Pero nadie entró, en cambio seguían aporreando la puerta. Me levanté y me dirigí a la entrada de mi habitación y cuando abrí la puerta, allí estaba ella, a la que tanto odiaba, con una sonrisa de superioridad grabada en su rostro y esperándome
- ¿Puedo pasar? – preguntó Meg.
- Ya dije que si. – contesté
Mi giré y volví a sentarme en la cama. Ella se acercó y se sentó en el sillón que quedaba a mi lado.
- ¿Qué quieres? – pregunté, no me apetecía tenerla cerca
- Me mandan a que te vigile. Quieren que esté alguien contigo en todo momento
- Lo que faltaba – dije en un susurro furioso.
Habían conseguido que me sintiera inútil del todo. Ahora tenía que tener un canguro las veinticuatro horas del día tras de mi. Y pero aún tenía que ser ella la que me “vigilara”. Iban a ser los días mas largos de mi vida
- Duerme si quieres, yo intentaré hacer lo mismo.
La miré con mala cara. Encima quería hacerse la simpática conmigo. Me tumbé en la cama con los ojos cerrados, pero totalmente despierta. Oía como ella se retorcía en el estrecho sillón intentado encontrar una posición mínimamente cómoda mientras yo dormía en una cama de dos plazas.
AL principio me sentí bien sabiendo que ella estaba totalmente incómoda y que no iba a ser capaz de dormir ni un momento pero la culpa empezó a posarse sobre mi pesando como el plomo hasta que tuve que hablar.
- ¿Quieren tumbarte aquí?, cabemos las dos.
No me contestó y yo seguía con los ojos cerrados pero segundos después sentí como se metía en la cama. Me gire y le di la espalda.
Y ahí estábamos las dos. Yo, enamorada de Jake, y ella, su novia. Me sentía totalmente abrumada por la situación. No podía soportar que lo mirara o que tocara su calida piel pero era consciente de que era totalmente normal que a ella también le gustara Jake, era imposible no querer a ese estúpido lobito.
Meg carraspeó sacándome de mis pensamientos y sumiéndome de golpe en la realidad.
- ¿Estás despierta? - susurro.
- Si – contesté
Volvió a hacerse el silencio mientras ella se giraba quedando tumbada mirando mi espalda.
Volvió a carraspear y yo me giré y la encaré.
- ¿Quieres algo? – pregunté mirándola a los ojos.
- Solo – hizo una larga pausa, tan larga que pensé que tal vez se había dormido – hablar de… Jake.
Sentía que mi corazón latía fuertemente. ¿Por qué quería hablar de Jake? ¿Qué sabia ella de nuestra historia?
- Dime – fue lo único que conseguí decir ya que las palabras se quedaban atrapadas en mi garganta, no debía meter la pata o Jake tendría que marcharse de nuevo.
- Yo se lo de su imprecación y se que supuestamente él te ha olvidado - el silencio volvió a inundarnos – pero las dos sabemos que no es así.
No se me ocurría que era lo que debía decir, no podía ver su expresión a causa de la oscuridad.
- ¿Tu…? – ella empezó la pregunta pero no la terminó. No hizo falta que lo hiciera yo sabía perfectamente que era lo que quería saber. Quería saber si yo sentía algo por Jake. No iba a mentir.
- Si, le quiero – contesté en voz firme, aparentando una seguridad que era mil veces mayor a la que en realidad sentía en esos momentos.
- No voy a dejarlo escapar tan fácilmente – dijo tan segura de si misma que hizo que toda la confianza que había acumulado se esfumara.
No sabía que hacer. Jake me había contado lo que de verdad sentía por ella y lo que sentía por mi y me moría de ganas de contárselo para que su confianza se desmoronara como un castillo de naipes. Pero por otra parte sabía que no podía hacer eso, no si quería que Jake permaneciera cerca de mi.
Era una lucha que yo creía ganada pero ¿y si Jake la elegía a ella? ¿estaba preparada para perderlo de nuevo?
- Tengo claro que no podemos estar juntos – dije al fin.
Ella suspiró. Tal vez ella sabía mas cosas de las que decía. Estaba claro que ella se había dado cuenta de que él seguía pensando en mi, pero no le importaba, decidió que quería luchar.
- Me he dado cuenta de cómo te mira – dijo susurrando – A mi nunca me ha mirado así. Se pone celoso cuando te acercas a Alec, es extremadamente protector contigo, está claro que aún le importas demasiado.
En el fondo sentía algo de lastima por ella. A nadie le gustaba estar con una persona que pensaba constantemente en otro amor. Pero no podía permitirme a mi misma apiadarme de ella, al fin y al cabo ella era mi rival.
Quizás para ella era mucho mas duro que para mi, no me había parado a pensar que tal vez ella estuviera imprimada de Jake. Al fin y al cabo era también un licántropo.
- ¿Tu…? – me callé pensando en la forma mas correcta de hacer esa pregunta - ¿Tu sientes por Jake lo mismo que él siente por mi?
- ¿Te refieres a la imprimación?
Yo, asentí en la oscuridad de la noche. Supongo que dio por hecho que lo hacía ya que siguió hablando.
- No lo se. – suspiró – Supongo que no. Cuando nos hablan de la imprimación nos cuentan que es una especie de amor a primera vista. Lo mío con Jake es diferente.
Los celos volvían a apoderarse de mi haciendo que la sangre me hirviera. Pero a pesar de eso quería saber que paso entre ellos.
- ¿Cómo ocurrió? – no hizo falta decir nada mas, ella sabía lo que me refería.
- Llegó a nuestra reserva como un alma en pena, se pasaba las horas sentado en nuestra playa contemplando el mar. Todos habían intentado acercarse y hablar con él pero en lo respindía a nada ni a nadie. – hizo una pausa que me pareció eterna y después continuó – Vivía en la casa de mi hermano mayor y él nos contaba que por las noches, Jake, sufría unas terribles pesadillas en las que no paraba de gritar un nombre – suspiró antes de continuar – tu nombre.
Eso hizo que las lágrimas que llevaba conteniendo se escaparan silenciosas y descendieran por mis mejillas. No podía imaginarme lo mal que lo debió pasar él. A mi ese año separada de él se me había hecho eterno e increíblemente doloroso y yo conté con el apoyo de mi familia, en cambio él estaba solo, rodeado de desconocidos, tratando de recomponer un corazón roto.
- Decidí intentar lo que los demás no habían conseguido – siguió contando ella – Me acerqué a él, día tras día, y conseguí que se abriera a mi. Hablábamos y él me contaba sus cosas y yo las mías. Y poco a poco me di cuenta de lo cálido que era. Y así empezó lo nuestro.
Yo sabía que Jake la había utilizado para escapar de ese lugar, para demostrar que no sentía ya nada por mi, o eso era lo que él me había dicho. Yo había decidido creerle sin haber escuchado antes la otra versión. Quizás estaban mas unidos de lo que yo me quería imaginar, tal vez la vida de Jake sería mas fácil con ella y no conmigo.
Deseche por completo esa idea de mi mente. No podía darme por vencida, no podía entregarle a Jake sin mas.
- Si dices que eres consciente de que aun me quiere ¿Por qué insistes? – pregunté desesperada.
- Por que él no me ha pedido que me aleje. Se que tal vez me utiliza para olvidarte, pero voy a demostrarle que a mi lado su vida va a ser mas fácil.
- Eso no es justo – respondí alterada – A mi también me gustaría que nuestra vida juntos fuera fácil pero yo no soy la que redacta esas ridículas leyes. Y tal vez él no busca una vida fácil, sino una vida llena de amor. ¿Eso podrás dárselo?
Dicho eso di media vuelta y le di la espalda. A los pocos segundos ella hizo lo mismo.
A la mañana siguiente nos despertó alguien cuando abrió la puerta de golpe asustándonos a las dos.
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