Capitulo3: recuerdos

Edward y yo aviamos vuelto a la isla esmen como en nuestra luna de miel y el quiso que nos olvidáramos de todo y que disfrutáramos de este regalo de la familia. Eso aviamos decidimos fingir que éramos otra vez recién casados y os digo la verdad la idea me gusto.

Llegamos a la isla estaba muy nerviosa más que la ultima vez y lo decía enserio. Edward aparco la lancha en el pequeño embarcadero le pase las maletas y sin decirme nada el va i me cogió en brazos en ese momento quería gritarle pero no pude porque enseguida estampo mis la labios con los suyos como si tuviera necesidad de ellos.

-no digas nada. Dijimos que sería igual que en nuestra primera luna de miel- dijo mi marido con esas sonrisa que me hacia desfallecer.

A mí me cogió con una mano y con la otra las maleras igual que la primera vez. Pasamos por el sendero que ay después desde el embarcadero hasta la casa. Edward dejo las maletas en la entrada y me llevo hasta el cuarto principal por el camino fue encendiendo todas las luces .al llegar al cuarto principal me deja en el suela con subida pero sin dejar de abrazarnos.

-voy a por las maletas-dice mi ángel antes de salir por la puerta.

-no tardes-le digo yo con un grito.

A los cinco minutos aparece con 2 de las 4 maletas.

-son las tuyas pensé que querías ponerte cómoda-dijo con esas sonrisa suya que tanto me gustaba.

-Gracias-le dije con una pequeña sonrisa mientras el salía por la puesta.

A la velocidad del rayo cogí la maleta que me dijo alis de donde avía guardado toda mi lencería combarías sorpresitas para mi marido y ese era mi objetivo. No me iba a poner el de encaje negro ese me lo pondría dentro de una semana para darle ora sorpresa la objetivo era un conjunto de una sola pieza azul un los bordes de encaje de color negro y tanga a juego cuando lo localice me lo puse cuando me vi al espejo sabía lo que pasaría con ese conjunto que no lo volvería a ver eso estaba total mente segura porque siempre que me ponía un conjunto de estos nada mas caer en manos de Edward desaparecía literal mente. Espera hasta que escuche que se ataba quitando la ropa y hasta que percibí ese olor particular de su piel a supe que ese era el momento de salir.

-bella me preguntaba…-Edward se avía quedado sin palabras y los ojos como platos.

-decías algo cariño, es que estoy muy cansada y solo tengo ganas de dormir y tu-le dije con el tono más sensual que pude.

No sé qué paso pero en un abrir y cerrar de ojos estaba en la cama y el encima de mi no paraba de besarme sin parar parecía lago frenético claro llevábamos dos semanas sin tocarnos sin sentirnos y eso pasaba factura.

-ed…ed…Edward- decía yo casi sin aliento.

-bella amor déjate llevar y disfruta-decía mi marido sin parar de tocarme y besarme.

De repente escuche que se rasgaba algo y ese algo era mi camisón nuevo ya era el número cien que me rompía y no estajero. Edward fue bajando por mi cuerpo poco a poco besando cada parte de mi cuerpo como si fuera la última vez. Poco a poco fue llegando a mi intimida y yo cada vez tenía más calor en el cuerpo, cuando llego a mi intimida creía que iba a explotar no paraba de hacerme ese masaje con su lengua parecía al como si estuviera tomando el helado más apetitoso del mundo, quería aguantar pero no pude y explote con el orgasmo más placentero de mi vida.

-sigues tan deliciosa como siempre-dijo lamiéndose los labios con ansia.

-carroño por favor no puedo más hazme tuya ya por favor- dije yo con un la voz entrecortada.

-tus deseos son ordenes-dijo con la voz más sensual que pudo.

Edward se empezó poco a poco a subir dándome besos por todo el cuerpo de repente sentí en mi estomago su erección, cogió su miembro y lo posiciono en la entrada de mi intimida de repente y de una sola estocada entro en mi como si no hubiera mañana, en el momento que entro en mi los dos jadeamos sin control como nuestra gargantas explotas de placer, Edward fue acelerando el pasa hasta que los dos llegamos al mayor de los orgasmos de nuestras vidas, salió de mi lentamente y nos abrazamos lo más cerca que pudimos.

-se ve que me has echado de menos-decía mientras me daba un beso en la frete.

-si igual que tu a mi-dije acercándome más a él.

-dos semanas en mucho tiempo verdad-decía con una pequeña sonrisa.

-si demasiado prométeme que no va a volver a ocurrir-decía con tino enfadado.

-No se…-decía- en tono burlo.

-promételo- decía como si me uvera enfadado mas.

-bale te lo prometo no volverá a sucede-lo decía con esa sonrisa que me volvía loca.

Y en un abrir y cerrar de ojos volvía a poner mis labios encima de los suyo y de repente sentí e mini Edward estaba despertando.

-luto para el segundo asalto cariño-dije poniéndome encima del.

-eso ni se pregunta-y volvió a estampar sus labios con los míos como si nos fuéramos a morir mañana mismo.

Nos estuvimos amando toda noche y parte del día anterior y yo sabía que la diversión solo empezaba.

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