PAULA SHULS (+18) (FINALIZADO)

Autor: señorita_morena
Género: + 18
Fecha Creación: 11/06/2013
Fecha Actualización: 07/10/2013
Finalizado: SI
Votos: 10
Comentarios: 39
Visitas: 27085
Capítulos: 28

 

Paula Shuls es una chica tranquila, que dedica la mayor parte de su tiempo a estar sola en su habitación, una chica que no tiene expectativas y que está terminando sus últimos años de instituto.

No se lleva bien con su padre, ni tampoco con su madre ambos doctores de un reconocido hospital de la ciudad, la señora Esme Cullen y Carlisle Cullen.

Paula no tiene hermanos ni tampoco amigos, es algo peculiar ya que desde hace unos años

le están ocurriendo extraños sucesos y sueños paranoicos que no la ayudan.

 

¿Pero que pasaría su su sueño se hiciese realidad...?

 

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Los personajes son de mi auditoría excepto los ya conocidos por la saga Crepúsculo.

Este fik contiene fuertes escenas de sexo sadomasoquista y lenguaje obsceno, quedan avisados.

Les dejo los links de las canciones que inspiraron

este fik les aconsejo que las escuchen mientras leen, es su banda sonora perfecta.

Mirah - Special Death (LYRICS) - YouTube

Carina Round - do you LYRICS - YouTube

 

NO COPIAR NI COLGAR SIN MI PERMISO!.

También les dejo mi blog para que encuentren mis ficks y también los de la saga de la familia Casannova escritos con Valeria Vulturi.

Familia Casannova

 

Espero que lo disfruten un saludo.

 

SEÑORITA_MORENA

 

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Capítulo 13: UN PASO MÁS

 

Cuando Esme despertó sentía su espalda algo cargada, miró su móvil y vio que en la pantalla que de fondo había unas hojas flotando en un color violeta, marcaban las seis de la mañana, ella siempre se despertaba a esa hora y daba igual el día, el mes o lo cansada que estuviese.

Se giró sobre si misma y miró a Carlisle de espaldas a ella, recordó lo que había pasado la noche anterior, si, separarse sería lo mejor, no seguiría los consejos de sus amigas y acabaría con esta farsa lo antes posible.

Nada de lo que había empezado desde que se había mudado a esta casa había sido lo suficientemente bueno como para que ella siguiese con esto.

Miró nuevamente su móvil y buscó en el menú de contactos el móvil de su hermana pequeña, ella vivía no muy alejada de donde ella estaba, a menos de medio día en coche, seguramente se iría con ella y una vez allí podría darle la razón a la perfecta Renatta, todo lo que ella no era, lo era su hermana eso estaba muy claro.

Sentía tanto no poder solucionar esta problema con su marido, lo sentía tanto, pero no había otra opción viable para esto y ella dudaba mucho y muy en serio el echo de que su marido aún que perdonase su infidelidad con ese hombre que ella no quiso revelar por ser menor que ella y por ser el paciente de su marido, todo volviese a ser como antes.

Esme cerró los ojos e intentó concentrarse en su propia respiración, el tacto de unos dedos en su pierna izquierda hicieron que abriese sus ojos y girase su cabeza, el doctor estaba a su lado y la miraba expectante y serio, sus labios estaban unidos en una línea y sus dedos jugueteaban sobre la piel de Esme, ella abrió sus labios para decir algo pero el doctor negó con la cabeza y subió sus dedos a su ingle.

El corazón de Esme se aceleró tanto que solo podía oírlo, sus ojos se cerraron, quería que la tocase, después de tanto tiempo, y después de haber tenido a otro en ella, quería sentir a su marido, lo necesitaba, sus manos limpiaban lo que otro había ensuciado y ella había permitido que se ensuciase.

Un pequeño gemido se escapó de la boca de Esme cuando Carlisle posó sus dedos sobre su sexo y lo acarició condecorosamente pero todo cambió en un momento, todo se volvió mucho más salvaje y brusco cuando Carlisle se movió rápido entre las piernas de ella y la miró fijo y serio, puso las muñecas de Esme sobre el cabezal de la cama y las sostuvo con sus fuertes y varoniles manos.

Esme mordió su labio y supo como comportarse en ese momento, justo ahora se comportaría como Carlisle quería que ella se comportase como alguien que no había sido nunca así que abrió sus piernas y levantó su cadera hasta que su sexo rozó sobre la extensión de la polla del doctor completamente dura y rígida, gimió como lo haría una estrella porno, todo lujuria y ganas de sexo.

El doctor la miró asombrado por un momento pero luego volvió a su papel de “hombre serio”, su boca impactó sobre la de Esme en un beso completamente pasional, completamente explosivo como el que no había tenido nunca y las caderas del doctor chocaron sonando al impactar contra las suyas y entrando de golpe con toda su fuerza y potencia haciéndola gritar por la sorpresa y el placer.

Ese grito se convirtió en un gemido y fueron viniendo a la vez que esa oleadas de placer, sus manos dolían, no había circulación en ellas, el cabezal de la cama se movía rítmicamente y constante al igual que ella bajo el cuerpo duro y bello de Carlisle que no dejó de mirarla en ningún momento.

Esme no pudo aguantar más y tras varios minutos de tortuoso placer se corrió, explotando en un enorme orgasmo que le agarrotó las piernas y le hizo cerrar los ojos y gemir mucho más allá de las paredes. Se sonrojó un poco, estaba sudorosa, nunca había echo algo tan atrevido con Carlisle pero él no se había corrido.

Él seguía en ella mirándola pero no se movía, seguí rígido y duro, seguramente sería doloroso para él o eso pensó Esme.

Ella movió sus manos y se pudo librar de las fuertes manos del doctor, tenía la marca en sus muñecas.

Él se retiró de ella y se apoyó de rodillas en la cama frene a ella, la miró, sus manos cayeron a ambos lados de su cuerpo, derrotado, como su supiese que ahora ella se levantaría y se iría por la puerta pero eso no pasó así.

Esme agachó la cabeza hasta la polla enorme y gruesa del doctor y se la llevó a la boca, la mano derecha del doctor fue a su nuca, ella esperaba una caricia pero nada más lejos la cogió y la hizo bajar todavía más, hasta notarla en el fondo de su garganta. Esme cerró sus ojos y gimió, le gustaba este trato, le gustaba este nuevo trato que estaba recibiendo por parte de su marido, algo nuevo entre ellos, íntimo y carnal.

Esme chupó todo lo que pudo moviendo su cabeza y su boca de arriba hacia abajo por toda la extensión del doctor, acarició su escroto con sus dedos y lo pellizcó muy sutilmente, el doctor casi gruño y le tiró del pelo, esto era una lucha en toda regla y eso le pareció de lo más excitante, tras varios minutos el doctor colisionó en la boca de Esme inundándola por su sabor, ella nunca lo había probado de esta manera, así que limpió lo que consideró suyo y le miró buscando alguna aprobación por su parte.

El doctor tenía las mejillas ruborizadas y su pelo estaba algo revuelto, era un hombre bello sin duda, mucho más después del sexo.

 

-¿Todavía piensas en irte?-.

 

Esme amó como sonó su voz, ronca y jodidamente sexy, juntó sus piernas disimuladamente para ocultar que estaba completamente húmeda y lista para una segunda ronda.

Ella negó y salió de la cama, estaba algo avergonzada por lo que había pasado hace unas horas entre ellos.

 

ҖҖ

 

Paula abrió sus ojos y se maravilló con la imagen que tenía justo a su lado, Adam estaba con ella, su pelo estaba revuelto y esparcido sobre la cremosa almohada que acomodaba su cabeza, sus pestañas eran muy negras, por lo que cuando miraba parecía tener pintados los ojos, su mirada era bonita pero el resto también lo era, ella se acercó bajo las sábanas al cuerpo de Adam y este le dio la bienvenida, el brazo de Adam la rodeó y la acercó a su enorme torso, ella era perfecta para estar cerca de él, sus cuerpos estaban diseñados para eso.

 

Miró el reloj que tenía colgado en la pared justo arriba de su escritorio y marcaba las ocho de la mañana, sus padres seguramente habían ido al trabajo y ella, no quería ir a clase... llamaría para decir que seguía enferme.

Aspiró el perfume del cuerpo de Adam y este se removió un poco, la abrazó un poco más, su respiración invitaba al descanso, completamente tranquila, su pecho subía y bajaba.

Paula cerró sus ojos y se concentró en los latidos de su corazón, eran bastante relajantes.

Adam abrió sus ojos lentamente y la miró, ella hizo lo mismo y le dio un poco de vergüenza, así que intentó disimular esa sonrisa que tenía en su cara en ese momento.

 

-¿Que hora es?- dijo con la voz ronca-.

 

Paula no dijo nada, acercó su boca a la de Adam y le besó, él no se lo esperaba y tras varios segundos correspondió el beso que cada vez se hizo más intenso. Ella no esperó quería más de Adam quería tenerlo así todo el día, todos los días.

La boca de Adam se abrió un poco invitándola a entrar y ella tímidamente metió su lengua con mucho cuidado y acarició su lengua en un sutil movimiento que a Adam pareció gustarle lo escuchó gemir y un fuero muy intenso hizo que ella quisiese estar mucho más cerca de él.

Adam tiró de las sábanas que cubrían el cuerpo de Paula y la sentó sobre sus caderas como se podría hacer con una muñeca de trapo sin ningún esfuerzo.

Paula tocó su cabello suave y algo enredado, el beso se intensificó, los movimientos de los labios de Adam fueron más rápidos y grandes y Paula pudo seguirlos sin ningún esfuerzo.

Ella quería tocar su piel así que metió sus manos bajo su camiseta y tocó su vientre duro y fibroso algo definido. Adam la miró fijo y por un largo tiempo, se separó de su boca. Paula le miró sin saber si estaba haciendo algo mal. Adam la mató con una sonrisa muy peculiar, pícara.

 

-Te invito a desayunar-.

 

Supo que tenía que parar en ese momento, también porque Adam la tumbó a su lado y le dio un beso en la mejilla, se levantó de espaldas a ella y puso su camiseta por fuera de sus pantalones hasta que cubrió hasta por debajo de los bolsillos de su pantalón.

 

-¿Que pasa?- susurró-.

 

-No pasa nada-.

 

-Pasa algo-.

 

-Me gustas Paula, es inevitable que no... me pase esto-.

 

Ella se sonrojó un poco y le miró.

 

-Lo siento...-.

 

-Oh, no por favor, no te disculpes, es algo bueno-.

 

-¿No quieres estar conmigo?-.

 

-¿Te refieres a tener sexo?-.

 

-Si...-.

 

-Este no es el momento, todavía no me conoces-.

 

-Si te conozco-.

 

-No, todavía no sabes mucho sobre mi, soy como una caja de sorpresas, y tu solo has visto el envoltorio-.

 

Paula tuvo que reirse, y lejos de sentirse rechazada al ver ese bulto imposible de disimular en su pantalón se levantó de la cama.

 

-Iré a cambiarme-.

 

-Vale, yo estoy abajo-.

 

 

-Vale-.

Capítulo 12: NOCHE Capítulo 14: DESAYUNOS

 
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