Caminé durante un rato jugando con la lata en mis manos, vi un bote de basura y la dejé así, cuando levanté mi rostro, mi mundo se vino abajo.
Ahí estaba de nuevo la pelirroja esa prácticamente comiéndose a Edward, quien parecía estarlo disfrutando, pero cuando se giró un poco, me vio. Su rostro parecía apenado, pero no me importaba… En ese momento lo único que me importaba era que mi corazón estaba rompiéndose en tantos pedacitos que lo podía escuchar.
Rápidamente me volteé y comencé a caminar, debería llamar a Alice para que me buscara ya que había olvidado mi cartera en el apartamento…
-¡Bella, espérame!- escuché que decía Edward.
-Déjala, es una niña- dijo una voz femenina, supuse que sería la pelirroja.
-CALLATE TANIA, DEJA DE PERSEGUIRME- gritó Edward- ¡Espérame Bella!- volvió a gritar.
Yo me agaché y me quité los zapatos, no podía correr con ellos. Cuando lo hice me volteé un poco, ya sentía como las lágrimas se apoderaban de mis ojos y de mis mejillas, y vi a Edward, estaba tratando de soltarse del agarre de la pelirroja y me veía con desesperación.
-No- dije y supe que pudo leer mis labios, ya que su cara se contrajo en una mueca de dolor y yo comencé a correr.
No supe por donde corría descalza, pero si que empujé a muchas personas en el camino.
Llegué a una parte del lago que no había visto. Tenía muchos árboles con ramas bajas que daban la sensación de ser asientos, por lo que me senté en el más alejado que encontré, viendo a la laguna. Mi BlackBerry decía que eran las 5.30 de la tarde.
-Que poco duró mi felicidad- dije entre lágrimas mientras subía mis piernas al tronco donde estaba sentada. No me importaba el vestido, ni los zapatos, ni el maquillaje ni nada. Mi cumpleaños había sido perfecto hasta el momento que decidí salir con Edward.
Lo admito, disfruté hasta que vi lo que vi, pero eso no compensa lo mal que me siento en este momento.
¿Por qué nadie me quiere como más que una amiga? ¿Tan fea soy? ¿Valía la pena arriesgarme a enamorarme de Edward para que pasara esto?... A las primeras dos preguntas no tenía una respuesta clara, pero a la última si… Si Edward me hace llorar, no vale la pena que me enamore de él… Aunque ya era muy tarde. Estaba loca e irrevocablemente enamorada de Edward Cullen, pero él no estaba enamorado de mí y no podía hacer nada al respecto.
No sé cuánto tiempo estuve ahí, con mi frente en mis rodillas y llorando desconsoladamente. Cuando me calmé un poco, me senté en posición de indio sobre la rama y recosté mi espalda sobre el tronco principal del árbol. Podía ver como la tonalidad del agua había cambiado de un azul verdoso a uno un poco anaranjado y marrón.
-Sí que es hermoso- dije recordando las palabras de Edward… “Es más bonito al atardecer” había dicho. Me sorprendió cómo mi mente recordaba perfectamente la voz de Edward.
Cerré mis ojos concentrándome solamente en los momentos felices de éste día, tratando de olvidar lo que había pasado. Sabía que no podía hacerlo, pero por lo menos lo intentaba.
Cuando abrí mis ojos, estaba el chico al que Edward le había comprado la rosa ante mis ojos.
-Hola señorita- dijo con una enorme sonrisa.
-Hola- dije y mi voz sonó ronca por todo lo que había llorado.
-Una niña tan linda como usted no debería estar llorando- dijo y me regaló otra sonrisa que me hizo sonreír.
-Gracias, pero en este momento eso es lo único que quiero hacer- dije mirando al chico. No era muy pequeño, pero tampoco tenía mi edad.
-El chico con el que andaba me pagó para que le diera esto- dijo entregándome un tulipán rojo, el cual agarré sorprendida.
-¿tú no vendías rosas?- pregunté extrañada.
-Sí, ésta flor me la dio el chico para que se la diera… ¿Usted sabe el significado de las flores?- me preguntó.
-No, pero me gustaría saberlo- dije sincera.
-Bueno… yo se que una Acacia significa un amor secreto, como aquellos que no se pueden decir en voz alta aunque lo quieras gritar a los cuatro vientos, pero también significa amor a primera vista. Un clavel rojo significa la esperanza en un primer amor, para que éste florezca con el tiempo, como un clavel. Una Gerbera significa la importancia que tienen las cosas, como por ejemplo escuchar lo que alguien tiene que decir con respecto a una situación cualquiera- dijo el chico mientras levantaba una ceja.
-¿Quién te dijo que esas fueron las flores que me dieron?- pregunté sonriendo.
-Alguien que está tan enamorado de usted, que no puede verla llorando- dijo.
-¿Sabes que significan las rosas rojas?- pregunté sin dejar de ver mi tulipán
-Claro, significan amor y pasión, también pueden significar unión y mezcla de sentimientos, pero sobre todo significan amor- dijo y lo vi. El chico no había dejado de sonreír en ningún momento.
-¿Y sabes que significan los tulipanes rojos?- pregunté y ahora si lo vi. El chico se puso totalmente rojo.
-Ese significado está en esta carta, espero que se encuentre mejor- dijo sonriendome mientras se iba corriendo.
-¿Una carta?- dije después de un gran suspiro y abrí la carta. Tenía la letra de Edward… ¿qué estaba pensando este chico?
“Que estúpido soy…
¿Cómo es posible que siga haciendo llorar a la chica de mis sueños?...
No sé porqué ella se fijó en mí, pero yo si se lo que veo en ella, es auténtica, es carismática, tiene una hermosa sonrisa, unos profundos ojos color chocolate que hacen que quiera verlos todo el tiempo, tiene unos maravillosos labios que estoy loco por besar, pero eso no es todo… Eres tú Bella, eres la chica que ha hecho que mi vida tenga color… Tal vez te han dicho que nunca sonreía, y es verdad. No sonreía porque no tenía razón para hacerlo… Alguna vez si tuve novia, pero nunca consideré que ella fuera mi complemento, nunca sentí lo que siento cada vez que te veo, nunca sentí lo que siento cada vez que te duermes sobre mi pecho y puedo sentir tu tranquila respiración en mi piel… Es más, nunca sentí lo que siento cuando te veo leyendo esta carta y puedo decir que tienes una sonrisa en tus hermosos labios, pero que a pesar de eso tus lágrimas siguen cayendo por mi culpa…
El significado de los tulipanes varía con respecto al color del mismo, los rojos significan respeto, lealtad, y amor… pero no es cualquier clase de amor, es amor eterno… Bella, por favor, mira al frente…
Edward”.
Mi respiración estaba entrecortada y no me había dado cuenta que estaba llorando por las palabras de Edward… De nuevo lloraba por Edward, pero esta vez estaba llorando de felicidad… ¡Edward me decía lo que le gustaba de mi!, aunque fuese en una carta…
Levanté mi rostro y Edward estaba parado frente al árbol mirándome fijamente.
Me bajé descalza y caminé hacia Edward, tenía que levantar mi rostro para poder ver sus ojos. Él también había llorado, lo veía en sus ojos.
-¿Por qué lloras?- le pregunté en un susurro mientras colocaba mi mano en su mejilla. Cuando lo toqué sus ojos se cerraron y puso su mano sobre mi mano.
-Porque soy un estúpido- dijo y abrió sus ojos… Sus hermosos ojos color verde estaban un poco irritados, pero igual eran mis hermosos ojos verdes... ¿Dije “mis”?
-No eres estúpido, tal vez un poco tonto, pero no eres estúpido- le dije sonriéndole.
Edward también sonrió ante mi comentario.
-Está bien- dijo mirándome a los ojos.- Bella, siento tanto hacerte llorar- dijo y yo quité mi mano de su cara.
-No importa- dije mirando al suelo.
-¿Cómo que no importa?- dijo exasperado-¡Claro que importa!- terminó y acunó mi rostro entre sus manos- Tienes que saber que Tania es mi ex novia- dijo y rápidamente me solté de su agarre.
-No creo que quiera saber nada de ella- dije y sentí como me abrazaba y me acunaba contra su pecho.
-Tienes que saber- dijo y lo vi a la cara- eso fue hace mucho tiempo, de hecho creo que fue a principios de la secundaria, pero ella es una loca acosadora que todavía piensa que estamos juntos, ya no encuentro la manera de decirle que me deje en paz… necesito que me deje en paz para…- dijo y me vio directo a los ojos.
-¿Para qué?- pregunté para que continuara.
-Para estar contigo- dijo y me abrazó más fuerte- “Amar es arriesgarse a que no te quieran. Esperar es arriesgarse a sentir dolor. Intentar es arriesgarse a fracasar. Pero hay que arriesgarse. Porque lo más peligroso en esta vida es no arriesgar nada”- dijo mientras me tenía abrazada.
-Qué lindo eso, me describe completamente… - dije pero no me dejó terminar, ya que me puso un dedo en los labios.
-No lo dije por ti, lo dije por mí… me quiero arriesgar a enamorarte, me quiero arriesgar a poder tenerte conmigo- dijo sonriendome de lado.
-Arriésgate- dije en un susurro.- Ehhh… quiero decir, gracias por el tulipán, no sé de donde los sacas, pero son hermosos- dije desviando mi mirada.
Edward puso un dedo bajo mi barbilla y me hizo entender que quería que lo viera a la cara.
-No quiero pasar ni un minuto más de mi vida sin ver tus hermosos ojos- dijo sonriendome mientras acomodaba un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.- Bella, te quiero no por lo que eres, sino por lo que soy cuando estoy contigo… Soy feliz teniéndote entre mis brazos, me siento completo- dijo y apretó su abrazo en mi cintura.
Enrollé mis brazos alrededor de su cuello, haciendo que Edward se agachara para que su rostro quedara a la misma altura del mío.
-No me digas que me quieres…- comencé y los ojos de Edward se abrieron como platos. Una sonrisa enorme se puso en mis labios y terminé lo que comencé a decir- Demuéstramelo- dije y nuestros labios se encontraron por fin.
Nunca pensé que Edward fuese tan tierno, tan lindo y sobre todo tan buen besador… Mi primer beso estaba siendo con el chico de mis sueños, todo estaba perfecto… estaba enamorada de Edward. Lentamente Edward me levantó del suelo y comenzó a darme vueltas como lo había hecho Emmett en la mañana.
-ESTOY TAN FELIZ- dijo mientras me colocaba en el suelo y agarraba mi rostro entre sus manos y depositaba millones de besos tiernos por el mismo, sobre todo sobre mis labios- No sabes cuánto tiempo había esperado para besarte Isabella- dijo entre besos.
-Y tú no sabes cuánto tiempo había esperado yo por mi primer beso- dije sonriéndole.
-¿En serio te di tu primer beso?- dijo mientras seguía besándome.
-Si- dije riéndome y separándome de Edward…
-No sabes lo que hiciste en mi mundo, lo volteaste completamente- dijo abrazándome.
-De nada- dije sonriendo contra su pecho.
-¿Te parece si te invito a cenar para reparar el daño?- me preguntó sin dejar de abrazarme.
-Claro, vamos- dije- pero tengo que ponerme los zapatos, Alice me va a matar cuando me vea- terminé riendo.
-Te ves hermosa Bella- dijo besando la parte alta de mi cabeza.
Me puse los zapatos y agarré mis flores y caminé abrazada con Edward hacia el Volvo.
Cuando nos sentamos en el Volvo, baje el tapasol y me vi en el espejo. Esperaba tener el maquillaje regado por las mejillas gracias a las grandes lágrimas, pero no era así. Solamente quedaban las marcas por donde habían caído mis lágrimas, pero el maquillaje estaba intacto, por lo menos el de los ojos.
-Creo que Alice sabía que iba a llorar- dije riendo sin dejar de verme en el espejo.
-No lo dudo- dijo Edward sin reír- Alice siempre sabe las cosas, todavía no me lo puedo explicar, es como si supiera el futuro.- terminó y me volteé a verlo.
-Lamento no haber traído mi cartera- dije sonriéndole mientras intentaba cambiar sutilmente el tema de conversación.
-¿Por qué?- preguntó sonriendome de vuelta.
-Porque así pudiese tener conmigo aunque sea un poco de polvo, para arreglar mi maquillaje- dije y Edward me sonrió ampliamente.
-Alice siempre deja un kit de emergencia en la guantera que tienes al frente- dijo mientras me señalaba el lugar donde debería estar el kit de Alice.
-Oh, claro- dije sonriendo y abrí la guantera. Ahí adentro había de todo, delineadores, tapa ojeras, labiales, rubor incluso había distintos tonos de polvo.
Escogí el que más se parecía a mi tono de piel y me lo coloqué rápidamente, colocando todo en su sitio.
-No hay forma que te veas más linda- dijo Edward y me giré para verlo.
-Gracias- dije en un susurro mientras sentía como mis mejillas comenzaban a arder.
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