Paula no sabía como sentirse, se había pasado toda la noche pensando en Adam y en su madre, pensando en porque ella se mostraba de esa manera a cerca de él...y en lo que le había dicho.
Tenía clase, pero no iría... no tenía fuerzas, se había pasado la noche llorando y no le quedaban demasiadas lágrimas que derramar ya.
Llamaron a su puerta y asumió que era su padre pero volvieron a llamar... ella se levantó y apartó de su camino los cojines que había tirado antes de lanzarse a la cama a llorar hacía ya unas cuantas horas, cuando ella abrió la puerta, una pequeña pelota negra rodó hasta chocar con sus pies, ella se agachó y la cogió... sabía que esa parte de ella... había vuelto como un huracán dormido y lleno de furia que se levanta contra una pequeña planta arrancándola de raíz del mundo terrenal y seguro que conoce.
Cerró los ojos y dio unos cuantos paso hasta que estuvo fuera, en el pasillo, la moqueta era suave bajo sus pies, al abrir los ojos un hombre vestido con un traje negro la miró a centímetros de su cara, su voz era rara... como si de un sonido gutural se tratase y olía a lluvia... olía a agua... goteaba
sobre la alfombra un lodo negruzco y aceitoso...
Paula tragó en seco y miró al frente, no gritaría...
-¿Sabes quien soy yo?- dijo el hombre sonriendo-.
Ella negó con la cabeza.
-Soy Emmett.... Black...-.
“El hermano de Adam...”-.
-¿Ahora te suena mi nombre?-.
Asintió y abrió la boca dispuesta a hablar.
-¿Porque estás aquí?-.
-Todos estamos atrapados en esta casa... todos... estamos atrapados aquí... mi hermano hizo un pacto con el otro lado... pero si quieres... te lo puedo enseñar...-.
Ella sujetó la mano del fantasma y cerró los ojos sintiendo como su cuerpo se aflojaba... quedando sin vida...
ҖҖ
La doctora Esme se había quedado dormida en la puerta por el agotamiento, su marido no había llegado.
La puerta sonó y ella se puso de pie y abrió la misma... no sabía como demonios reaccionar al ver a su marido, su expresión encolerizada, estaba nervioso, atacado y con ganas de matar a alguien.
-Carlisle...-.
Él no dijo nada, le cruzó la cara de un guantazo y ella solo pudo soltar el aire que había guardado en sus pulmones y cerrar los ojos... se lo merecía sin duda alguna. Pero ella retomó el control y le devolvió el golpe más fuerte.
Carlisle la levantó del suelo y la besó haciendo que su espalda quedase contra la pared de la entrada, Paula estaría arriba... y rezaba porque no bajase, la besó con furia y pudo saborear la sangre en su boca que ella le había echo por el golpe, gimió por tal atrevimiento oscuro.
El doctor la llevó a la cocina y tiró todas las cacerolas y platos que había sobre el mostrador, gimió y vio como cerró la puerta de un golpe haciendo que el cristal de la misma se desquebrajase un poco.
Rompió el vestido de ella, y ató sus manos con la corbata que él tenía con fuerza, tanto que dolieron pero fue un dolor agradable, carnal y sensual, algo in experimentado que le estaba gustando.
Alzó su trasero y él entró en ella de un golpe, fuerte, intenso, mucho más que cuando había estado con Adam, algo que ahora mismo quería borrar.
El doctor comenzó a moverse de verdad y ella lo notó en todo su cuerpo hasta hacerla colapsar y llegar alto, la hizo correrse dos veces antes de llenarla con su semilla de una manera sin precedentes.
Su boca estaba completamente pegada al azulejo de granito donde ella estaba apoyada.
-Que te sirva de lección zorra- dijo el doctor dándole una palmada en el trasero que la hizo saltar- solo yo...-.
-Solo tu-.
Le soltó las manos y la dejó, se alejó de ella y vio como se arreglaba el pantalón y el pelo echándolo hacia atrás, sus mechas cobrizas ahora estaban sudorosas pero se veía tan jodidamente sexy que el interior de Esme se contrajo pidiéndole más de él.
-Ahora sube y espérame en la ducha... esto no ha acabado ¡HAS ENTENDIDO!-.
Asintió y luchó por mantenerse de pie... le gustaba esa posibilidad... lo necesitaba.
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