Esme estaba un poco absorta en su trabajo estaba haciendo unas comprobaciones y revisando unas cosas sobre algunos pacientes.

Sintió que alguien la estaba observando y cuando se giró vio a su amado esposo. Completamente sexy y mirándola como hasta ahora no la había mirado.

Ella levantó la vista de esas carpetas color azul oscuras y las dejó encima de la mesa.

-Hola- murmuró ella-.

-Hola-.

-¿Querías algo?-.

-Quería hablar contigo-.

-¿Sobre que?-.

-Sobre lo de hoy-.

Ella suspiró y se frotó la cara con las manos por el cansancio.

-Carlisle no quiero hablar de eso-.

-¿No te ha gustado?-.

-No se trata de eso, se trata de que no quiero recordar eso, ha sido un error-.

-¿Error?-.

-Yo quería irme, empezar una vida lejos, soy joven y todavía puedo encontrar a alguien

mejor que tu-.

-¿Crees que eso es posible?-.

-Creo que no puedo mirarte a la cara-.

-En la cama me dijiste que no te irías-.

-Y no me voy a ir, pero el acostarnos ha sido un error-.

-No entiendo esta situación-.

El pobre doctor no sabía como tomarse esa noticia, entonces no se iba pero tampoco sería su mujer como demonios se debía tomar eso... como demonios aceptaría que Esme fuese su esposa pero no lo fuese.

-Vale Esme... lo que quieras-.

Carlisle se dio la vuelta derrotado y se fue por donde vino. Esme siguió con sus historiales y le llamó la atención que intentó abrir el último cajón de su mueble pero no pudo, esto se debía a que había una cerradura en él.

-Enfermera- dijo en voz alta cuando vio a una mujer no más mayor que ella-.

-¿Si?- dijo ella-.

-Pídale a un celador que venga a abrir esto, por favor-.

-Ese... cajón no ha sido abierto en mucho tiempo señora-.

-¿A que se refiere?-.

-Los escritorios fueron recuperados de un hospital psiquiátrico el cual se incendió hace unos años-.

-Vaya... entiendo pero soy libre de abrirlo-.

-Si lo consigue por supuesto que si señora-.

-Gracias-.

ҖҖ

Después de una confortable ducha y de una charla en la cama con su novio, Paula se despidió de él, porque sabía que a sus padres no les haría demasiada gracia. Mañana tendría que volver al mundo real e ir a clase, pero había quedado con Adam en la entrada de su colegio para poder estudiar juntos por la tarde.

Las cosas habían cambiado en ella, estaba radiante, feliz, y sus pesadillas habían menguado al igual que el echo de ver muertos.

Sonrió para si misma tumbada sobre la cama. Escuchó al puerta de abajo y se levantó de la cama, fue hacia la misma y vio a su madre, estaba blanca...

-Mamá...-.

-Dime que no es cierto...- dijo ella mirándola fijamente- dime que no... te has acostado con él-.

Paula se congeló al escuchar a su madre, como demonios... lo había sabido.

-Una mujer... una mujer, me lo acaba de decir y me ha dicho que tengas cuidado... con ese chico porque lo has echo-.

-Mamá-.

-¡PORQUE CON ÉL!-.

Paula se congeló y la miró fijamente.

-Porque es mi vida y yo decido- murmuró-.

Esme estaba en completo cólera, seguramente no le había levantado la mano porque nunca antes lo había echo y no sabía como Paula se podía tomar eso.

El padre de Paula no tardó demasiado en llegar y la miró sin entender que había pasado.

-ELLA SE HA ACOSTADO CON TU PACIENTE-.

-¿Como?-.

-Adam es mi novio...-.

-¡Adam!-.

Paula se echó para atrás al ver la expresión de sus padres.

-Yo le quiero-.

-Adam es muy mayor para ti y...- comenzó a decir Carlisle pero ella le cortó-.

-¿Como puedes ser tan hipócrita? No es mayor para mi ya que tu te has follado a enfermeras que podrían haber sido tus hijas, estando casado y con una hija, así que no me des lecciones de moral-.

-¡NO LE HABLES ASÍ A TU PADRE!-.

-Y TU, ERES UNA CORNUDA CONSENTIDA QUE NO MERECE EL MÁS MÍNIMO RESPETO-.

-NO TE ATREVAS A HABLAME ASÍ, NO MEREZCO QUE...-.

-LO MERECES, SI LE HUBIESES DEJADO CUANDO TUVISTE OPORTUNIDAD NO ESTARÍAS EN ESTA CASA, INTENTANDO HACER DE ESPOSA PERFECTA COMO SI NADA PASASE-.

Paula se fue corriendo a su habitación como si fuese un refugio nuclear y estuviese a punto de estallar una bomba, se sentó en la cama y respiró hondo, estaba tensa y cuando miró al frente una mujer de ojos verdes a la que no había visto nunca se sentó frente a ella, claramente era una muerta.

-Hola preciosa-.

Su voz era suave.

-¿Quien eres?-.

-Yo una...-.

-¿Una?-.

-Soy una de las que él mató-.

-¿Que...?-.

-El chico con el que estás... te traerá problemas, tuve que avisar a tu madre... ese novio tuyo me mató, me asfixió mientras dormía, por ser la novia de su padre y ocupar el lugar de su madre... ese hombre es el demonio echo carne-.

Paula se tapó la cara con las manos.

-VETE!-.

-NO HUIRÁS DE MI TAN FACILMENTE, TODOS EN ESTA CASA ESTÁN AQUÍ POR CULPA

DE TU NOVIO!-.

-VETE, VETE!-.

Cuando abrió los ojos y retiró sus manos... vio que no había nadie, su corazón latía con fuerza y estaba llorando... no podía ser verdad.