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Autor: caro508
Género: + 18
Fecha Creación: 18/07/2011
Fecha Actualización: 21/07/2011
Finalizado: SI
Votos: 8
Comentarios: 8
Visitas: 48666
Capítulos: 26

En cuanto Edward conoce a la nueva secretaria de su jefe, Bella, se prende la mecha. Aunque cree que aparentemente esta fuera de su alcance, Edward descubre que tienen un montón de cosas en común con Bella.


Hola aquí otra historia que no es mía, le pertenece Mrs. P and C,  yo solo la subo con su autorización, espero les guste…

Los personajes mencionados en mi historia, son de la autoria de Stephanie Meyer, yo solo los tomo prestados y los manejo para crear mis historias.

 

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Capítulo 19: Tiempo

-Ya párale a ese cambiadero de canales, si no vas a ver nada dame el control.- me gritoneo Emmett, lleve una de mis manos a mi cabeza cuando los alaridos de mi amigo hicieron que me diera una punzada.

-Idiota deja de gritar! El dolor de cabeza me está matando.- masculle masajeándome las sienes.

Y es que la borrachera de anoche había sido épica, tengo variadas lagunas mentales sobre lo que sucedió en algunos momentos de la noche y madrugada, pero el momento en que estuve más lucido fue cuando sentí el impacto del agua fría viniendo desde las alturas. Eso definitivamente nos ahuyento el cargado estado etílico que nos cargábamos. El que termináramos mojados había sido cortesía de mi hermana. Quine no había estado demasiado contenta de que cuando al fin había conciliado el sueño, después de permanecer despierta por la preocupación de que su prometido no llegara a casa, nosotros la despertáramos con nuestro pobre intento de serenata o como ella lo llamo, nuestros alaridos. Hubiera sido muy lindo que Alice hubiera reaccionado como la señora del edifico de Bella.

Los tres regresamos insultados, mojados, con frio y con la resaca que nos empezaba a cobrar factura. Por el fallido intento de reconciliación tuve que darle asilo a Jasper en mi departamento y Emmett estaba demasiado cansado para conducir al suyo, así que los 2 se quedaron aquí.

-Los tres ya dejen de pelear, a mí también me esa matando la cabeza y no tengo paciencia para soportar sus discusiones de niños.- nos regaño Jasper para después tomarse unas pastillas que supuse eran aspirinas.

-Ese bien papá.- se burlo Jasper, mi cuñado le enseño el dedo y yo me reí.

-Puedes regalarme una de esas?- le pedí señalando el frasco de pastillas, me las aventó y me las toma esperando que pronto se apaciguara este dolor.- y que paso con mi hermana? Ya te contesto?

-Hace un momento acabo de colgar con ella. Sé que tal vez me mates después de esto, pero tuve que contarle sobre tu depresión e intento de volverte alcohólico y le dije que estábamos siendo solidarios contigo, no le gusto mucho la idea pero su preocupación por ti pudo más que su enojo.

-Déjame adivinar, viene para acá para hacer su "Alintervención"- Emmett se burlo por el termino que había usado para la intromisión de mi hermana. Jasper solo asintió respondiéndome.

Bufe. Genial! No había nada mejor para acompañar la resaca que mi hermana y sus intervenciones- pensé con sarcasmo- solo había que esperar que el pequeño torbellino se hiciera presente.

-Tienes que aceptar que necesitas la opinión de una chica Edward.- opino Emmett- y quien mejor que tu hermana para hacerlo, tu hermana aunque es un poco entusiasta- reí irónico por la palabra empleada- puede dar una buena opinión, un consejo nunca viene mal.

-Ojala pueda hacer que regreses a trabajar, tu pretexto de enfermedad no va a durar para siempre, las personas se curan.- me dijo Jasper.

-Pensé que el Jasper psicólogo se había quedado en tu casa.- murmure.

-Cuando el alcohol está presente rehúye pero ya está de vuelta.- se burlo Emmett.

Los golpeteos de la puerta interrumpieron nuestra platica, suspire pesadamente, la tormenta se acercaba. Aunque trataba de ver el lado positivo de esto, tal vez Emmett tenía razón y algo bueno podía resultar, eso estaba pensando cuando escuche los pasitos gaciles de mi hermana que no tardo en hacer su entrada, yo permanecía con mi vista en el televisor.

-Oh, qué bien que llegaste enana.- exclamo Emmett fingiendo alivio y como si no supiera que desde hace un rato ya venía para acá. Voltee hacia donde estaba Alice y seguí el juego de mi amigo.

-Alice? que estás haciendo aquí?-cuestione fingiendo sorpresa, ella paseaba la vista por la estancia y los estragos del día anterior, yo suponía que era lo que estaba pensando.

-Como que, que tonto?-dijo rodando los ojos y desapareció en la cocina, regreso con una bolsa negra en una mano y un vaso en la otra, también cargaba una botella con su brazo - esto está hecho un muladar- critico- toma esto.- me indico mientras vertía el líquido transparente en el vaso sin llenarlo- mientras yo limpio.

-Que es?-inquirí. Yo pensaba que ya no había quedado ningún tipo de bebida alcohólica.

-El siempre amigo Vodka- respondió Alice mientras recogía unas latas, Jasper empezó a levantar algunas también, Alice le sonrío.- Gracias Jasper.-

-Por nada amor.- le dijo. Emmett se burlo y mascullo "mandilón" sin proferir sonido.

-Bueno mientras tú te vuelves alcohólico por desamor y ellos tus sirvientes, dame el control, tengo que ver un partido.- pidió mi grandulón amigo.

-Toma.- le avente el control remoto tratando de darle en la cabeza, pero falle. Después bebí el vodka que recorrió mi garganta dejando una sensación de resquemor pero a la vez placentera, me serví otro.

Alice y Jasper no tardaron mucho en poner un poco de orden cuando terminaron Jasper se sentó en el único sofá disponible y Alice apago el televisor sentándose frente a mí en la mesa de centro.

-Oye! yo estaba viendo eso.- se quejo Emmett.

-Cállate Emmett, estamos aquí para algo más importante que un partido.- Emmett le saco la lengua y Alice le devolvió el gesto, luego me volteo a ver con preocupación.- Ahora si Edward empieza desde el principio y dime que paso.

Yo me quede mirando hacia la nada pensando si debía dejar volver los recuerdos o no, pero esto estaba fuera de mi alcance, sin ser llamados volvieron a mi cabeza.

-Todo iba muy bien.- respondí simplemente.

-Entonces que paso?- le alentó Alice con voz comprensiva y dulce.

En mi cabeza todo comenzó a rememorarse mientras le iba contando a Alice como el día que todo había acabado había comenzado de lo más normal, había salido a almorzar como cualquier otro día y de pronto todo había tomado un giro trágico para mí. Los tres me escucharon atentos mientras yo le decía lo desesperado que me había sentido y lo absurdo que me había parecido que Bella se hubiera portado tan ligeramente. Mi relato concluyo hasta cuando la deje en el restaurante y ella gritándome que solo éramos amigos, no quise contar lo que había seguido, no quería mostrarme tan débil como había sido ante mis amigos y mi hermana. Alice, Jasper y Emmett se quedaron callados y después de unos segundos en silencio Alice hablo.

-Así nada mas?- inquirió

-Si, así nada mas.- respondí, eso haba sido el momento crucial de todo esto.

-Tal vez solo estaba de mal humor.- me consoló Alice, la mire sorprendido por su débil conjetura.

-Si, ya sabes esas cosas hormonales de chicas, siempre se ponen locas con esas cosas.- dijo Emmett, no podía creer que le estuviera siguiendo el hilo a Alice

-Si, tal vez fue el SPM.- concordó Alice. Emmett la miro extrañado.

-SPM?- inquirió.

-Por dios Emmett, que nunca entraste a tus clases de biología. Síndrome Pre-Menstrual.- le aclaro, el chico asintió comprendiendo. Porque diablos estábamos desperdiciando tiempo en esta absurda conversación?

-Saben, hay varios casos de chicas que mataron a personas cercanas por tener SPM.- contó Jasper.- puede que de ahí venga lo de apuñalar y golpear.-

Para ser sincero Jasper con su punto científico tenía una explicación a un parte de la conversación y tengo que aceptar que me alarma un poco, las chicas podían asesinar por tener SPM, escuche como Emmett tragaba pesado temeroso.

-Jasper, cariño, no estás ayudando.- le reprendió su prometida, Jasper bajo la mirada apenado.

-Lo siento.- mascullo.

-Bueno, Edward tú has roto con muchas chicas antes.- observo Emmett, rodé los ojos.

-Si.- acordó el aludido.

-También han roto contigo.- agrego Alice.

-Esto es diferente.- dije.

-Porque? – cuestionaron todos al mismo tiempo.

-Porque es Bella.- dije rodando nuevamente los ojos, como si fuera obvio.

-Ya conocerás a alguien más Edward- dijo Emmett- eres un gran chico lo vas a superar, ya sabes lo que dicen "el mar está lleno de peces" y esas cosas.- se escuchaba tal y como un psicólogo barato.

-Eso es una mentira, yo no quiero superarlo, quiero que vuelva.- dije medio enfadado y frustrado, que acaso no lo entendían?

-A si? Y como harás eso genio? Por dios la chica dijo que te quería apuñalar, como harás eso sin salir apuñalado.- inquirió Emmett, me hizo reír un poco su idiotez a decir verdad.

-Emmett!- lo regañaron Alice y Jasper al mismo tiempo, él solo se encogió de hombros.

-Yo podría hablar con ella, pero se fue a Phoenix a visitar a su madre.- oh! Ahora comprendía porque no estaba ayer en su departamento- Y esto es complicado, Bella es muy decidida o que acaso tienes un plan?- cuestionó. Ella tenía razón, Bella es muy terca, si lo no lo sabré yo.

-Bueno…- lo pensé haciendo tiempo para dar una respuesta inteligente, abrí la boca esperando que algo viniera a mi mente pero me rendí.- no.- admití.

Esto era algo difícil, Bella es terca y obstinada, pero yo también tenía algo de ambas y podíamos ponernos a la par. Yo se que pertenece a mi lado, lo puedo sentir, Bella es la mujer de mi vida y sé que ella también sabe que pertenecemos juntos, solo que no lo quiere aceptar y es ahí donde está el problema.

-Bueno, pues en lo que se te ocurre algo genio lo primero es que arregles este lugar, dejes tu aspecto de vagabundo y te bañes y afeites- me ordeno- tienes que volver a tu vida, no me parece para nada bien que estés faltando al trabajo, que no has pensando que puedes perderlo, ya sé que Bella estará ahí también pero tienes que demostrarle que no eras un debilucho al que le ha roto el corazón y no vas a morir de eso, es más probable que mueras de cirrosis por tanto alcohol que has consumido que por tener el corazón roto. Ha y este es el último trago que tomas así que disfrútalo.- concluyo apartando la botella de mi alcance.

-Amen! Alice ha hablado.- declaro solemnemente Emmett.

-Despabílate Edward- dijo severamente haciendo caso omiso al comentario de Emmett- eras un Cullen, eres Edward Cullen! Y tienes que demostrarle que vales demasiado y que se está perdiendo mucho al dejarte.

Para ser sinceros las palabras de mi hermana inyectaron ánimo en mi interior, pero no me gustaba ser tan emocional, así que solo me levante y tenía la intención de darle un corto abrazo como agradecimiento pero ella se afianzo a mí, tuve que devolverle el abrazo con el mismo entusiasmo.

-Te quiero mucho hermanito.

-Yo también Alice- me dio un sonoro beso en la mejilla- gracias.- dije sinceramente al separarme de ella, le di un beso en la frente y me dirigí a mi cuarto.- voy a bañarme!- grite y cerré la puerta.

-Eso es el primer paso, la verdad es que ya apestabas!- escuche el grito amortiguado de Emmett, sonreí. Tenía buenos amigos y una buena familia.

Y temeroso estaba cuando aparque el auto el lunes en el estacionamiento del trabajo, tuve que tomar varias respiraciones para tratar de tranquilizarme, tenía que entrar, no podía quedarme en la miseria de mi casa toda la vida. Mi hermana tenía razón, antes había roto con otras chicas, y ellas habían roto conmigo en el pasado y aunque también yo tenía razón al decir que no era la misma situación hablar de Bella que hablar de las otras chicas, tenía que hacer todo lo posible para comportarme de la misma manera indiferente y que viera que no me había afectado tanto aunque por dentro estuviera muriéndome de ganas por ir a su lado y decirle que regresara a mi lado. Los golpes en mi ventana hicieran que saliera de las cavilaciones en mi cabeza, alce la vista y ahí estaba mi enorme amigo saludándome con la mano. Abrí la puerta tomando mis cosas y nos dirigimos juntos hacia el edificio después de saludarme.

-Y como estas?- me pregunto una vez estuvimos en el elevador y este subía piso por piso, cada vez que sonaba el timbre que anunciaba un piso mas mis nervios iban aumentando, diablos, nunca me había comportado de esta manera tan cobarde en mi vida.

-Bien… creo.- agregue sincerándome al final, él solo me dio una sonrisa de ánimo y palmeo mi espalda con apoyo cuando las puertas se abrieron en nuestro piso. Trague pesado caminando y preparándome psicológicamente. Salude a Tanya y me extraño la forma en que me veía, me veía con cierto deje de aflicción y entendimiento, fruncí el ceño confundido por su mirada, acaso ella sabía por lo que había faltado? Si así era sentí un poco de vergüenza y molestia, mas tarde tendría que preguntarle a Emmett si había abierto la boca. Dejando eso atrás seguí caminando hacia mi cubículo con la mirada agachada tratando de atrasar un poco el shock de volver a verla, era increíble sentir que la había dejado de ver tanto tiempo cuando en realidad solo fue una semana.

-Oh mierda! Exclamo Emmett, yo ya estaba en mi lugar dejando mis cosas, su exclamación hizo que alzara la vista con curiosidad e instintivamente esta se dirigió hacia el escritorio frente a la oficina del jefe, por dentro solté la misma expresión que Emmett.

Claro que no estaba completamente preparado para volver a ver a Bella, pero mucho menos estaba preparado para ver lo que se me presentaba ante mis ojos. No era la Bella la que ocupaba su lugar habitual, cualquiera podría decir que eso era algo bueno, no tendría que verla hoy y pensándolo bien tal vez nunca más. Auch! Eso dolía. Bella no ocupaba su lugar de trabajo, en su lugar estaba una chica rubia que se me hacia extrañamente familiar, pero ese no era el punto, es chica se veía muy cómoda detrás del escritorio, como si ese fuera su lugar, esa rubia era la nueva secretaria del jefe, eso me lo confirmo Emmett tiempo después cuando investigo con los principales chismosos de la oficina. Bella se había ido.

Los siguientes días y para mi desgracia semanas fui la comidilla de la oficina, todos me veían con cara de pena tal y como la que Tanya me había dedicado cuando llegue el lunes, ahora lo comprendía todo. Por paradoja del destino resulto que la nueva secretaria del jefe era la misma rubia que había bateado a Emmett en el bar cuando fuimos a festejar el compromiso de mi hermana. Emmett estaba más que encantado y el primer día se apunto para ir a presentarse o recordarle quien era, cuando regreso demasiado pronto venia sobándose la mejilla. Resulta que la chica que responde al nombre de Rosalie si lo recordaba y no de una forma muy grata, la cachetada que le dio lo decía todo. Aun así mi amigo siguió ensimismado con ella los días que siguieron y las semanas, debes en cuando iba a tratar de hablarle pero la chica lo trataba de manera altiva y nada agradable.

-Diablos. El jefe si que las escoge bien no es así?- me pregunto un día, voltee a verlo sin entender a que se refería, me señalo con la cabeza en dirección a la rubia- el imposible no fijarse en ellas no? Tu tuviste algo con Bella y yo tendré algo con Rose.

-Quien te dice que tu vas a tener algo con la pobre chica- me reí obviando el comentario sobre Bella- la chica no quiere verte ni en pintura Emmett.

-El que persevera alcanza querido amigo.- su expresión cambio- Hola Rose! – saludo a la rubia que acaba de llegar a mi cubículo con entusiasmo excesivo, la chica ni le dirigió la mirada- como te va en este hermoso día, no tanto como tú por supuesto.

-El jefe quiere verte en su oficina Edward.- me dijo ignorando a mi amigo.

-Claro enseguida voy, gracias Rosalie, le sonreí, ella me devolvió la sonrisa. La chica era agradable con todos en la oficina, bueno exceptuando a mi amigo.

-Me alegra que estés bien, nos vemos luego.- termino con menor entusiasmo viendo como su tormento y dicha se alejaba.

-Eres un idiota, ya deja a la chica en paz, si la sigues atosigando menos caso te va a hacer.- le advertí levantándome.

-Tú no sabes nada de tácticas de conquistas amigo.

-Si, claro tú eres experto. Como digas.- me burle y me aleje.

No tenía idea de para que me llamaba el señor Vulturi. Pero tenía la seguridad de que no era nada malo, había estado hecho mi trabajo normalmente aun con mi estado de ánimo a cuestas. Cuando entre me tendió una copia del periódico de esta semana, era mi sección, la sección de críticas de cine. Había criticado una comedia romántica que se acaba de estrenar, me dijo que lo leyera en voz alta y así lo hice, al terminar me quede viéndolo como si no pasara nada, eso es lo que yo pensaba , no veía nada de malo.

-Enserio no vez lo alarmante en este articulo Edward?- me pregunto. Negué sin entender aun su punto, tomo el periódico de mis manos- la película es una mentira en su totalidad, no encuentro nada rescatable en ella, solo es otra copia de muchas otras en donde tratan de hacer creer a la gente una total mentira, la mentira más vieja de todos los tiempos, tontamente llamada amor. Una palabra que no es más que un invento para vender, esa palabra solo existe en estas películas tan repetitivas, ya no hay ningún factor sorpresa en ellas, siempre todos terminan felices para toda la vida, eso no sucede en la vida real gente. Abran los ojos y no caigan en el consumismo.- levanto la vista del periódico mirándome reprobatoriamente- ahora entiende el problema señor Cullen?- ok lo entendía, me había extralimitado un poco tal vez. El tomo mi silencio como una afirmación- entiendo que tal vez esté un poco resentido por lo sucedido con la señorita Swan.

-No sé de que me habla.- me puse a la defensiva enseguida, me sonrió comprensivamente.

-Todos aquí lo sabíamos, pero si usted no quiere hablar del tema no soy quien para hacerlo hablar, no tengo que meterme en su vida privada. Pero Edward no puedo permitir que tu vida privada intervenga con tu trabajo y mucho menos puedo permitir que esto- señalo el periódico- vaya dirigido a nuestro lectores, esto pudo no haber salido a la luz si hubiera pasado por mi revisión, pero te tengo demasiada confianza y confianza en tus artículos y hace mucho que estos no son revisados. No hagas que pierda esa confianza con estos episodios.

-Siento mucho que mi vida personal haya afectado de esta forma mi confianza señor Vulturi.- me disculpe sinceramente.

-Sabes que puedes llamarme Aro, Edward.

-Está bien Aro. Lo que esté en mis manos para enmendar ese error solo pídemelo.

-Estaría bien que en la próxima publicación hiciera una nota diciendo que fue una broma de tu parte o algo parecido, solo para calmar los humos del público y la competencia.

-Claro Aro, no hay problema con ello, tenlo por seguro.

-Siempre me alegra esa actitud tuya muchacho.- se levanto, yo me levante al igual que él tomando la mano que me ofrecía. Nos despedimos y salí de la oficina.

Cuando llegue a mi cubículo Emmett me pregunto el motivo de mi llamado, solo atine a enseñarle el periódico, allí encontraría las respuestas, vi diferentes expresiones recorrer su rostro. El termina sonrió burlonamente y negó con la cabeza.

-Edward acabas de romper las ilusiones de miles de niñas a las que les gustan las comedias románticas. Destrozador de ilusiones.

-Que acaso tu te incluyes en el grupo.- me burle, primero hizo una mueca ofendida, pero los dos terminamos riendo.

Sin darme cuenta el tiempo siguió pasando, yo estaba en estado autómata, lo único que hacía era despertarme, arreglarme e ir al trabajo y regresar cuando cumplía mis obligaciones, me ponía la pijama y me dormía, así de predecible era mi rutina. Los fines de semana regularmente me quedaba en mi casa o salía con Emmett a algún bar tratando de dejar mis lamentaciones atrás y con mi amigo y sus ocurrencias era fácil distraerme. Me había tranquilizado un poco en cuanto a mis críticas, después de mi nota de disculpa, había tratado de ser menos severo y no meter mis sentimientos personales en las miles de películas románticas que salían cada fin de semana.

Tan disperso estaba que no me hubiera dado cuenta que las festividades navideñas estaban a la vuelta de la esquina de no ser por los adornos y anuncios que atiborraban las calles, los trajes de santa Claus habían sido desempolvados y infinidad de estos personajes falsos deambulaban por las calles, nieve falsa decoraba las ventanas y aparadores, muérdagos colgaban por todos lados, renos y trineos decoraban los techos de variadas casa, y miles de luces iluminaban las calles y los arboles. Unos días antes de noche buena mi madre me había hablado para saber de mí, me había regañado por ser tan desconsiderado y no llamarle para contarle que acontecía en mi vida y me ordeno, casi exigió que quería verme en su casa para festejar la navidad, mi hermana llamo horas después para ordenarme lo mismo. Años atrás estaría muy entusiasmado con estas fechas, son mis festividades favoritas, pero ahora no tenia ánimos, tenía que será sincero, aun con el tiempo pasando aun estaba un poco deprimido. Había tenido que ir a comprar los regalos para mi familia un día antes de la cena, lo que no había sido para nada agrádale, había demasiada gente, en todas las tiendas había una enrome fila para pagar, eso es lo que me ganaba por dejarlo al último minuto, pero al final del día había conseguido todo los presentes.

Cuando llegue a la casa de mis padres había ayudado a mi madre con algunas cosas, los detalles finales de la cena, mientras Alice estaba dando vueltas por toda la casa llenando cada rincón de escarcha, dándoles los toques finales al árbol con los regalos y llenando con muérdago por doquier. Trate de poner una sonrisa en mi rostro y pasármela lo mejor que podía. Cenamos temprano todos en armonía conversando sobre lo que había pasado últimamente, yo no hable mucho, solo lo necesario, podía sentir la mirada escrutadora de mi madre, tratando de descifrarme, su instinto de madre sabia que algo andaba mal. Pasamos a la sala al terminar bebiendo un poco de vino y ponche.

-Oh por dios esa canción es como una tortura para mi.- masculle bufando al escuchar "All I want for chrismas is you"

-Que es lo único que quieres para navidad Edward?- se burlo Emmett.

-Lo único que quiero es que cierres tu maldita boca.- conteste a la defensiva y a la vez en broma.

-Yo lo único que quiero es que esa fierecilla rubia deje de ser tan arisca conmigo.- murmuro Emmett haciendo caso omiso a mi comentario.

-Si dejaras de ser tan acosador tal vez la chica no estaría tan fastidiada Emmett.- le dijo mi hermana.

-Lo ves, te lo dije. Ahora si vas a hacer caso o no?

-No lo sé, lo pensare mientras me sirvo un whisky. Y se alejo moviendo su copa haciendo que los hielos chocaran con las paredes.

-Sabes que es lo que yo quiero para esta navidad?- me pregunto mi hermana.

-Qué?- devolví la pregunta.

-Quiero que mi hermano siga recordando que mi boda es dentro de unas semanas y que es el padrino.- dijo mirando severamente, trate de mantener mi cara de póker lo más seria posible, iba a replicar que claro que me acordaba- se que tu cabeza ha andado demasiado revuelta y por eso te lo estoy recordando, no quiero que mi flamante futuro esposo no tenga a sus dos padrinos a lado y por supuesto quiero a mi hermano ahí. Ya mande a confeccionar tu traje, no tardan en dejarlo en tu casa y los boletos de avión ya están reservados- boletos de avión? Pregunte en mi mente, pero ella parecía lectora de mentes- la boda va a ser en el rancho de los papas de Jasper en Texas. Solo por si lo habías olvidado.- me recordó, me sentí fatal.

-Rayos me siento como el peor hermano.- masculle apenado, Alice me sonrió y me acerque dándole un beso en el tope de la cabeza.- no se qué haría sin ti pequeña duende.

- Estarías perdido hermanito.- dijo socarronamente.

-Lo estaría.- mencione sinceramente recordando su intervención de hace un mes.

-Pero ya va a ser hora de abrir los regalos!- exclamo emocionada parándose de un salto y alejándose hacia el árbol.

Mi madre me seguía observando inquisitoriamente, ya casi eran las 12, Alice estaba empezando a organizar a todos para abrir los regalos, yo estaba en el bar sirviéndome algo de whisky cuando la temida conversación que yo ya me esperaba llego, mi madre se acerco a mi sigilosamente, dándome una sonrisa amable y amorosa, como siempre solía hacer.

-Que es lo que le pasa a mi niñito? Que es lo que te tiene tan triste y pensativo?- me cuestiono amorosamente. Me quede callado barajando la oportunidad de mentirle y decirle que nada pasaba- no trates de mentirle a tu madre- me advirtió adivinando mis pensamientos- lo que te tiene así es una chica?- inquirió adivinando, la mueca involuntaria que se posiciono en mi rostro le dio la respuesta sin querer.- quien es la chica tonta que te hizo sufrir cariño?

-Ella no es tonta.- replique defendiéndola, era patético.

-Pues si no te valora realmente no creo que su cabeza funcione correctamente. La chica de la que hablamos es Bella?- inquirió, me tomo por sorpresa- tu hermana la menciono- voltee a ver a mi hermana amenazadoramente pero ella estaba demasiado entretenida sacudiendo sus regalos como para prestarme atención-.

-Si, se llama Bella. Y ella se fue.- agregue con pesar.- su cabeza no funciona realmente bien, pero no en el sentido en que tu lo decías, es que tiene una singular forma de pensar y eso es lo que me gusta de ella. Bella es tan maravillosa mamá, es divertida, vivaz y es muy guapa.- estaba empezando a perderme en las imágenes, me detuve antes de ir más lejos- pero se fue.

-Tal vez lo que voy a decir suene demasiado cliché, pero es la realidad. Si es tu destino estar con ella regresara y yo siento que será así, la forma en que hablas de ella me hace ver que siento algo demasiado profundo por ella y ella te corresponde- aseguro- solo tal vez necesita aclararse un poco la mente. No desesperes, ella volverá.- concluyo con tanta seguridad que lo creí realmente.

En ese momento Alice nos grito para que nos reuniéramos alrededor del árbol, antes de dirigirnos para allá mi madre me sonrió amorosamente y me beso en la mejilla. Definitivamente contaba con buenos amigos y buena familia.

POV Bella.

-Definitivamente eres tonta Bella.- m e regaño Jacob tomándole a su cerveza, rodee los ojos. Llevaba repitiéndome lo mismo infinidad de veces a lo largo de la noche.

Estábamos en un bar de Jacksonville celebrando el año nuevo. Habíamos querido salir a divertirnos un rato después de comer la cena que Renee nos había servido, no digo cocinando porque de ser así ahora estaríamos en el hospital por intoxicación, pero se agradecía que hubiera ido a comprar la comida en un restaurante muy bueno.

-Jacob si hubiera sabido que te la ibas a pasar regañándome no te hubiera llamado para que me visitaras.- le reproche.

-Entonces porque me llamaste?

-Estaba aburriéndome aquí.- confesé.

-Y porque no vuelves a Seattle?- inquirió. Baje la mirada, allá íbamos de vuelta con los regaños.- no tienes que responder, es más que obvio. Bella- levanto mi rostro tomando mi barbilla- deja de huir, no tienes por qué hacer. Porque por primera vez en tu vida no te das la oportunidad de disfrutar tu vida para ti misma no para los demás, date la oportunidad de ser feliz y no de hacer feliz a los demás.

-Jacob…

-No, escúchame!- me corto- Edward es un chico grandioso, si hubieras visto la escena que yo veía cuando estabas con él desde el exterior te darías cuenta de lo enamorada que estas de él- iba a replicar pero no me lo permitió-no lo niegues, deja de engañarte. Abre los ojos Bella!

-Como puedes hablarme de amor cuando tu mismo no crees en ello?- cuestione.

-Precisamente por eso me atrevo a hacerlo. Leah y yo comenzamos en los mismo términos que tu y Edward y las cosas avanzaron de la misma forma, pero la diferencia es que yo decidí tomar el riesgo y disfrutar el amor.

-Tu hablando de amor? Por favor.- reí escéptica.

-Si lo hago y muy orgullosamente, no me da miedo aceptarlo porque me alegra sentir todo esto por esa chica tan maravillosa que es Leah. Pero no trates de desviar el tema. Date la oportunidad Bella, como tu amigo te lo digo, tantas veces nos burlábamos diciendo que no nos perdíamos nada con todo eso del enamoramiento, pero créeme te estás privando de demasiado por tu necedad.

Cuando concluyo con su discurso todos los que estaban en el bar empezaron con la cuenta regresiva. Mi corazón estaba en sincronía con cada campana y mi mente por igual. En cada segundo mi mente recorría un recuerdo distinto, todos ellos junto e Edward y lo único en lo que estaban de acuerdo mi corazón y mi mente aunque reticente por igual es en lo feliz que me sentía en cada uno de esos momentos. Me estaba perdiendo de demasiado?

 

Capítulo 18: Desearía Capítulo 20: Emparejados

 
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