Paula estaba en otro tiempo, pasado a juzgar por la decoración de la casa y el hombre a su lado, Emmett hizo un gesto con la cabeza, estaban en el desván y allí Adam estaba arrodillado con las manos llenas de sangre.
-¿Que quieres que haga por ellos? Están muertos-.
-No puedo salvar a nadie-.
Adam parecía abatido y ella lo sabía, ella sabía que en ese momento no era el Adam que había conocido.
-Salvaré a tu hermana... es a la única a la que puedo salvar pero tu hermano menor... se quedará con nosotros-.
Esa sombra negra a la que le hablaba hizo que a Paula se le erizase el vello.
-¿A cambio de que?-.
-A cambio de la vida de tu hermano Emmett-.
-Emmett...-.
-Si, a cambio de la vida de ese hermano tuyo salvaré la vida de tu hermana, nadie sabrá que tu lo hiciste, pero a cambio... quiero tu alma muchacho... quiero tu alma a mi servicio-.
-Adepto- no tardó demasiado en pensarlo-.
-Bien pues...- la sombra negra arrastró una hacha hasta donde Adam estaba arrodillado- termina con él...-.
El cabello de Adam estaba revuelto y cogió el hacha caminando con ella por las escaleras, Emmett o su espíritu le siguió de cerca y Paula también, bajaron las escaleras hasta el sótano donde Emmett estaba dormido... bueno drogado con una aguja clavada den su brazo izquierdo y los ojos en blanco.
-Lo siento- fue lo único que Adam dijo antes de dar el primer golpe en el cuello de su hermano donde salió sangre a gorgoritones y manchó parte del suelo , el siguiente golpe fue acompañado por un grito de Adam y luego... luego de eso... la nada...-.
-¿Has visto lo que me hizo?- dijo el hombre mirándola fijamente- siente lo que me hizo-.
Cogió la mano de Paula e introdujo en su cuello dos de los dedos, ella intentó gritar y reprimió las arcadas.
-PAULA! PAULA!-.
Si madre la llamaba desde el otro lado, cuando recobró la consciencia estaba en su cama y su madre estaba agitándola, miró sus dedos y en ellos había sangre.
Todo había sido real... Adam mató a su hermano...
Los ojos de Paula estaban colmados de lágrimas.
-¿Estás bien?- dijo su madre-.
Ella asintió y miró la habitación... quería irse de aquí, tenía que irse...
ҖҖ
El doctor Carlisle estaba en la ducha del piso inferior, cuando salió se puso un pantalón orgado de pijama en color azul marino y subió las escaleras, Esme estaba en el pasillo.
-¿Pasa algo?- dijo-.
-Paula... ha tenido como un ataque de pánico, pero ahora está durmiendo le he dado un par de calmantes-.
-Entiendo... es mejor no molestarla-.
-Si...-.
Silencio... después de dar rienda suelta a toda su imaginación sexual eso era lo único que había. Esme entró en su habitación y se metió en la ducha, el doctor no sabía como actuar, se la follaría otra vez si eso le proporcionase la satisfacción que había tenido en la cocina, pero no lo haría... no lo haría porque eso era lo que ella quería, sexo salvaje como el que habían tenido anteriormente.
Se metió en la cama y Esme no tardó mucho en salir de la ducha con un olor afrutado que lo atravesó por completo e hizo que su polla diese un vuelco... “Diablos”.
-Carlisle...-.
La voz de Esme era suave, notó como se metió bajo las sábanas.
-¿Si?-.
-No se lo que me has echo...-.
-Te he follado duro y bien Esme... eso es todo-.
-Me ha... me ha gustado... mucho-.
El doctor tuvo que reirse ante su sinceridad.
-Si, hasta ahora nadie se me ha quejado-.
-Te daré una oportunidad más... solo una, no quiero a otra mujer cerca de ti, nunca...-.
-Lo entiendo, se puede decir que tu también tienes una oportunidad, solo una...-.
-Mírame...-.
El doctor se giró y miró a su mujer fijamente ella estaba mirándole, desnuda, deseosa... y seguro que si la tocaba ahí abajo, estaría mojada y lista para otra ronda... pero no... este no era el momento,él decidía cuando y donde...
-Buenas noches Esme-.
-Buenas noches...-.
Ella se acercó al cuerpo de él y le abrazó, hacía mucho tiempo que no la abrazaba para dormir, así que lo hizo, y se sintió completo... se sintió bien... no quería separarse de su mujer y no lo haría... pero si que la trataría de una manera más ruda, para que tuviese claro quien era Carlisle Cullen.
-quiero hacerlo...- dijo ella-.
-Lo se nena-.
-¿Y...?-.
-Te jodes- le dio una palmada en el trasero en la que seguro dejó la palma de la mano marcada- duerme y espera a que yo demande cuando...-.
Esme no dijo nada, es más le pareció sonreír y asintió.
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