popular en el bando femenino, aunque no iba al gimnasio siempre me mantenía en forma. Era muy mujeriego, siempre iba acompañado de una chica, tenía sexo con cada una de las chamas de la universidad hasta que llegó ella...
*Fin del Flashback*
Sin darme cuenta mi reloj marcaba las 2:35 pm, y sin más preámbulos comencé a vestirme y me puse mis pantalones. De mezcilla negros y una camisa manga larga blanca abotonada y me puse mis mocasines negros, me eché un poco de colonia y traté de peinarme mi cabello cobrizo con los dedos, aunque es un tanto rebelde y no es fácil domarlo.
Salí de mi Pent-House y me monté en mi Volvo plateado, que era mi mayor orgullo lo había pagado con mis ahorros los primeros años de trabajo como médico.
Mientras iba manejando por las conocidas calles de Boston, no pude alejar otro recuerdo doloroso de hace 9 años que no me dejaba en paz, y fue el momento que la conocí...
*Flashback*
Iba rumbo a la Univerdad junto con mi hermano Emmet que estubiaba medicina igual que yo, pero la diferencia era que él se graduaba este año y yo el próximo año.
Al llegar en el Jeep de Emmet nos dirigimos al estacionamiento para aparcar la Máquina Rodante de mi hermano, así le decía yo, la Máquina Rodante, ya que era enorme en todos los sentidos.
Al salir de la Máquina noté que había un coche que no había visto antes, era un Mazda de un rojo flamante, mi hermano al darse cuenta de lo confundido que estaba dijo...
-Hay una chica nueva en el intituto- me dijo con una sonrisa pícara en la cara y daba a entender que la nueva alumna era muy bonita, pero yo aún no me había percatado de su existencia, no la había visto... -Y si te das una vuelta la puedes ver, viene hacia acá- añadió Emmet para luego acercarse hasta donde yo estaba.
Me dí la vuelta lentamente no quería que se percatara de mi ansiedad, y cuando la ví no daba crédito a lo que veía, era jodidamente hermosa y sexy. Ella se percató de mi mirada intensa sobre ella y me sonrió, una sonrisa la cual le devolví muy gustoso. Creo que fue amor a primera vista...
*Fin del Flashback*
Cuando llegué a mi destino estacioné mi Volvo y me dirigí a la entrada del lugar, era un prostíbulo. Dirán que es muy cínico de mi parte cuando aún no superaba la muerte de mi amada, pero era la única manera de distraerme de los recuerdos que aún guardaba en mi corazón, pero ese día fue la excepción, no logré distraerme, fue peor que antes...
Me había tocado una rubia alta de ojos azules y tenía un cuerpo envidiable, unos senos que se notaba a lo lejos que eran unas cuantas tallas más grandes de lo normalmente aceptado, y un trasero que pedía gritos ser tocados y apretados.
Al ver el parecido físico que tenía con mi amada me hizo volver a sumergirme en el profundo recuerdo de su hermosa figura y de su encantadora personalidad...
*Flashback*
Al verla sentí algo en mi corazón que jamás había sentido por ninguna chica. Tenía una cabellera rubia y unos ojos azules preciosos que se acercaban al color de cielo, su figura era hermosa igual que su cara, se podían distinguir todas y cada una de sus curvas, en conclusión era preciosa.
Se acercó hasta el Mazda rojo que se encontraba al lado de la Máquina de Emmet y abrió la puerta del copiloto, en ese momento me di cuenta de que ella era la dueña de ese Mazda, por eso no lo había visto antes, era de ella.
Buscó algo dentro del carro y al salir se le cayó la cartera y todo lo que había en su contenido. Me acerqué rápido a donde se encontraba, la distancia no era mayor a 5 metros, y la ayudé a recoger sus cosas.
Al sentir el tacto de su piel me sentí en el cielo, su piel era cálida y suave, me perdí en su calidez hasta que ya no quedaba nada de ella en el piso.
Al levantarnos del suelo me dió las gracias y se dió media vuelta pero antes se presentó ante mí...
-Soy Tanya Denali- dijo con una voz celestial- Tu debes ser Edward Cullen ¿cierto?- me preguntó con una mirada intensa fijamente puesta sobre mi.
-Si, ese soy yo- le respondí aún anonadado por su belleza. - Mucho gusto- alcancé a decirle.
-El gusto es todo mío- respondió regalándome una seductora sonrisa, mi "amiguito" estaba empezando a despertar.
Me despedí de ella para entrar a clases, acordé con ella para mostrarle las instalaciones de la Univerdidad, me dijo que iba a estudiar psicología. La dejé en su salón y me encaminé hacia el mío, y mientras lo hacía tenía esa sonrisa boba que no se te quita con nada...
*Fin del Flashback*
Ese tarde no me acosté con ninguna de las mujeres que de encontraban en ese lugar, por poco y salgo corriendo de ahí cuando ví a la que me iba a tocar, tenía cierto parecido con Tanya, por lo que decidí dirigirme al hospital para alejarme de ese lugar, mi turno empezaba en media hora, así que debía estar ahí a tiempo.
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