- No creo que vaya a requerir hoy sus servicios, apreciaría muchísimo, que sin embargo que enviaran mis más sentidos agradecimientos a sus señores.

-¿Podríamos mantener esta conversación en un lugar más apropiado? – Dijo Félix mientras examinando detenidamente cual era mi punto más débil.

- Dudo de que eso sea necesario – Repuse decidido- Conozco tus instrucciones, Félix. No he quebrantado ninguna regla.

-Félix simplemente pretende señalar la proximidad del sol. Señalo Dimitri.

-Busquemos una protección mejor.

- Indica el camino y yo te sigo -Dije seguro.

Esta vez me dirigí a Bella no quería seguir poniéndola en peligro mortal.

 -¿Por qué no vuelves a la plaza y disfrutas del festival?

Me miro con sus grandes ojos, el miedo era evidente.

-No, trae a la chica –Me ordenó Félix.

-Me parece que no – Amenacé.

Cambié mi posición alistándome la batalla, Félix estaba apunto de atacarnos.

-No – trato decir Bella.

-Shh —Le susurre casi imperceptible.

-Félix - Le advirtió Dimitri-  Aquí no y me volvió a mirar

-A Aro le gustaría volver a hablar contigo, eso es todo, si, al fin y al cabo, has decidido no forzar la mano.

-Así es- Reconocí- Pero la chica se va.

-Me temo que eso no es posible

-Tenemos reglas que obedecer.

-Entonces, me temo que no voy a poder aceptar la invitación de Aro, Demetri.

-Esto está pero que muy bien —Respondió Félix.

-Disgustarás a Aro —Señaló Demetri.

Vi que Félix se volvía a preparar esta vez más decidido a atacarme.

-Estoy seguro de que sobrevivirá a la decepción - Asegure.

Félix y Demetri se volvieron se abrieron hacia los lados para unir fuerzas y comenzar la batalla. Mis ventajas serian saber cuales iban a ser sus movimientos y la rapidez, no iba a tener más remedio que pelear pero no me iba a dejar ganar, esta vez lucharía, tendría que hacerlo frente a Bella, y pedirle que se alegara lo antes posible.

Me quede inmóvil, leyendo cuales serian sus movimientos, Dimitri intentaría inmovilizarme mientras Félix actuaría destruyéndome.

- Piénsalo Edward, no nos conviene iniciar la guerra- Pensó Alice mientras se acercaba a nosotros de entre las sombras.   

-Mejor si nos comportamos correctamente, ¿no? —Sugirió- Hay señoras presentes.

Alice se deslizó a mi lado tranquila.

A los Vulturis no les agrado para nada la presencia de mi hermana.

-No estamos solos —Les recordó Alice.

Demetri miró sobre su hombro en la misma plaza, nos observaba una familia. Volvió a mirarme  

-Por favor, Edward, sé razonable —Me pidió.

-Muy bien, ahora nos marcharemos tranquilamente, pero sin que nadie se haga el listo.

Demetri se enfadó y suspiro. 

- Al menos, discutamos esto en un sitio más privado.

En ese momento Félix sintió el olor de Bella, ahora la quería a ella. Mis dientes de se cerraron con fuerza.

-No- Dije.

Félix sonrió.

-Ya es suficiente- Dijo Jane.

Ya no podía hacer nada, me sentí atado de manos, me relaje al igual que Félix y Dimitri.

Las órdenes de Aro eran llevarme de vuelta ante su presencia.

-Jane.

-Seguidme- Dijo.

Félix nos hizo un gesto para que nosotros fuéramos primero, con un ápice de triunfo y malicia.

Alice se  encaminó enseguida detrás de Jane. Abrace a Bella y la acerque hacia mí. Ella parecía insegura y llena de preguntas, me limite a sacudir la cabeza para evitar que hablara.

Tenía que cambiar el tema, me dirigí a mi hermana.

-Bien, Alice, supongo que no debería sorprenderme verte aquí.

-Ha sido error mío, era mi responsabilidad haberlo hecho bien.

- ¿Qué ocurrió?- Pregunte sin mucho interés aparente aunque me moría de curiosidad.

- Es una larga historia, en pocas palabras, ella saltó de un acantilado, pero no pretendía suicidarse. Parece que últimamente a Bella le van los deportes de riesgo.

Bella enrojeció.

- Ay Hermanito ni te imaginas por todo lo que ha tenido que pasar Bella, durante este tiempo, casi enloquece, me mostró un poco de sus recuerdos, desde cuando la vio caer por el acantilado, su sorpresa cuando la encontró en su casa viva, su vida relatada por ella misma, los meses difíciles con vampiros al acecho, ha los cuales había sobrevivido gracias a un amigo que no solo la había sacado de las sombras, que también la había  salvado en el mar que era un hombre lobo y que para rematar estaba perdidamente enamorado de mi Bella. 

-Mmmm

Los celos volvieron a despertar dentro de mí, pero no me concentre en ellos tenía problemas mas graves.

Comenzamos a caminar por el callejón alejándonos de la multitud.

-Tranquilízate hasta donde puedo ver Aro quiere volver a hablar contigo, hay una posibilidad de que nos salvemos, aparenta calma – Pensaba Alice mientras seguía a Jane.

Como no me iba a preocupar, pero Alice tenía razón, ahora no solo yo estaba condenado, mi hermana y mi Bella al igual que toda mi familia en el peor de los casos, tenía que guardar las apariencias y comportarme correctamente.  

- Yo la recibo- Me aviso y se deslizo por la entrada.

- Todo va bien, Bella -Le dije en voz baja-Alice te recogerá.

Odiaba volver a tener que ponerla en peligro, pero yo no iba a apartarme de ella jamás.

Se agachó y deslizo por el espacio.

- ¿Alice? —Preguntó con voz temblorosa.

- Estoy aquí debajo, Bella —Le aseguró.

Le tomé de las muñecas-¿Preparada? —Pregunte.

-Suéltala.

Le solté y la deje caer.

Fui tras ella luego de asegurarme que Dimitri y Félix seguían tranquilos.

En un segundo estuve a su lado, la rodie con uno de mis brazos y la acerque a mí. Retomamos la marcha, ella me rodeó con ambos brazos, su andar no había cambiado por lo menos eso seguía igual. 

Se veía y sentía intranquila, tratando de controlarse a si misma, su corazón la delataba, su maravilloso sonido, me devolvió la esperanza.

Le para acariciarme la cara y rocé el borde de sus labios, si hubiese podido la hubiera besado, me refugie en su pelo.

Ella se aferró más cerca de mí, con ese simple gesto, en mi despertó la felicidad que creí que nunca volvería a sentir.

No pude evitar perderme en sus ojos, besar su frente y acariciar su rostro.

Todo este tiempo pasó demasiado rápido en comparación con los anteriores.

- Te lo dije, no ibas a poder alejarte de ella por mucho tiempo mas- Pensaba Alice- Ahora a planear como salimos de esta.

Yo asentí imperceptible.

Me di cuenta de que ella tenía frío y se estaba congelando por el ambiente y por mi tacto, por unos momentos me había olvidado de lo fría que era mi piel para ella.

Le solté de inmediato, sosteniéndole solo la mano.

-N-n-no – Dijo tartamudeando, rodeándome de nuevo con sus brazos, trate de proporcionarle calor por fricción.

Atravesamos las dos puertas de conexión de la mansión.

No podíamos estar en un peor lugar, pero al menos estábamos juntos.