Arriesgándome

Autor: AxiisDaniiela
Género: General
Fecha Creación: 29/03/2010
Fecha Actualización: 01/04/2010
Finalizado: SI
Votos: 11
Comentarios: 47
Visitas: 77851
Capítulos: 36

Amar es arriesgarse a que no te quieran. Esperar es arriesgarse a sentir dolor. Intentar es arriesgarse a fracasar. Pero hay que arriesgarse. Porque lo más peligroso en esta vida es no arriesgar nada…

Espero que disfruten de mi segundo Fic!....

Espero sus comentarios y sus votos :)

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 19: Capítulo 19

-Bella, Bella…- escuchaba que decía una hermosa voz aterciopelada, pero no lograba identificar desde donde me llamaban.

-¡ALICE!- gritó aquella voz- YA SE ESTÁ DESPERTANDO, VEN ACÁ- gritó de nuevo y ahí abrí mis ojos.

Delante de mis ojos estaba un Edward muy preocupado que me sostenía sobre su pecho.

-¿Que me pasó?- susurré y Edward giró su rostro hasta que nuestras miradas se conectaron.

-Bella- dijo mientras acariciaba una de mis mejillas una de sus manos- ¿Cómo te sientes?- preguntó mientras seguía con su mano en mi mejilla.

-Me duele la cabeza y un poco el lado derecho, ¿Qué me paso?- volví a preguntar.

-El torpe de Emmett te abrazó demasiado fuerte y no pudiste respirar correctamente, también me parece que tienes unas costillas golpeadas, tendré que revisarte…- comenzó en tono médico, pero luego su cara se puso totalmente roja- claro, si eso no te incomoda- se apresuró a decir mientras dejaba de verme.

-¡Bella, ya despertaste!- gritó Alice en mi puerta - ¡Edward que esperas que no revisas a Bella!- gritó Alice de nuevo mientras entraba y cerraba la puerta detrás de ella- Déjame ayudarte a levantarte para que puedas quitarte la camisa para que Edward te vea- dijo Alice y me quedé en shock, de nuevo. ¿Quitarme la camisa para que Edward me viera?... El era estudiante de medicina, pero era Edward, el chico que me había dado mi primer beso, el chico del que estaba enamorada…

-Alice, no creo que Bella esté cómoda con eso- dijo Edward, sacándome de mis pensamientos.

-Me importa poco- dijo Alice levantándome con cuidado- tenemos que revisar que no tenga nada dañado… voy a matar a Emmett cuando salga de aquí- gruñó Alice, de verdad daba miedo cuando estaba molesta.

Mientras me levantaba, no pude evitar la mueca de dolor que cruzó mi cara y rápidamente Edward me ayudó a terminar de levantarme mientras Alice me ayudaba con la camisa.

Sentí como quedaba únicamente con mis pantalones y mi sostén frente a los ojos de Edward. “Buen día para tener un bra amarillo con caritas felices, Bella” pensé mientras sentía como me ponía más roja que un tomate.

-Qué bonito bra, Bella- susurró Alice y levanté mi rostro. Ella tenía una enorme sonrisa en su cara y no dejaba de vernos a mi y a Edward, quién por cierto todavía estaba mirando al piso.

-Ehhh… Gracias, creo- dije insegura.

-Bueno Edward, si te quedas ahí parado nunca vas a revisar a Bella. Además, mientras antes me digas que le pasó a mi amiga, antes decidiré si nos quedamos solos tu y yo o no mato a Emmett- dijo Alice y Edward levantó su rostro.

Creo que es algo de doctores examinar por encima a sus pacientes antes de acercarse y hacer un diagnóstico completo, pero la manera como los ojos de Edward se abrieron no fue normal, sus ojos parecían platos y su boca se abrió de par en par.

Alice brincó para decirle algo a Edward al oído mientras este se ponía completamente rojo y reaccionaba.

-Ehhh Bella, voy a tocar tu costado y me vas a decir donde duele… ¿Puedes colocar tus brazos detrás de tu cabeza?- preguntó mientras se acercaba a mí.

Hice lo que Edward me dijo. Lentamente coloqué mis brazos detrás de mi cabeza mientras él no se decidía por donde comenzar.

Como no era muy alta, Edward se agachó frente a mi y su cabeza quedó casi a la altura de mi pecho. Con cuidado colocó sus manos a mis costados y con los pulgares comenzó a hacer presión en ciertas zonas de mi piel. No podía creer que Edward me estuviera tocando y mucho menos creía posibles las millones de descargas que enviaba por mi piel cada vez que me tocaba. En el momento que comenzó a mover sus manos hacia arriba, dejé de respirar.

-Necesito que respires Bella- dijo sonriendo, aunque no me veía a los ojos. Pude notar como sus mejillas seguían sonrojadas y comencé a respirar de nuevo, no sin antes hacer una mueca de dolor cuando Edward movió su mano derecha un poco más arriba.

-¿Aquí te duele?- preguntó Edward sin hacer presión donde tenía su mano.

-Si- dije únicamente conteniendo las lágrimas.

-Listo, voy a matar a Emmett- dijo Alice abriendo la puerta de golpe y saliendo de mi habitación.

-Bella, creo que solo estás magullada por la fuerza de Emmett, pero deberías descansar y no moverte mucho- dijo Edward sin quitar las manos de mi piel, lo cual agradecí enormemente.

-BELLA, LO SIENTO- gritó Emmett entrando a mi habitación seguido de Rose, Jasper y por último entró Alice.

-ESTÁS CASI DESNUDA- gritó Rose riéndose.

Las caras de Jasper y Emmett se volvieron completamente rojas y Edward se levantó rápidamente tapándome con su cuerpo.

-Por favor, agradecería que todos salieran del cuarto hasta que termine de revisar a Bella- dijo Edward en tono monocorde.

Los primeros en salir fueron Emmett y Jasper. Rosalie se quedó ahí, viéndome, ya que me había movido un poco para verla. En sus ojos veía que esto me iba a costar una ronda de preguntas completas.

-Ya veo porqué tardas tanto Edward, solo recuerda que está golpeada- dijo mientras guiñaba un ojo y salía con Alice, ambas dobladas de la risa.

Cerraron  la puerta y Edward se volteó.

-¿Estás bien?- me preguntó con voz calmada, pero con ojos pícaros.

-Ya es extraño que me veas medio desnuda, no te imaginas cómo es que Emmett y Jasper lo hagan- dije viendo al suelo.

-Tranquila, ya se fueron- dijo y levanté mi rostro.

Estaba demasiado nerviosa en ese momento, entonces dije lo primero que se me vino a la cabeza.

-¿Me puedes besar?- pregunté y me arrepentí de inmediato… ¿Qué pensaría Edward de eso? ¿Diría que solo era una chica loca y de paso golpeada? No lo sé, pero si sé que mis labios añoraban los suyos.

Edward simplemente sonrió mientras delicadamente me besaba, como si me fuera a romper en cualquier momento. Como no me podía mover mocho me limité a poner mis manos sobre su pecho, mientras él colocaba las suyas en mis caderas y se pegaba más a mi. El beso subió de tono, pero mi dolor de costado también, así que Edward lentamente terminó el beso, pero sin alejarme de su cuerpo.

-Preciosa- dijo como si estuviera hablando con él mismo y me acordé de lo que posiblemente leí de sus labios la noche anterior.

-Edward, anoche cuando me despedí, ¿Qué fue lo que dijiste?- pregunté mientras me separaba lentamente.

-¿Me viste?- preguntó sonriendo.

-Si- dije- aunque no entendí- dije encogiéndome de hombros.

-¿Quieres saber que dije?- preguntó levantando una ceja.

-Solo si tu quieres decirme- dije siguiéndole el juego.

-Dije que eres maravillosa Isabella Swan, nunca haces o reaccionas como me lo esperaría, siempre me sorprendes y eso no sucedía hasta que llegaste- dijo sonriendome ampliamente, de la manera que amaba.- Ya creo que se algunas de las cosas que te gustan- dijo ahora sonriendo agrandado.

-¿Ah, sí?- reté.

-Si- dijo- Por ejemplo, creo que esto te gusta- dijo mientras pasaba sus dedos por mi clavícula hasta llegar casi a la línea entre mis pechos, haciéndome estremecer.

-No me presiones- dije nerviosa, sabía que si no nos controlábamos, me haría más daño en mis costillas lesionadas y no estaba lista para dar ese paso, si saben a lo que me refiero.

-Lo siento, lo siento- dijo Edward poniéndose nervioso y completamente rojo.

-No hay problema- dije sonriéndole para que se tranquilizara- No estoy lista para dar ese paso todavía, Edward- dije viendo al piso, pero sin dejar de sonreír.

Edward me abrazó y hundió su cara en mi cabello.

-Te prometo que seré paciente- dijo y sentí como se reía.

-¿De qué te ríes?- pregunté intentando sonar molesta, pero no salió como esperaba.

-Es que…- titubeó. Respiró profundo y siguió- Es que parece que ya no te incomoda estar casi desnuda frente a mi- dijo y me vi de arriba abajo.

-No me acordaba- dije. Total, creo que ya había visto todo lo que quedaba expuesto.

-Espérame un momento- dijo y fue a buscar algo en un maletín que había sobre mi cama, regresó con un pequeño potecito en su mano- Voy a ponerte esta crema para el dolor, te poner tu pijama y te acuestas a dormir ¿ok?- dijo mirándome a los ojos.

-Ok- dije y el comenzó a echarme la crema. Olía como a ese tipo de cremas que usan los atletas para dolores musculares… o simplemente olía a viejitos.

-Listo… ¿Necesitas que le diga a Alice que venga a ayudarte?- preguntó con cautela.

-Ehhh… no sé, me da pena que vuelvan a entrar los chicos… ¿Te importaría ayudarme?- pregunté de repente, no pensaba lo que decía. ¡Estúpidas hormonas de adolescente!- claro, si no te incomoda- agregué rápidamente.

-Para nada, dime donde tienes la pijama- dijo muy rojo, pero sonriendome.

-Debajo de mi almohada, es la de Bob Esponja- dije riéndome.

Edward me acercó mi pijama y me ayudó con la camisa, era una camisa de tiritas larga con la cara de Bob en el medio.

-Ahora falta el short- dije sonrojándome un poco- Creo que puedo quitarme los pantalones yo sola, pero tendrás que ayudarme con el short- dije intentando sonreír.

-¿Cómo le puedes decir short a esto?- dijo Edward con mi short frente a sus ojos.- ¡Es extremadamente mínimo!- dijo soriendome. A todas estás yo ya me había quitado mi pantalón y estaba únicamente con mis pantys y mi camiseta de Bob.

-No se si te has dado cuenta, pero soy pequeña- comencé y Edward me miró a los ojos- ¿Me ayudas con la última parte, por favor?- pregunté.

-Ehhh… ¿Qué?- dijo mirando mis piernas desnudas.

-Mi short Edward, ¿O quieres que duerma en pantys?- dije riendo, pero en realidad estaba muy nerviosa.

- Mejor no, me pienso quedar aquí contigo esta noche- dijo mientras se agachaba para ayudarme con el short.

Deliberadamente lento los subió por mis piernas mientras iba tocándolas con sus manos. Antes que llegara a mis nalgas, lo paré.

-Desde aquí puedo sola Edward, gracias- dije mientras me terminaba de subir los shorts.

-¿Sabes que no hay mucha diferencia con short o sin short verdad?- dijo viendo mis piernas.

-¿Todos los hombres son iguales?- pregunté divertida.

-No puedes esperar que no diga nada cuando tienes una mini pijama de Bob Esponja- dijo riendo

Reímos unos segundos y nos quedamos viéndonos a los ojos.

-¿De verdad te quedarías hoy conmigo?- pregunté esperanzada.

-Me iba a quedar de todas formas, no estoy muy seguro que tienes, pero estaría más relajado si estoy contigo- dijo sonriendome.

-¿Qué hora es?- pregunté

-son las 8:30 pm- dijo viendo su reloj.

-EDWARD TE VAS A LAS 11 AM- grité

-tranquila Bella, eso está listo, tenemos que estar en el aeropuerto a esa hora, el vuelo sale a la 1. Ven, vamos a dormir- dijo mientras me ayudaba a acostarme.

-¿No te vas a cambiar?- pregunté

-Ya vengo, a eso iba- dijo mientras se levantaba y besaba mi frente.

Salió del cuarto y regresó unos segundos después con unos pantalones de pijama y con una camisa blanca que se pegaba a su perfecto cuerpo.

-Listo, ahora si, a dormir- dijo mientras se acostaba a mi lado.

-Buenas noches Edward- dije mientras me acomodaba sobre mi costado bueno en el pecho de Edward.

-Buenas noches, mi pequeña y mallugada Bella- dijo y no pude evitar reír.

Lentamente el sueño se fue apoderando de mí y me quedé absolutamente rendida cuando Edward comenzó a tararear una canción.

Capítulo 18: Capítulo 18 Capítulo 20: Capítulo 20

 
15098488 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 11085 usuarios