Alice me dejo en mi departamento con las miles de bolsas que contenían las cosas que me compro y me señalo específicamente en la cual estaba mi vestido, mis zapatos y mis accesorios. Ella iría a su casa a prepararse y Jasper pasaría por ella al igual que Edward por mí.
Me duche y humecte mi piel con la crema que mi amiga dejo para mí, la cual tenía un olor de lo más exquisito. Me coloque el vestido azul marino con piedras plateadas y los tacones plateados, a mi cabello solamente lo seque y deje que se ondule, como siempre lo hacía, y agarre un mechón de cada lado e hice una trenza que uní con un broche de brillantes que Alice compro sin que yo pudiera protestar, también me maquille un poco. Ahora solo me quedaba esperar por Edward.
Mire mi reloj y eran las ocho en punto por lo que Edward debería de estar viniendo o si no se tendría que aguantar la furia de Alice.
Golpearon la puerta y yo me apresure a abrir para encontrarme a Edward en un traje gris tirando al negro y una camisa blanca muy linda, su cabello rebelde como siempre y su sonrisa que aumento al verme. Me observo de arriba abajo lo único que salió de sus labios fue un:
-Wow-yo le sonreí-Bella te ves fenomenal, hermosa, radiante y muchas cosas más.
-Gracias, tu también estas guapo-me acerque y roce sus labios con los míos inhlando su aroma-vamos a conocer a tu familia.
Edward condujo hacía las afueras de Seattle y se metió por un camino que estaba rodeado de pinos, árboles y mucha vegetación, siguió por un sendero y yo empezaba a preguntarme ¿En dónde rayos esta la casa? Hasta que pude visualizar a una ¿Casa? No, eso le quedaba chico, una mansión de unos tres pisos, completamente iluminada y rodeada por flores y todas clases de pinos y arbustos, la “casa” era verdaderamente enorme. Mire a Edward con los ojos muy abiertos y el sonrió ante mi expresión.
El aparco el auto enfrente de la mansión y me abrió la puerta, yo baje y tome su mano entre la mía mientras él me conducía hacia el interior de la casona.
Si afuera era lindo adentro no se podía explicar, la casa estaba llena de muebles tallados a mano, pinturas y de las originales, esculturas y un buen gusto hasta en el pequeñísimo detalle toda la casa estaba bien organizada y en sincronía, hasta los escalones de afuera formaban parte de lo que era adentro, era simplemente hermosa.
-¿Te gusta?-pregunto Edward divertido.
-Que si me gusta, es preciosa-murmure sin dejar de observar a mi alrededor.
-¡Bella!-Alice apareció de la nada y me hizo dar un brinco-¡Te ves hermosa! Me alegra que hayas seguido mis consejos, solo faltan ustedes así que vengan a la mesa.
Alice nos guio hasta un comedor en el cual en el centro del techo colgaba una enorme araña de cristal y la mesa, tan delicada de una madera especial y un vidrio que la cubría, aparte de las sillas que estaba perfectamente talladas. Cuando entre me percate de la decoración y no de las personas que se encontraban en la sala pero pude apreciar a una hermosa mujer de unos cuarenta años pero aun así, hermosa, con su pelo castaño y ondulado que miraba a Edward con un brillo en los ojos indescriptible y al lado de esta un hombre de casi la misma edad que la mujer de un cabello rubio y rasgos perfectos. Luego en frente de ellos se encontraba Jasper y Alice que se sentó a su lado y después Emmett y Rosalie.
-Edward hijo, al fin llegas-dijo la mujer sonriendo en nuestra dirección.
-Disculpa madre es que se me hizo un poco tarde-Edward sonrió y la mujer señalo en mi dirección.
Yo me quede dura y sentía que el rubor subía cada vez más.
-Oh, claro, familia les quiero presentar a Bella Swan, mi novia-Edward lo dijo con tanto orgullo que no sería raro que se pusiera a bailar, yo solo sonreí y me ruborice inevitablemente.
-Bienvenida Bella, soy Esme Cullen, la mamá de estos chicos-Esme se paró de su asiento y se dirigió a mí a darme un cálido abrazo al cual yo correspondí, era una mujer muy dulce que me hizo sentir al instante cierto aprecio hacía ella.
-Hola Bella, soy Carlisle, el padre-Carlisle sonrió en mi dirección y asentí.
Edward me dirigió hacía mi asiento, junto a Carlisle y él se sentó a mi lado.
La cena fue de lo más entretenida, hicimos chistes y Carlisle y Esme contaron sobre su viaje y me dieron unas ganas tremendas de poder ir a los lugares que ellos describían, comimos una pasta italiana, una receta de la abuela de Esme que hizo que todos quisiéramos repetir sobre todo Emmett que se atragantaba con lo rápido que comía. Esme me pregunto por mí, a que me dedicaba, mi edad y demás cosas que respondí de lo más natural, como si tuviéramos una confianza que se fortaleció al pasar los años. Me sentí muy a gusto, la familia de Edward era muy especial y me encariñe mucho con ella, después de comer decidimos jugar a un juego familiar mientras tomábamos unas cervezas.
-Nosotros nos vamos a dormir, estamos cansados después del viaje fue un placer Bella-Carlisle se despidió.
-Un placer y me alegra que hayas entrado en la vida de mi hijo, aprecio mucho eso-yo asentí y le sonreí a Esme mientras esta subía escaleras arriba.
-Adoro a tu familia-le murmure a Edward dirigiéndonos a la sala donde todos gritaban.
-Me alegra que así sea-me beso la mejilla.
-Oye Bella ¿Carlisle y Esme subieron a dormir?-pregunto Emmett y yo le miraba con el ceño fruncido.
-Sí, acaban de subir-respondí y una sonrisa traviesa se formó el rostro de Emmett.
-Alice trae las bebidas-grito Emmett. Alto. ¿Bebidas? Alice apareció con dos conservadoras y al abrirlas vi las botellas.
-Oh, no definitivamente no. ¿Qué pasa si se despiertan y nos ven a todos en el piso diciendo incoherencias?-pregunte y Rosalie se echó a reír.
-No sería la primera vez, somos mayores, además es solo un traguito-respondió Rosalie.
-Tomemos jugando a un juego, yo sé uno, cada uno tiene que sacar un papelito de esta caja-Alice mostro la caja-yo revolveré primero los papelitos de colores y diré un color por ejemplo: rojo y luego vuelvo a mezclar todos los papelitos y cada uno saca y al que le toca rojo deberá beberse una copa entera de Tequila, Whisky o Vodka ¿les parece?-pregunto Alice.
-Me re parece, juguemos-intervino Emmett.
Toco el color amarillo y todos sacamos de vuelta los papelitos y al abrir mi mano y ver qué color me toco, no puede ser, amarillo.
-¿Quién tiene el amarillo?-pregunto Edward.
-Yo-conteste apenada.
-Uh, esto estará bueno ¿Qué quieres Bella? elije una bebida-insistio Emmett.
-Dame Tequila-Alice sonrió maliciosamente y me sirvió una copa, hasta al borde, de Tequila, me paso la copa y todos empezaron con un traga, traga, traga pero Edward los silencio a todos. Entonces tome aire y bebí hasta al fondo hasta dejar sin ninguna gota el vaso todos gritaron y yo suspire debido al alcohol tan fuerte.
Al final yo fui la primera pero luego me siguió Alice que tomo Vodka y luego Jasper que tomo lo mismo que Alice, Emmett salió dos veces seguidas y se tomó un buen Whisky mientras que Rosalie, al igual que yo salió solo una vez, el más perjudicado fue Edward que salió tres veces seguidas y pido Tequila, que ya lo estaba dejando medio ido, ya que de vez en cuando se prendía de mi más de la cuenta.
-Alice tu juego ya me canso, quiero beber-dijo Emmett y nos entregó a cada uno una bebida, él se prendió por el Whisky, yo y mi Tequila y Edward que también tenía su botella.
Al pasar las horas Edward no podía más con su borrachera y yo mucho no ayudaba ya que me encontraba casi igual, Rosalie y Emmett desaparecieron misteriosamente y quedamos Alice, Jasper, yo y Edward sentados afuera de la casa, cada uno con su botella al lado.
-Jasper, dale, vamos arriba-insistía Alice a Jasper que se estaba medio durmiendo-¡No te duermas! No quiero que te duermas, ven conmigo-Alice empujo a Jasper hasta que lo metió dentro de la casa.
-¡Edwaaaaaard!-canturree pasando mi mano por su cara mientras me carcajeaba.
-Bella, eres tan hermosa-me susurro en el oído y yo me partí de risa.
-Llévame adentro porque no me puedo parar-hable entrecortadamente. Edward se paró tambaleándose y me ofreció su mano, yo la tome y me logro parar, entramos adentro y a mí no se me ocurrió otra idea, ya que no tenía uso de la razón ni de la ubicación, terminamos en la sala y Edward se sentó en el sofá y yo a su lado donde comenzamos un beso.
-Bella mañana nos va a doler la cabeza-al menos sabía lo que ocurriría mañana después de todo esto.
-Es culpa de Alice y Emmett, pero sígueme besando-le pedí y enrosque mis brazos en torno a su cuello y lo bese con mucha pasión.
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