16. Vente a vivir.
Bella POV
Los siguientes días después del funeral, fueron bastante extraños. Seth se negaba a ir a la escuela, alegando que no se quería separar del lado de su mami. Todo fue muy complicado, ya que todos los lugares de mi casa me recordaban a los momentos que vivimos los tres juntos. Pero poco a poco conseguimos volver a rehacer nuestra vida, aunque ya nunca volvería a ser del todo normal.
Sophie, ya había vuelto a casa, pero no la habíamos ido a visitar, debido a que en estos momentos ella necesita a gente fuerte a su alrededor. Y Seth y yo en estos momentos lo que menos éramos era fuertes. Pero a pesar de no haber ido a verla, cada día hablaba con ella y me explicaba a lo que había estado jugando con su padre, ya que Edward había pedido unas semanas libres para poder cuidarla.
Pero cuando se cumplió una semana del entierro de Jacob, Seth y yo decidimos ir a darles una sorpresa, ya que Sophie cada vez que hablaba con ella me repetía y me suplicaba que fuese con ella porque me echaba de menos. Así que esa mañana nos vestimos y nos dirigimos hacia la casa Cullen. Cuando picamos a la puerta unos pasitos se escucharon correr por el pasillo y finalmente una pequeñina con un vestidito rosa nos abrió la puerta.
-Mami! – Chilló mientras me abrazaba fuertemente – por fin has venido, te he echado mucho de menos – me confesó mientras me miraba con los ojos repletos de lágrimas- pensaba que ya no me querías y que me habías abandonado – me continuó explicando. Pero justo después de decir esas palabras, me tocó la cara y pasó sus dedos por las maracas oscuras que tenía debajo de los ojos – Que te ha pasado? – me preguntó preocupada.
-No te preocupes princesa, simplemente que últimamente Seth y yo hemos pasado unos días muy malos pero no te preocupes que ya estamos bien – en ese momento sentí como Seth se abrazaba a mis piernas – Lo siento Sophie, yo de verdad que quería venir a verte ante, pero no podía. Y te prometo que ya no pasaremos tantos días separadas, vale? – le dije provocando que una risita escapase de su carita – Pero que guapa que estás, madre mia. Si incluso juraría que estás más alta – le dije mientras le hacía dar una vuelta para poder verla bien y ella reía a carcajadas. En ese momento una voz se escuchó desde el interior de la casa.
-Sophie, quien era? -
-Son Bella y Seth, papi. Nos han venido a visitar – en ese momento se escucharon unos apresurados pasos por el pasillo y en cuanto nos vio vino corriendo hacia nosotros. Pero Seth se adelantó y corrió hacia Edward dándole un fuerte abrazo, que nos dejó a todos impresionados. Pero cuando Edward iba a decir algo Seth en los brazos de Edward se giró y le dijo a Sophie.
-Tienes suerte de tener una papi, cuídalo mucho – en ese momento le dio un beso en la mejilla y bajó de sus brazos corriendo otra vez hacia mí y enterró su carita en mi cuello. – Te quiero mami – me dijo.
-Venga cariño, que te parece si vas a jugar un ratito con Sophie, que seguro que te tiene que explicar muchas cositas esta pequeña princesa- desde el accidente de Jacob, a Seth no le gustaba separarse de mí, incluso cuando íbamos al parque se sentaba conmigo en el banco y se negaba a jugar con sus amigos.
-Sí Seth, vamos a jugar que mi papi me ha comprado muchos juguetes y hay muchos para ti – dijo Sophie mientras cogía la manita de mi pequeño, pero él se la soltó y la miro con desconfianza.
-Yo quiero estar con mi mami. Dejadme tranquilo. Mami me quiero ir a casita – me dijo con los ojos llenos de lágrimas.
-Pero si es Sophie, venga ves a jugar con ella. Te prometo que cuando bajes al comedor yo seguiré aquí – le dije mientras le daba un beso en la mejilla.
-Vale, pero tan solo un ratito y nos vamos. – me avisó mientras subía las escaleras y le cogía la manita a Sophie que se había quedado bastante triste por el gesto de mi hijo, pero cuando le dio la manita ella volvió a recuperar su típica sonrisa. Cuando los perdimos de vista me acerqué a Edward que me miraba con la preocupación reflejada en su rostro y lo abracé con todas mis fuerzas.
-Como estas mi amor?- me preguntó cuando levantó mi cabeza y unió nuestras frentes.
-Ahora estoy un poco mejor – le confesé y en ese justo instante unió mis labios con los suyos. Uniéndonos en un beso donde me demostraba lo mucho que me había echado de menos y donde yo le demostraba lo mucho que lo había necesitado. Cuando nos separamos me abrazó fuertemente.
-Te he echado de menos – me susurró en el oído. Estuvimos durante una hora sentados en el sofá sin hablar, simplemente abrazados, cuando de repente me acordé de Set, que aún no había bajado.
-Qué extraño que Seth no haya bajado. Últimamente no se despega de mi lado – le expliqué a Edward.
-Ahora que lo comentas, la verdad es que me ha resultado muy extraña la forma en la que ha tratado a Sophie al principio, pero no te preocupes es pequeño y es normal que eche a su padre en falta y todo esto le resulte muy extraño. Pero seguro que ya se le ha pasado porque sino ya habría bajado – me intento tranquilizar.
-Y Sophie como ha estado?- le pregunté.
-Pues bien, ahora ya puede hacer una vida normal. Pero te ha necesitado, y su mayor ilusión es que volvieras con ella. Pero ahora ya estáis aquí- dijo mientras me estrechaba entre sus fuertes brazos. – Por cierto te quiero comentar una cosa. Me gustaría que Seth y tú os vinieseis a vivir con nosotros. Tanya ya hace tiempo que se ha ido y ya he cambiado todas las cerraduras para que no pueda intentar entrar – me propuso con mucha ilusión. Yo me quedé parada.
-Bueno que me dices, os vendréis?- me preguntó
-Claro que sí – le dije mientras le besaba, en ese justo instante unas risitas nos hicieron separarnos.
-Mami nos podemos quedar a comer con ellos? – me preguntó Seth.
-Si porfi mami quedaos – me suplicó Sophie.
-De acuerdo, pero primero os tenemos que explicar una cosita –le dije mientras ellos daban saltitos de alegría, esa imagen me encantó ya que hacía mucho tiempo que mi pequeño no se reía de esta manera.
-Bueno chicos le he pedido a Bella que os vengáis a vivir a esta casa con nosotros.
-Siiiii – chillaron los dos pequeños a la vez.
-Pues decidido, hoy después de comer empezaremos con la mudanza – y todos estallamos en carcajadas. Pero de repente Seth se puso serio y me miró.
-Podemos traer a esta casa las cosas de mi papá? – le preguntó a Edward preocupado.
-Claro que sí pequeño – le dijo mi amor mientras lo abrazaba. Y así decidimos que esa misma tarde empezaríamos con la mudanza.
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