Tormento

Autor: andreaa
Género: General
Fecha Creación: 15/11/2009
Fecha Actualización: 22/11/2009
Finalizado: SI
Votos: 8
Comentarios: 41
Visitas: 35881
Capítulos: 30

De un día para otro todo cambia, la persona que creías que iba a estar a tu lado siempre, desaparece sin mas y incluso tu familia se vuelve un extraño para ti.

Nadie es capaz de darte ni una mínima parte de lo que necesitas, solo quieres escapar, pero no puedes.

Entonces, ¿que haces?

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Capítulo 15: desaparici贸n

Lo único que podía oír era la voz de Jake.

 

- Nessie, Nessie, estas bien. – gritaba con voz desesperada. - ¿Por qué lo has hecho? ¿Qué pretendías? –gritó ya fuera del coche y yo me pregunté, sumida en mi inconsciencia, quien había sido el causante de nuestro accidente.

 

En ese momento mi mente se desconectó de cualquier relación que pudiera tener con la realidad y me sumí en una oscuridad envolvente. No estaba segura de si me encontraba consciente o inconsciente pero pude sentir como unos brazos me levantaban.

 

Desperté, sin saber cuanto tiempo había estado “dormida”. El olor a tierra mojada típico de los bosques de Forks me inundó. Y mis ojos, muy lentamente, se habituaban a la oscuridad distinguiendo la sombra de algunos árboles y una figura humana que no podía distinguir estaba muy cerca de mi.

 

-          ¿Estás bien? – susurró la voz fina, de una mujer. – Ha despertado – gritó y dos figuras mas, en las que no me había fijado, se acercaron corriendo hacia mi.

-          Nessie – susurró Jake en mi oído.

 

Quise lanzarme hacia él, abrazarlo, pero mi cuerpo no respondía, estaba entumecido y dolorido. No sabía muy bien que era lo que había pasado y por que me encontraba en medio del bosque con Jake y dos personas mas.

 

La otra figura se sentó en el suelo e hizo que reposara mi cabeza en sus piernas, entonces pude ver que se trataba de Alec. Me di cuenta de que estaba conteniendo la respiración y que su expresión era tensa y seria. Hacía tiempo que no le veía y en esas largas horas sin su compañía sus ojos había adoptado ya ese color marrón miel que caracterizaba a mi familia, a los vampiros vegetarianos.

 

-          ¿Qué pasa? – quise saber por que tenía esa preocupación gravada en su rostro. - ¿por que contienes la respiración?

 

Él señalo mi frente. Recordé que en el accidente me había golpeado la cabeza con el salpicadero de la furgoneta. Pasé mi mano por el lugar que me había golpeado y cuando me di cuenta ví mi mano manchada de rojo, estaba sangrando.

 

-          Lo siento – dije atropelladamente e intenté levantarme, no quería hacerle sufrir mas de lo necesario.

 

Cuando vio mis intenciones, impidió que me levantara.

 

-          Descansa, no te conviene moverte demasiado

 

Era increíble. Estaba soportando mi olor y nadie le obligaba a hacerlo, podía marcharse si quisiera y no se lo tendría en cuenta. Pero él decidía cuidarme y quedarse conmigo en medio del bosque.

 

Entonces me di cuenta de que estábamos en medio del bosque después de haber tenido un accidente de coche. No entendía como ni por que habíamos ido a para allí. Y tampoco entendía por que estábamos nosotros cuatro cuando en el coche solo íbamos Jake y yo. En cambio me encontraba rodeada por altos árboles y acompañada de Alec, Jake y … ¿Quién era ella?

 

Intenté fijarme bien, aun que a causa de la oscuridad tenia la vista muy limitada. Entonces vi que la chica estaba agarrada del brazo de Jake y comprendí de quien se trataba. Era Meg.

 

Los celos volvieron a inundarme pero cuando quise moverme la cabeza me retumbó, como si desde dentro de ella alguien se dedicara a dar martillazos.

 

-          ¿Qué hacemos aquí? – pregunté sin dirigir la pregunta a nadie en particular, simplemente quería saberlo.

-          Escondernos – contestó Meg.

 

Me dio muchísima rabia que fuera ella quien me contestara. No había tenido tiempo de conversar con ella pero ya, de ante mano, no la soportaba.

 

Al ver mi cara roja por los celos, Jake me dedicó una de esas sonrisas que tan loca me volvían, entonces recordé que debía mantener las apariencias.

 

-          ¿De que? – pregunté mirando a Alec.

-          No lo se Nessie

 

Conseguí incorporarme y apoye mi espalda en el tronco de un árbol. Ladeé la cabeza y la posé en el hombre de Alec. Este me acarició la cara y retiró un mechón de mi pelo recogiéndolo detrás de mi oreja.

 

Supuse que debería estar asustada por que ellos tres parecían muy tensos, y según me habían dicho nos estábamos escondiendo. Pero me sentía muy segura. Tenía a mi lado a mi mejor amigo y al hombre de mi vida.

 

-          ¿Vamos a casa? – pregunté, ya estaba cansada de jugar al escondite.

-          No podemos – contestó Jake.

-          ¿Por qué?

 

Entonces vi en sus caras que la preocupación aumentaba y los ojos de Meg emitieron una pequeña lágrima que se perdió entre su pelo. Algo grave estaba pasando y nadie me decía que era

 

Nadie contestaba a mi pregunta y ellos se dedicaban miradas extrañas, como si buscaran una aprobación para poder hablar. Entre el jueguito de las miradas el silencio se instaló en ese claro del bosque y mi pregunta seguía sin respuesta.

 

Miré a Alec a los ojos antes de volver a insistir.

 

-          ¿Por qué no podemos ir a casa?

-          Por que alguien nos busca

-          ¿A los cuatro? – pregunté sin que nada tuviera sentido.

-          Volví a casa y no había nadie allí,- dijo Alec -  pensé que se habían ido a cazar pero pude oler un efluvio de un nuevo vampiro. Me asusté y fui a buscarte y fue cuando me encontré con ella. – Señaló a Meg.

-          Yo volví a la reserva después de haberme dado un baño en la playa y allí tampoco había nadie y el efluvio a vampiro estaba presente en todas las casa. – nos contó Meg

-          ¿efluvio? ¿Tu también…? – pregunté sorprendida

-          Si, también soy un licántropo – contestó poniendo los ojos en blanco.

-          Cuando la encontré – continuó Alec – me contó lo sucedido y nos dimos cuenta de que estaba pasando algo muy extraño. Pude oír el ruido de tu furgoneta y fui a buscarte. Me puse delante de la carretera para pararte y fue cuando chocamos.

 

Estaba asimilando la información obtenida. Era demasiado para mi. Primero las confesiones de Jake en la cena y ahora esto. Mi cabeza era una máquina trabajando a toda velocidad, procesando de manera continua y sin descanso.

 

Todos habían desaparecido y solo quedábamos nosotros cuatro. Entonces Alec se levantó bruscamente y mi cabeza cayó de su hombro.

 

-          ¿Oís eso? – preguntó en un susurro tan débil que dude que los licántropos lo hubieran oído.

-          Yo no oigo nada – me atreví a decir.

-          Por eso mismo. No se oye ningún ruido. Ni animales, ni pájaros, ni el viento. Eso es muy extraño.

 

Los cuatro nos concentramos agudizando el oído y contribuyendo a silencio. De pronto Meg rompió ese silencio tan sobrenatural

 

-          Cuidado – gritó desesperada antes de que algo cayera encima de nosotros.

Capítulo 14: accidente Capítulo 16: extra帽o

 
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