La muchacha estaba con la mano en la boca succionando la sangre que corría rápidamente por su herida pero podía ver aun sus venas y su sangre correr por ellas, como podía resistirme a ese manjar. ¿Quien podía hacerlo? inclusive sentía como mi tío Jazper Irradiaba los mismos sentimientos que yo... aunque este fue más sensato y dejo de respirar.
Su aroma era algo insoportable. Era lamentable para ella por que se había convertido en mi presa.
Al correr a su dirección muchas manos me tomaron, pero ninguna fue capaz de sujetarme, los gruñidos provenían de todas partes, pero lo único que me preocupaba en ese momento era ese sonido del corazón de la muchacha, era tan hermoso, solo quería apoderarme de él… y podía sentir como la sangre recorría cada parte de su cuerpo, el sonido de su corazón era la que la delataba, ella sería mi presa, ella era mi almuerzo…
Delante de mí se encontraba mi último obstáculo, Rebeca… ella no sería tan difícil de apartar tal como lo había hecho con el resto de mi familia me preparaba para enviarla a volar por los aires cuando ella me sostuvo por las manos, ella era tan fuerte, mucho más que yo… ¿Por qué?
-Detente -. No entendía muy bien sus palabras con las brazas a fuego vivo en mi garganta no podía reaccionar.
Sentí como muchos brazos estaban a mí alrededor en ese momento, la fuerza se me estaba agotando y gruñía a mis opresores quienes no comprendían que la sed era demasiada como para apagarla por mí misma... como demonios querían que siguiera viviendo si no tenía ese manjar junto a mí.
Vi la cara de la muchacha quien parecía completamente confundida… su rostro que aun tenía un color esencial para mi existencia, deseaba tener su sangre.
-Suéltame -. Gruñí a Rebeca quien no parecía hacer ningún esfuerzo al sostenerme.
Me soltó, pero se puso en posición de defensa frente a la muchacha quien parecía aun no comprender nada... Fue entonces cuando mire la cara de mis familiares... esto no estaba bien.
Corrí a la salida, si no quería que el sentimiento de querer matar a la muchacha volviera tenía que salir de hay, debía escapar como fuera.
Sentí las voces de quienes me llamaban, pero no me importo, solo quería salir de ese maldito lugar, era la primera vez que tenía la oportunidad de salir y lo había arruinado.
Camine a paso normal cuando vi que un automóvil al que había dejado atrás frenaba brusco. No estaba sola y tendría que mantenerme lejos de alguien con alguna herida, por lo que decidi no respirar, por lo menos así no podía sentir ese sabor.
Llegue a un parque, sabía que si algún niño estaba a mi lado no podría hacer nada malo, por alguna razón que desconocía amaba a los niños como si fueran algo preciado, y no iba a permitir que se les hiciera algo malo.
Los niños jugaban alegremente mientras sus madres los observaban mientras conversaban entre ellas, la mayoría solo iba a ese lugar para estar juntas con sus amigas y los niños pasaban buenos momento.
-Sabes que ayer un hombre me miro con esa cara de comerme -. Me reí, seguramente ella jamás había visto una cara así realmente.
-Bueno hay hombres que están totalmente fuera de lugar… a ellos habría que matarlos -. Contestaba una mujer alta que estaba a su lado.
No seguí escuchando por que los niños estaban jugando gustosamente y eso me calmaba.
En una pequeña caja de arena había por lo menos cuatro niños riendo mientras se lanzaban cosas unos a otros.
-Ahora -. Dijo un hombre que se encontraba a mi lado a otro que se encontraba a su otro lado.
Sentí como sus débiles manos sujetaron mis manos mientras intentaba levantarme en vano.
-Sígueme o te mueres aquí -. Dijo el hombre quien tenía puesta una pistola en mi espalda, quizás la única lastimada sería la bala con mi cuerpo.
Me levante y lo seguí, no podía matarlo frente de los niños, no hay.
Llegamos a un callejón oscuro en donde nos esperaban cinco hombres más, en sus caras pude ver sus intenciones y reí con ellas… no lo permitiría.
Uno se me acerco para besar mis labios, pero se estremeció con mi piel.
-¿Cuánto por ella? -. Pregunto uno de los hombres más grandes que se encontraba con un saco.
-Bueno sabrás que ella es algo diferente, yo creo que él doble -. Me reí… era una cazadora apresada por sus presas… ¿presas? Me encanto esa idea.
-Por primera vez te encuentro toda la razón.
El hombre saco de su billetera una gran cantidad de dinero y el hombre lo recibió.
-¡Que la disfruten! -. Grito cuando me lanzo sobre los hombres.
Después me encargaría de él… tenía cinco presas en frente.
Alice
Carola era la pareja de Rebeca ellas se amaban, no era una relacion normal, pero ellas se amaban tanto que Rebeca estaba en un gran dilema... ella amaba tanto a Carola que no quería que esta estuviera lejos de ella, pero habían muchos vampiros que la seguian por sus grandes sabidurias, no podía establecerse en un lugar, muchos la habían querido en sus fuerzas por que ella era la vampiro más fuerte de todos, su fuerza inclusive era mucho mayor a la de los Neofitos recien creados, pero ella solo quería quedar al lado de Carola.
Rebeca estaba encantada en ir, además sabian que ella podía ser quien era realmente cuando estaba con nosotros. Pero el problema de Rebeca era que Carola no sabía nada de los vampiros ni de la sociedad secreta que eramos, pero solo era por protección ya que Carola al no saber la verdad podía seguir viviendo, inclusive se había acostumbrado a comer la asquerosa comida humana que todos los días le llebava Carola.
Rebeca era una de las disipulas de Carlisle, ella se había convertido como nosotros cuando conocio a Carlisle por lo que estabamos contentos en tenerla en nuestra familia.
Helena estaba buscando el vestido que había visto con su amiga la vez que habían venido a comprar uno de ellos para el baile de Romeo y Julieta, Pero ese vestido no estaba hay cuando le iba a decir de donde tenia ese recuerdo vi lo que no se podía evitar.
- ¡¡Edward!! -. le grite y el se poso frente a Helena quien parecia una bestia, ella comenzo a correr en dirección a la muchacha quien solo miraba asustada, ella no sabía nada de todo esto. Intente detener a Helena, pero nadie lo pudo hacer, solo esperabamos que Rebeca la pudiera detener y no nos equivocamos, Rebeca quería acesinar a Helena, pero no lo permitiriamos.
Helena salió corriendo por la puerta, ella estaba confundida, no sabía donde ir.
- ¡Alice! -. Me grito Edward mientras yo solo intentaba concentrarme para ver donde se podía ir... me estaba asustando mucho, Jacob por primera vez estaba haciendo algo coherente y se alejo para que pudiera ver las cosas...
Edward comenzo a correr en cuanto vio lo que veía...
Helena estaba en un callejon con unos hombres de pensamientos bastantes indecentes y después de eso Helena por fin tendría su festín...
Helena
Mi padre fue el primero en llegar a mi lado y su cara cambió drásticamente cuando vio cinco cuerpos a mí alrededor y mis ojos completamente rojos, más rojos que lo de costumbre, además los lentes de contacto ya se habían disuelto con la ponzoña.
-Helena -. Dijo mi padre y yo le sonreí, tenía la blusa rasgada y se podía ver mi ropa interior por la falda que también estaba rasgada y con unas cuantas marcas de pólvora.
No fue mi culpa, yo estaba calmada cuando ellos quisieron hacer algo que no debían… solo los "comí" por que ellos querían hacer algo con migo que no era decente -. Mi padre me miro un tanto confuso y me entrego su chaqueta -.
-¿Crees que haya algo que dañe este cuerpo? -. Vi todas las marcas de pólvora en mi ropa y las balas tiradas en el piso.
-Si, si lo hay -. Me mostró los dientes y comprendí, solo dientes de un vampiro podría destruir el cuerpo perfecto de otro. -. ¿Qué vamos a hacer con ellos?
-No tengo un plan determinado, suponía que ustedes podrían encontrar algo que hacer con estas cosas.
-Hay que quemarlos -. Dijo mí Tía que estaba llegando -. No se extrañara a estas bestias.
La cara de mi padre cambió y se volvió completamente oscura, parecía que en los pensamientos de mí tía Alice el vio algo que no le gusto.
-¿queda uno? -. Dijo mi padre y asentí con la cabeza.
-No lo mate por que no quería que estos se escaparan.
-No debiste matar a nadie Helena, eso estuvo mal -. Dijo mi padre severo aunque parecía un tanto complacido con mi actuar… eras mucho mejor matar a esas bestias que a la muchacha de la tienda -. Ahora buscare al otro para hacerle entender algunas cosas… Alice -. Llamo mi padre quien ya se iba -. Quédate con ella por favor -. Mi tía sonrió -. No planeaba hacer eso, aunque ahora que lo mencionas no es tan mala idea.
Mi tía rió mientras mi padre se alejaba a gran velocidad.
Mi tía se quedo con migo y llevamos los cuerpos a un sitió solitario a las afueras de la ciudad.
-¿Y los demás? -. Mi tía rió.
-Bueno algunos te están buscando, cuando te fuiste tu padre salió disparado detrás de ti y como ninguno de nosotros te vimos si quiera decidimos buscar tu olor nos dividimos, pero antes de que alguno diera un paso vi lo que planeabas hacerles a esos bastardos y bueno… supe donde estabas.
Ella de seguro había visto cada uno de mis movimientos al matar a esos cinco hombres, aunque hubiera deseado que no lo hiciera, no había sido tan grato mirando que estando en el lugar.
Mi tía decidió que lo mejor era quemar los cuerpos, mis manos habían quedado marcadas en ellos tan fuertemente que las huellas digitales se impregnaron en sus pieles, además de que mis dientes se encontraban en ellos también.
Sus cuerpos ardieron muy rápido, no me había dado cuenta, pero ellos estaban lo bastante bebidos como para no sabes lo que hacían pero no me dio cargo de conciencia, ya lo habían hecho antes de eso estaba segura.
Me fui con mi tía Alice al encuentro de los demás miembros de mi familia, todos ya se encontraban en casa, incluso mi padre quien parecía complacido de esto.
Mi madre y mi abuela me regañaron por lo que había pasado, no por el ataque más bien por el hecho de haber matado a personas que no tendrían que morir, por lo menos ellos no seguirían cometiendo más atrocidades con muchachas que no se podían defender.
Estuve castigada sin salir durante algunas semanas, aunque no era mucha la diferencia estar afuera que adentro, después de todo siempre estaban a mi lado sin excepciones.
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