BELLA POV.
Me desperté completamente desorientada, me encontraba en mi cama y rodeada por unos brazos que me hacían sentir sumamente bien, abrí poco a poco los parpados y me encontré con el rostro de Edward completamente dormido y su respiración era lenta y calmada, sinceramente debía pedirle que se quedara a dormir más tiempo, era sumamente dulce tener su cuerpo junto al mío al despertar, su olor, su rostro, me sentía tan bien que no quería ni moverme.
-Hum…-murmuro Edward con los ojos cerrados y una sonrisa en el rostro-buenos día.
-Buenos días ¿Cómo amaneciste?-pregunte besando su mandíbula.
-Mejor que nunca-me beso en los labios-definitivamente cuando quieras me quedo a dormir.
-Eso suena bien-susurre y entonces me percaté de que Edward sabía, él ya sabía el secreto que yo acababa de contarle ayer y que me seguía queriendo a pesar de todo, pero quería escucharlo de sus labios, el en cualquier momento me podría dejar, y yo no lo culparía pero debía estar segura-Edward ¿tú me sigues queriendo después de lo que te conté ayer?-el me miro con una cara acusadora.
-¿Qué si no te quiero? Bella me di cuenta que te quiero más que a nada y te admiro por lo que estas soportando y además como no quererte después de lo que dijiste anoche entre sueños-se rio y yo fruncí el ceño.
-¿Eh?-pregunte levantando la comisura de mi labio.
-Hablas en sueños Bella y anoche me llamaste y me pediste que me quedara contigo además de que dijiste que me querías-Edward me conto esto con una emoción y yo no pude hacer otra cosa que ruborizarme.
-Por dios, mi madre me dijo que hablaba en sueños pero no creí que fuera tan así, pero al menos te dije lo que siento.
-¿Tú me quieres?-pregunto.
-Mucho más de lo que imaginas-entonces levante mi cabeza para besarlo a la vez que mi estómago gruñía, Edward sonrío.
-Creo que no alimento a mi novia como es debido, vamos a desayunar-me moleste por tener que separarme de él, pero ya que tenía tanta hambre y el pollo con las papas se echaron a perder…
Tire el pollo en mal estado y las papas a la basura mientras que Edward empezaba a preparar el desayuno, le ofrecí mi ayuda pero solo dijo que me siente, que él iba a prepararlo todo.
Edward cocino unos exquisitos huevos con una tortilla que la verdad me dejo sorprendida, cocinaba realmente bien. Mi teléfono comenzó a sonar y le pedí a Edward que me lo alcance, ya que estaba sobre la mesita de la sala, el me paso el celular y cuando vi quien era suspire.
-Hola Alice-le salude.
-Bella, pasare por ti en media hora así que espero que estés ya vestida-sugirió Alice.
-No, Alice estoy recién desayunando Edward cocina exquisito-le sonreí.
-Dotes de familia… ¡aguarda! ¿Edward paso la noche contigo?-inquirió con emoción.
-Pues, si-conteste y escuche sus gritos de emoción.
-Ahora me cuentas todo, nos vemos amiga y apresúrate.
-Adiós.
-Alice pasara por mí en media hora, iré a bañarme y gracias por el desayuno estuvo muy rico-me pare y le di un tierno beso en los labios.
Me duche y me cambie por unos jeans y una camiseta ya que quería ser lo más Bella Swan posible, me cepille los dientes y seque mi cabello. Sentí el televisor en la sala por lo que supuse que Edward se estaba entreteniendo con algunos de esos programas que él solía mirar y que para mí eran un tanto aburridos, me dirigí a la sala y corrí hacía el sofá en donde él se encontraba sentado, lo sorprendí y el me atrajo bruscamente contra su cuerpo, lo cual no me molesto para nada, me envolvió con sus brazos y yo no pude evitar no besar sus labios, los ataque sin ninguna consideración, el beso fue aumentando unos cuantos grados y yo quede sobre el mientras sus manos viajaban alrededor de toda mi espalda y me sujetaba con fuerza mientras que yo amarraba las solapas de su camisa y amasaba su pelo color bronce.
Yo sabía que en algún punto Edward y yo terminaríamos haciéndolo, de eso estaba más que segura, pero también tenía un poco de miedo ya que no me sentía todavía lo suficientemente confiada para arriesgarme así y a lo que yo más temor le tenía era al hecho de quedar embarazada, si él bebe era de Edward, yo no podía concebirlo para que después se lo llevaran y ver como mi pobre Edward quedaba destrozado, no podía, pero como Alice me había dicho: “mientras tomes precauciones no sucederá nada” y era en eso en lo que confiaba en las medicinas, yo empecé a tomar pastillas a los quince años y era muy raro que quedes embarazada, por lo que confiaba en ellas.
Empecé a hiperventilar mientras Edward besaba mi cuello y cada centímetro de mi rostro, lo deseaba y me sentía confiada en mis pastillas por lo que me dije ¿Por qué no? Entonces comencé a desabrochar los botones de su camisa y a maravillarme de lo que veía ¿Podía acaso ser más perfecto? Su cuerpo era intachable, mis manos viajaron por su abdomen y sentía que mi cuerpo empezaría a quemarse en algún momento, mi boca y la suya no se despegaban nunca y mi cuerpo del suyo tampoco, era perfecto, era…
-¡Bella! ¡Abre la maldita puerta!
-¡ALICE!-la maldije en todos los idiomas posibles ¿Por qué justo ahora?
Me despegue de la boca de Edward y este miro en dirección hacia la puerta, luego a mi sobre él y a su camisa desabotonada.
-Ve a abrirle, estará alterada-dijo Edward y yo salí de arriba de él y me propuse ir hacía la puerta.- ¡Espera!-Edward me dio vuelta y me abrocho los botones que él había desprendido y llegaban hasta el corpiño, me ruborice y él sonrió.
Me dirigí hacía la puerta y la abrí para encontrarme con una Alice cruzada de brazos y un humor demasiado negro.
-¡Bella golpee la puerta un montón de veces! ¿Qué demonios estabas haciendo?-pregunto con un tono histérico.
-Hola Alice-Edward apareció con su camisa desarreglada y mal abotonada y ella rio entre dientes.
-Oh, ya veo-me ruborice-bueno pues Bella despídete de Edward porque no lo veras hasta esta noche.
-Las acompaño hasta abajo, debería ir a casa a ver que me pondré esta noche-menciono Edward.
-De eso no te preocupes ya mande a Rosalie con tu ropa y esta yendo a tu casa así que te conviene ir ya antes de hacerla esperar.
Edward se dirigió hacía su departamento despidiéndose con un dulce beso y yo, acompañe a Alice obligadamente al centro comercial.
-Podríamos ir a Olympia pero eso nos tomara tiempo en ir y volver por lo que iremos a uno de aquí en Seattle-yo solo escuchaba su vocecita a la cual no le prestaba mucha atención.
-Donde quieras ir está bien-le dije.
-Pues, de acuerdo, oye Bells ¿Qué sucede con mi hermano?-pregunto pícara.
-Sabes lo que sucede.
-Pero Bella, están en un acercamiento físico que vos negaste toda tu vida, solo quiero que estés segura, además de que Edward no lo sabe y…-levante la mano para callarla.
-Alice, Edward ya lo sabe, anoche se lo dije y créeme estoy segura de él pero en algo tienes razón, debería pensarlo más antes de hacerlo y tomar las precauciones necesarias.
-Oh, pues ya que Edward está enterado al menos el tendrá un poco de noción antes de que…suceda-yo me ruborice y ella se rio.
Aparcamos en frente de un enorme shopping y Alice soltó un suspiro de satisfacción y yo de horror. Nos caminamos el shopping entero y entramos a cada una de sus tiendas, Alice aprovecho para comprarme unos que otros atuendos para trabajar y muchas cosas más, me compro un hermoso vestido para esta noche color azul marino y perlas acompañado de accesorios y unos tacones plateados que me daban muy mala espina.
-Alice son las seis y cuarenta y cinco y la cena es a las ocho, deberíamos estar yéndonos-le sugerí ya cansada de tanto caminar, nos encontrábamos en un negocio de Victoria´s Secret que Alice insistió en ver.
-Sí, tan solo deja que te compre este camisón-era negro de encaje y era lencería ¿me quería comprar lencería?-¡Alice! ¿Estás loca? Yo no necesito eso.
-Bella, ahora estas de novia y necesitas esto, créemelo algún día me agradecerás, además por como tú y Edward están de apasionados te apuesto a que en menos de un mes se meten en la cama de seguro Emmett apostara conmigo-mi cara era roja y las risas de Alice molestas.
-¡Alice! Paga ya por esa cosa y vámonos, se hace tarde-le dije molesta mientras que ella se dirigia a la caja a pagar.
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