-Vamos Benjamín que ya hemos llegado y nos están esperando los señores McCarty. Date prisa. –Solo se le oía a ella a Rosalie de McCarty gritarle a su pequeño hermano para no hacer esperar a sus suegros.
Emmett se dedicaba a reír, pero paraba cada vez que Rosalie le miraba con esos ojos que podían atravesarte y dejarte hecho un colador.
Bajaron por fin al encuentro de sus suegros que les recibieron con los brazos abiertos.
La señora McCarty no paró de hacer comentarios sobre lo guapa que se veía su nuera ahora que se le notaba más el embarazo.
-Aunque Rosalie querida, estás mas desgastada y no me lo tomes a mal por favor. Lo digo porque seguramente entonces, sea una niña. Seguro que será tan rubia como tú.
Rosalie se echó a reír junto a su suegra y fueron adelantando el paso cogidas por el brazo, mientras que los hombres se quedaban por atrás. Ellas aprovecharon y se fueron contando "intereses de mujeres".
-Ah Lucía, voy a ir a la cantina para coger algo de vino. ¿Vale? –La mujer asintió y espero a que llegasen su esposo y su hijo con el pequeño.
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Valentina, una chica joven de unos treinta y un años, pelirroja con sus padres, ambos muertos de los que había heredado la cantina observaba como iba todo.
Alguien la abrazo por detrás y sonriendo supo que era su marido, Aníbal un hombre guapísimo con el que tenía un hijo. Se estaba dando la vuelta pero justo entonces apareció una cabeza con un pelo rubio deslumbrante.
-¡Rosalie! –fue lo único que atino a decir. –Por fin me visitas, desde que te casaste no se te ha visto por aquí.
-Lo siento Valentina he estado de luna de miel así que he venido a enterarme de todas las noticias frescas. –Y como no, Valentina se echó a reír.
Se habían hecho amigas cuando Rosalie fue por primera vez a la cantina, mandada por Carmen y ella muy alegremente la recibió.
-Bueno, te voy a contar la más sonada. –Rosalie asintió emocionada acercándose más hacia ella. –Aunque lo primero es que llevamos ya dos días casi sin agua, pero eso da igual… Pues mira que el mayor de los Whitlock, se ha casado con Mari Ángeles Cullen.
Rosalie quedo en estado de shock. ¿Cómo lo estaría pasando Alice? Valentina seguía hablando pero la rubia ya no le prestaba atención. Tenía que buscar a Carmen y ambas tenían que contarle a Jasper lo que había pasado de verdad, pero ya no había remedio.
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Todo el mundo estaba en la fuente de la plaza. Había problemas con el agua y solo podían sacar agua de allí. Y claro Carmen y sus chicas también la necesitaban y más que nadie.
-¡Venga bonita date prisa! ¿Para qué necesitareis vosotras tanta agua? –Grito una de las mujeres del pueblo.
-Si quieres, puede ir a preguntarle a tu marido para que la necesitamos. –Respondió en tono sosegado Carmen al escuchar como habían gritado a una de sus "empleadas".
Vio como llegaba Rosalie corriendo, ya casi sin respiración por el limitado aire que dejaba entrar el corsé mientras corrías.
-Rosalie cariño, yo también te he echado de menos, pero tampoco hace falta que vengas sin respiración. –Se carcajeo la que había sido como su madre durante los dos últimos años.
-Carmen no es por eso… bueno si que te he echado de menos, pero vengo corriendo para hablar contigo urgentemente. –El rostro de Carmen cambio totalmente al de preocupación.
-¿Qué pasa Rose?
-¡Jasper se ha casado con otra mujer! –En ese momento Carmen comprendió todo
-Si, y me temo que poco podemos hacer ahora ambos están casados y ninguno de los dos se puede acercar al otro sin preparar un verdadero escándalo. Jasper se presento unos días antes de su boda en el burdel, pero por la promesa no le dije nada. Jamás me imagine que iba a hacer semejante disparate.
-Pues lo ha hecho Carmen, lo ha hecho y ahora mismo voy a contarle la verdad. –Dijo la rubia girándose de inmediato impidiendo a Carmen alcanzarla.
-¡Rosalie se lo prometimos! –La palabras de Carmen se quedaron perdidas en el aire y Rose siguió su camino.
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-Señora McCarthy, ¿qué desea? –Preguntó Will, el mayordomo de la casa Withlock.
-Hola Will, buscó a Jasper es urgente.
-Si señora, ahora mismo lo hago llamar, siéntese en la sala del té.
Rosalie pasó a la sala que Will le había indicado y se sentó en uno de los sofás con tapicería de color pastel.
Al poco rato entró por la puerta Jasper que la miró muy sorprendido, después le sonrió.
-Rose, que alegría verte, te echaba de…
-Nada, Jasper nada. Te has casado con una mujer que no quieres por despecho.
-Ella también lo hecho…bueno aunque ella si lo quiere claro.
-¡NO TIENES NI IDEA JASPER! –rugió Rosalie.
-Ella me lo confesó…
-Lo hizo para proteger a su madre y a toda su gente, a la que tenían presa. Todo fue una mentira y estoy segura de que la tienen amenazada. Y te voy a decir la última razón por la que no está enamorada de ese hombre. Al único hombre que ella ama es al padre de su hijo.
Se levantó del sofá en el que estaba y se fue con la cabeza muy alta dejando a Jasper confundido en estado de shock.
-¿Hijo? ¿Qué hi…
"¿Qué le parece que vaya a tener un hijo?"
"Alice se tocaba mucho el vientre durante el día de su boda"
"Al único hombre que ella ama es al padre de su hijo"
-No puede ser… -Jasper se levantó del sillón y se fue en busca de García.
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4 meses después…
Otro día empezaba, otro más en su asquerosa vida. Otro día que tendría que soportar a su horrible marido.
Para las demás personas, un bonito día de sol. Pero no para ella.
Con una sombrilla protegiéndola del sol, con un vientre más que notable de ya 5 meses, salió a la calle junto a García y el soldado Montero.
Decidió que ese día irían al mercado gitano que acababa de llegar a la ciudad. Mientras ellos guardaban sus espaldas, ella iba echando pequeños vistazos a los puestecillos.
Entonces avistó donde empezaba la parte que le tocaba a su pueblo y decidió girarse un poco hacía donde estaban las gitanas bailando. Observó como Montero y García se quedaban embobados con los movimientos escandalosos de las mujeres y ella se escabullo.
En cuanto piso "su terreno" cada gitano o gitana del puesto empezó a hacerle la reverencia. Después de tanto tiempo seguían considerándola su princesa. Buscó ávidamente a su madre, pero no la encontraba. A quien si vio y no dudo en echar a correr para poder abrazarla fue a la vieja Sounya.
-Sounya, te he echado tanto de menos. –Lloró abrazándola.
-Oh, mi niña, criaturita.
-¿Dónde está mamá? –Preguntó Alice sabiendo que ella lo sabría.
-Con tu padre.
-Sounya… mi padre murió cuando yo era muy pequeña.
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