Como Una Noche Sin Luna

Autor: cmilss
Género: General
Fecha Creación: 30/09/2010
Fecha Actualización: 10/11/2010
Finalizado: SI
Votos: 11
Comentarios: 18
Visitas: 42081
Capítulos: 25

Fanfic Terminado

Versión de Edward de Luna Nueva. 

 

 

Prefacio. 

 

Esa es mi decisión, no hay mas que decir, solo queda esperar al sol.

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Capítulo 17: Dones

Caminamos en silencio por los pasillos, Bella se distraía con el entorno, fue difícil controlarme y permanecer calmado ante los miembros de  la guardia con los que nos encontrábamos a lo largo de todo el camino.

  

Alice me repetía a cada rato que me tranquilizará. 

 

Avanzamos hasta el ascensor donde nos esperaba Jane, quien no estaba muy contenta por encontrarme pero le animaba la recompensa que Aro le había prometido si me traía nuevamente, aunque aparentaba indeferencia. Una vez dentro del ascensor Félix y Dimitri se deshicieron, de las capas, Bella se entrelazo en mi, acurrucándose detrás mio, yo me enderece para poder protegerla mejor.

 

No podía apartar la vista de Jane que por momentos mientras ascendíamos planeaba torturarnos a Alice y a mi le pediría a Félix y a Dimitri que acabasen con nosotros y se repartirían a Bella, para ella solo era comida, una muy deliciosa comida y punto, pero Aro se desilusionaría, ese era su peor temor, eso le impedía actuar.

 

Mi hermana por su lado estaba ansiosa por llegar, según sus visiones nuestro futuro próximo, cambiaba continuamente y no podía seguirle por mucho tiempo y le producía una gran frustración.

 

Llegamos a la recepción, Bella se sorprendió cuando vio que una humana los que trabajaba para los Vulturis en ese lugar. 

 

-Buenas tardes, Jane - Saludo.

- Gianna.

 

Seguimos hacia uno de los salones donde nos esperaba Alec.

 

- Jane...

- Alec- Se Saludaron y luego nos miraron.

- Te enviaron en busca de uno y vuelves con dos... y medio. Buen trabajo- Afirmó.

 

Jane se hecho a reír y Alec se dirigió a mi.

 

- Bienvenido de nuevo, Edward, pareces de mucho mejor humor.

 

No podía demostrar mis sentimientos ni los buenos, ni los malos, no en ese momento, pero supongo que ya no estaba aquel terrible sufrimiento que me había traído a este lugar.

 

-Ligeramente- Reconocí serio.

 

Apartó la vista de mí a Bella.

 

-¿Y ésta es la causante de todo el problema?

 

Sonreí a modo de respuesta.

 

- No va a durar tanto- Pensó Félix

 

-¡Me la pido primero!- Soltó

 

Aquellas palabras me hicieron gruñir por dentro, me estaba provocando.

 

 

Alice me rozó el brazo.

 

-Paciencia- Dijo.

 

En su mente me advirtió.-Bella podría salir herida, ninguno de los dos queremos que salga algo así, esto se convertiría en una lucha que perderíamos antes de empezará, piensa en Carlisle y en nuestra familia, la única posibilidad es mantener calma y la apariencia en estos instantes, tenemos que ser fuertes, se lo debes a Bella también ha arriesgado su vida al venir, no puedes ser inconciente, no nos queda otra opción que alabarles y jugar con el futuro- Me ordenó, sus ojos reflejaban una mezcla de seguridad y preocupación.

 

Tenía razón, no podía flaquear, se lo debía a Alice también. Respire profundo e hice oídos sordos a las palabras de Félix.

 

Me volví a Alec quien estaba a punto de hablarme.

 

-Aro se alegrará de volver a verte.

-No le hagamos esperar -Sugirió Jane.

 

Asentí y seguimos nuestro camino, yo no me aparte ni un centímetro de Bella que estaba pegada a mí.

 

Cuando llegamos al salón nos esperaban con gran interés, estaba la guardia completa. Aro se acerco rápidamente a nosotros.

-¡Jane, querida, has vuelto! – Dijo emocionado.

 

La guardia se coloco en posición por la seguridad de sus amos.

 

Aro beso a Jane en los labios y la dejo hablar.

 

-Sí, maestro - Ella sonrió.

-Le he traído de regreso y con vida, como deseabas.

- Ay, Jane. ¡Cuánto me conforta tenerte a mi lado! – Sonrió- ¡Y también has traído a Alice y Bella!- Estaba feliz considerando las posibilidades que se le presentaban en su interior, mientras aplaudía-Qué agradable sorpresa! ¡Maravilloso!

 

Se dirigió a Félix.                                            

-Félix, sé bueno y avisa a mis hermanos de quiénes están aquí. Estoy seguro

de que no se lo van a querer perder.

-Sí, maestro -Asintió Félix y desapareció.

-¿Lo ves, Edward? – Me dijo- ¿Qué te dije yo? ¿No te alegras de que te hayamos denegado tu petición de ayer?

- Sí, Aro, lo celebro- Conteste sincero.

 

Tener a Bella junto a mi no tenía precio.

 

- Me encantan los finales felices. Son tan escasos – Dijo Aro- Eso sí, quiero que me contéis toda la historia. ¿Cómo ha sucedido esto, Alice? — Se volvió hacia ella- Tu hermano parecía creer que eras infalible, pero al parecer cometiste un error.

 

-No, no, no soy infalible ni por asomo- Dijo Alice mientras le mostraba su mejor sonrisa con la cual podía convencer a cualquiera - Como habéis podido comprobar hoy, a menudo causo más problemas de los que soluciono.

 

-Eres demasiado modesta - Aseguró Aro- He contemplado alguna de

tus hazañas más sorprendentes y he de admitir que no había visto a nadie con un

don como el tuyo. ¡Maravilloso!

 

Alice me miro- Me quiere a mi ahora- Pensó.

 

- Lo siento. No nos han presentado como es debido, ¿verdad? Es sólo que siento como si ya te conociera y tiendo a precipitarme. Tu hermano nos presentó ayer de una forma... peculiar. Ya ves, comparto un poco del talento de Edward, sólo que de forma más limitada que la suya.

 

Le hubiera gustado tener la capacidad de ampliar su poder de leer mentes, lo intento durante décadas, pero no resulto. Era una de sus pocas derrotas- Pensaba y estaba conciente de que le estaba escuchando.

 

- Pero exponencialmente es mucho más poderoso- Agregue a modo de acotación para que Alice supiera- Aro necesita del contacto físico para «oír» tus pensamientos, pero llega mucho más lejos que yo. Como sabes, sólo soy capaz de conocer lo que pasa por la cabeza de alguien en un momento dado, pero Aro «oye» cualquier pensamiento que esa persona haya podido tener- Trate de advertir a mi hermana.

 

- Así que también puedo mostrarle lo que yo he visto,  eso me ha dado una gran idea- Pensó y me entendió. 

 

Aro se dio cuenta de nuestro actuar.

 

- Pero ser capaz de oír a lo lejos- ¡Eso sí que sería práctico!

 

Aro estaba decidido a intentar adquirir mi don.

 

Marco y Cayo estaban llegando.

 

-¡Marco, Cayo, mirad! – Celebro Aro- Después de todo, Bella sigue viva y

Alice se encuentra con ella. ¿No es maravilloso?

 

Marco realmente estaba contrariado y aburrido más que nada por las festividades hechas en su honor. Mientras Cayo si estaba interesado en las novedades que tenía Aro.  

 

-Conozcamos la historia.

 

Marco le hizo saber a Aro lo que pensaba a través de un toque, el le hizo saber que estaba de acuerdo con la decisión que se tomara o mas bien con la que tomara él mismo Aro y claro el tenía que considerar varias cosas, los hechos actuales, la vida de nuestra familia, en Carlisle, en mi relación con Bella, le mostró el lazo que nos unía, en nuestro amor, el cual no tenía comparación, en nuestra historia pero también en el grado de amenaza en que se vieran involucrados, en la paz mantenida y en  las reglas.  

 

Suspiré, Alice estaba intrigada, la visión de Marco de la situación no fue de mucha ayuda, todo estaba en las manos de Cayo y Aro.

 

-Gracias, Marco -Dijo Aro—. Esto es muy interesante – y reaccionando, prosiguió-  Asombroso, realmente increíble.

 

Aclare el desconcierto que  Bella y Alice tenían:

 

-Marco ve las relaciones y ha quedado sorprendido por la intensidad de las nuestras.

 

Aro sonrió.

—¡Qué práctico! —Repitió Aro- Puedo aseguraros que cuesta bastante sorprender a Marco.

 

- Resulta difícil de comprender, eso es todo, incluso ahora ¿Cómo puedes permanecer tan cerca de ella de ese modo?

- No sin esfuerzo —conteste tranquilo.

- Pero aun así... ¡La tua cantante! ¡Menudo derroche!

 

No, no lo es.

- Yo lo veo más como un precio a pagar.

- Un precio muy alto- Señaló Aro

- Simple coste de oportunidad.

 

Aro rió.

 

- No hubiera creído que el reclamo de la sangre de alguien pudiera ser tan fuerte de no haberla olido en tus recuerdos. Yo mismo nunca había sentido nada igual. La mayoría de nosotros vendería caro ese obsequio mientras que tú...

-... lo derrocho - Concluí.

 

Aro sonrió una vez más.

 

-¡Ay, cómo echo de menos a mi amigo Carlisle! Me recuerdas a él, excepto que él no se irritaba tanto.

- Carlisle me supera en muchas otras cosas.

- Jamás pensé ver a nadie que superase a Carlisle en autocontrol, pero tú le haces palidecer.

-En absoluto- Ya era el tiempo de decidir me puse ansioso.

-Me congratulo por su éxito - Aro reflexionó-. Tus recuerdos de él constituyen un verdadero regalo para mí, aunque me han dejado estupefacto. Me sorprende que haya... Me complace que el éxito le haya sorprendido en el camino tan poco ortodoxo que eligió. Temía que se hubiera debilitado y gastado con el tiempo. Me hubiera mofado de su plan de encontrar a otros que compartieran su peculiar visión, pero aun así, no sé por qué, me alegra haberme equivocado.

 

Me quede en silencio.

 

- Pero ¡vuestra abstinencia...! - Aro suspiró- No sabía que era posible tener tanta fuerza de voluntad. Habituaros a resistir el canto de las sirenas, no una vez, sino una y otra, y otra más... No lo hubiera creído de no haberlo visto por mí mismo.

 

Tenemos que salir lo antes posible, antes de que encuentren la manera de obligarnos a permanecer para siempre entre ellos.

 

- Sólo de recordar cuánto te atrae ella... —Aro rió entre dientes—. Me pone sediento.

 

No, me quede rígido, ante esas palabras.

 

- No te inquietes, no tengo intención de hacerle daño, pero siento una enorme curiosidad sobre una cosa en particular -La miró con curiosidad- ¿Puedo? – Me preguntó.

-Pregúntaselo a ella.

- Por supuesto, qué descortesía por mi parte!- Señalo Aro dirigiéndose a Bella, continuó- Bella, me fascina que seas la única excepción al impresionante don de Edward... Una cosa así me resulta de lo más interesante y, dado que nuestros talentos son tan similares en muchas cosas, me preguntaba si serías tan amable de permitirme hacer un intento para verificar si también eres una excepción para mí.

 

 

Me miro a los ojos dudosa y asustada, yo asentí no había mas opción, estaba seguro que Aro no podría leerla tampoco  y ella alzo su mano.

 

Aro le tomo la mano y se concentró, trato de usar todo su esfuerzo y nada sucedió Aro tampoco podía leer su mente, eso le frustro mucho, jamás le había pasado algo así.  

 

-Pues sí, muy interesante – Fueron las palabras que escogió, mientras le soltaba la mano y retrocedía.

 

Era obvio si yo no podía, el tampoco.

 

Aro continuó reflexionando del porque no podía leerla.

- Lo primero... Me pregunto si es inmune al resto de nuestros dones... ¿Jane, querida?

- ¡No!- Salte. Alice me sujeto por el brazo con una mano, pero él se la sacudió de encima.

-¿Sí, maestro?

No lo permitiré, estaba perdiendo el control que había logrado alcanzar, Aro lo pagará si le hace algo.

 

-Por favor ¡Tranquílate!, por favor Edward, ¡cálmate!- Me pedía Alice en su mente.

 

Me di cuenta de que un gruñido salía de mi pecho.  

 

Aro se dirigió a Jane.

-Me preguntaba, querida, si Bella es inmune a ti.

 

Me coloque delante de ella, para protegerla.

 

Decidí atacarla, me lance sobre ella. Jane se volvió hacia mí y con una sonrisa satírica me miro a los ojos.

 

Capítulo 16: Vulnerable Capítulo 18: Ilusión

 
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